En verdad hay que admitir que Dío, con las habilidades que tiene, que son innegables logró encandilarnos a muchos creyentes que nada tenemos que ver con la política y por tanto no somos capaces de hacer un análisis u observación objetivo de la panorámica partidista y electoral. Fue de esa forma que, aunque la lógica decía que, no obstante la desaparición física de Juan De Los Santos, el partido oficial tenía todas las herramientas en su mano para imponer una candidatura y por tanto, todas las demás pretensiones no eran más que viento y niebla, muchos llegamos a percibir, al menos en la Zona Oriental que Dío iba a “dar una sorpresa” enorme porque mucha gente no conoce a Elías Wessin Chávez, pero ahora conoce a Dio Astacio, ¡todo un logro!.
Pero, tristemente, “dar una sorpresa” está más cerca
de jugar la lotería que de un pronóstico científico. Dío tenía encuestas,
suponemos que eran encuestas hechas por profesionales y que él no se estaría engañando
así mismo, por tanto, aunque contribuyo a mantener en sus simpatizantes la idea
inconsistente de que el ganaría, es de suponerse que él estaría apelando a un
gran milagro para que eso sucediera, pues si tenía encuestas serias estas debían
estar dándole información clara sobre su
verdadera condición en la preferencia del electorado, a menos que las encuestas
solo fueran hechas entre los evangélicos, cosa muy dudosa.
El domingo acompañábamos al padre de un amigo a
ejercer su derecho al voto, y mientras viajábamos hablábamos de las
posibilidades de Dio Astacio, a lo cual él respondió con cierta sorna “No voten
su voto, que a ese no lo conoce nadie” Nosotros nos reímos un poco, y le argumentamos
que no era cierto, que Dío posiblemente iba a ganar, y que incluso, días antes
de las elecciones había hecho una marcha multitudinaria que pasó cerca de su
casa en la carretera Mella, pero él gesticuló con desdén y nos dijo que no perdamos
el tiempo. Votamos y esperamos, esperamos toda la tarde, y después buena parte
de la noche, y cuando vimos el primer boletín ya era muy claro por donde saldrían
todos los tiros, los partidos grandes y medianos estaban en bancarrota y los pequeños
prácticamente ni existían. Solo estaban allá, en la cúspide el PLD y a la mitad
del camino el PRM.
Pero, si las encuestas tenían razón y como
vemos Dío ha tenido una participación tan lastimera aun tenemos muchas
preguntas que pululan en el aire y que deben ser respondidas: Es tan sin
significante la cacareada unidad de los evangélicos?, tienen tan poca
influencia los jerarcas evangélicos, cuántos son en realidad los evangélicos? Están
tan politizados los evangélicos, que obedecen primero a sus dirigentes políticos
antes que a sus líderes religiosos? En lo que el hacha va y viene, una cosa no
deja lugar a dudas, la participación evangélica, en apoyo a los evangélicos con
el “partido evangélico” fue deprimente.
Dio Astacio, como persona, puede candidatearse
cuantas veces quiera, lo que Dio, nunca debió hacer (Y lo hizo, él y la mayoría
de los evangélicos que se enrolaron a la política) fue comprometer a la iglesia
de Cristo en la política, porque esa nunca ha sido, ni es, ni será la misión de
la iglesia, y mucho menos debió jamás comprometer el nombre de Dios cuando
escribió:
Que su candidatura era la voluntad de Dios y
que el triunfo era suyo porque DIOS LO HABÍA DECRETADO. Pero los resultados
muestran algo muy diferente, Entonces, ahora cabe preguntar no es mandatorio
que pida disculpas públicas mostrando humildemente su arrepentimiento al haber
tomado en vano del nombre de Dios? "No tomarás el nombre de tu Dios en
vano, porque no dará por inocente al que tomare su nombre en vano"
Algunos piensan que las Escrituras son como las
constituciones de nuestros países bananeros, un simple papel, pero no es así,
las Escrituras son la palabra de Dios. Por fraude que hayan hecho, que, por
cierto, los fraudes no se demuestran por las redes sociales, sino con
impugnaciones legales a través de la JCE, si a Dio le hicieron fraude, y Dios
decretó que gane, creo que estamos claros que no hay fraude capaz de detener
LOS DESIGNIOS DE DIOS.