domingo, 30 de junio de 2013

DICCIONARIO BIBLICO PROF. J.A.GALVA diccionario ilustrado perspectiva cristiana



DICCIONARIO BIBLICO 
J.A.GALVA

Editorial Perspectiva Cristiana ® 2013.
Ninguna parte de este diccionario puede reproducido total o parcialmente sin permiso de los editores exceptuando citas breves.

ANGELES: I Seres reales, sobrenaturales, creados por Dios.  No siendo seres físicos resulta irrelevante hablar de su apariencia, ellos pueden sin embargo materializarse según las circunstancias y tomar forma humana a fin de camuflarse para llevar a cabo eficazmente sus misiones. (Heb. 13:2; Gn. 18:2 y ss) han sido designados como ministros a favor de los seres humanos (Heb. 1:14). En la Biblia solo dos de ellos son nombrados, estos son Miguel (Dn. 10:13; Jds. 1:9; Apoc. 12:7) y Gabriel (Dn. 8:6; Lc. 1:19). La cantidad de ángeles parece ser descomunal, se cuentan por millones de millones (Apoc. 5:11)  La Biblia no especifica cuando fueron creados, pero al menos la aparición de Satanás en el huerto del Edén implica que aún antes del hombre éste ya existía. Igualmente la cita de (Job 38:4), sugiere que los ángeles ya habían sido creados en el ámbito celestial cuando Dios generaba el episodio de la creación de la tierra. Diferente de los hombres los ángeles y los seres celestiales de todos los órdenes no han sido dotados con la capacidad de reproducirse. Al menos esto está confirmado respecto del orden angélico (Mr. 12:25; Mt. 22:30). Y de las demás criaturas celestiales, se infiere. Por tal razón los ángeles y las demás criaturas celestiales son únicos e individuales. No hay dos iguales ni hay parentesco en términos de familiaridad o descendencia. En este sentido no hay solidaridad en la “raza angélica” cuando un ángel peca, es asunto de ese ángel en particular. Diferente del hombre que por así decirlo ha sido dotado de la cualidad “cuasi divina” de repetirse, en el acto de la reproducción sexual, por lo cual si existe solidaridad de raza en el género humano.

II Los ángeles son, diferentes de los hombres creados carentes de las lastimeras limitaciones del hombre terrenal y ahora caído. No son dependientes de alimentos, ni están restringidos por el espacio, no experimentan las complejas interacciones inherentes a la dependencia de una mente relativa en casi todo sentido ni precisan un largo proceso de aprendizaje por ensayo y error para alcanzar la madurez.

III Los ángeles han sido dotados de grande y extraordinario poder, (Sal. 103:20), pero igual que los hombres y todas las criaturas hechas, son susceptibles de error (Job. 4:18). Los ángeles están organizados en órdenes aparentemente y jerarquizados tal vez  por dignidades, la siguiente lista no pretende ser exhaustiva:
·          Ángeles                        (Gn. 16:7; 22:11; Lc. 1:11)
·          Arcángeles                   (Jud. 9).
·          Querubines                   (Ez. 9:3; 10:4; 10:18)
·          Serafines                      (Is. 6:6; 6:12)
·          Dominios                     (Col. 1:16; 2:10; Ef. 1:21)
·          Principados                  (Col. 1:16; Ef. 1:21)
·          Potestades                    (Col. 1:16; Ef. 1:21)
·          Gobernadores              (Col. 1:16; Ef. 1:21; Ef. 6:14 )
·          Ancianos                      (Apoc. 4:4; 5:6)
·          “Seres vivientes”         (Ez. 1:5; 1:13; 1:15; Apoc. 5:14)
·          Hombres.                      (Gn. 1:26)

IV Existe una vieja discusión sementada en Génesis 6:1 y ss: 6:1 “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas,  6:2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.  6:3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.  6:4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.

Es evidente que la primera razón para asociar a estos “hijos de Dios” con los ángeles no se desprende de una lectura del libro de Génesis, pues en el libro de Génesis jamás se llama a los ángeles “hijos de Dios”, y cabe destacar que solo en Génesis la expresión ángel (15 vcs) o su equivalente, varón (8 vcs) aparece en total más de 23 veces. Es más bien la influencia del lenguaje general de la Escritura y en especial el libro de Job:

Job 1:6: Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.  4. Job 2:1: Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios  para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová.  5. Job 38:7: Cuando alababan todas las estrellas del alba,  Y se regocijaban todos los hijos de Dios? 

Es muy interesante el hecho de que, si bien el libro de Job por su ubicación en el canon de la Escritura sugiere falsamente que es posterior al Génesis, la mayoría de los eruditos concuerda en que puede que se trate del libro o de uno de los libros más antiguos de la Escritura. Por tanto, no sería descabellado que, si Job es anterior al Génesis, el autor de Génesis ciertamente esté usando esta frase como referida a los ángeles. Pero este sería el único apoyo para una doctrina que podría tener muchas ramificaciones para las cuales la Biblia no tendría no  tiene respuestas porque tampoco parece interesarle tal tema, por lo mismo nosotros, al margen de alguna curiosidad febril por saber cada detalle de los origen de las cosas, esta información es todo lo seguro que tenemos respecto al tema. Para una consideración más profunda sobre el tema de Satanás, los demonios y el reino de mal, véase Satanás.

DICCIONARIO EXHAUSTIVO DE TODA LA BIBLIA J.A.GALVA
Pasajes escogidos, difíciles y especialmente controversiales.
Editorial Perspectiva Cristiana ® 2013.
Ninguna parte de esta obra puede reproducida total o parcialmente sin permiso de los editores exceptuando citas breves.

