viernes, 18 de mayo de 2012

¿ES LA VOLUNTAD DE DIOS CLARA O INCIERTA?

Por: Juan Alberto Galvá
En mecánica cuántica, la relación de indeterminación de Heisenberg o principio de incertidumbre establece la imposibilidad de que determinados pares de magnitudes físicas sean conocidas con precisión arbitraria. Sucintamente, afirma que no se puede determinar, en términos de la física clásica, simultáneamente y con precisión arbitraria, ciertos pares de variables físicas, como son, por ejemplo, la posición y el momento lineal (cantidad de movimiento) de un objeto dado. En otras palabras, cuanta mayor certeza se busca en determinar la posición de una partícula, menos se conoce su cantidad de movimiento lineal y, por tanto, su velocidad. Esto implica que las partículas, en su movimiento, no tienen asociada una trayectoria definida como lo tienen en la física newtoniana. Este principio fue enunciado por Werner Heisenberg en 1927.

EN EL PLANO ESPIRITUAL

Esa es parte de la definición de Wikipedia acerca del llamado ¨principio de incertidumbre¨ de Heisenberg que como vemos plantea que a los fines de un acercamiento en el plano de lo infinitesimal es imposible determinar con precisión el lugar de una partícula.

Pero, ya, migrando esa realidad física al plano espiritual vamos a desentrañar el asunto, para ver si realmente podemos hablar de incertidumbre ante la voluntad de Dios o ambigüedad en ella..

¿CUAL ES LA VOLUNTAD DE DIOS?

Hay varios pasajes de las Escrituras que claramente señalan cual es la voluntad de Dios:

¨Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: que todo lo que me diere, no pierda yo de ello, sino que lo resucite en el día postrero¨ (Ev Jn).

¨Dad gracias a Dios en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús¨.

¨Porque esta es la voluntad de Dios; que haciendo bien hagáis callar la ignorancia de los hombre vanos¨.


Hay otros pasajes que no son tan explícitos, pero son igual de claros pues toda la exposición acerca de la ley de Dios está dada en un contexto de obligatoriedad emanada de Dios, por tanto es bastante claro que obedecer esa ley es su voluntad.

Hasta ahí, no tenemos problemas, la dificultad surge cuando no hay un mandamiento escrito sobre cómo debemos de proceder en una infinidad de temas sobre los cuales no se ha legislado.

Los eruditos nos dicen, que en esos casos lo que debemos hacer es ver la diferencia entre ¨ley¨  y  ¨principio¨ o en otras palabras, aprender a interpretar el ¨espíritu¨ de la ley.

Resulta obvio que, aunque no era imposible para Dios dejarnos un manual escrito acerca de todo cuanto pudiéramos  querer saber, pues para El nada es imposible, y uno pensaría que hubiera  sido muy útil según nuestra humana percepción tener semejante manual, el otro problema sin embargo quizá,  lo habría sido la magnitud  del volumen de ese manual  en un tiempo cuando no había computadoras capaces de almacenar la cantidad de información que hoy sí es posible. No es menos cierto que, no contar con semejante acceso ilimitado es lo que más guerras mentales generan en la vida de los creyentes sinceros. Ahora bien; ¿Por qué?

UN EJEMPLO QUE ILUSTRA EL PUNTO

Veamos ese relato extraído del primer libro de Samuel:

I Samuel 10:6-8.

[……]  Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.
7. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.
8. Luego bajarás delante de mí a Gilgal; entonces descenderé yo a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días, hasta que yo venga a ti y te enseñe lo que has de hacer.

I Samuel 13:8-14.

[……]  Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba.
9. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto.
10. Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle.
11. Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas,
12. me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.
13. Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tú Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.
14. Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.


