sábado, 14 de julio de 2012


HEBREOS
FUNDAMENTOS SOLIDOS
EN EPOCAS DIFICILES

BASADO EN LA CARTA A LOS HEBREOS

POR:
JUAN ALBERTO GALVA C.


La carta a los Hebreos, es sin duda uno de los  mas apasionantes libros del Nuevo Testamento, también uno de lo mas extensos y sustanciosos. Trata una serie de temas delicados que requieren una gran comprensión sobre los asuntos relacionados tanto con la cultura judía como la cultura griega,  pues su trasfondo principal es precisamente el antiguo orden de cosas establecido por Dios mediante el pueblo elegido integrando imágenes mentales referentes a creyentes, muy probablemente de cultura griega.

Se estima su redacción entre los anos 64 y 86 D.C.  Entre los gobiernos de Nerón y Domiciano probablemente.
Su autor por otra parte ha sido durante muchos anos tema de debate, barajándose personalidades tales como Bernabé, Apolos, Pablo e inclusive, según el investigador alemán, habría sido escrita por Aquila y Priscila, no obstante ninguna de las suposiciones hechas para apoyar estos supuestos autógrafos resulta ser convincentemente satisfactoria, por lo cual apelamos a fin de cuentas a la ultima autoridad en materia de redacción bíblica, el Espíritu Santo.

El autor aborda varios asuntos atinentes a la situación que vivían sus discípulos, se trata de un maestro preocupado por la salud espiritual de sus ovejas quienes aparentemente fruto de la persecución desatada para la época estaban siendo tentados a retroceder. Para este fin el autor establece una fina línea argumentativa tendente a llevarles a reflexionar sobre la riqueza de la esperanza puesta en cada creyente en comparación a la magnitud pasajera de las amenazas y persecuciones que se vivían en ese instante. Les alienta además haciéndoles conscientes de que ellos no van solos en los padecimientos, sino que otros, antes que ellos habían participado en las tribulaciones en situaciones aun más graves puesto que ellos no habían sufrido aun el despojo de sus bienes ni habían sido asesinados por su fe.

La carta a los Hebreos mas que simplemente un libro, es un ancla firmemente enclavada, un maravilloso refugio de esperanza y buena dirección para quienes atraviesan pruebas diversas, un maravilloso bálsamo de amor de parte de Cristo a fin de que su iglesia tenga absoluta certeza y seguridad de que el que prometió es también poderoso y fiel para cumplir.

COMENTARIO A LA CARTA DEL APOSTOL PABLO A LOS HEBREOS
HEBREOS CAPITULO I. I:3
Mucho se ha discutido sobre la paternidad de la carta a los Hebreos, tanto que aun hasta nuestros días este discusión sigue inconclusa. De hecho la carta a los hebreos no fue aceptada plenamente por todas las iglesias de la cristiandad sino después.
Para objetar la inclusión de la carta en el Canon, se esgrimieron toda clase de argumentos; los más destacados fueron:

Sin embargo, y a pesar de dichas objeciones la lectura de la carta a los hebreos se expandió y entronizó en el corazón de los creyentes de tal manera que para el año en el concilio de después de se decidió aceptar el libro como canónico.  

De entrada el autor quiere establecer la supremacía de Cristo en todos los ordenes, se puede afirmar por ello, que junto con el apóstol Juan, el Autor de Hebreos es un de los pocos autores del Nuevo Testamento el cual desarrolla una teología que podemos considerar “consciente” sobre la divinidad de Cristo. Esto es así, porque tanto el apóstol Pablo (excepto por el capitulo 2 de la carta a los Colosenses), como Pedro, Santiago y los demás autores suelen caer en declaraciones sobre la divinidad de Cristo bajo estructuras de comunicación coyunturales

Hebreos
Capítulo 01
1 Dios, [habiendo] [hablado] antiguamente muchas veces y de muchas maneras a los padres por los profetas, 2 al final de estos días nos [habló] por el Hijo, a quien [constituyó] heredero de todas las cosas, y por el cual hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su Ser, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, [habiendo] [efectuado] la purificación  de los pecados, se [sentó] a la diestra de la Majestad  en las alturas,
UN TONO ANECDOTICO
1: 1-3