EL CIELO: I Este término se usa en referencia a Dios, como eufemismo para evitar mencionar el nombre sagrado (Mr. 11:30; Lc. 15:18) Es la morada de Dios por excelencia, el lugar en donde Dios manifiesta todas las expresiones de su deidad de una forma especial. El cielo es por consiguiente un lugar de absoluta perfección y armonía y por tanto es y debe ser el ideal superior de orden y bienestar que la raza humana debe anhelar (Mt. 6:10; Lc. 11:2). 

El cielo es también la morada de los ángeles y de todas las criaturas no constituidas de materia tal como la conocemos. No obstante, el cielo puede ser habitado por seres humanos atravesando por un proceso divino de transformación (G. 5:24; II R. 2:11; Hch. 1:11). 

La Biblia parece distinguir al menos de tres esferas que son llamadas igualmente “cielos”: los cielos atmosféricos (Ex. 9:8); los cielos siderales (Gn. 15:5); y el cielo de Dios (Sal. 115:16; Mt. 5:34). Esto parece además confirmado por las reiteradas expresiones:  Deuteronomio 10:14: He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y LOS CIELOS DE LOS CIELOS, la tierra, y todas las cosas que hay en ella; 2 Crónicas 2:6: Mas ¿quién será capaz de edificarle casa, siendo que los cielos y LOS CIELOS DE LOS CIELOS no pueden contenerlo? ¿Quién, pues, soy yo, para que le edifique casa, sino tan sólo para quemar incienso delante de él?; 2 Corintios 12:2: Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el TERCER CIELO.   

Partiendo del relato de Génesis sobre la creación pudiera colegirse, que, antes de la creación del cosmos, el cielo como lugar, tampoco existía pues el texto parece englobar los dos principales ordenes de todo el espectro de lo creado, esto es, las cosas visibles y las cosas invisibles (Col. 1:16), los ángeles tienen como morada el cielo y por lo mismo es muy probable que el cielo, más que, como morada de Dios, fuera creado para morada de los ángeles y las demás criaturas que habitan el cielo, pues la misma Biblia afirma y debe ser así, pues él único que ha existido siempre es Dios. 

II El cielo es un lugar, no se trata meramente de algún tipo de estado o condición mental o etérea. En  el cielo hay casas y lugares donde alguien puede habitar. No debemos imaginar el cielo como una explanada blanca y limpia, carente de todo sonido en donde la gente está deambulando eternamente o actuando mecánicamente, sino que debemos imaginarla como lo que realmente es, esto es, como una ciudad, (Heb. 11:10). Esto es muy importante porque nos da un parámetro que, salvando las distancias nos permite figurar el cielo como lugar dinámico en donde los hombres de alguna forma tendrán un poderoso sentido de continuidad. 

III existe no poca confusión acerca del cielo como morada final pues están los que piensan que la morada final del los hombres estará en los cielos de Dios y otros sostienen que será en la tierra, estos últimos están divididos en lo que creen que la tierra será destruida y rehecha y los que, por otro lado, consideran que será limpiada, purificada y restaurada.
  

El reino de los cielos para Jesús y sus apóstoles.
JESUS
PEDRO
PABLO
AUT. HEBREOS
Mateo 5:12: Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande EN LOS CIELOS; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
1 Pedro 1:4: para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada EN LOS CIELOS para vosotros, 
. 2 Corintios 5:1: Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, EN LOS CIELOS. 
Hebreos 10:34: Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia EN LOS CIELOS. 
Lucas 12:33: Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro EN LOS CIELOS que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. 



Mateo 7:21: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está EN LOS CIELOS.



Lucas 11:2: Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás EN LOS CIELOS, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 



Mateo 19:21: Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en EL CIELO; y ven y sígueme.




Según se desprende del presente cuadro, como pasa muy a menudo la doctrina de los apóstoles es muy poco original, esto es una muy buena señal de la continuidad y la coherencia de las Escrituras. Lo que hacen los apóstoles fundamentalmente es andar sobre los pasos de Jesús que es quien más disertó sobre casi todos los temas. Así que, partiendo de la teología de Jesús sobre el cielo podemos concluir lo siguiente: Mt. 5:12  “vuestro galardón es grande en los cielos” no hace referencia a una vida futura en el ámbito celestial. Es de notar que la frase está en presente, los que son perseguidos no serán bienaventurados en el futuro sino que lo son inmediatamente desde la perspectiva de la satisfacción del Padre por su entrega. 

La cita siguiente, Lc. 12:33, tampoco necesariamente implica que Jesús enseña que la humanidad ha de habitar en el cielo por la eternidad, hay que entender el uso técnico de la palabra “cielo” desde la perspectiva eufemística que procura evitar el nombre de Dios y que simplemente intenta asociar la entrega de los siervos de Dios con un sustantivo que representa toda la realidad de la bienaventuranza divina cifrado en el lugar que perfectamente es usado como sustituto del nombre divino. Así que, esta frase bien pudiera ser leída o parafraseada: “tesoro en Dios que no se agote”. La frase “entrar en el reino de los cielos” Mt. 7:21 igualmente puede ser interpretada como alcanzar las promesas, esta frase, por sí sola no hace referencia a un lugar específico y la frase de 19:21 corre con la misma suerte.


En cambio, nótese que en la oración de Lc. 11:21, Jesús enseña a sus discípulos a orar “venga tu reino”, ese reino, no es otro que, “el reino de los cielos” Mt. 3:2. En otras palabras, la promesa y el anhelo es que la voluntad de Dios sea hecha cabalmente e la tierra, esto es en palabras llanas el reino de los cielos, es decir, la acción de la autoridad de Dios en el ámbito terrestre sin dilación, sin oposición y ejecutada eficazmente y de buena gana. Es evidente entonces que todas las declaraciones al respecto vertidas por los discípulos de Jesús deben ser interpretadas siguiendo este mismo espíritu.