En principio, para mí,  este era uno de los pasajes más desconcertantes de la Biblia. Yo lo leía como diciendo, ¡El pobre Saúl, no pega una! El relato analizado en la superficie en realidad da  la impresión de que se está cometiendo una injusticia en contra de Saúl:

*      Samuel le pidió que esperara para ofrecer el sacrificio. (I S 10:8)
*      Samuel prometió que iría en una fecha señalada (I S 10:8ª)
*      Saúl tiene ante sí, una situación apremiante (gente que está esperando a que el tome una decisión y un ejército en desbandada). (I S 13:11)
*      Saúl esperó en el plazo convenido (I S 13:11)


Según lo que acabamos de ver, Samuel sería más culpable que Saúl de lo acontecido, pero es Saúl quien paga los platos rotos. La cuestión es que, a pesar de que todo este cuadro se veía tan mal, y a pesar de que Samuel no había llegado, lo cierto es que entre las prerrogativas de Saúl no estaba ofrecer ese sacrificio. Cuando se le dieron las ordenes generales a Saúl, no hubo una clausula que implicara que si algo salía mal, el debía tomar la iniciativa y cambiar los planes, así que, aquí vemos un caso, en el que alguien, aparentemente de buena fe, hace algo y su resultado termina muy mal.

¿Por qué? ¿Porque no sabía la voluntad de Dios? ¡No!, más bien porque no conocía cada detalle de la voluntad de Dios, pero tenía una pauta clara sobre lo que debía hacer, no de lo que no debía hacer, así que, al actuar por intuición, tomó una decisión libre, y humanamente lógica pero con resultados devastadores. Así que la voluntad de Dios en este caso no fue lo suficientemente clara para saber qué hacer, pero si era suficientemente clara para saber qué no hacer, y este principio debemos tomarlo muy en cuenta.

Otro caso parecido a éste es el de Uza (II S. 6). Como sabemos, Uza, ignorante de la ley de Dios, y las autoridades también con él, con el objetivo de defender el Arca del Pacto, la sostiene para que no se caiga, y Dios le hace un juicio sumario ipso facto. Estoy seguro que si Uza hubiera tenido más información sobre los resultados funestos de su cándida acción benéfica hubiera sido menos caritativo. Es una pena que pasen episodios tan desconcertantes pero lo seguro es que Dios nos da un marco general que expresa su carácter y su propósito, sin entrar en detalles precisos con nadie de cómo llevará a cabo ese propósito, ese secreto entra dentro del marco de la soberanía de Dios y él disfruta profundamente manteniéndolo así.

La Biblia no te dice con quién casarte, solo te dice, con quién no casarte. La Biblia dice como te puedes empobrecer, pero no te da una clave infalible para enriquecerte, la Biblia nos dice que debemos predicar, pero no nos dice específicamente dónde ni tampoco nos garantiza el resultado.

¿CUAL ES LA VOLUNTAD DE DIOS PARA MI?

Esa es la pregunta del millón de dólares y su respuesta puede ser muy simple o tornarse complicada y frustrante. Si usted no tiene una mente muy inquisitiva, usted sufrirá muy poco, pero si su mente corre a  5.2 GHz de velocidad usted puede llegar a entrar en una agonía mental muy grande. Pero no se preocupe, Dios diseñó todo este proceso de tal forma, que por aguda que sea su percepción mental, el cansancio y la costumbre de ver, que, sencillamente es imposible obtener un mapa o un manual de la voluntad  de Dios son imposibles, le llevará a usted al final, al lugar del holgazán mental, el que no averigua demasiado sobre cada detalle de la voluntad de Dios, sino que simplemente acepta lo que le ocurre, trabaja con la información que Dios le da, mucha o poca, sin entrar en altercados con el creador.

Algunos dicen que es inapropiado hablar de ¨la voluntad de Dios para mí¨, dicen que Dios simplemente tiene un plan macro y que llama a todos los hombres a buscar su lugar en dicho plan, sin que realmente El tenga un trato particular con nadie. Yo no estoy de acuerdo con esa visión tan simplista. Ciertamente el plan de salvación es la obra maestra de Dios, pero no es bíblicamente cierto que Dios no ha tenido un trato particular con ciertos hombres en la historia humana, y menos cierto que no tenga un trato diferenciador con todas y cada una de sus criaturas.

OK, ENTONCES….. ¿CUAL ES LA VOLUNTAD DE DIOS PARA MI?

Sí, yo sé, todavía no le llego al asunto, miren… lo que ocurre es que lo que les voy a revelar es duro, así, que, he tenido primero que marearlos con algunos giros dialecticos antes de aterrizar a la cruda realidad de que Dios simplemente no hace eso que quisiéramos, El no le da un manual detallado y preciso de los avatares de la vida a nadie. Veamos esto en la vida de Abraham.

