Por Juan Alberto Galvá
& Sarah Grace Marie Galvá de Jesus.
Grace la valiente caminaba feliz junto a su padre rumbo a la escuela, caminaban como siempre por las calles angostas y polvorientas de la barriada, de lado y lado dos hileras de casas derruidas y envegecias casi transformadas en fantasmas por la insistente polvareda levantada por las maquinas que las transitaban.
Al doblar las esquina del antiguo bosquesillo de cargado de bromelias marchitas, geranios y cayenas apiladas en un vivero improvisado que el gobierno había montado allí, disfrutaron el abrupto cambio de temperatura, era como estar en otro mundo, había viento, frescor, sombra abundante producida por innumerables palmas reales, javillas, mangos y gran cantidad de acacias. a las distancia divisaron el cable de alta tensión, si siguieron caminado, cruzaron la calle de asfalto, en el bosquesillo la calle no era de caliche, era de asfalto, tenia muchos agujeros, pero estaba entarviada, precariamente asfaltada, pero no era de caliche.
cuando por fin avanzamos un poquito mas pudimos ver la letrina de las palomas. Era como un concierto de cagadas de todos los colores había que tener cuidado para no recibir ese rocío pestilente temprano en la manana. a corta distancia un gato.
El gato que vimos era blanco con manchas negras, si, no era negro con manchas blancas porque era mas blanco que negro, el gato estaba al asecho, entonces Grace la valiente notó la intención del gato desgraciado, así lo llamó ella, para mi era solo un gato, pero para Grace la valiente era un gato desgraciado. Ella me miró intenté detenerla pero cuando traté de persuadirla ya estaba hecho.
EL GATO EN LAS NUBES
Saben, lo que Grace hizo con el gato, el que para mi era solo un gato, pero que para ella era el gato desgraciado? Se los diré mañana. Esperen para contarles...
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