ES MAS BARATO COMPRAR UN POLLO ASADO QUE CRIARLO

Pollitos mirando una película de terror

CREAR UNA FINCA DE CRIANZA DE COCODRILOS

PARA PRODUCCION DE PIELES PARA EXPORTACION

Por: Juan Alberto Galvá

Camboya es el nombre oficial del  Reino de Camboya, es una monarquía constitucional del sudeste asiático con una población de cerca de 14 millones de habitantes, la mayoría de etnia jemer. La principal religión es el budismo theravāda. Su ciudad capital y ciudad más poblada es Phnom Phen.

Este país del sudeste asiático ha desarrollado una interesante industria basada en la exportación de pieles de cocodrilo y del consumo interno de la carne del mismo. El negocio es tan lucrativo, que en los últimos años ha habido envío de hasta 20 millones de dólares por  concepto de exportación de pieles para la confección de carteras calzado y otras indumentarias a destinos tan especiales como Japón.

En los Estados Unidos, específicamente en los pantanos de Luisiana existe también una próspera y tradicional industria de caza de cocodrilos, aunque ésta se diferencia de aquella en que allí no hay  “cría artificial” sino que esta actividad es permitida por las autoridades del estado de New Orleans cada cierta época del año con el fin de mantener el equilibrio medioambiental, evitando con ello la superpoblación de estos dinosaurios de la época moderna y la consiguiente desaparición de otras especies endémicas en las zona.

En Camboya sin embargo es el mismo gobierno quien fomenta la cría de estos reptiles pues representan una manera adicional de generación de empleos mediante una actividad redituable y que con los debidos controles no pone en peligro estos animales, sobre todo, tomando en cuenta que los cocodrilos son una especie en peligro de extinción.

Acá en República Dominicana ha habido algunos intentos de crianza de cocodrilos, sabemos que en el Parque Zoológico Nacional hay una crianza metódica de cocodrilos y que cada cierto tiempo el zoológico devuelve estos animales a su hábitat natural cuando cumplen los requerimientos para ser dejados en libertad en el lago Enriquillo en la provincia Bahoruco, que es el hogar de una gran cantidad de caimanes de agua salada.

Se ha sabido que en las inmediaciones del rio Isabela algunas personas han aventurado la crianza de cocodrilos, pero en tiempos de crecidas del rio se llegaron a reportar fugas de cocodrilos aunque esto no ha sido confirmado, ni ha habido informes de ataques.

Todo esto viene a colación debido a que siempre he soñado con la posibilidad de tener una finca de producción; quizá tenga que ser más de una finca o una gran finca con muchos renglones porque todo lo que tiene que ver con la siembra y la crianza de animales me fascina.

Claro por el momento es una fascinación romántica; primero porque los criadores camboyanos dicen que  “si el negocio de la cría de cocodrilos no se lleva adecuadamente termina comiéndoselo a uno tanto financieramente como literalmente hablando”  ya que años atrás intenté sembrar unas coles, maíz y criar gallinas, y el resultado en baja escala fue que, definitivamente es más económico comprar un pollo asado que intentar criar uno, a menos que no tengas una gallina ponedora que produzca al menos cien huevos diarios, tomen nota. Las peripecias que viví con quienes me hicieron los surcos para la huerta y el destino final de mis amadas gallinas…. ¡Lo dejaré para el final del artículo!

Gallinas mirando una pelicula de terror

Bueno el asunto es que, dándole mente al asunto, y examinando la realidad política y social de nuestro país, me doy cuenta que para llevar a cabo la idea solamente tengo dos grandes obstáculos: el dinero para desarrollar el proyecto, y la sociedad dominicana en su conjunto.

Esto es porque soy un hombre de ideas prácticas y de soluciones integrales y creo que sinceramente gente que esté más interesada en el desarrollo del país y con ideas audaces es imprescindible para que salgamos del atolladero en el que nos encontramos. Ahora paso a explicar este dilema.

Todo el que conduce  un vehículo sabe lo desagradable de la repetitiva escena de animales descuartizados en nuestras calles, avenidas y carretas todos los días. Eso, en parte, es inevitable por razones obvias, de hecho pasa en todo el mundo.