Dios llama a Abraham y le manda salir de su tierra y dejar sus parientes. (Gen 12:1 y ss.) Aquí el relato bíblico es extremadamente escueto, no hay nada de matices en este relato, es como una historia en blanco y negro es inclusive muy difícil de entender cómo una persona toma la trascendental decisión de dejar el domicilio en que vive, sus negocios, amistades y hasta sus familiares para aventurarse a ir a un lugar desconocido.

Lo cierto es que, contra toda probabilidad de éxito, después de emprender un viaje completamente incierto desde el punto de vista de lo que los sentidos humanos podían percibir, Abraham llegó al lugar que Dios le guió y le fue bien. Por tanto se ve, que no siempre lo que la guía de nuestros sentidos humanos nos dice es siempre lo correcto. ¡Claro no me mal interpreten!

Me explico; los sentidos los puso Dios para que los usemos bien. Dios nunca o casi nunca nos pide hacer cosas descabelladas; el hecho es que a veces, Dios nos puede pedir, y nos pedirá que hagamos cosas inusuales; pero inusual no significa absurdo o loco, lo que significa es algo que va más allá de nuestras expectativas, de nuestra comprensión, algo que nos saca de lo habitual.

Dios nunca reveló a Abraham cada parte de su plan. Dios se mostró a Abraham como Dios; es decir, coherente con lo que uno esperaría del Dios del universo, ecuánime, dueño de sí, en perfecto control, sin prisa, pero resuelto en sus planes. Así Abraham aprendió a depender de Dios y a confiar en ese Dios que no podía ser manipulado, que no vendría a atender cada capricho que Abraham tuviera, cuya persona estaba siempre presente, pero al mismo tiempo, quien debía ser invocado con respeto y reverencia.

De este modo, después de un tiempo considerable, en el que Abraham, por falta de una dirección especifica de Dios sobre ciertas decisiones puntuales que debía tomar, se mudó varias veces a diferentes lugares y sin haber sido frenado por Dios, en cada caso llegó al lugar donde iba.
En esos lugares fue bendecido en unos casos, en otras casos se metió en líos por su falta de honestidad. (Gen  Estos movimientos estuvieron motivados, porque hubo hambre en la tierra, la Biblia no dice que Abraham orara para que Dios le dirigiera sobre si se movía de lugar o no, pero uno puede razonablemente suponer que habrá orado, lo cierto es que, si oró, la Biblia tampoco registra respuesta a esa posible oración. Es muy probable que si Dios le hubiera anticipado estas circunstancias Abraham se hubiera apercibido y se hubiera ahorrado el altercado con el Faraón, los conflictos con Abimelec, y ni hablar de la dura experiencia con Agar.

Pero Dios no anticipó a Abraham ninguna de estas cosas, como tampoco te dará a ti ninguna exacta indicación de cada cosa que haya de acontecer en tu vida, el es soberano. El usa las circunstancias que nos rodean para moldearnos y para edificarnos, el de hecho, planificó cada evento que llega a nuestra vida, los alegres y los frustrantes, los planificó todos y cada uno de ellos para su propia gloria, esto no siempre es agradable de escuchar ni fácil de asimilar, peor aún, es imposible de entender, lo cierto es que justo es así como Dios trata con nosotros.

LA VOLUNTAD DE DIOS ES QUE ME TROPIECE, ME LASTIME, ME CAIGA Y ME LEVANTE: O……..

Sí, precisamente, la voluntad de Dios entonces es que yo, al igual que un niño aprenda a gatear, pero, las leyes del gateo incluyen chocar con el piso y con las paredes, eso es doloroso, pero después que aprendes las leyes del gateo, y gateas, rodar por el piso y manosear las paredes es un deleite.

Dios quiere que aprenda a caminar, pero las leyes del camino incluyen sentarse de golpe y lastimarse las nalgas, incluyen resbalarse y agarrase mal de algunos lugares y llevarse unos sustos paralizantes, pero claro, después que aprendes las leyes del que anda, ya no quieres que nadie te dé la mano para ir de un lugar a otro, ya crees que todo lo puedes hacer por ti mismo y te sientes muy feliz habiendo superado aquella incómoda dependencia, de que para ir a cualquier lugar, tengas que esperar que otre otro  te lleve, cuando lo quiera ese otro.