El autor de la carta comienza sin preámbulos; tiene un objetivo en mente bastante definido y empieza a desarrollar su argumentación yendo de inmediato al grano:
“Dios ha hablado en la historia”,
lo ha hecho muchas veces. Es probable que alguien sienta o piense que Dios no existe debido a que no se ve de El una apariencia visible o un interés marcado; Dios es el Ser supremo y como tal El y no sus criaturas dicta el tiempo y las condiciones en que se ha de revelar, y de hecho, es precisamente eso lo que Dios hace, Dios no hace hoy una aparición súbita ni estruendosa cada vez que un hombre lo solicite porque el ciertamente es Soberano; sin embargo Dios ha hecho en el paso tales apariciones, lo ha hecho además muchas veces, es decir Dios en su misericordia y en su soberanía ha hecho hasta lo indecible para comunicarse con la humanidad, primeramente a través de individuos, mas adelante a través de toda una nación. Y dentro del contexto de esa nación a través de los mas heterogéneos canales y se ha valido de diferentes mecanismos para comunicarse, mecanismos todos coherentes con su naturaleza, pero bastante heterogéneos y versátiles. De entrada esto nos enseña dos cosas sobre Dios:
1-    Nos instruye a no encasillar a Dios en un modelo único de acción. Dios es omnipotente y omnisciente, por lo mismo, una misma cosa, la puede hacer de muchas maneras distintas sin apartarse un ápice de las normas éticas inherentes a su ser, quizá sea por esa razón que el apóstol Pablo habla sobre “la multiforme gracia de Dios”.
2-    Dios no es un ser distante separado de su creación, como afirman los deístas, en cambio es un Dios involucrado con su creación a la cual asiste y sustenta constantemente y con la cual así mismo se comunica oportunamente. (Cf Col 1:17).
Más importante aun, el autor desea destacar que Dios no simplemente habló en el pasado y que esa manifestación es la gloria del recuerdo rancio con el que debemos vivir, nada de eso, el autor quiere que sus lectores sepan que Jehová, que es un Dios activo y dinámico, ha escogido en la consumación de los tiempos y de sus propósitos eternos realizar su más excelso acto de presencia en el ámbito terrestre, pues nos ha hablado a través de su Hijo.
Ahora bien, es bueno que examinemos la implicación que tiene el hecho de que Dios nos haya hablado a través del Hijo. En primer lugar se precisa entender la analogía Padre Hijo, si ésta no es debidamente entendida buena parte de la fraseología teológica del Nuevo Testamento queda sin sentido, o al menos es despojada de su significado más profundo.
Como es bien sabido, no hay Padre sin Hijo, y lo mismo es cierto acerca del Hijo con relación al Padre, de ahí la insistencia del apóstol Juan hacia aquellos que intentaban negar la filiación de Jesucristo con el Padre celestial. “el que no tiene al Hijo tampoco tiene al Padre”  La Biblia enseña consistentemente acerca de Dios como Padre, no solamente que es un padre de pueblos y naciones y del hombre creado, sino que es Padre por conducto de la emanación de su ser en otro ser en el cual el Dios eterno se comunica así mismo y viceversa. Hay pues perfecta armonía en la relación Padre Hijo, toda vez, que nada ajeno a la divinidad hay en el Hijo que ha sido engendrado por el Padre.
Por su puesto que todo esto es un misterio, pero al menos los bordes, las orillas de este misterio, deben ser considerados ya que nos permiten ubicar debidamente al Hijo de Dios dentro del marco de su absoluta divinidad. Tal Hijo era necesario, aunque por necesario no deseamos expresar la idea de carencia, sino la idea de esencialidad y quizás la idea de lo axiomático. Dios no podría compartir una filiación estrecha con su propia creación, porque, aunque Dios está en cada átomo de su creación, sin embargo, Dios mismo no es el átomo, en su creación, sino alguien separado de su creación, es decir, distinto y distintivo; así pues, la creación de Dios, emana de Dios, y sin embargo no es parte integral de su ser.
Pero con relación al Hijo no pasa igual, pues el Hijo fue engendrado, nacido de Dios, el Hijo, pues, como afirma el credo, es “Dios de verdadero Dios, engendrado y no creado, consustancial con el Padre”, (CREDO DE LOS APOSTOLES SIGLO)  y por ser todo lo anterior, nada hay que haga el Padre, que sea ajeno hacer para el Hijo, (JN ) por ello, es coherentísimo, que todo lo que el Hijo vea hacer al Padre, él lo haga también. Jesucristo, es bueno entenderlo, no es hijo, a nivel posicional, Jesucristo es la esencia y presencia misma del ser de Dios Padre, en otro ser distinto, el Hijo, fruto de su infinito y eterno amor, a quien el Padre ha generado desde toda la eternidad y por la eternidad.

