miércoles, 8 de abril de 2015

QUÉ TENÍAN EN COMÚN BALAAM, SIMÓN EL MAGO, FÉLIX EL GOBERNADOR Y JUDAS?

La IGLESIA IGLESIA
Vs
LA IGLESIA NO IGLESIA

Por. Prof. Juan Alberto Galvá
Director Académico del Instituto Teológico De Santo Domingo (INTESAND)


PARAMETROS CLAROS
PARA DECIDIR BIBLICAMENTE
DÓNDE CONGREGARSE
Y DONDE NO CONGREGARSE
Para quienes asisten a una iglesia, pero albergan serios cuestionamientos contra ella.

Este libro se escribió pensando en ustedes.

Juan Alberto Galvá


Ministerio de Orientación & Difusión Cristiana (O&DC)
(Iglesia Cristiana Ejemplar (ICE))
En asociación con
Unidad de Recursos Didácticos del (INVITI-INTESAND)
Santo Domingo Rep. Dominicana.
Año 2014
Prof. Juan Alberto Galvá
Clasifíquese: Eclesiología/Evangelismo Personal/Misiones.
Ninguna parte de esta obra podrá ser reproducida para fines comerciales sin la debida autorización de sus editores.
1-829-333-3981
albertogalvac@hotmail.com

Si usted desea una copia completa del libro del cual fue desprendido este articulo hágalo escribiendo a una de las direcciones de correo vertidas más arriba.



LA IGLESIA IGLESIA   I d e a l


Con todo, la iglesia ideal sí existe. Veamos el siguiente pasaje para que entendamos claramente la diferencia:

Filipenses
4:1 Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados. 
4:2 Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. 
4:3 Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. 
4:4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 
4:5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 

Durante su ministerio, Pablo estableció varias iglesias. La mayoría de estas iglesias fueron fuente de no  pocos conflictos, sin embargo, Cf. (I Co. 4:18, 4:19; 5:2) la carta que Pablo escribe a la iglesia en Filipos es la única que aparentemente no está motivada por ninguna irregularidad manifiesta, su tono es cálido y exhortatorio. Es una iglesia viviente, militante, comprometida, solidaria, pero de ningún modo es una iglesia perfecta.

Pero, con todo, aún en medio del tono exultante del apóstol salen a relucir las debilidades humanas (4:2) aparentemente entre las hermanas Evodia y Sintinque había alguna discordia por una razón que no nos ha sido revelada. Pero, si recordamos la historia de Pablo narrada en los Hechos de los apóstoles, veremos que Pablo ya tiene experiencia en la mediación de conflictos pues entre él y Bernabé, su mentor, hubo un sisma no pequeño, lo cual los mantuvo alejados algún tiempo (Hch. 15:39), al querer Bernabé restaurar a su sobrino Juan Marcos a la obra misionera, después que éste había desertado de la misión abandonando a Pablo y a Bernabé; este impase, sin embargo, fue superado y Pablo mismo en su momento solicitó la ayuda de Marcos (II Ti. 4:11). Igualmente vemos a Pablo intercediendo por Onésimo ante su discípulo Filemón (Fil.1:10). En estas congregaciones había problemas, en algunos casos, muy serios (Cf. I Co. 5:1) Así que, resulta claro que, aun con tantos y tan graves problemas una iglesia ideal es posible. Una iglesia ideal, es necesaria, una iglesia ideal, es bíblica; entre todos podemos aunar esfuerzos para ser parte de esta IGLESIA IGLESIA-IDEAL,   no idealizada.

Ahora dedicaremos algo de tiempo, para establecer parámetros para determinar cuándo una iglesia deja der ser IGLESIA IGLESIA, para convertirse en IGLESIA NO IGLESIA. Un breve análisis del estado de las iglesias en el final del periodo de la iglesia apostólica mostrará que las iglesias pueden pasar:

·         Del estado ideal
·         Al estado crítico
·         Al estado de NO IGLESIA






¿EN AUSENCIA DE QUÉ, UNA IGLESIA DEJA DE SER IGLESIA?




APOCALIPSIS 2:2 y ss.


