Cuando nuestro Señor Jesucristo divinamente arregló su encuentro con la mujer samaritana, dejó establecidos al menos dos principios bien definidos en cuanto a la adoración verdadera:
“Pero viene una hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre busca a tales que le adoren” Jn 4:23, (BT).
Hay pues, en esta declaración, dos aspectos importantes ha ser tomados en cuenta; en primer lugar, Jesús habla de verdaderos adoradores.
Verdaderos adoradores
Al abordar esta declaración la primera inferencia inmediata es que también hay falsos adoradores; individuos ignorantes, por un lado, que no conocen a Dios y le intentan rendir homenaje al Señor sin tomar en cuenta las normas que él ha establecido.
Por otro lado, están los arrogantes, irreverentes y desobedientes, como Nadab y Abiú. Estos son los que sí conocen los mandamientos, pero que no tienen temor de Dios, así que, se sienten en derecho de establecer ellos mismos la forma de adorarle.
Hasta ahí estamos claros; ahora bien, retomaremos la situación que Jesús confrontó con la samaritana porque es un buen ejemplo de cómo actúa este grupo de personas. Los habitantes de Samaria eran seguidores de una tradición religiosa, una costumbre que aunque tenía origen en la fe judía; había sido rechazada debido a su sincretismo religioso. La respuesta de los samaritanos ante el rechazo de los judíos de no mezclar ni corromper su fe, no fue la curiosidad por aprender, ni la humildad en la aceptación de que ellos (los judíos) eran el origen, la fuente de la fe, sino que fue la arrogancia, la misma actitud de Jeroboam; (véase el libro de 1ra de Reyes), organizar su propia versión de la adoración a Dios:
1- Los judíos adoran allá en Jerusalén
2- Nosotros los samaritanos aquí en el Monte Gerizim
No se puede rivalizar con lo que Dios ha dicho, lo que Dios ha establecido, nadie tiene derecho de cambiarlo para establecer su propia verdad; nadie puede reescribir ni dar una interpretación inaceptable conforme a las Escrituras a las cosas relativas a la adoración divina y pretender al mismo tiempo agradar a Dios.
Los verdaderos adoradores deben adorar conforme a ciencia.
Esto quiere decir, que no pueden ellos mismos establecer la forma de acercarse a Dios, es Dios mismo quien dictamina qué tipo de adoración, cuál actitud y con cuáles elementos desea ser reverenciado.
Veamos que, cuando Dios decidió hacer su presentación al pueblo, él llamo a Moisés, y estableció toda una serie de reglas a fin de que el pueblo se preparara para su encuentro con Dios, observemos algunas de ellas:
Éxodo 19:10 y ss…
“Y Jehová le dijo:
—Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana
Que laven sus vestidos
Y estén preparados para el tercer día
[…..] Guardaos, no subáis al monte
Ni toquéis sus límites;
Cualquiera que toque el monte,
De seguro morirá.
No lo tocará mano alguna,
Porque será apedreado o muerto a flechazos
Sea animal o sea hombre
No quedará con vida
Cuando resuene la bocina, subirán al monte.
El anterior me parece un ejemplo excelente de cuál es el orden de las cosas, Dios en primer lugar decide acercarse al hombre, no el hombre a Dios, siendo que Dios es quien toma la iniciativa, Dios también establece las reglas que quiere que el hombre observe, para poder acercarse a su Dios.
Más adelante Dios da a Moisés instrucciones sobre cuál es la forma en que el pueblo debe ofrecerle sacrificios, tanto los obligatorios como los voluntarios:
Éxodo 23:14-15.
Éxodo 24:1-9
Éxodo 29:1-46.
Todas las anteriores citas son reveladoras en cuanto al cuidado que deben tener los siervos de Dios al acercarse a su Dios. Y deberían constituir un gran persuasivo en cuanto a no intentar establecer nuestro propio método particular de adoración, sino que la forma en que los siervos de Dios se acerquen a él debe ser tal cual está establecida en las Sagradas Escrituras, pues Dios no aceptará ninguna otra adoración, y que quienes traten de hacer algo diferente se exponen al castigo de Dios.
DIOS BUSCA ADORADORES QUE LE ADOREN
Me parece interesantísima esta declaración de Jesucristo. Nosotros conocemos bien la doctrina de la suficiencia de Dios, y de su soberanía y omnipotencia, sabemos que no nos creó porque nos necesitara y con todo, Dios no deja que el hombre piense que Dios no siente deleite en su creación, así el hombre, perdido y todo, indiferente y orientado siempre de continuo al mal, goza del favor de Dios, quien se da a la búsqueda de sus enemigos. Recordemos que la Biblia es vehemente en decir, que todos somos hijos de ira Ef 2:3, hijos de desobediencia y enemigos por naturaleza. Y no obstante, el Dios bueno declara también enfáticamente que al enviar a su hijo Jesucristo él ha tomado la iniciativa, él nos anda buscando
Jn 3:16. 4:10, 6:44, 15:16.
¡Cuán inconmensurablemente hermoso!, Dios, aunque odiado y rechazado por los hombre busca insistentemente que nos reconciliemos con el, y esto es así, por que….” De tal manera nos amó”….
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