Así pues, después de esta larga, pero necesaria disquisición teológica y filosófica, creo que estamos en mejor condición de entender qué implica el autor de hebreos cuando nos dice: “en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo”.
Notemos que el autor escoge palabras muy precisas para comunicar lo que de hecho recibió de boca de aquellos quienes recibieron las enseñanzas apostólicas de primera mano: “3 el cual, siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su Ser”.
Dios el Padre dentro de sus propósitos infinitos se propuso así mismo experimentar su propia creación, esa creación que se había revelado en contra suya, El habría de redimirla de toda maldad y habría de reunir en si mismo todas las acusaciones humanas de injusticia divina en su propio ser, haciéndose solidario con su creación viniendo a habitar el ser de Dios en carne y hueso, respirando el aire que él mismo creó, bebiendo el agua que él constituyó, rendido al sueño, expuesto al miedo, a las pasiones, al dolor y a todas las glorias y miserias de su creación, porque Dios, el Dios eterno, se hizo carne, se hizo hombre, se hizo como uno de nosotros.
 Asi en el pasado Dios se comunicó con la humanidad insistentemente, incansablemente y utilizando todos los medios posibles, pero en este último tiempo nos ha hablado a través de su Son quien en palabras del autor es nada más y nada menos que:
El resplandor de su gloria,
La imagen misma de su sustancia,
Y el sustentador de TODO cuanto existe (el énfasis es añadido)
 El conjunto de esta frase es de por si una manifiesta declaración de divinidad, porque al escuchar esta palabras uno tiene que meditar preguntándose: en qué parte del Antiguo Testamento se puede hallar una declaración semejante, que alguien, ni por asomo, sea en si mismo, la imagen y la sustancia de lo que Dios es.
A.T. Robertson destaca en su Comentario Al Texto Griego Del Nuevo Testamento:
En el Vr 3, la palabra utilizada es SIENDO, traducida por [El que es] “
Gr. On. Existencia absoluta y atemporal  (participio presente en voz activa de eimi) en contraste con genomenos en el versículo 4”
Así pues, tal como en Juan 1:1 el autor tiene en mente una idea bastante definida, les presenta a sus lectores al Hijo del Padre, como una persona separada de éste, pero unida a El de una forma tal que no puede haber la menor duda de la divinidad del Hijo que esta en su seno.

1:4 Hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.1:5 Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Mi Hijo eres tú, 
Yo te he engendrado hoy,

y otra vez: 
Yo seré a él Padre, 
Y él me será a mí hijo?
1:6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.
1:7 Ciertamente de los ángeles dice:
El que hace a sus ángeles espíritus, 
Y a sus ministros llama de fuego.
1:8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; 
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
1:9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, 
Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, 
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.
1:10 Y:
Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, 
Y los cielos son obra de tus manos. 
1:11 Ellos perecerán, mas tú permaneces; 
Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, 
1:12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; 
Pero tú eres el mismo, 
Y tus años no acabarán.
1:13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Siéntate a mi diestra, 
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
1:14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?

LO BUENO QUE SIN EMBARGO DEBE DAR PASO A LO PERFECTO (1:4-14)
En los versículos 4-14 el autor comienza a realizar un giro interesante, pasa a realizar una serie de comparaciones entre Cristo y ciertas personalidades e instituciones del A.T. como ya he expresado antes, en todo el nuevo testamento, exceptuando al evangelio de Juan y algunas porciones de las epístolas paulinas, sobre todo Colosenses y Filipenses, uno no halla una teología marcadamente orientada hacia una explicación sobre la persona divina de Jesucristo, solo declaraciones ocasionales y coyunturales. Sin embargo eso queda atrás cuando abordamos la carta a los Hebreos, porque deliberadamente su autor desarrolla un argumento que va en desarrollo climático hasta dejar claramente establecida la superioridad del Hijo de Dios debido a su filiación divina con el Padre.
Pero hay que observar la maestría y la delicadeza utilizadas por el autor de Hebreos pues la tarea que ahora tiene delante no es poca cosa el intenta decirle a sus lectores que ciertas instituciones y personas que ellos han admirado por mucho tiempo, tiene ciertamente razones para ser reconocidas como personas e instituciones que jugaron un papel importante, pero que el desea ahora que las reúnan todas en un saco y entre todas le hagan pleitesía al Hijo de Dios, quien es la razón ultima, el objetivo final y la razón de existir de todas estas instituciones y personalidades.
La razón que motiva estas comparaciones son las claras amenazas a las que se ve enfrentada la iglesia a  la que le ha tocado ministrar a este autor desconocido para nosotros. Recordemos que el tiempo en escribe el autor de Hebreos es posiblemente la época inmediatamente posterior a la desaparición física de los apóstoles y que ya para ese tiempo las principales amenazas que se cernían sobre la iglesia de Cristo eran básicamente las falsas doctrinas y las muchas filosofías griegas, como el agnosticismo, que representaban grave peligro para la sana fe de las comunidades cristianas.
De hecho, si uno hace un examen sobre los temas recurrentes de las últimas epístolas notará esta creciente preocupación:

LA ANGEOLOGIA DE LOS JUDIOS
Una de las corrientes doctrinales de ese tiempo era un exagerado énfasis sobre la autoridad e influencia de los ángeles, esto es tan así, que el autor de hebreos comienza su serie de comparaciones precisamente por este punto, respecto de este tema observemos lo que nos dice William Barclay en esta cita in extenso:

“Si consideramos algunas de las ideas básicas de los judíos acerca de los ángeles veremos que reaparecen. Dios vivía rodeado de huestes celestiales (Isaías 6:1, 1Reyes 22:19). Algunas veces se toman los ángeles como el ejercito de Dios (Josué 5:14s) la palabra griega para ángel es angueloi y en hebreo mal’akim. En las dos lenguas estas palabras quieren decir mensajeros además de ángeles, y de hecho se usan más corrientemente en ese sentido. Se creía que los ángeles eran realmente instrumentos  que Dios usaba para enviar Su palabra y hacer Su voluntad en el mundo de los seres humanos. Se decía que estaban hechos de una sustancia etérea semejante al fuego, como la luz. Fueron creados o el segundo o el quinto día de la creación. No comían ni bebían ni tenían hijos. A veces se creía que eran importantes por su puesto Dios los podía aniquilar; pero había otra creencia  acerca de su existencia que ahora veremos. Algunos de ellos los Serafim, los Ketubim y los Ofanim (-im es la terminación de plural  de los nombres masculinos  en hebreo) estaban siempre alrededor del trono de Dios. Se creía que tenían mas conocimiento que los hombres, especialmente acerca del futuro; pero no por si mismos, sino porque oían a veces  “detrás del velo.” Se los consideraba como una especie de sequito, o como la familia de Dios. También se los consideraba a veces como una especie de senado celestial; Dios no hacia nada sin consultárselo. Por ejemplo, cuando Dios dijo “hagamos al hombre a nuestra imagen…” (Génesis 1:26) estaba hablando con Su senado angélico. A veces los ángeles protestaban o hacían objeciones a los planes de Dios. En particular objetaron la creación del género humano, por lo que fueron aniquiladas muchas de sus tropas; y también objetaron que se les diera la ley a los hombres, y hasta atacaron a Moisés cuando subía al Monte Sinaí. Esto fue porque se pusieron celosos, y no querían compartir ninguna de sus prerrogativas con otras criaturas. Había millones y millones de ángeles. Los nombres de algunos de ellos no aparecen hasta épocas posteriores. Estaban, en particular, los siete “ángeles de la presencia” que eran los arcángeles, los principales de los cuales eran Rafael, Uriel, Fanuel, Gabriel, —que era el que traía los mensajes de Dios al pueblo de Israel—   y Miguel —el ángel encargado de los asuntos del pueblo de Israel”.            
Como hemos visto los judíos tenían a los ángeles en una muy alta estima, quizá en una estima más alta de lo que aconsejaba la prudencia, de ahí que el autor de hebreos se ve en la necesidad de poner a Jesucristo en correcta perspectiva frente a esta creencia y frente a las falsas doctrinas que se generaban por influencia de esta creencia. Así que según la enseñanza del autor de hebreos debemos tener en cuenta al menos las siguientes cosas:

JESUS OSTENTA LA POSICION DE HIJO UNICO. (1:-5)
Sabemos por Antiguo Testamento que Dios consideraba hijos suyos a los ángeles, a los hijos descendientes de Adán, poéticamente hablando se habla de Efraín como hijo de Dios., pero la relación de hijo que describe el autor de Hebreos es única en su genero, tanto que, en la manera que Jesús es Hijo ningún otro ser lo es, el es el único hijo engendrado en el seno del Padre, por tanto es Dios de verdadero Dios.

Jesús mismo hizo suficientes declaraciones que nos dejan bien en claro esa notable diferencia, veamos:


LA PRUBEA DE QUE JESUS OSTENTA UNA POSICION UNICA COMO HIJO (1:6)
Ningún ángel por exaltado que sea recibió jamás adoración, y ni hablar de que Dios mandara que se le alabara, de hecho, el único caso registrado de un ángel que quiere que le adoren es Satanás, y la respuesta a su pretensión fue  el descielo, fue arrojado del cielo por la rebelión que orquestó en contra de Dios. Dios jamás aceptará que se adore a ningún ser que no sea su propio ser. Pero como sabemos, el ser de Dios habita en tres personas divinas, a saber Padre, Hijo y Espíritu Santo, por tanto, siendo que el Hijo es Dios de verdadero Dios, el Padre no tiene ningún reparo en declarar públicamente que manda que todos los ángeles le adoren mientras es introducido al mundo, de la cual adoración da testimonio Lucas en su evangelio:

“y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían:
Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres” Lc 2:13-14.
Así mismo los vrs 8-12, el autor invierte bastante tiempo e ingenio explicando la posición y la divinidad de Cristo, llamándolo:

Dios, vr 8.
Ungido, vr 9.
Señor, vr 10.

Le atribuye las obras de la creación, lo presenta como imperecedero, eterno, lo presenta inmutable incambiable.

De modo que el Hijo tiene posición de soberano, pero los ángeles tienen posición de servidores del soberano, pues de ellos se dice:

“El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego” Heb 1:6-7
“No son todos espíritus ministradores enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?
EL HIJO UNICO ES TAMBIEN SEÑOR (1:13)
Es el Hijo quien es exaltado sobre todo nombre que se nombra, es a quien se le ha reservado el reino y el Señorío y ahora esta a la derecha del Padre esperando hasta que el Padre ponga a todos sus enemigos por estrado de sus pies.