EFESO
2. Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
3. y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
4. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
5. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

Esta iglesia, la de Éfeso, de la cual se dice que Juan el apóstol o algún anciano insigne identificado como Juan, fue su obispo, es vigilante en cuanto a la eficacia de su tribunal de la “inquisición” no se le escapa un solo desliz doctrinal y está muy pendiente de los que actúan con maldad. Pero, aparentemente esta actividad le quitó sensibilidad espiritual, estaba muy enfocada en su tarea de guardiana de la fe y su tarea se volvió mecánica e insensible. Al perder la sensibilidad espiritual, lo que es bueno conforme a Dios, es desplazado por lo que es bueno conforme al hombre, esto es la justicia y el celo humanos, que no pueden, por  la condición intrínseca del hombre (Cf. Ro. 8:7) obrar la voluntad de Dios (Cf. Sgto. 1:20;).  

Algo así paso con Jehú. A Jehú se le encargó ejecutar el celo de Dios, (Cf. II R. 9:1 y ss) pero, él decidió hacerlo a su manera, y sin límites, así que, creyendo ejecutar el celo de Dios, realmente ejecutaba su  ilimitada y desproporcionada venganza humana, lo cual Dios a su vez condena (Cf. Os.1:4).

Este es un caso que muestra como aunque la intención a veces puede ser buena, si hay descuido o información insuficiente, con el tiempo, se puede perder sintonía con Dios. Así que, igualmente en Éfeso hubo un peligroso alejamiento de la fuente, algo, o alguien tomó el lugar de Dios, quien es el emisor de las órdenes, y la razón de ser de esa iglesia fue completamente desnaturalizada.

Ese es un mal común hoy día, cada iglesia hace énfasis en una determinada área; algo así como los médicos se especializan en el corazón, el páncreas, el intestino y así por el estilo, pero, cuando se necesita una visión general y cohesionadora no hay seguridad ni visión de conjunto, cada problema es pasado al especialista siguiente, y el paciente no consigue a un ser humano que haga empatía no solo con la enfermedad sino con el ser humano que tiene la enfermedad, la ciencia de la salud al descubrir esta realidad, ahora hace juntas medicas para decidir qué acción tomar frente a ciertos problemas especiales que a veces se presentan. Así mismo pasan los creyentes de iglesia en iglesia buscando descanso para sus almas porque las iglesias no tienen un criterio de IGLESIA IGLESIA unificado que permita respirar el mismo aire y saborear los mismos sazones en cada comunidad de fe, sino que, en el área espiritual hoy día la variedad de la gastronomía espiritual es tan diversa y variada que, antes de hallar esa sencilla palabra que lo cambia todo:

 Juan 7:38: El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Mateo 11:29: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas;

¡Ay! Si esto volviera a ser el todo de la vida cristiana en cada comunidad. Confianza y fe sencilla en Cristo el salvador, y obediencia gozosa a sus mandamientos que no son gravosos. (Jn. 5:3).


PERGAMO
“Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto:
Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antípas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.  Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.
Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca”. (Apoc. 2:12-16)

La iglesia de Pérgamo, por su parte, ha logrado sobrevivir hasta el momento histórico de la carta al peligro e influencia constante de habitar nada más y nada menos que en el trono de Satanás. La ciudad de  Pérgamo se había convertido en albergue principal de los cultos idolátricos y toda suerte de práctica mágica y de hechicería. Evis Carballosa, señala que la terminología usada por Juan sugeriría algún tipo de enraizamiento en aquella ciudad y cultura, desvirtuando el carácter migratorio o de peregrina que debe caracterizar a la iglesia3.

La iglesia es elogiada por retener el nombre de Jesús, esto es, mantener el testimonio de Cristo en alto, no había sucumbido a la tentación de dejar de ser iglesia para negar la esperanza cristiana. Pero es reprendida, porque había permitido la cohabitación de la sana doctrina con la doctrina falsa, y permitía el magisterio de sectas aborrecibles dentro de la asamblea de los santos, es decir, partidos, corrientes de enseñanza nociva claramente identificados, promotores de doctrinas de demonios, que eran tolerados como si se tratase de maestros ortodoxos que sostienen diferentes puntos de vista acerca de doctrinas inocuas que ni salvan ni condenan, la iglesia pasará por la Gran Tribulación o que no pasará por ella. Pero, obviamente, este no es el caso, pues se encargaban de corromper a los siervos de Dios seduciéndolos para que cometieran adulterio físico y espiritual. Esta iglesia, con semejante problema, no es amenazada de ser desarraigada, Jesús amenaza más bien con juzgar a los culpables, si no se arrepienten. Su estado no es ideal, pero si está en estado crítico.