III Con todo, aunque el cielo, la morada de Dios por antonomasia no ha sido creada por Dios para el hombre, sino la tierra (Sal. 37:9; 37:11; 37:22; 37:29; Is. 60:21). Hay una realidad que no puede ser soslayada, Pablo dice que tiene la esperanza de ir al cielo cuando muera: Filipenses 1:23: Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo MEJOR; es obvio que Cristo está en el cielo; igualmente Jesús hace a sus discípulos una promesa similar:

Juan 14:1 “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” 

Cabe entonces la posibilidad de que, si bien el cielo no es o no será la morada permanente y final de la humanidad, en el interregno, si lo sea. En otras palabras, las promesas acerca del reino de los cielos tienen doble cumplimiento pues siendo que el longánime plan de Dios ha hecho necesario que los justos tengan un lugar de descanso consciente después de la muerte, y el apóstol Pablo asegura que es el cielo el lugar a donde ha de ir, no pensando en ese lugar como morada definitiva sino como receptáculo de su espíritu hasta la redención de la posesión adquirida (Ef. 1:14). 

Es dable pensar que la promesa de Jesús tiene toda pertinencia preparando lugar para millones de cristianos y creyentes de la antigüedad, quienes desde todas las épocas y hasta la actualidad pasan a la eternidad para recibir descanso en los cielos, así como entrenamiento en diversas áreas, hasta la consumación de la era. En resumen, Dios creó por así decirlo, dos dimensiones claramente diferenciadas, una es la dimensión de las cosas invisibles y la otra la de las visibles. 

Cada dimensión es adecuada para los seres que la habitan, sin que implique que no pueda haber algún tipo de cohabitación entre los seres de estas dimensiones siempre que sean sometidos a ciertos ajustes metafísicos. Por ejemplo, los ángeles pueden y deben materializarse para ser vistos y para interactuar con los humanos, por ejemplo, asirlos (Gn. 19:16) comer (Gn. 18:8 y ss), esto también es cierto de los hombres que van al cielo y que han de habitar en la esfera de la perfección de Dios (G. 5:24; II R. 2:11; Hch. 1:11; I Co. 15:51-52).  Pero, una vez llegada la hora de recuperar la tierra de forma definitiva, los santos deben bajar de los cielos: ( 1 Tesalonicenses 3:13: para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos SUS SANTOS;) para recibir lo que les fue prometido desde tiempos inmemoriales, esto es, la tierra (Sal. 37:9; 37:11; 37:22; 37:29; Is. 60:21).   

POESIA HEBREA
La poesía hebrea posee una estructura lingüística definida y fácilmente identificable. Diferente del español y otros idiomas el énfasis en la expresión poética hebrea se halla en la repetición y en el énfasis de los conceptos expresados. En español e incluso en inglés el arreglo sonoro de las ideas muchas veces sobrepuja por encima incluso del mensaje. […] En general, se suelen distinguir tres formas de paralelismo: el sinónimo, el antitético, y el sintético.

(A)   El paralelismo sinónimo consiste en expresar dos veces la misma idea, con palabras distintas, como en el Salmo 15:1:

“Señor, ¿quién puede residir en tu santuario?,
¿Quién puede habitar en tu santo monte?”

O bien:

Sal. :148:1.
“¡Alaben a Señor desde el cielo!
¡Alaben al Señor desde lo alto!”

Sal. 150:3
“¡Alábenlo con toques de trompeta!
¡Alábenlo con arpa y salterio!”                         

(B)   El paralelismo antitético se establece por la oposición o el contraste de dos ideas o de dos imágenes poéticas; por ejemplo,

el Salmo “los que el Señor bendice heredarán la tierra, pero los que él maldice serán destruidos”.

En esta forma el paralelismo, los contrastes son a veces bien marcados (como en el ejemplo precedente); otras veces, el segundo hemistiquio,  (o línea de pensamiento), no expresa exactamente  la idea contraria, sino que invierte con cierta libertad la idea propuesta. En tales casos la antítesis expresa una posibilidad de oposición entre luchas otras, dando así lugar a innumerables posibilidades de variación, como en Proverbios 14:15.

“El imprudente cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por donde anda”. […].

(C)   El llamado paralelismo sintético abarca una extensa gama de relaciones entre el primer hemistiquio, (o línea de pensamiento), y el segundo. El segundo miembro, no repite, aunque sea modulando, lo expresado en el primero, ni tampoco dice lo contrario, lo característico s que continua la idea enunciada, las más de las veces con una gradación que da lugar a una idea nueva. Así el segundo miembro completa, explica o termina de expresar el pensamiento enunciado en el primero, avanzando en la misma dirección; obviamente esta prolongación puede hacerse en varias direcciones posibles. Por ejemplo: “Oh Dios, tú eres santo en tus acciones; ¿Qué Dios hay tan grande como tú?” Sal. 77:13.

“El Señor es mi pastor; nada me falta”  Sal. 2:3-1.
“Tenía hambre y sed, ¡estaban a punto de morir![1]” Sal. 107:5 Págs. 44 y 46.

Para más información sobre este tema consúltese: (Descubre la Biblia. Manual de ciencias bíblicas. Tomo I. Sociedades Bíblicas Unidas. 1998).





DICCIONARIO BIBLICO J.A.GALVA
Editorial Perspectiva Cristiana ® 2013.
Ninguna parte de este diccionario puede reproducido total o parcialmente sin permiso de los editores exceptuando citas breves.