CONCLUSION

Dios es Dios creador y sustentador. Es un ser de amor puro y esta profundamente interesado en su creación, por lo mismo de manera consistente y persistente ha hablado a los hombres y lo ha hecho de las mas diversas maneras a fin de hacerse oír, por lo cual los hombres son sin excusa. Tanto es esto así, que en su inescrutable plan, ideó comunicarse con los hombres que creo y que se revelaron en contra suya, ya no solo en su calidad de Dios omnipresente y en su omnisciencia, sino llevando las cosas más allá haciéndose uno con su creación y aunque los teólogos como Francisco Lacueva plantean que Dios tiene un conocimiento exhaustivo de todas las cosas, ya que el conoce no solo de forma general sino de igual forma conoce de forma universal, de todas formas no es lo mismo “conocer” que experimentar. Así pues Dios se hizo hombre y al hacerse hombre adquirió algo que no era parte de si. Por lo mismo debemos reverentemente examinar esta realidad y procurar no ser dogmaticos a la hora de abordar este punto. Los teólogos dicen que Dios no puede adquirir, ni aprender nada nuevo; la Biblia dice que Dios lo sabe todo, luego habría que saber qué esta queriendo decir el autor de hebreos cuando dice que Dios lo sabe todo y sin embargo declara que, se hizo hombre, algo que no era en Dios vino a ser, ese Dios hombre, es algo nuevo en el ser de Dios, ese Dios hombre esta experimentado el mundo que creo, que conoce por cuanto lo diseño, seria como decir que un arquitecto conoce cada parte del edificio y el parque que diseño, pero no se ha mojado los pies en el agua, no a respirado el aire que creo, no ha dormido en la habitación que diseño. Aprendió la obediencia


El autor de hebreos además establece una clara distinción entre Cristo y los ángeles y sus respectivos ministerios; los ángeles son servidores de Dios, Cristo es Dios.


LA PRIMERA VOZ DE ALERTA
Hebreos
Capítulo 02

2:1 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
2:2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,
2:3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
2:4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.


2:1 Por tanto Gr. dia touto, una pausa hace aquí el autor para hacer sacar una enseñanza practica a raíz de lo anteriormente dicho. El hecho de que Jesús esta por encima de todo, le otorga a su persona, derecho de juicio, derecho de vida y muerte, toda vez que es autor de nuestra salvación.
Así que mirando el tiempo que vivían sus autores, época de duras persecuciones de y gran apostasía, en vez de prestar oído a todas las estratagemas que estaba utilizando el enemigo para desviar la atención de los hermanos el autor les conmina a que:
“con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído
Hay aquí un fuerte contraste, la exhortación es prestar oídos  a las cosas ya antes dichas Cf: Heb 1:1-2. 2:1. 2:3. Y en cambio, a cerrar el oído a las novedades doctrinales perniciosas que estaban azotando a los creyentes con fuerza de vientos huracanados. Lo cual es en nuestros días una realidad más latente que nunca, pues la clara inclinación de la iglesia actual es la misma del tiempo del Autor, con la diferencia de que ahora cada vez hallamos menos hombres sanos en la fe dispuestos a defender las sanas verdades del evangelio.
Pero no se trata de una simple sugerencia para mejorar algún aspecto misceláneo de la vida de los creyentes, sino, que lo que esta en juego según el autor, es la evidencia del genuino llamamiento, pues el resultado de prestar atención a la exhortación es evitar un deslizamiento de la fe. Gr. parrarreo, Lit pasando de largo, uso metafórico, queriendo significar ser arrastrado como  arrastran las corrientes de un rio.

Inmediatamente sigue el Autor evocando las antiguas desgracias del pueblo elegido, al cual usa consistentemente como vivo ejemplo de lo que no se debe hacer; ellos fueron privilegiados al recibir por medio de ángeles y un mediador humano la ley de Dios Cf  …., esa ley  contenía deberes y beneficios, Dios cumplió todas las promesas que hizo al pueblo de Israel, asi las que estipulaban su amorosa bendición, como aquellas que establecían castigo. Tanto en el peregrinar del pueblo de Israel en el desierto,  en donde Dios mostro virulenta severidad ante algunas de las manifestaciones de rebeldía y desobediencia del pueblo (no todas, pues, la eficaz intercesión de Moisés, consiguió aplacar la ira divina en muchas ocasiones), pero también les recuerda los sucesos acaecidos en las sucesivas invasiones sufridas a manos de Sisac, Asurbanipal, Esarhadon y  Nabucodonosor.
Del mismo modo tanto la iglesia del primer siglo, como la iglesia del presente siglo debe saber, que el Cristo resucitado y glorioso, quien se pasea por en medio de los candeleros y quien cuida y vigila a las iglesias con celo santo, procederá a castigar toda desobediencia a fin de perfeccionar nuestro servicio, entrega, devoción y obediencia.

