ESTE ES EL INICIO DE UNA SERIE DE ARTICULOS, NO DE NUESTRA AUTORIA, SINO QUE CONSTITUYEN UNA TRASCRIPCION DE MATERIAL PROMOCIONAL SOBRE LAS PODEROSAS RAZONES QUE MOTIVARON LA PRODUCCION DE LA VERSION BIBLIA TEXTUAL. CONVENCIDOS DE QUE SE TRATA DE UN TRABAJO DE INESTIMABLE VALOR, Y DIGNO DE SER APOYADO POR TODOS, Y DE HECHO, LA MEJOR TRADUCCION DE LA BIBLIA DE QUE SE DISPONGA ACTUALMENTE, HACEMOS TAMBIEN NUESTRA CONTRIBUCION PARA SU MEJOR Y MAYOR DIFUSION.
Juan Alberto Galvá.
El desarrollo de los estudios bíblicos desde comienzos del siglo XIX, juntamente con los descubrimiento de la arqueología bíblica, han resultado de extraordinario beneficio en el proceso de restauración del texto de las Sagradas Escrituras. Hoy, como nunca antes, la Iglesia se encuentra en posesión de una Base Textual que la acerca maravillosamente a los Autógrafos de la Biblia.
Al mismo tiempo, estos descubrimientos y avances han puesto en evidencia en la versión Reina-Valera numerosas variantes, cuando esta es comparada con manuscritos mucho más antiguos y fidedignos que aquellos que sirvieron de base para su traducción. En tal virtud, la Sociedad Bíblica iberoamericana siente la responsabilidad ineludible ante la Iglesia de Cristo, de iniciar una revisión que, preservando todo cuanto la versión Reina-Valera tiene de bueno (esto es, su forma, estilo literario y su riqueza de expresiones), presente razonadamente al lector de hoy, lo que Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera hubieran traducido de haber tenido a su disposición la Base Textual restaurada hasta los albores del segundo siglo, que utilizó la Iglesia Primitiva.
La importancia de esta trascendental obra no puede ser subestimada, toda vez que el traductor o intérprete, antes de explicar el significado de palabras, frases e ideas de la Escritura, deberá, interesarse por un problema precedente. Esto es:
¿Cuál es el texto original del pasaje?
Que tal pregunta debe ser hecha (¡…y contestada!), surge por dos circunstancias: (a) Ninguno de los documentos originales de la Biblia existe hoy día; y (b) Las copias existentes difieren una de otra.
Al ser escritos sobre el frágil papiro, y a causa del uso continuo que se les daba, los documentos originales del Nuevo Testamento pronto se destruyeron o extraviaron. Durante el transcurso de más de catorce siglos, y hasta la invención de la imprenta, se llegaron a realizar miles de copias manuscritas del Nuevo Testamento, de las cuales aproximadamente 5.000 se encuentran hoy en existencia presentando entre si no menos de 250.000 de las llamadas “variantes textuales”.
El texto del Antiguo Testamento, en cambio, fue celosamente resguardado por las autoridades judías y recopilado entre los años 750 y 1.000 D.C. en una edición denominada Texto Masorético (TM).
Esta obra es el resultado del trabajo de los llamados “masoretas” o comentaristas, que fueron eruditos judíos dedicados al estudio y depuración de las distintas copias manuscritas del texto bíblico. Una de sus escuelas, la de Ben ‘Asher, en Tiberias, creó hacia fines del siglo IX D.C. un sistema de integración de vocales dentro del texto de consonantes, que acabó por imponerse y dominar sobre las demás escuelas, tanto de Tiberias como de Babilonia. Por otra parte, hoy día existe el recurso de consulta de los manuscritos del Mar Muerto que contienen casi en su totalidad, el Antiguo Testamento con una antigüedad que data del siglo II A.C.
LA CONFECCION DE LIBROS ANTIGUOS
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ASTA LA INVENCION DE LA IMPRENTA EN EL SIGLO XV, EL TEXTO DE LA BIBLIA (Y CUALQUIER OTRO TIPO DE REGISTRO) SOLAMENTE PODIA SER TRANSCRITO MEDIANTE UN LABORIOSO TRABAJO DE COPIAR LETRA Y PALABRA POR PALABRA. POR LO TANTO, LA CONSIDERACION DEL PROCESO QUE ENVOLVIO LA HECHURA Y TRANSCRIPCION DE MANUSCRITOS, ES DE SUMA IMPORTANCIA PARA EL ESTUDIO DEL TEXTO SAGRADO.