DIA: I En la Sagrada Escritura, la palabra día, heb. yom. es objeto de múltiples usos. Puede significar un día de 24 horas, o lo que es lo mismo a la sucesión de la noche y el día (Jue. 9:45; I Sam. 28:20); puede hacer referencia a un evento indefinido que certeramente ha de ocurrir (I Sm. 3:12; Jer. 39:17); puede hacer alusión al tiempo escatológico final en el que Dios ha de consumar su plan eterno (Zac. 12:3; Mal. 4:3; Ez. 39:13); puede hacer alusión al devenir de la vida (Sal. 102:3);  incluso se usa como sinónimo de perpetuidad (Sal. 61:6). 

II Quizá sea el termino día, en referencia al debate de la creación la parte que más controversia genera. ¿Fue la tierra creada e siete días literales o fue creada en siete eras o eones? Es indudable que ambas posiciones parecen argumentos válidos a favor que no pueden ser fácilmente desmontados. Por un lado está la escuela ortodoxa tradicional que mantiene a capa y espada que los días referidos han de entenderse literalmente.  Pero el autor sagrado da la impresión de querer comunicar más que precisión científica sobre los hechos de la creación, un relato religioso didáctico que, por un lado, proporciona elementos verificables de la realidad de la acción divina en la creación, y por otro lado brinda lecciones importantes que son aplicadas a la devoción religiosa. 

III La cuestión de la “exactitud descuidada” se ve en el hecho de que hay declaraciones que si bien no son contradictorias, no cuadran con una perfecta sucesión de días de veinticuatro horas. Por ejemplo en  (Gn. 1:1-5)  En el principio creó Dios los cielos y la tierra.2. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. 5. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. En el primer día de creación es evidente que la información está sumamente comprimida. Se habla de que cuando Dios hizo la luz, lo cual ha de ser entendido como la irrupción de la luz en el ámbito de lo físico, lo que los escépticos suelen llamar el Big Bang. Pero es difícil comprender como puede hablar este pasaje de mañana y tarde cuando el sol la luna y las estrellas vienen a ser creados el día cuarto (Cf. Gn. 1:19), por lo que la tierra no tendría un régimen de rotación ni traslación propios del sistema helicoidal para lo cual la presencia de los grandes astros era necesaria. Igualmente el autor relata que las plantas y todo la vida vegetal fue creada en el día tercero (Gn. 1:11-13), pero el sol no es creado sino hasta el cuarto día, lo cual implicaría que la fuente de sustentación y viabilidad de las plantas fue creada después que las plantas vinieron a existir, cuando lo aparentemente “lógico” es que, al igual que como se dice de los animales, primero es creada la hierba y más adelante se crean los animales (Gn. 1:20). 

III De otro lado están las consideraciones acerca de la evidencia geológica aportada por el registro fósil. Una de las explicaciones que han sido esgrimidas para dar contestación al tema geológico lo es el evento del diluvio que según sus proponentes, dada la magnitud del cataclismo narrado en la Biblia debió ser capaz de cambiar toda la orografía terrestre dando así a la tierra la apariencia de gran antigüedad y concomitantemente logrando la extinción de, por ejemplo, los dinosaurios y todos los animales que reporta el registro fósil. Pero, por sí solo, la consideración del diluvio no parece satisfacer todas las interrogantes que se ciernen sobre este tema, ya que el diluvio, por ejemplo, no explica satisfactoriamente el conflicto que suscitan los astronómicos datos que arroja la datación por carbono catorce que establece casi todas las fechas de los eventos antiguos es cientos y hasta miles de millones de años para los principales eventos terrestres, cuando la ortodoxia judeo cristiana insiste en que la tierra no tiene más de entre siete y diez mil años desde su creación. 

IV Sin embargo, a favor de la postura tradicional hay que decir que la Biblia parece dar una declaración categórica a favor de la literalidad de los días de creación cuando dice: Éxodo 20:11: PORQUE EN SEIS DÍAS hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. Éxodo 31:17: Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; PORQUE EN SEIS DÍAS hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó. Es evidente en este pasaje, espc. vr. 8 en adelante, que el contexto del argumento está basado en días literales. 

El día de reposo era un día específico de 24 horas y su instauración y observación es sustentada bajo el hecho histórico referencial de la creación en siete días, que en el contexto de toda la frase deben ser entendidos igualmente literalmente. V Con todo, a favor de la tesis de los largos periodos, vale decir que realmente la creencia en una creación breve no es necesaria para el sostenimiento de ninguna doctrina cristiana ortodoxa cardinal para el sostenimiento de la fe. Igualmente que una creación en largos periodos cuadra mucho mejor con el registro fósil y geológico, y que no entra en realidad en conflicto con la Escritura si estos días son simplemente espiritualizados como bien pudiera ser posible partiendo de las palabras del apóstol Pedro: 2 Pedro 3:8: Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años COMO UN DÍA. Mirando pues la flexibilidad con la que esta palabra es usada en la Biblia, y no hallando una seria objeción exegética, ni hermenéutica para tal interpretación, bien puede ser considerada esta ultima como muy posible.



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Ninguna parte de este diccionario puede reproducido total o parcialmente sin permiso de los editores exceptuando citas breves.

POESIA HEBREA
La poesía hebrea posee una estructura lingüística definida y fácilmente identificable. Diferente del español y otros idiomas el énfasis en la expresión poética hebrea se halla en la repetición y en el énfasis de los conceptos expresados. En español e incluso en inglés el arreglo sonoro de las ideas muchas veces sobrepuja por encima incluso del mensaje. […] En general, se suelen distinguir tres formas de paralelismo: el sinónimo, el antitético, y el sintético.

(A)   El paralelismo sinónimo consiste en expresar dos veces la misma idea, con palabras distintas, como en el Salmo 15:1:

“Señor, ¿quién puede residir en tu santuario?,
¿Quién puede habitar en tu santo monte?”