LOS PELIGROS DE UNA FALSA SEGURIDAD Heb. 2:3

Podría parecer algo arbitrario y artificial dividir la línea de pensamiento del Autor, con este subtitulo de la manera que lo he hecho, pero me parece permitente al propósito. Si seguimos el pensamiento del autor hasta aquí, sin reparar en su intención inicial, la conclusión directa que se desprende del texto es que la teología del autor de hebreos no admite la doctrina de la seguridad eterna, pues el enseña entre otras cosas:

1-    Que el descuido de la salvación traería serias dudas a la posibilidad de escapar al juicio eterno.
2-    Al igual que los creyentes del Antiguo Pacto, los creyentes del Nuevo Pacto pueden enfrentar el juicio y el castigo de Dios por su desobediencia.
3-    Que la salvación puede ser descuidada.
4-    Que hay posibilidad de que un creyente se pueda perder.
5-    Que la salvación se puede perder.

Admito, para los mas avisados, que realmente no se pueden desprender tantas conclusiones a partir del texto, sin embargo, por algunas razón mucha gente puede hacer todas estas conclusiones a partir de las declaraciones de Autor, tanto aquí como en Heb 10:26-39. Pero, en realidad, esto no se debe a que el texto comunique tal idea, sino al hecho de que muchos se acercan al texto con ideas preconcebidas y por lo mismo suelen llegar a conclusiones que el texto no apoya, veamos lo que si dice el texto, pero tomando en cuenta el contexto:

El contexto es, un amante maestro de la palabra de Dios, quien le escribe a sus atemorizados hermanos cristianos para alentarlos en medio de una cruda etapa de persecución, y ante la latente amenaza de deserción ejercida por las humanas y diabólicas doctrinas de error que subrepticiamente se iban infiltrando en el seno de la iglesia de fines del primer siglo.
Este libro no es lo suficientemente extenso, ni es tema principal de este escrito tratar las bases que sustentan la doctrina de la perseverancia de los santos así como la doctrina de la seguridad eterna, pero, es menester decir, que ciertamente ambas son doctrinas bíblicas que pueden ser coherentemente establecidas en todas la Biblia desde génesis y hasta apocalipsis. Esta doctrina, como todas las grandes verdades de las Escrituras, tiene su aparente objeción y contradicción. Vea el libro: Todas Las Doctrinas Atacadas, Editoriales El Escriba & Perspectiva Cristiana.
Lo que si debe quedar claro, es que ambas son doctrinas, lo cual queda definido porque en parte de estos temas no se habla ocasionalmente en la Biblia, sino que se trata de temas recurrentes y consistentemente enseñados y establecidos. En cambio, la “posibilidad de la perdida de la salvación, o la salvación condicional” no es una doctrina de las Escrituras, tal cosa nunca es enseñada.

Pero como hemos dichos anteriormente hay pasajes de las la Biblia, que en la mayoría de los casos sacados de su contexto darían la impresión de la Biblia esta diciendo que un creyente se puede perder.

Jesús por ejemplo dice,

De tal manera amo Dios al mundo que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en el cree, no se pierda mas tenga vida eterna.

Nadie puede venir a mi, si el Padre que me envió, no le trae. Lit. Arrastra.

Todo el que mi Padre me da, vendrá a mi, y el que a mi viene, no le hecho fuera

Dice además

Este mandamiento recibí de mi Padre, que de todo lo que el me da no pierda Yo nada.

A sus discípulos

Por tanto vayan por todo el mundo prediquen el evangelio, el que creyere y fuere bautizado será salvo y el que no será condenado.

A partir de los pasajes anteriores obtenemos quizá una síntesis de la enseñanza de Jesús sobre la salvación, según está concebida en la mente de Dios el Padre, se podría decir algo como:


“Deseo que todos sepan que aunque el Padre expresa sinceramente su mejor intención de salvar a la humanidad caída, por su gran amor ha decidido enviar a su único hijo para que,  una parte de la humanidad a quien El le concede en su misericordia el privilegio de creer, lo logre. La forma en que esto se llevará a cabo será así:
El Hijo del Padre, vendrá a la tierra y se ofrecerá como pago sustituto por los pecados de esos pecadores.
El Padre ha decidido que los que el escogió vengan a El mediante el pregón del evangelio, por lo mismo, los primeros elegidos y predestinados a salvación continuarán anunciando la buena nueva a toda la humanidad como testimonio, aunque los únicos que responderán al llamado del evangelio serán aquellos a quienes el Padre en su soberanía decida traer. Toda persona elegida, eficazmente llamada por el Padre, irremisiblemente llegará al evangelio y permanecerá en él.
Jesús es el encargado por el Padre, de garantizar, que aquellos elegidos de El, a quienes El le lleve y le entregue no puedan perderse, bajo ningún concepto ni circunstancia, habida ni por haber. Ro 8:28-39”