Sin embargo no en todo el mundo los animales son atropellados y el sistema que se utiliza para deshacerse de ellos termina siendo los neumáticos de los automóviles aplastándolos hasta que su carne sus vísceras y sus huesos se vuelvan parte del pavimento, y mientras esto sucede los transeúntes tienen que prácticamente paladear día a día el fétido olor que despiden estos cuerpos en descomposición hasta que el sol y la lluvia terminan el trabajo.

Como sabemos, los cocodrilos comen casi de todo. Prefieren animales vivos, pero no despreciarían jamás una comida gratuita, así que si pudiera conseguir una buena parte de los animales accidentados para alimentar mi finca de cocodrilos, ya tendría asegurada la comida de los reptiles y a su vez le haría una contribución al país. ¡Interesante verdad!

Por su puesto, financieramente hablando no es rentable por ejemplo dedicar un vehículo a recorrer las calles para ver si encuentran animales muertos porque eso sería muy costoso y podría no rendir buenos resultados. De este modo solo quedan dos alternativas:

1-    Pagarle a los camiones de basura para que, cada vez que vean un animal tirado lo recojan, lo traigan a la granja y se les pague, digamos 20 pesos por cada animal muerto.

2-    Recoger una cantidad incuantificable de perros realengos, de los cuales nuestras calles están saturadas, ponerlos en un corral y dedicarlos como comida para los cocodrilos.

Pero aunque la primera alternativa parece interesante, su final es muy previsible (tratándose de nuestro maravilloso país) las primeras semanas los camioneros llevarían de tres a cinco animales destrozados diariamente. Con los sueldos que ganan los empleados del ayuntamiento, cada peso extra es un botín. Por lo mismo los vemos recoger botellas, papel periódico, plástico, cartón y otras basuras reciclables, eso lo sabe medio mundo.

Pero, una vez el chofer del camión y los ayudantes del mismo vean que conseguir animales muertos es una fuente de ingreso, dejarán de hacer el molesto trabajo de recoger los hediondos y fantasmagóricos restos de los animales destrozados y a alguien se le va a ocurrir la maravillosa idea de dedicarse a matar los animales por montones para conseguir que les paguen más, en ese mismo momento el camionero dejara de recoger la basura eficientemente y ni se recogerán los animales muertos ni se recogerá la basura. Ese es el dilema de la maldita corrupción humana.

Por supuesto que cuando los administradores de la finca vean ese inusitado aumento en la entrega de carne fresca, indagarán con ironía, pero sin ir más allá, como es muy habitual entre la gente que está en posiciones de autoridad a todos los niveles en nuestro país: “¡Caramba, cuánta gente descuidada manejando hay entre nosotros!”

Los que leen esto, quizá estén un poco escépticos al respecto, pero, no hay que irse muy lejos para saber que esto será así, solo hay que ver lo que pasa con la compra de chatarra.

China está construyendo la presa más grande del mundo, la llamada presa de las Tres Gargantas, esta presa está demandando una cantidad masiva de hierro, y China no lo puede producir por sí sola, así que, a todo el que le vende chatarra China se la compra, la mezcla con hierro puro y de esta manera aumenta su producción y abarata sus costos.

En el país, al mismo tiempo, teníamos décadas de mantener solares y esquinas con montones de vehículos y máquinas derruidas por el oxido y las inclemencias del tiempo, así que el que esa basura, se pudiera convertir en dinero resultó  ser una noticia fabulosa.

Lo cierto es que, este proceso, de una forma algo tímida ya lo venía llevando a cabo la empresa Metaldom, pero al surgir esta inusitada demanda por parte de China, de alguna manera, (en un pueblo, al que si a tiempo no se le re enrumba terminará igual o peor que Haití) todo el muerto de hambre y todo el “vivo” que vio en esto ganancia comenzó a hacer gestiones para vender todo objeto que encaja en la categoría de hierro, pero por supuesto, mientras esto lo estuvieron haciendo dos o tres pequeñas compañías no hubo problema, cuando, sin embargo, este proceso se masificó el resultado fue que hasta los adictos a las drogas y todo ratero de poca monta se dedicó a la depredación de las propiedad pública, despojándonos de las tapas de las alcantarillas, de las barandas de los puentes y hasta de los postes del alumbrado eléctrico ¡Caramba! Esto da vergüenza escribirlo.