O bien:

Sal. :148:1.
“¡Alaben a Señor desde el cielo!
¡Alaben al Señor desde lo alto!”

Sal. 150:3
“¡Alábenlo con toques de trompeta!
¡Alábenlo con arpa y salterio!”                         

(B)   El paralelismo antitético se establece por la oposición o el contraste de dos ideas o de dos imágenes poéticas; por ejemplo,

el Salmo “los que el Señor bendice heredarán la tierra, pero los que él maldice serán destruidos”.

En esta forma el paralelismo, los contrastes son a veces bien marcados (como en el ejemplo precedente); otras veces, el segundo hemistiquio,  (o línea de pensamiento), no expresa exactamente  la idea contraria, sino que invierte con cierta libertad la idea propuesta. En tales casos la antítesis expresa una posibilidad de oposición entre luchas otras, dando así lugar a innumerables posibilidades de variación, como en Proverbios 14:15.

“El imprudente cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por donde anda”. […].

(C)   El llamado paralelismo sintético abarca una extensa gama de relaciones entre el primer hemistiquio, (o línea de pensamiento), y el segundo. El segundo miembro, no repite, aunque sea modulando, lo expresado en el primero, ni tampoco dice lo contrario, lo característico s que continua la idea enunciada, las más de las veces con una gradación que da lugar a una idea nueva. Así el segundo miembro completa, explica o termina de expresar el pensamiento enunciado en el primero, avanzando en la misma dirección; obviamente esta prolongación puede hacerse en varias direcciones posibles. Por ejemplo: “Oh Dios, tú eres santo en tus acciones; ¿Qué Dios hay tan grande como tú?” Sal. 77:13.

“El Señor es mi pastor; nada me falta”  Sal. 2:3-1.
“Tenía hambre y sed, ¡estaban a punto de morir![1]” Sal. 107:5 Págs. 44 y 46.

Para más información sobre este tema consúltese: (Descubre la Biblia. Manual de ciencias bíblicas. Tomo I. Sociedades Bíblicas Unidas. 1998).


DICCIONARIO BIBLICO J.A.GALVA
Editorial Perspectiva Cristiana ® 2013.
Ninguna parte de este diccionario puede reproducido total o parcialmente sin permiso de los editores exceptuando citas breves.


DIOS: I desde una perspectiva universal y abarcadora es el creador de todo cuanto existe. Este Dios es autoexistente y todo suficiente, atemporal, trascendente y personal. Desde una perspectiva más latitudinal el ser descrito anteriormente encaja con la definición del Dios de la tradición judeo cristiana pues las demás tradiciones humanas tienen distintas concepciones sobre la deidad, que van desde la pluralidad de dioses (politeísmo) hasta la idea de una fuerza maestra impersonal. Este artículo aborda el término Dios desde la perspectiva judeo cristiana. 

II Siendo que la Biblia fue escrita con fines religiosos, los libros en los que uno esperaría hallar algún tipo de apología sobre la existencia de Dios están carentes de tales apologías ya que fueron escritos para una audiencia de creyentes y para una cultura en donde prácticamente no existía el concepto moderno del ateísmo. Por tanto, Génesis, por ejemplo, en modo alguno muestra interés en demostrar la existencia de Dios, sino que lo introduce de forma fluida y natural como una realidad axiomática de la existencia humana y universal. “en el principio creó Dios, los cielos y la tierra” (Gn. 1:1) dice el autor. Así Dios es presentado de entrada como Dios creador, las implicaciones que tiene está presentación van mucho más allá de un simple relato contextual y explicativo que añada colorido al relato. Esta presentación es por así decirlo, un registro histórico que tiene profundas implicaciones legales. 

Si Dios es el creador de “los cielos y la tierra” es al mismo tiempo el dueño de todo cuanto existe y por lo mismo máxima autoridad para juzgar todas las cosas, el criterio de  creador en todas las áreas es imprescindible y su palabra sobre todos los asuntos debe poner punto final a toda discusión, siendo creador de todo cuanto existe igualmente puede tener injerencia en todas las cosas de la creación y en todas las cosas que se deriven de esta ya sea de forma resultante o espontánea o las que son producidas bajo dirección humana e incluso las que puedan ser atribuidas a los “fortuito”. 

Muy tempranamente vemos a Abraham que reconoce en Dios esta cualidad de juez universal: Génesis 18:25: Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?  

III Diferente de todos los dioses de las culturas contemporáneas a Israel, el Dios de Israel es mostrado como un Dios trascendente, (Sal. 90:2) único (Is. 44:6), uno y único (Dt. 6:4), diferente de su creación y de sus criaturas (Os. 11:9) y al mismo tiempo cercano y comprometido con la historia humana (Sal. 37:23; Pr. 20:24). Las cualidades que le son atribuidas en el registro bíblico no son únicas de la literatura hebrea, pues alguna de estas cualidades y atributos como misericordia, amor, luz, son igualmente atribuidas a otras deidades, sin embargo, ninguna deidad es identificada con todas estas cualidades sino que aparentemente cada dios era especialista en algún área por eje: Baal "amo" o "señor"; Astarté o Asera,  el culto a la madre naturaleza, a la vida y a la fertilidad, así como la exaltación del amor y los placeres carnales; Milcom o Moloch, Moloc, era considerado el símbolo del fuego purificante, que a su vez simboliza el alma; Marduk etc, en cambio el Dios de Israel es descrito como dios de dioses (Dt. 10:7). 