Siendo así las cosas, y ya que el Autor de hebreos parece apoyar esta doctrina, en buena hermenéutica uno no puede pensar que de un pasaje a otro un mismo autor inspirado puede estar entrando en franca contradicción con la Palabra revelada, por tanto aquí, como en otros pasajes antes citados y como pasa con el mismo apóstol Pablo y con Jesús, la intención del Autor, es, mediante una  hipérbole llamar con advertencia a los creyentes para que afirmen su vocación y no vivan vidas descuidadas. Alguien objetara a esta conclusión, que, qué motivación pueden tener los creyentes elegidos a vivir vidas santas, o a cuidar una salvación, que, de por si es imperdible.
A lo cual respondo que la realidad es que, ese argumento, no es nuevo. En primer lugar, a los hijos que tenemos en la casa los amamos no por alguna cosa buena o mala que hayan hecho, se les prodiga amor por el simple hecho de haber nacido en la familia; una vez nacidos en el seno familiar jamás dejaran de ser hijos (como el hijo prodigo a quien su padre siempre esperó, y a quien después de regresar, no recibió como a un extraño sino a como a un hijo) pero, el hecho de que sean hijos y de que sea imposible que pierdan esta condición, aun asi, a los hijos se les disciplina, y a veces hasta se les amenaza, se les alerta y se les advierte sobre las consecuencias de la desobediencia, debido a que ellos necesitan disciplina.
La debilidad intrínseca del ser humano hace necesaria una constante supervisión de la conducta, porque la tendencia natural del ser humano es a degenerar, por lo mismo, aun los creyentes nacidos de nuevo, que ahora son nueva criatura, pero que aun conservan en si mismos, dominada por el espíritu, la carne, viejo hombre o vieja naturaleza, son constantemente alertados sobre las consecuencias de la desobediencia, porque, ellos deben vivir vidas que reflejen el carácter de aquel que les llamó a su presencia.
Por el hecho de que tus hijos sean hijos para siempre, no los dejas sin disciplina, no dejas que hagan de la casa un caos, sino que procuras que en todo se muestren educados disciplinados y que reflejen sus costumbres, preferencias y valores. Así mismo.
Hace  Dios con nosotros, lo hace porque sin lugar a dudas lo necesitamos.

UN DON AUTENTICADO POR LAS MAS ALTAS AUTORIDADES

Esta salvación de la que ha venido hablando el Autor de hebreos, y que según hemos establecido, es imposible de perder, es además un don que viene atestiguado por personalidades de las más altas esferas del orden espiritual:

1-    Anunciada primeramente por el Señor Heb

:5 Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando;
2:6 pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo:
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, 
O el hijo del hombre, para que le visites? 
2:7 Le hiciste un poco menor que los ángeles, 
Le coronaste de gloria y de honra, 
Y le pusiste sobre las obras de tus manos; 
2:8 Todo lo sujetaste bajo sus pies.
Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
2:9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
2:10 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
2:11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
2:12 diciendo:
Anunciaré a mis hermanos tu nombre, 
En medio de la congregación te alabaré.
2:13 Y otra vez: 
Yo confiaré en él.
Y de nuevo: 
He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
2:14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
2:15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
2:16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.
2:17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
2:18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.

Hebreos
Capítulo 03
3:1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;
3:2 el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.
3:3 Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.
3:4 Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.
3:5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
3:6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
3:7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz, 
3:8 No endurezcáis vuestros corazones, 
Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, 
3:9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, 
Y vieron mis obras cuarenta años. 
3:10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, 
Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, 
Y no han conocido mis caminos. 
3:11 Por tanto, juré en mi ira: 
No entrarán en mi reposo.
3:12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
3:13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
3:14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio,
3:15 entre tanto que se dice:
Si oyereis hoy su voz, 
No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
3:16 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés?
3:17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?
3:18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?
3:19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

Hebreos
Capítulo 04
4:1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.
4:2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
4:3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo:
Por tanto, juré en mi ira, 
No entrarán en mi reposo;
aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.
4:4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.
4:5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.
4:6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia,
4:7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo:
Si oyereis hoy su voz, 
No endurezcáis vuestros corazones.
4:8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día.
4:9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
4:10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
4:11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.
4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
4:13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
4:14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Hebreos
Capítulo 05
5:1 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados;
5:2 para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad;
5:3 y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.
5:4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.
5:5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo:
Tú eres mi Hijo, 
Yo te he engendrado hoy.
5:6 Como también dice en otro lugar:
Tú eres sacerdote para siempre, 
Según el orden de Melquisedec.
5:7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
5:8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
5:9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
5:10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
5:11 Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
5:12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
5:13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
5:14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