TIATIRA
[…] “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio y tu paciencia y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero tengo contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetiza, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. […] Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esta doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; […] (Apoc. 2:18-29).

La iglesia de Tiatira es un modelo de virtud, tiene amor, el amor que le hacía falta a Éfeso, es militante en su trabajo y no se ha mantenido estática, sino que el reporte de su progreso indicaba que sus obras iban en franco aumento (2:19b) pero, al igual que Pérgamo, sufría del mal de la tolerancia sin entendimiento. Esta tolerancia puede estar generada al menos por dos factores:

Uno lo constituye un amor inmaduro que lleva a depositar una fe tan grande en los demás que obnubila la conciencia y desencadena una peligrosa relativización de todas las cosas, una relajación de los estándares y una fe ingenua, que impide actuar aún cuando se están presentando evidencias contundentes de que algo no anda bien, tal vez esto fue lo que le pasó a gente como David, Elí, Samuel y Jacob.

La segunda razón por la que se da este fenómeno, es por el deseo carnal de estar bien con todos, de ser popular, de no disgustar a nadie, o por el miedo irracional a los conflictos, es decir, falta de carácter, cobardía para enfrentarse a los que claramente pervierten la fe.

Con todo, una vez más, Tiatira no parece estar en la lista de iglesias en estado grave, pues el reproche cae sobre la autoridad pastoral, y el castigo solo sobre los pecadores, preservando la congregación.



SARDIS
[…] “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobe ti.” […] (Apoc. 3:1-6).

Tanto la iglesia de Sardis, como la iglesia de Laodicea son las iglesias más severamente reprendidas por el Señor durante todo el periplo. Esta iglesia es calificada de farsante, hipócrita, vacía, carente de espíritu. Todo esto porque se mostraba a todos como viva, pero en realidad estaba muerta, (esta es una expresión bastante fuerte) o sea que, aparte de todo lo dicho, se engañaba a sí misma, pues los muertos pueden ser pintados y arreglados espléndidamente, pero, más temprano que tarde, se hace latente su estado, pues su hedor los delata. Con todo, hay que notar, que, si bien existe la culpa corporativa, esta no era la condición total de la iglesia, ya que el Señor reconoce a aquellos de entre la iglesia que no han sido cómplices con el liderazgo en su defección (Cf. 3:4).

En cambio la amenaza para el liderazgo es muy seria. Jesús crípticamente le advierte que vendrá sobre él como ladrón. Pero esta frase está dirigida una y otra vez tanto en los evangelios como en las epístolas a aquellos que no son creyentes y por tanto no están esperando que el Señor regrese. Siendo que no se puede perder la salvación (Ro. 8:33 y ss), es de suponerse que Jesús le da oportunidad al liderazgo de que validen mediante su arrepentimiento su verdadera conversión (3:3ª) pues si sucediera que el castigo terminara derramándose sobre los impenitentes quedaría claramente establecido que ellos nunca fueron verdaderos creyentes, ya que los elegidos permanecerán hasta el final (Heb. 6:9).



LAODICEA
[…] “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dice: Yo soy rico, y me he enriquecido, y e ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” […]

El mensaje a Laodicea es un mensaje al estilo Juan el Bautista, mensajes sin componendas ni miramientos. Este líder y su iglesia representa en mucho, lo más granado de los grandes y famosos ministerios evangélicos de hoy día. Sus instituciones son lujosas y sus modales son refinados, hablan de la fe y su eficacia, pero sus cuentas bancarias siempre están llenas y creciendo. Y de nada bueno que la vida y el mundo puedan ofrecer se privan. Como dice el salmista conciben una idea, y no duermen hasta verla realizada y lo consiguen porque el dinero les sobra. (Sal. 73:7) Y cuando esto ocurre, sabemos que hay un peligro, es el peligro que podríamos identificar como “el síndrome o el mal de Laodicea”.

El problema con esta iglesia no es el dinero per se, sino en lo que el dinero se ha convertido para esta iglesia. Esta iglesia ha sustituido la dirección de Dios, por la “omnipotencia” y autosuficiencia que el dinero podía proveer. Por tanto, no había para qué esperar en la dirección del Espíritu Santo, lo único que había que consultar era la aprobación del líder y  la disponibilidad financiera. Y como el dinero era abundante, la palabra del líder se terminó convirtiendo en la Palabra de Dios. Craso error. En ese punto la iglesia inició una carreara acelerada hacia el precipicio que solo podía ser detenida con la oportuna intervención de la disciplina del Señor y el humilde arrepentimiento de los pecadores.