Todos los dioses tenían algún tipo de dependencia de otros dioses e incluso dependían de los seres humanos para que suplieran sus necesidades, igualmente los mitos de creación de las naciones paganas tienen muy limitadas similitudes con el relato bíblico de la creación y en cambio marcados contrastes pues casi todos estos relatos están matizados por una motivación egoísta en la motivación para la creación:

“APSU no podía acallar sus clamores, y TIAMAT estaba sin habla ante su conducta. Sus actos eran odiosos [...] Aborrecible era su conducta; se hacían insufribles. Entonces APSU, progenitor de los Grandes Dioses, gritó, dirigiéndose a Mummu, su visir:

—¡Oh MUMMU, mi visir, que alegras mi Espíritu! ¡Ven junto a mí y vayamos a TIAMAT!
Fueron y se sentaron ante Tiamat, deliberando acerca de los Dioses, sus primogénitos. APSU, abriendo su boca, dijo a la resplandeciente TIAMAT: —Su conducta me resulta muy odiosa. De día no encuentro alivio ni reposo de noche. Los destruiré, aniquilaré sus obras, para restaurar la calma. ¡Tengamos descanso! Tan pronto como TIAMAT lo oyó, se sintió irritada y gritó a su esposo. Gritó llena de enojo, sola en su furor, poniendo amenaza en su tono: —¿Qué? ¿Vamos a destruir lo que hemos edificado? Su conducta, ciertamente, es enojosa, pero esperaremos con paciencia”.


La santidad y la justicia no eran entonces de las cualidades destacadas de estas deidades que claramente son una proyección de la realidad humana caída.  IV según la Biblia Dios es eterno (Is. 40:28; Sal. 90:2; I C. 29:10); esto es, Dios no tiene principio ni final, su existencia ha sido descrita como un continuo presente, por tanto, aunque Dios tiene clara perspectiva en cuanto a la diferencia que experimentan sus criaturas respecto de lo temporal del pasado y del futuro, él, sin embargo, e su ser no conoce tales transiciones, por tanto todos los eventos y épocas están presentes continuamente delante de su ser. Dios es inmortal (I Ti. 1:17); omnisciente (Job 24:1; Sal. 38:9; Sal. 139:15); omnipotente (Gn. 18:14; I Sm. 14:6, Gn. 17:1;  Apoc. 1:18); santo (Lv. 11:44-45; I P. 1:16); justo (Sal. 7:9; Is. 30:18; Is. 45:21); omnipresente (Sal. 139:7); todas estas cualidades y muchas otras, misericordioso, longánimo, sabio, amor, luz etc. 

No deben ser vistas como diferentes facetas en Dios; pues Dios no está dividido o segmentando o compuesto, en términos filosóficos estos se explica como la simplicidad de Dios, es decir, en Dios hay una unidad esencial, Dios no está compuesto ni está disminuyendo ni creciendo ni adquiriendo nada nuevo (inmutabilidad) ni precisa de cosa alguna fuera de sí mismo para estar completo pues subsiste por sí mismo. 

V Dios es conocido sin embargo, a los fines didácticos del hombre a través de sus nombres, así el Antiguo Testamento registra que Dios en épocas y en actos se manifestó a su pueblo con nombres que era una expresión particular del cuidado de Dios en situaciones especificas, pero, que, igualmente, complementaban la revelación de su persona hasta formar un todo integral. Así Dios, ADONAI,  El Señor, Mi gran Señor: Dios es el Amo y Señor majestuoso. Dios es nuestra autoridad plena. Salmo 8; Isaías 40: 3-5, Ezequiel 16:8; Habacuc 3:19. Adonai (plural) deriva del singular Adon (Señor). 

Este término se expresaba para reemplazar a YHWH (que se consideraba demasiado sagrado como para ser pronunciado). EL, El fuerte. Él es más poderoso que cualquier Dios falso. Dios vencerá todos los obstáculos. Nosotros podemos depender de Dios. Éxodo 15:2; Números 23:22, Deuteronomio 7:9 (Marcos 15:34). Aparece más de 200 veces en el Antiguo Testamento (incluyendo las formas compuestas). Nombre semítico genérico para Dios, utilizado por otras culturas para referirse a sus deidades. Él se emplea en nombres propios compuestos tales como Isra-el (el que lucha con Dios), Bet-el (casa de Dios), y El-iseo (Dios es salvación).

EL ELOHE ISRAEL,  Dios el Dios de Israel. El Dios de Israel es totalmente distinto de todos los dioses falsos y es único; nadie es como Él. Génesis 33:20; Éxodo 5:1, Salmo 68:8; Salmo 106:48. Es el nombre del altar que Jacob (Israel) erigió después de su enfrentamiento con Dios y de la bendición de Dios sobre él (Génesis 32:24-30; Génesis 33:19,20). EL EYÓN, El Dios Altísimo. Él es el Dios soberano en quien podemos colocar nuestra confianza. El Elyón tiene supremacía sobre todos los Dioses falsos. Génesis 14:17-22; Salmo 78:35; Daniel 4:34 (Hechos 16:17). Melquisedec, el rey de Salem (Jeru “Salem”) y sacerdote del Dios Altísimo, se refirió en dos oportunidades a Dios como “El Elyón” cuando bendijo a Abraham.

ELOHIM, El Creador todopoderoso. Dios es el creador todo poderoso del universo. Dios conoce todo, crea todas las cosas y está en todas partes en todo momento. Es el plural de “El”. Génesis 1:1-3; Deuteronomio 10:17, Salmo 68 (Marcos 13:19). Forma plural de El. Este nombre generalmente se asocia a Dios en relación con su creación. Algunos utilizan la palabra plural “Elohim” como prueba de la Trinidad (Génesis 1:26). Elohim también se emplea para referirse a los dioses falsos e incluso a los jueces humanos (Salmo 82:6,7; Juan 10:34).