Hebreos
Capítulo 06
6:1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,
6:2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.
6:3 Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.
6:4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
6:5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,
6:6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
6:7 Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios;
6:8 pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.
6:9 Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así.
6:10 Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
6:11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza,
6:12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
6:13 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,
6:14 diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.
6:15 Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.
6:16 Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación.
6:17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;
6:18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
6:19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,
6:20 donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Hebreos
Capítulo 07
7:1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,
7:2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;
7:3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
7:4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.
7:5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.
7:6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.
7:7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.
7:8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.
7:9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;
7:10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.
7:11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
7:12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;
7:13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.
7:14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.
7:15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto,
7:16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.
7:17 Pues se da testimonio de él:
Tú eres sacerdote para siempre, 
Según el orden de Melquisedec.
7:18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia
7:19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.
7:20 Y esto no fue hecho sin juramento;
7:21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo:
Juró el Señor, y no se arrepentirá: 
Tú eres sacerdote para siempre, 
Según el orden de Melquisedec.
7:22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.
7:23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar;
7:24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;
7:25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
7:26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
7:27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
7:28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Hebreos
Capítulo 08
8:1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
8:2 ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.
8:3 Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
8:4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
8:5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
8:6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
8:7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
8:8 Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor, 
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 
8:9 No como el pacto que hice con sus padres 
El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; 
Porque ellos no permanecieron en mi pacto, 
Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. 
8:10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel 
Después de aquellos días, dice el Señor: 
Pondré mis leyes en la mente de ellos, 
Y sobre su corazón las escribiré; 
Y seré a ellos por Dios, 
Y ellos me serán a mí por pueblo; 
8:11 Y ninguno enseñará a su prójimo, 
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; 
Porque todos me conocerán, 
Desde el menor hasta el mayor de ellos. 
8:12 Porque seré propicio a sus injusticias, 
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
8:13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.
Hebreos
Capítulo 09
9:1 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal.
9:2 Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición.
9:3 Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo,
9:4 el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;
9:5 y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.
9:6 Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto;
9:7 pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;
9:8 dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie.
9:9 Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto,
9:10 ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.
9:11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
9:12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
9:13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne,
9:14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
9:15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
9:16 Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.
9:17 Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.
9:18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.
9:19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,
9:20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.
9:21 Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
9:22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
9:23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.
9:24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;
9:25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
9:26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
9:28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan

Hebreos
Capítulo 10
10:1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.
10:2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado.
10:3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados;
10:4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
10:5 Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste;
Mas me preparaste cuerpo.
10:6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. 
10:7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para 
hacer tu voluntad, 
Como en el rollo del libro está escrito de mí.
10:8 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley),
10:9 y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.
10:10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
10:11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;
10:12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
10:13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;
10:14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
10:15 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
10:16 Este es el pacto que haré con ellos 
Después de aquellos días, dice el Señor: 
Pondré mis leyes en sus corazones, 
Y en sus mentes las escribiré,
10:17 añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
10:18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
10:19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
10:20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
10:21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
10:22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
10:23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
10:24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
10:26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,
10:27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
10:28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.
10:29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
10:30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
10:31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
10:32 Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos;
10:33 por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante.
10:34 Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.
10:35 No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;
10:36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
10:37 Porque aún un poquito, 
Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. 
10:38 Mas el justo vivirá por fe; 
Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
10:39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

Hebreos
Capítulo 11
11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
11:2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
11:4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
11:5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
11:7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
11:8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
11:9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
11:10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
11:11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
11:12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
11:13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
11:14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;
11:15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.
11:16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
11:17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,
11:18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;
11:19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.
11:20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.
11:21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.
11:22 Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos.
11:23 Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey.
11:24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón,
11:25 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado,
11:26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
11:27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
11:28 Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.
11:29 Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.
11:30 Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.
11:31 Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.
11:32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas;
11:33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
11:34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.
11:35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección;mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.
11:36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles.
11:37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;
11:38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
11:39 Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido;
11:40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros. 
Hebreos
Capítulo 12
12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
12:3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
12:4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;
12:5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, 
Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 
12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina, 
Y azota a todo el que recibe por hijo.
12:7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
12:8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
12:9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
12:10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.
12:11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
12:12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;
12:13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
12:16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.
12:17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
12:18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,
12:19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,
12:20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;
12:21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;
12:22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
12:23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
12:24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
12:25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
12:26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
12:27 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
12:28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
12:29 porque nuestro Dios es fuego consumidor

Hebreos
Capítulo 13
13:1 Permanezca el amor fraternal.
13:2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
13:3 Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.
13:4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
13:5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
13:6 de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré 
Lo que me pueda hacer el hombre.
13:7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.
13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
13:9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
13:10 Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo.
13:11 Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento.
13:12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
13:13 Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio;
13:14 porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.
13:15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
13:16 Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
13:17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
13:18 Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo.
13:19 Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto.
13:20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,
13:21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
13:22 Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente.
13:23 Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros.
13:24 Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan.
13:25 La gracia sea con todos vosotros.
Amén.

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