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lunes, 7 de marzo de 2016

ESTA SIENDO USADO YODURO DE PLATA PARA DISEMINAR ENFERMEDADES COMO EL ZIKA?



El virus zika: obra de los Illuminati (y otras teorías de conspiración)


¿Será cierto que el zika es un pesticida fabricado por una transnacional y forma parte de un siniestro plan de aniquilación?
Usted estará de acuerdo conmigo: cada día es más complicado lidiar con todas las cosas que suceden en un día común. Debido a la enorme cantidad de estímulos informativos que nos rodean por todos los medios imaginables —y, también, a la cada vez mayor densidad poblacional en los espacios urbanizados—, a quienes estuvimos acostumbrados a ritmos más pausados en este asunto de la vida cotidiana, a veces nos resulta difícil estar al día con todas las noticias que se reproducen como microbios a nuestro alrededor gracias al acelerado adelanto en tecnologías de la información.
Y de entre todos los encabezados que cruzan por nuestra mirada escrutadora, a veces uno destaca y roba nuestra atención. Aunque no sea por las razones que uno desearía.
Algo así me sucedió hace un par de días, cuando alguien me compartió la nota de un blog que no he tenido el valor de explorar a fondo, en la que el autor sostiene que la actual epidemia —ya no sé si ese término es el correcto o si debo usar pandemia; en fin, prosigo— de virus zika que se vive en Brasil, Colombia y algunos otros países latinoamericanos, fue deliberadamente propagada a través de un fertilizante de uso común —cuya área de acción coincide perfectamente con las zonas del brote de la epidemia—, el cual fue producido y diseminado por una transnacional con una pésima reputación —no le doy el nombre para no atizar más la teoría conspirativa—, con la intención de diezmar a la población pobre y causar un golpe económico en las economías emergentes de la zona, junto con la caída de los precios del petróleo. Todo esto, según se dice en otra parte del texto, sería un plan de la banca Illuminati sionista. O, al menos, eso infiero yo.
¿Quién soy yo para decidir, así por encimita y hasta donde alcanzan a ver mis ojos, si este hombre tiene acceso a información privilegiada y en efecto existe un grupo de hombres inmensamente ricos —e igualmente siniestros— que llevan algunos años tratando de terminar conmigo o de esclavizarme de todos los modos inimaginables, o si más bien son sólo conjeturas sin ningún dato en concreto y su propósito es el de llamar la atención o propagar el miedo irracional o hacer del conocimiento público una construcción mental en la que él cree firmemente? ¿O si ambos, este hombre y yo, estamos tremendamente equivocados e ignoramos una terrible realidad que no alcanzamos siquiera a vislumbrar?
Creo que nunca podremos tener una respuesta precisa a estas preguntas, pero sin duda resulta interesante echar una mirada a lo que la historia y la ciencia dicen al respecto de algunas de las cosas que se dicen en dicha entrada de blog. Por ejemplo, que los illuminati, a diferencia de lo que el escritor Dan Brown da a entender en su novela, que es un relato de ficción —note bien las negritas—, fueron una sociedad secreta que se fundó el primero de mayo de 1776 —en pleno Siglo de las Luces— en la Universidad de Ingolstadt, por Adam Weishaupt, el único profesor laico en una escuela dirigida por jesuitas, y su fin era construir un frente de resistencia ante la ignorancia, la superstición, el oscurantismo, la intervención de la iglesia en la vida pública y los abusos del Estado: nada que ver con las ideas que llevaría a un malévolo cónclave de ancianos ruines y podridos en billetes a urdir el dominio del mundo.
A ello hay que añadir que más de 13 países de las Américas han notificado infecciones esporádicas por el virus de Zika, lo cual indica que este está teniendo una rápida expansión geográfica…”. 
También vale la pena asomarse a lo que dice la OMS —aunque también cabe la posibilidad de que esta institución esté coludida con las mentes maestras detrás de esta intriga—: “El virus de Zika se transmite a las personas a través de la picadura de mosquitos infectados del género Aedes, y sobre todo de Aedesaegypti en las regiones tropicales. Este mosquito es el mismo que transmite el dengue, la fiebre chikungunya y la fiebre amarilla. Los primeros brotes de enfermedad por el virus de Zika se describieron en el Pacífico en 2007 y 2013 (Yap y Polinesia francesa, respectivamente), y en las Américas (Brasil y Colombia) y África (Cabo Verde) en 2015. A ello hay que añadir que más de 13 países de las Américas han notificado infecciones esporádicas por el virus de Zika, lo cual indica que este está teniendo una rápida expansión geográfica…”. O sea que, o bien el virus se ha trasmitido de la manera en que normalmente se trasmiten los virus —de persona a persona, por contacto con alimentos u objetos contaminados—, o el mentado fertilizante ha andado de visita por América, África y Asia. Esas que sí son ganas de exterminar.
Pero no me haga caso a mí, estimable lector que me ha seguido hasta acá. Insisto: yo mismo puedo ser, aun contra mi voluntad, una peón más que encubre esta conspiración de dimensiones globales. Mejor vaya usted y haga su propia investigación. Y no sólo sobre los illuminati y sobre la idea de éstos acerca del Nuevo Orden Mundial —o NWO en inglés, en el que de alguna manera también están inmiscuidos los presidentes de los Estados Unidos, sus guardaespaldas shape-shifter y los reptilianos—, o sobre los productos Monsanto —¡ups!, ya se lo dije—, sino también sobre las chemtrails o líneas de vapor que dejan los aviones en el cielo —y que, según dicen, en realidad se trata de químicos para esterilizar o aniquilar a la población, que deben de ser pésimos porque yo veo que siguen naciendo bebés a pasto—, sobre las antenas HAARP y el control que ejercen sobre la estratosfera para provocar terremotos a placer, sobre la trillonaria familia Rothschild —aquí le dejo unlink para que se dé idea— y, ya encarrerados, sobre el enigma máximo: el paradero de las tapas de los tupperware, las piezas de Lego y los calcetines que se pierden.
Pero, como siempre digo, eso ya es otro cantar.
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