EL OLAM, El Dios Eterno. Él es el Principio y Fin, el que lleva a cabo sus propósitos a través de las edades. El da fuerzas al fatigado. Génesis 21:33; Salmo 90:1,2, Isaías 40:28 (Romanos1:20). Jesucristo posee atributos eternos. Él es el mismo ayer, hoy y para siempre (Hebreos 13:8). Él obtuvo para nosotros la redención eterna (Hebreos 9:12).

EL-ROI, El Dios que me ve. No existe ninguna circunstancia de nuestra vida que escape de su conocimiento y cuidado paternales. Dios nos conoce a nosotros y a nuestros problemas. Génesis 16:11-14; Salmo 139-7-12. Agar llamó al Señor con este nombre junto al pozo de agua en el desierto. Dios conoce todos nuestros pensamientos y sentimientos. Jesús conocía los pensamientos de aquellos que lo rodeaban, lo que demostraba que Él es El-Roi (Mateo 22:18; 26:31,34; Lucas 5:21-24).

EL-SHADDAI, El todo suficiente, El Dios de las montañas, Dios Todopoderoso. Dios es la fuente inagotable de toda bendición. Dios es Todopoderoso. Nuestros problemas no son demasiado grandes como para que Dios no los pueda manejar. 17:1-3; 48:3; 49:25, 35:11, Salmo 90:2. Algunos eruditos sugieren que el Shaddai se refiere al poder de Dios manifestado en su juicio. Otros proponen que el Shaddai significa “Dios de las montañas”. Dios se refiere a sí mismo como “El Shaddai” cuando confirma su pacto con Abraham.

EMANUEL, Significado: Dios con nosotros “YO SOY”. Jesús es Dios entre nosotros. En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Isaías 7:14; 8:8-10 (Mateo 1:23). Este nombre indica que Jesús es más que un hombre. Él también es Dios. Isaías dijo que el niño que iba a nacer de la virgen sería llamado “Emanuel” (Isaías 7:14, 9:3). Él es el resplandor de la gloria de Dios y la representación exacta de su naturaleza (Hebreos 1:3).

10) JEHOVÁ, “YO SOY”, el que es autoexistente. Dios nunca cambia. Sus promesas nunca fallan. Cuando nosotros somos infieles, Él es fiel. Es necesario que le obedezcamos. Éxodo 3:14; 6:2-4, 34:5-7; Salmo 102. Un traductor alemán del siglo XVI escribió el nombre YHVH (YHWH) utilizando las vocales de Adonai debido a que los textos judíos antiguos que estaba traduciendo tenían las vocales deAdonai debajo de las consonantes de YHVH. Al hacerlo ideó el nombre YaHoVah.

JEHOVÁ JIREH, El Señor proveerá. Así como Dios proveyó un carnero como sustituto de Isaac, Él proveyó a su hijo Jesús como el sacrificio definitivo. Dios suplirá todas nuestras necesidades. Génesis 22:13, 14; Salmo 23 (Marcos 10:45; Romanos 8:2) Conocido también como YHWH o Yahvé-Jireh. Abraham llamó “el Señor proveerá” al sitio donde Dios le proveyó un carnero para que lo sacrificara en lugar de su hijo Isaac. Jesús dijo que Él era el pan de vida y que todo el que fuera a Él hallaría provisión (Juan 6:35).

JEHOVÁ MEKADDESH,  El Señor que santifica. Dios aparta un pueblo escogido, santo para Dios, un real sacerdocio, un pueblo propio. Él limpia nuestro pecado y nos ayuda a madurar. Éxodo 31:12, 13 (1 Pedro 1:15,16; Hebreos 13:12; 1 Tesalonicenses 5:23,24).

Comentario: Se conoce también como Yahvéh-Mekaddesh. Nosotros hemos sido apartados, hechos santos y redimidos por la sangre de Jesucristo, nuestro Jehová-Mekaddesh. Por lo tanto, debemos continuar viviendo una vida santa y que agrade a Dios (1 Pedro 1:13-25).

JEHOVÁ-NISSI, El Señor es mi bandera Dios nos da la victoria contra la carne, contra el mundo y contra el diablo. Nuestras batallas son sus batallas de la luz contra las tinieblas y del bien contra el mal. Éxodo 17:15,16; Deuteronomio 20:3,4, Isaías 11:10-12 (Efesios 6:10-18)

También se conoce como Yahvéh-Nissi. Nombre del altar que edificó Moisés después de derrotar a los amalecitas en Refidim. Isaías profetiza que la “raíz de Isaí” (Jesús) se levantará como un estandarte para los pueblos (Isaías 11:10). JEHOVÁ-RAFA, El Señor sana Dios ha provisto en Jesucristo la sanidad definitiva para la enfermedad espiritual, física y emocional. Dios puede sanarnos. Éxodo 15:25-27; Salmo 103:3, 147:3 (1 Pedro 2:24). Se conoce también como Yahvéh-Rafa. Jesús demostró que Él era Jehová-Rafa al curar a los enfermos, a los ciegos, a los paralíticos, y al echar fuera demonios. Jesús también sana a su pueblo del pecado de la injusticia (Lucas 5:31,32).

JEHOVÁ-ROHI, El Señor es mi pastor Aplicación: El Señor protege, provee, dirige, guía y cuida a su pueblo. Dios nos cuida tiernamente como un pastor poderoso y paciente. Salmo 23:1-3, Isaías 53:6 (Juan 10:14-18; Hebreos 13:20; Apocalipsis 7:17). Conocido también como Yahvéh-Ra’ah. Jesús es el buen pastor que puso su vida por todas las personas.