¡Bueno! La otra solución, a mi me parece más práctica, menos complicada y financieramente hablando la que más funciona, pero, la solución de criar perros para que se los coman los cocodrilos despierta unas sensibilidades que llegan hasta las fibras más hipócritas de nosotros los seres humanos.

Culturalmente estamos  condicionados para tener afecto por los perros, inclusive en algunos casos, al punto de tener más compasión por los perros que por los niños que están en las calles ¡Caramba! 

En cambio estamos inmunizados y completamente desafectos por el sufrimiento de los demás animales del arca de Noé. Así que a los burros y caballos los usamos de forma abusiva para que llevan sobre sus espinazos exageradas cargas, muchas veces de forma brutal, con  el lomo enfermo y sin la debida alimentación. 

A los perros en cambio, los mimamos y los cuidamos como si fueran personas, mientras que  a los cerdos nos los comemos; a los perros les compramos comida para perros, y a las vacas les cortamos la cabeza, nos comemos sus crías casi recién salidas del vientre y nos apropiamos de su leche y sus derivados, a los perros los tratamos como si fueran seres humanos, les construimos casas, les compramos ropa, le ponemos nombre, los llevamos al veterinario, (aunque vale decir que en China no tiene ningún reparo en hacer perro asado, y vender perro en sus carnicerias y de hecho, los crían para ese propósito).

Pero en sentido general los perros y ciertos animales domesticos reciben un trato que aveces raya en lo absurdo, mientras que a los chivos los usamos para hacer pipián, a los cerdos para hacer jamón, a las vacas para bistec, y qué decir de los pollos, jaja, millones de pollos a diario son sacrificados para alimentar nuestro apetito insaciable. Aveces veo grupos que se percatan del maltrato propinado a los perros, gatos y otras mascotas, pero, me pregunto, y ¿Dónde están los defensores de los derechos de las vacas, cerdos y demas elementos del reino animal destiandos para nuestra dieta diaria?

El caso de los pollos, es digno de analizar; los pollos, son hechos crecer de manera artificial en apenas de 16 a 24 días (vea usted cuánto le toma a un pollo en estado natural crecer y hacerse adulto) son mentidos en guetos para pollos, en donde tienen que aguantar temperaturas tan altas que, en muchos casos provocan que las aves se asfixien y se mueran.

Si lo pensamos bien, nosotros en este caso, haríamos las veces de los cocodrilos y los animales que engullimos hacen el papel del los perros que queremos criar para alimentar a los cocodrilos.

De hecho, yo también soy partidario de que, no solo a los perros se los echemos a los cocodrilos sino a otras especies de animales salvajes tales como a los funcionarios corruptos, a los violadores de todas los géneros y edades, a los que violan las leyes de tránsito y similares, de esta manera contribuiremos a que los cocodrilos tengan una dieta balanceada.

Por ello pienso que, aunque el tema es CREAR UNA FINCA DE PRODUCCION DE PIELES DE COCODRILO PARA EXPORTACION, no es menos cierto que mi  propósito subyacente es llamarnos a conciencia sobre muchas cosas inconsecuentes que los seres humanos hacemos.

Hay gente que tiene dos y tres perros a los cuales dan un trato que a un niño de la calle quien le intenta limpiar el cristal de su vehículo no recibe, pero resulta que el perro es un ANIMAL, y el niño, al igual que quien tiene al perro, es un SER HUMANO.  Son cosas que nos deben llamar a reflexión.

¡Ah por cierto!, en cuanto a las gallinas, el asunto desenlazó en que después de cómo tres meses de comprar alimento para gallinas y haber gastado con lo que hubiera podido comprar un buffet para 20 personas, solo pude comerme 3 huevos de una de las gallinas, pues un aciago día, después de volver de un viaje a Fantino, hallé que mis gallinas aparentemente se habían mudado a la cocina de algún desconocido.