MATERIALES
Entre los diversos materiales utilizados en la antigüedad para la confección de libros, tales como madera, hueso, metal, arcilla, papiro y pergamino, el estudiante de la Biblia ha de interesarse principalmente en los dos últimos: el papiro y el pergamino. La manufactura del primero era un negocio floreciente en Egipto pues crecía abundantemente en las orillas del delta del Nilo (Job 8.11.). El Pergamino por su parte, tiene una historia interesante y está relacionada con la competencia de dos reyes por poseer la mejor biblioteca de la época. Uno de ellos, Tolomeo Epífanes (205-182 A.C.), decretó un embargo sobre las exportaciones del papiro producido en Egipto, lo cual obligó al rey de pérgamo a buscar una fórmula alterna de materiales capaces de recibir la escritura. Fue así como se desarrolló la industria del pergamino (de allí su nombre), el cual era fabricado con pieles de ganado, antílopes, cabras, y ovejas, especialmente recién nacidos.
FORMA
El uso más antiguo del papiro como receptor de la escritura era en forma de “rollo”. Las hojas de papiro se unían lateralmente y luego se enrollaban en bastones cilíndricos, con un largo aproximado de 10 metros (el Evangelio según Lucas hubiera llenado normalmente esa medida).
Los rollos eran relativamente difíciles de usar y la Iglesia Primitiva pronto descubrió cuan incómodo podía resultar encontrar un pasaje específico. De esta manera, antes de finalizar el primer siglo, se comenzó a utilizar la forma de códice, la cual consistía en doblar una o varias hojas de papiro y coserlas juntas. Es muy posible que esta forma de códice haya sido una propuesta ideada por los cristianos gentiles en su afán por diferenciarse de la típica lectura en rollos utilizada en las sinagogas.
El pergamino fue también utilizado posteriormente en forma de códice. En el 331 D.C., el emperador Constantino ordenó la elaboración de 50 copias de la Biblia en pergamino. Dos de esas copias existen hoy día, y constituyen las copias manuscritas más importantes del texto del Nuevo Testamento: El códice Sinaítico y el códice Vaticano.
EN LOS PRIMEROS DIAS DE LA IGLESIA CRISTIANA, LUEGO DE QUE UNA CARTA APOSTOLICA ERA ENVIADA A UNA CONGREGACION O A UN INDIVIDUO, O DESPUES QUE UN EVANGELIO ERA ESCRITO A FIN DE LLENAR LAS NECESIDADES DE UN PUBLICO LECTOR EN PARTICULAR, SE ELABORABAN COPIAS CON EL PROPOSITO DE EXTENDER SU INFLUENCIA Y FACILITAR A OTROS SUS BENEFICIOS. ERA POR LO TANTO INEVITABLE, QUE ESAS COPIAS MANUSCRITAS CONTUVIERAN UN NUMERO MAYOR O MENOR DE DIFERENCIAS EN PALABRAS CON RESPECTO A SU ORIGINAL.
CAUSAS INVOLUNTARIAS
La mayor parte de las divergencias surgieron por causas accidentales, tales como confundir una letra o palabra con otra parecida. Si, por ejemplo, dos líneas vecinas de un manuscrito comenzaban o terminaban con el mismo grupo de letras, o si dos palabras similares se encontraban juntas en la misma línea, era fácil para el ojo del copista saltar del primer grupo de letras al segundo, y así omitir una porción del texto.
Inversamente, el escriba podría regresar del segundo al primer grupo y, sin querer, copiar una o más palabras dos veces. También, las letras que se pronunciaban de igual modo, podían ser confundidas algunas veces por los escribas oyentes. Tales errores accidentales eran casi inevitables doquiera que se copiaban a mano largos pasajes, y había más posibilidades de que ocurrieran si el escriba tenía vista u oído defectuoso; si era interrumpido en su labor; o si a causa del cansancio, estaba menos atento de lo que debía estar.
Este artículo continuará.
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