miércoles, 4 de mayo de 2016

LAS CINCO PREGUNTAS QUE DEBEN SER CONTESTADAS I- ¿Dios tiene poder o no tiene poder? He aquí la cuestión. Si Dios no tiene poder, bueno, no hay nada más que hablar, comamos y bebamos porque mañana moriremos (I Co. 15:32).



LAS CINCO  PREGUNTAS QUE DEBEN SER CONTESTADAS





I-                  ¿Dios tiene poder o no tiene poder? He aquí la cuestión.
Si Dios no tiene poder, bueno, no hay nada más que hablar, comamos y bebamos porque mañana moriremos (I Co. 15:32).

II-              La cuestión sobre si él sí tiene poder
A menos que no vayamos a convertirnos en alguna otra cosa diferente a cristianos, toda la Biblia proclama abiertamente el poder infinito de Dios (Gn. 1:1); (Nm. 11:23). Dios lo puede total y absolutamente todo.

III-           La cuestión sobre si él tiene poder pero no quiere usar su poder
Resulta más que evidente que Dios no ha estado inactivo pues creó el universo, esto mismo resulta en argumento suficiente para probar que usa su poder, y si lo usa es porque quiere, pues siendo Dios nada hace por necesidad, o por obligación sino por el puro afecto de su voluntad. (Sal. 115:3). Siendo inmutable y estando sujeto únicamente a su propósito divino que lo mantiene constantemente activo (Heb. 13:8).

IV-            La cuestión sobre si él tiene poder pero lo usa solo en épocas especificas
La idea de este enunciado debe ser examinada con mucha objetividad. Porque no puede negarse el hecho cierto de que parece haber en la Biblia periodos claramente identificables en los que Dios parece actuar en intervalos razonablemente largos y daría la impresión de que él “está inactivo”. Los periodos posteriores a la creación y  al jardín del Edén son en realidad difíciles de discernir, pero los hechos siguientes que se relatan no dan la impresión de una sucesión corta de eventos, esto es: la caída (Gn. 3:15); el diluvio (Gn. 7:4); la torre de Babel (Gn. 11:5);  la época patriarcal (Gn. Caps. 15 y ss); la liberación del éxodo hasta el principio del reino de Salomón (Ex. 3:9); los ministerios de Elías y Eliseo (I R 17: 1 y ss); y después, el periodo inaugurado por Jesús y que culminó con los apóstoles (Hechos). No cabe  la menor duda de que el final del periodo apostólico ha significado una aparente pausa en las obvias manifestaciones de Dios, pero, entonces, ¿significaría que en esos intervalos Dios simplemente toma “vacaciones”?  

V-               La cuestión sobre si él tiene poder pero está usando su poder de forma limitada y selectiva
Estoy muy proclive a pensar que Dios ciertamente manifiesta su poder de forma ostensible en épocas especiales conforme al desarrollo de su plan. Pero hay algunos indicios de la Escritura me hacen pensar que, aún en los intervalos históricos en los que no hay una manifestación tan obvia de su poder él sigue obrando a favor de su pueblo. El es el Dios que no se cansa (Is. 40:28), es el mismo ayer hoy y siempre (Heb. 13:8) él ha prometido permanecer activo a favor de su pueblo hasta que su pueblo alcance la plenitud de sus promesas inmutables. La Biblia afirma que los dones cesarán cuando llegue lo perfecto (I Co. 13:10), y sabemos que solo llegará lo perfecto cuando Jesús comience a reinar físicamente sobre la tierra. Llegado este punto quedará claro para el lector avisado que, si bien soy muy cauteloso en el tema de los dones y los milagros, no soy “cesacionista”.

















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