JEHOVÁ-SABAOT, El Señor de los Ejércitos El Señor de las huestes celestiales cumplirá siempre sus propósitos, aun cuando fracasen las huestes de su pueblo terrenal. 1 Samuel 1:3; 1 Samuel 17:45; Salmo 46:7, malaquías 1:10-14 (Romanos 9:29). Conocido también como Yahvéh-Sdabaot. Muchas versiones españolas de la Biblia traducen Sabaot por Todopoderoso. Ra’ah. Jesús es el buen pastor que puso su vida por todas las personas. “Jehová-Sabaot” se traduce a menudo El Señor Todopoderoso. Sabaot también se traduce como Huestes o Ejércitos celestiales.


JEHOVÁ-SHALOM, El Señor es paz Dios derrota a nuestros enemigos para darnos paz. Jesús es nuestro Príncipe de paz. Dios da paz y armonía interior. Números 6:22-27; Jueces 6:22-24, Isaías 9:6 (Hebreos 13:20). También se conoce como Yahvéh-Shalom. Nombre del altar que Gedeón edificó en Ofra como recordatorio del mensaje de Dios “Paz a ti”. Isaías nos dice que el Mesías también será conocido como el “Príncipe de Paz”, nuestro Jehová-Shalom (Isaías 9:6). 

JEHOVÁ-SHAMMAH, El Señor está presente. El Señor es mi compañero. La presencia del Señor no está limitada o circunscripta al tabernáculo o al templo, sino que es accesible para todos los que lo aman y lo obedecen. Ezequiel 48:35; Salmo 46 (Mateo 28:20; Apocalipsis 21). Conocido también como Yahvéh-Sama. Dios le reveló a Ezequiel que el nombre de la nueva Jerusalén será “el Señor está presente”. El Espíritu de Dios mora en nosotros por medio de Jesucristo (1 Corintios 3:16). 

JEHOVÁ-TSIDKENU,  El Señor nuestra justicia. Jesús es el rey que vendría del linaje de David, y es quien nos imparte su justicia. Jeremías 23:5,6; 33:16; Ezequiel 36:26,27 (2 Corintios 5:21). Se conoce también como Yahvéh-Tsidkenu. Todas las personas pecan y están destituidas de la gloria de Dios, pero Él gratuitamente nos hace justos por medio de la fe en Jesucristo (Romanos 3:22,23). Dios promete enviar a un rey que reinará sabiamente y que hará lo que es justo y recto. La gente vivirá segura (Jeremías 23:5,6). 

JEHOVÁ-TSIDKENU, El Señor nuestra justicia. Jesús es el rey que vendría del linaje de David, y es quien nos imparte su justicia. Jeremías 23:5,6; 33:16; Ezequiel 36:26,27 (2 Corintios 5:21). Se conoce también como Yahvéh-Tsidkenu. Todas las personas pecan y están destituidas de la gloria de Dios, pero Él gratuitamente nos hace justos por medio de la fe en Jesucristo (Romanos 3:22,23). Dios promete enviar a un rey que reinará sabiamente y que hará lo que es justo y recto. La gente vivirá segura (Jeremías 23:5,6). 

JAH, “YO SOY”, el que es auto existente.  Dios nunca cambia. Sus promesas nunca fallan. Cuando nosotros somos infieles, Él es fiel. Dios promete su presencia continua. Éxodo 3:14; 15:2; Salmo 46:1, 68:4; Isaías 26:4. Forma abreviada de Yahvéh. Se utiliza a menudo en combinación con otros nombres o frases. Aleluya significa “Alabanza a Jah (el Señor)”; Elías quiere decir “Dios es Jah (el Señor)”; y Josuésignifica “Jah (el Señor) es mi salvación” 

JHWH/YHVH, “YO SOY”, el que es autoexistente. Dios nunca cambia. Sus promesas nunca fallan. Cuando nosotros somos infieles, Él es fiel. Éxodo 3:14; Malaquías 3:6. Nombre de Dios revelado a Moisés. También se le denomina tetragrama (“cuatro letras”). Aparece alrededor de 6800 veces. En las versiones españolas de la Biblia se traduce “Jehová” o “Señor”, en este último caso se debe a que se convirtió en práctica común que los Judíos dijeran “Señor”, en este último caso se debe a que se convirtió en práctica común que los judíos dijeran “Señor” (Adonai) en vez de pronunciar el nombre (YHWH (YHVH). 

VI La personalidad de Dios es otro de los temas muy debatidos sobre todo desde la perspectiva Cristiana pues en la religión hebrea el monoteísmo incluye también el unitarismo al igual que el islamismo. Dios es conocido en la cultura hebra como Padre, aunque esta designación no era preponderante en la devoción religiosa hebrea donde los atributos de Dios en sus actos y no tanto su condición de cercanía emocional eran la nota más destacada. Pero la tradición cristiana reconoce en Dios un solo ser pero distingue más de una persona en él. 

Así el cristianismo distingue en la deidad a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Sin bien es cierto que en el A.T. existen muchas citas bíblicas que parecen apoyar una doctrina trinitaria (Gn. 1:26; 11:7; 18:2; Is. 6:8), no obstante todo el Antiguo Testamento está enfocado, y por razones muy obvias, a establecer la unidad esencial de Dios (Is. 43:11; 44:6). Sin embargo el Nuevo Testamento es menos parco en el tratamiento de la información de este tema, sin que ello implique que podemos hallar en el N.T. una exposición detalla de la doctrina trinitaria. La impresión general que se desprende de una lectura del N.T. es que, los autores reconocen divinidad en Cristo y también igualdad y en el más de los casos no se puede establecer claramente una diferenciación entre una consideración de divinidad y una situación de condición exaltada. Son muy escasas las declaraciones directas que el N.T. atribuye a Cristo refiriéndose directamente a él como Dios (Jn. 1:1; 20:28; Ro. 9:5), y del Espíritu Santo está prácticamente ausente. (Hch. 5:4).












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