Finalmente tenemos las iglesias de Esmirna y de Filadelfia. Habrán notado que he saltado el orden en que aparecen en el Apocalipsis, esto es porque son las únicas dos iglesias en donde no parece haber nada que reprochar y palabras de elogio y estímulo para su liderazgo. De Esmirna leemos: Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son.” Nótese que Laodicea se consideraba a sí misma rica, pero a los ojos de Señor era pobre y miserable, en cambio, Esmirna se veía pobre en cuanto a limitaciones materiales, pero el Señor la consideraba verdaderamente rica, porque no era rica según los estándares humanos, sino según el estándar del Señor Jesucristo. (Cf. 2:9ª). Igualmente de Filadelfia leemos: […] “Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.” […] (3:8).

Hemos visto pues que excepto Esmirna y Filadelfia, todas las iglesias tenían problemas de mayor y menor magnitud, todas son amonestadas, sin embargo solo en Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Filadelfia y Sardis Jesús elogia aspectos buenos y reconoce a algunas personas que andan en rectitud. Sin embargo en la iglesia de Laodicea Jesús no haya nada bueno que elogiar, así que todo en ella parece ser reprochable. Sardis y Laodicea reciben aparentemente las reprimendas más graves: una es acusada de estar muerta, y la otra de ser ciega, pobre y desventurada. (3:1; 3:17). Con todo, ninguna de estas iglesias es amenazada con ser desarraigada para dejar de ser iglesia. Extrañamente la única iglesia que recibe tal amenaza es la iglesia de Éfeso:

“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. (Apoc. 2:5).

Fue muy revelador para mí el descubrir que las causas que Jesús toma en cuenta para que una iglesia deje de ser iglesia, no son, al menos en principio, las que posiblemente la mayoría de nosotros consideraría en primer lugar. Si me tocara juzgar a partir de la evidencia externa, posiblemente Laodicea recibiría la amenaza de Éfeso y no al revés. Pero es claro que para el Señor el amor, y todo lo que este trae consigo, debe ser el elemento distintivo de una IGLESIA IGLESIA, esto es, de una iglesia ideal. Y marca la diferencia entre una iglesia ideal y una falsa.



EL PRIMER AMOR


Pero tengo contra ti,
que has dejado tu primer amor.



Dudo mucho que Jesús tuviera en mente aquí una relación de tipo conyugal. Es evidente por el propósito espiritual del libro de Apocalipsis que el lenguaje es metafórico y hace referencia a la entrega voluntariosa, activa y consciente hacia la causa del Señor. Implicaba además devoción; gr. eusebes, esta palabra según Vine implica […] “reverencia llena de admiración exhibida especialmente en las acciones, reverencia y contemplación maravilladas bien dirigidas”. […] pág. 273. Esto se parece bastante precisamente a lo que tanto el Señor como los apóstoles insistieron a los discípulos que debía ser el distintivo de su unión genuina.

[…] “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Jn. 13:35. Cf. 15:12; 17. I Jn. 3:23. II Jn. 5).

Pero más que entrar en abstracciones y disertaciones filosóficas sobre el amor, veamos en la práctica las tres manifestaciones básicas de este amor en la IGLESIA IGLESIA que fundó Jesús:

·         Era un amor maduro. No había dificultad, ni falta de carácter para reprender a quienes no andaban conforme a la verdad y tales reprensiones eran asumidas con humildad. Pablo reprende a nada más y nada menos que el apóstol Pedro en público (Gá. 2:11-16). Y tiempo después Pedro nos deja registro inequívoco de que, no solo no guardaba rencor acerca de este episodio, sino que además tenía a Pablo en muy alta estima y le tenía gran admiración (II P. 3:14-16).

“Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito,” 

·         Era un amor solidario. Donde los hermanos sentían satisfacción genuina al poder tomar parte en suplir las necesidades de los demás hermanos. (Hch. 4:32-37). Sé, que, el modelo de reparto expuesto en este pasaje ha sido objeto de mucho debate en cuanto a su verdadera aplicación, su eficacia y los resultados financieros que trajo en el largo plazo. Pero lo que estoy tratando de ejemplarizar no es el modelo, sino, la intención, hay muchas maneras sabias hoy día de hacer lo mismo, con la intención correcta. Y también hay formas eficaces de hacerlo, sin ninguna repercusión en el reino de los cielos. Todo lo que se haga, sin que haya genuina devoción, sin que destile gozo hacerlo no será recibido como ofrenda delante de Dios.

·         Era un amor apasionado. Solo hay que leer la defensa que Pablo hace de su ministerio tanto en I Co. 9 1 y ss y en Gá. 4:8 y ss. para notar el ardor del apóstol. En los siervos de Dios no hay cansancio ni, dejadez, ni hastío, siempre arde la llama del Espíritu en ellos y siempre parece haber una buena razón para dar a conocer las buenas nuevas de salvación (I P. 2:9-10).

En palabras llanas: Puede que una iglesia en alguna ocasión caiga en falsas doctrinas (Hch. 15:1), esto es inevitable, y de hecho está anunciado que sucederá (Hch. 20:30; II P. 2:1) la pregunta importante es ¿tiene esta iglesia los líderes maduros en el amor de Dios, para sentarse a discutir los desacuerdos doctrinales o las diferencias de la índole que sean (15:36-41) y aceptar el fallo autoritativo de la Palabra de Dios, y continuar después de ello, bajo la autoridad del liderazgo y en una armoniosa relación? Si no hay un liderazgo capaz de zanjar las diferencias con amor, dando preeminencia a las Escrituras y terminar en un clima de paz que preserve la congregación, entonces tal iglesia corre grave peligro de convertirse en una iglesia no iglesia.

POR VIA DE CONSECUENCIA

v  Así que si una iglesia tiene los medios económicos para mostrarse solidaria, preeminentemente con su feligresía, y además con los de afuera, y no lo hace, el liderazgo de esta iglesia muestra una insensibilidad que la delata como inclinada hacia la impiedad. Su liderazgo demuestra que ha secuestrado la iglesia del Señor y que usa sus recursos antojadizamente para actividades que no glorifican a Dios sean cuales estas fueran, porque cuando las prioridades no son puestas en orden, Dios no puede estar en el centro de los corazones de los líderes. Una iglesia dirigida por Dios, será al mismo tiempo, una iglesia centrada en los objetivos de su corazón. (Mi. 6:8).

v  E igualmente, si una iglesia es militante en la ayuda de los necesitados de adentro y de afuera, pero, todo esto se hace, como una fachada porque a través de dichos programas se consiguen ayudas que la iglesia o su liderazgo quieren conservar, porque les sirven como trampolín para alcanzar objetivos ulteriores, cuales esto puedan ser, dicha iglesia está siendo dirigida por tecnócratas e ingenieros financieros, pero no por pastores sensibles a quienes realmente les importe el rebano del señor.

v  Y si la iglesia se ha convertido per se, en una agencia de ayuda, también se ha desnaturalizado, ya que no es función principal de la iglesia la repartición de comida o ayudas (Hch. 6:4), sino que estas actividades  deben ser el producto de las necesidades planteadas puntualmente y surgidas natural o coyunturalmente y el desprendimiento espontáneo de la membrecía para la solución de estas necesidades cuando Dios las trae a su pueblo.

v  Y si una iglesia está complacida en sí misma, enamorada de sí misma, gozosa, de su liturgia, y olvidada de compartir hacia afuera lo que tiene, ha perdido su norte. Muchas iglesias están tan enfermas en este pecado que ya solo crecen de forma generacional, por procreación física, allí  es evidente, una vez más, que su brújula ha dejado de señalar el norte. Este tipo de iglesias narcisistas no predican, no se multiplican, ni tampoco les importa. Estas iglesias son autosuficientes, están anquilosadas en su tradición y son una pésima expresión, sino la más evidente manifestación de una IGLESIA NO IGLESIA, esto es, una iglesia falsa. Y por supuesto, si se topa usted son una iglesia que sume estas tres características sin lugar a dudas esa iglesia no es una iglesia. Se trata de una iglesia claramente falsa, no importa el rotulo o el apellido que tenga. Usted tiene entonces el deber de orar y salir en busca de una IGLESIA IGLESIA.




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