AGUA DE COCO EN BOTELLA PLASTICA

AGUA DE COCO

EN BOTELLA PLASTICA

Por: Juan Alberto Galvá

Hay canciones que a veces dicen frases que no tienen mucho sentido. Por ejemplo, una canción preciosa de Renan Carías es PAZ EN LA TORMENTA, pero si usted analiza la frase:

 ¨muchas veces yo me siento igual que tú, y mi corazón anhela algo real¨

Eso de que, mi corazón anhela algo real, qué significa exactamente: Bueno, si usted hace la prueba para saber qué opina la gente al respecto, hallará tantas respuestas como personas hay; sencillamente, la frase, es una frase de relleno que pega bien, pero que no hace sentido ni va a ningún fin coherente. Otro caso sería una expresión de la canción lindísima de Danilo Montero, la oración reza:

¨Para  todo aquél que busca, para todo aquél que crea, solo Jesús que está en mí, puede hacerse real, toda excusa y necesidad¨

No es por buscarle la quinta pata al gato, pero, estaremos de acuerdo en que se trata de frases raras.

Pero bien, qué tiene que ver todo esto con el AGUA DE COCO EN BOTELLA PLASTICA,  bueno, esencialmente nada. Excepto por la frase ¨mi corazón anhela algo real¨ que en estas canciones no significa nada, o al menos no comunica un mensaje claro, pero al propósito que aquí les mostraré sí hará sentido.

Miren, amigos así como a los niños les da por comer tierra debido a una necesidad orgánica, así mismo, de vez en cuando a nosotros se nos antoja comer algo. El cerebro de una manera que no puedo explicar, ha conectado sabor, gusto, olor y toda clase de experiencias del paladar con elementos tales como vitaminas, proteínas y minerales, con la idea de que, cuando algunas de estas bases de sustentación y equilibrio metabólico y nutricional falten, tengamos algún tipo de notificación sensorial que nos estimule a buscar esos suplementos.

Es de esa forma, que, si estamos faltos de fosforo, nos llega el antojo de comer pescado, y si estamos necesitados de hierro, lo obtenemos de las berenjenas, las habichuelas rojas, o si estamos faltos de energía nos da deseo de comer vegetales. Es interesante ver, que, en la mayoría de los casos, al solo tocar el paladar con ese alimento tan codiciado, se crea una sensación de satisfacción en nosotros, que difícilmente puede ser iguala con la simple ingestión de los alimentos que consumimos rutinariamente.

El otro día, hacía mi habitual caminata de oración, y exhausto del camino apetecí tomar agua de coco. Afortunadamente todo el sendero que yo recorro esta plantado de cocoteros con cocos abundantes, de vez en cuando, tengo la buena suerte de hallar uno o dos cocos en buen estado y me doy banquete con su fresca agua.

Pero ese día tuve una triste experiencia porque cargué dos cocos que pensaba me darían buen deleite y cuando terminé la caminata y me disponía a abrirlos, resultó que uno estaba ya pasado y el agua babosa e imbebible, y el otro no tenía nada de agua. ¡Qué decepción! Con tanto anhelo que había cargado esos cocos casi durante dos kilómetros solo para darme cuenta que fue un esfuerzo complemente inútil.

El asunto es que, en la noche, fui al supermercado a comprar algunas mercaderías que hacían falta en casa, y me encuentro con la maravillosa sorpresa de que venden AGUA DE COCO EN BOTELLA PLASTICA. Entonces, miré el producto por un rato, y quedé algo perplejo, era como si quisiera comprarlo, pero algo me hacía resistirme. Y yo me preguntaba ¿por qué? Se trata simplemente de otro producto que ha sido procesado y embotellado, o dispuesto de una manera diferente, para consumo masivo, después de todo eso mismo es la leche en polvo, la papa en polvo, los jugos de naranja y sabe Dios cuántos productos más.

Pero, por alguna razón, AGUA DE COCO EN BOTELLA PLASTICA me hizo reflexionar…. Honestamente la razón real no la sé, pero voy a especular un poco… si ustedes creen que hubo una razón mejor, por favor coméntenmelo a través del chat o déjenme un comentario:

·         Creo que será porque hay algunos productos cuya naturaleza hasta ahora ha resistido esa locura mercantilista que lo embotella y plastifica todo.

·         Será porque hay algunos productos a los cuales los relacionamos con lo verdaderamente natural, —Dice CS Lewis, que, ¨desde que a cualquier palabra hay que agregarle adjetivos tales como: real, verdadero o genuino, implica que esa palabra y lo que está detrás de ella, ha entrado en crisis— y deseamos desesperadamente que sigan conservándose así, naturales, es decir, productos reales.

·         Será porque la sensación de tocar con nuestros labios la  corteza del coco, produce un nivel de fruición y de indescriptibles. Como cuando coges las semillas del café en tus manos, paladeas y su olor se impregna en tus sentidos.  Después te bebes una rica infusión negra, que no es agua transparente llamada falsamente café, sino algo que es, realmente café.

·         Será porque en el fondo, aunque no podemos negar la ventaja que es no tener que exprimir las naranjas, y la ventaja de poder conservar la leche por muchísimo tiempo sin que se dañe, que a pesar de todas esas innegables ventajas, deseamos desesperadamente volver a lo real, a que si te bebes un jugo de mango, sea complemente de mango, sin color, sin persevantes ni nada de imitación.

Todas pueden ser las respuestas o tal vez ninguna lo sea, a fin de cuentas yo, es decir, en fin, al final, es decir, finalmente, definitivamente no supe porqué, pero lo cierto es que me resistí, sin resistencia, a comprar agua de coco en botella plástica. Y me marché de la tienda, algo así como queriendo y sin querer.