Más adelante Dios quiere que aprendas a hablar, pero primero tienes que hacer muchas vocalizaciones, sufrir muchos malos entendidos y hacer infinidad de repeticiones. Pero cuando aprendes a hablar….. Bueno, ahí precisamente empiezan los problemas más serios de tu vida. Porque en ese momento comienzas a interactuar con un mundo que no entiendes, al que tú te tienes que adaptar, pues el mundo no se adaptará a ti.

Por tanto, Dios nos lleva despacio, sin prisa, a su propio ritmo, andamos en la mayoría de las cosas bajo la luz suficiente como para básicamente mantenernos en el camino y llegar a puerto seguro, pero, es casi seguro, que debido a nuestra tozudez tendremos infinidad de experiencias desagradables que irán definiendo nuestro carácter y que desvirtuarán o afinarán la calidad e nuestra relación con Dios. Por tanto Dios usará con nosotros la herramienta que sea pertinente según el caso para lograr lo que quiere de nosotros, alguien dijo por ahí:

Ø  Si eres de piedra, te pulirá con cincel y un mazo
Ø  Si eres de acero usará acetileno, fuego y oxigeno
Ø  Si eres de madera te trabajará con serrucho, clavos  y martillo
Ø  Si eres de carne intervendrá en ti con un bisturí
Ø  Y si eres de barro, El, entonces, usará sus manos


¿QUE QUIERES QUE DIOS USE CONTIGO Y DE QUE DEPENDE?

Bien, más arriba, había hecho una propuesta que quedaba en puntos suspensivos:
           
LA VOLUNTAD DE DIOS ES QUE ME TROPIECE, ME LASTIME, ME CAIGA Y ME LEVANTE: O……..
  
El proceso formativo de Cristo en nosotros no será sin dolor, eso puedes escribirlo, y si alguien te conquistó para Cristo bajo esa premisa, te engañó, perdónale, pero el dolor viene con el kit. Ahora bien, indudablemente que algunas personas sufren más que otras, la pregunta es:

¿Por qué?

Y mejor aun,

¿Existe alguna manera en que se pueda mitigar tanto dolor?

 Afortunadamente desde mi óptica la respuesta es sí. En este punto entramos en un área en la que yo no puedo dar más garantías que las que Dios da, y por supuesto, las garantías de Dios aunque puede que no nos agraden son más seguras que las de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América.    A lo que me refiero   es que casi siempre tenemos una idea desorbitada de lo que Dios debería hacer, pero en la mayoría de los casos esa idea no tiene su génesis en un pensamiento dominado por la Escritura, sino en nuestras suposiciones humanas.

Nuestra cuota de dolor no nos la despinta nadie, a cada uno le tocara su chin, porque lo que Dios ya arregló que ocurra nada ni nadie lo ha de torcer o impedir, ahora bien, por increíble que parezca, daría la impresión de que Dios maneja con cada ser humano dos vertientes de una misma historia. Las dos vertientes son paralelas, independientemente de lo que hagas las dos historias se bifurcan al final y dan como resultado un producto único.

(Esta parte es pura especulación filosófica, que quede claro) el asunto sería como sigue; si oras, Dios responde tu oración y parte de tu vida paralela se anula y da paso a algo que estaba planificado para tu vida pero que de no haber orado no hubiera ocurrido, Dios no ve las partes separadas sino la interacción de las partes, la interacción de las partes es tu vida, qué segundo a segundo, forman un todo coherente.

De este modo, si uno decide por ejemplo, aplicar todo el potencial e fe que Dios nos otorgó, buena parte de las desgracias que nos vienen por nuestra falta de fe e incredulidad, no tendrán efecto en nuestras vidas y solo experimentaremos en nuestra existencias, aquellas experiencias dolorosas que ya de por si eran parte de la planificación de esa vertiente positiva; de  un resultado en obediencia y fe. Por tanto todos los seres humanos podemos ¨escoger¨ vivir una vida de fe o una vida se sami fe o de incredulidad, recordemos que la palabra no puede ser mas explicita al respecto:

o   Al que cree, todo le es posible (todo dentro del marco de lo razonable para la criatura)
§  Sin fe es imposible agradar a Dios
*      Si tuvierais fe como un grano de mostaza
v  La fe es la certeza de lo que se espera la convicción de lo que no se ve
Ø  Dios llama las cosas que no son como si fuesen

Este articulo continuara…..



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