¿EN AUSENCIA DE QUE, UNA IGLESIA DEJA DE SER IGLESIA?
APOCALIPSIS 2:2 y ss.
EFESO
2. Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y
paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se
dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
3. y has sufrido, y has tenido paciencia, y has
trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
4. Pero tengo contra ti, que has dejado tu
primer amor.
5. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y
arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar,
si no te hubieres arrepentido.
Esta iglesia, la de Éfeso, de la cual
se dice que Juan el apóstol o algún anciano insigne identificado como Juan, fue
su obispo, es vigilante en cuanto a la eficacia de su tribunal de la “inquisición”
no se le escapa un solo desliz doctrinal y está muy pendiente de los que actúan
con maldad. Pero, aparentemente esta actividad le quitó sensibilidad
espiritual, estaba muy enfocada en su tarea de guardiana de la fe y su tarea se
volvió mecánica e insensible. Al perder la sensibilidad espiritual, lo que es
bueno conforme a Dios, es desplazado por lo que es bueno conforme al hombre,
esto es la justicia y el celo humanos, que no pueden, por la condición intrínseca del hombre (Cf. Ro. 8:7) obrar la voluntad de Dios (Cf. Sgto. 1:20;).
Algo así paso con Jehú. A Jehú se le
encargó ejecutar el celo de Dios, (Cf. II
R. 9:1 y ss) pero, él decidió hacerlo a su manera, y sin límites, así que,
creyendo ejecutar el celo de Dios, realmente ejecutaba su ilimitada y desproporcionada venganza humana,
lo cual Dios a su vez condena (Cf.
Os.1:4).
Este es un caso que muestra como aunque
la intención a veces puede ser buena, si hay descuido o información
insuficiente, con el tiempo, se puede perder sintonía con Dios. Así que,
igualmente en Éfeso hubo un peligroso alejamiento de la fuente, algo, o alguien
tomó el lugar de Dios, quien es el emisor de las órdenes, y la razón de ser de
esa iglesia fue completamente desnaturalizada.
Ese es un mal común hoy día, cada
iglesia hace énfasis en una determinada área; algo así como los médicos se
especializan en el corazón, el páncreas, el intestino y así por el estilo,
pero, cuando se necesita una visión general y cohesionadora no hay seguridad ni
visión de conjunto, cada problema es pasado al especialista siguiente, y el
paciente no consigue a un ser humano que haga empatía no solo con la enfermedad
sino con el ser humano que tiene la enfermedad, la ciencia de la salud al
descubrir esta realidad, ahora hace juntas medicas para decidir qué acción
tomar frente a ciertos problemas especiales que a veces se presentan. Así mismo
pasan los creyentes de iglesia en iglesia buscando descanso para sus almas
porque las iglesias no tienen un criterio de IGLESIA IGLESIA unificado que permita respirar el mismo aire y
saborear los mismos sazones en cada comunidad de fe, sino que, en el área
espiritual hoy día la variedad de la gastronomía espiritual es tan diversa y
variada que, antes de hallar esa sencilla palabra que lo cambia todo:
Mateo
11:29: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que
soy manso y humilde de corazón; y hallareis
descanso para vuestras almas;
¡Ay! Si esto volviera a ser el todo de
la vida cristiana en cada comunidad. Confianza y fe sencilla en Cristo el
salvador, y obediencia gozosa a sus mandamientos que no son gravosos. (Jn. 5:3).
PERGAMO
“Y escribe
al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos
dice esto:
Yo conozco
tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi
nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antípas mi testigo
fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
Pero tengo
unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de
Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer
de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también
tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.
Por tanto,
arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la
espada de mi boca”. (Apoc. 2:12-16)
La iglesia de Pérgamo, por su parte, ha
logrado sobrevivir hasta el momento histórico de la carta al peligro e
influencia constante de habitar nada más y nada menos que en el trono de
Satanás. La ciudad de Pérgamo se había
convertido en albergue principal de los cultos idolátricos y toda suerte de
práctica mágica y de hechicería. Evis Carballosa, señala que la terminología
usada por Juan sugeriría algún tipo de enraizamiento en aquella ciudad y
cultura, desvirtuando el carácter migratorio o de peregrina que debe
caracterizar a la iglesia3.
La iglesia es elogiada por retener el
nombre de Jesús, esto es, mantener el testimonio de Cristo en alto, no había
sucumbido a la tentación de dejar de ser iglesia para negar la esperanza
cristiana. Pero es reprendida, porque había permitido la cohabitación de la
sana doctrina con la doctrina falsa, y permitía el magisterio de sectas
aborrecibles dentro de la asamblea de los santos, es decir, partidos,
corrientes de enseñanza nociva claramente identificados, promotores de
doctrinas de demonios, que eran tolerados
como si se tratase de maestros ortodoxos que sostienen diferentes puntos de
vista acerca de doctrinas inocuas que ni salvan ni condenan, la iglesia pasará
por la Gran Tribulación o que no pasará por ella. Pero, obviamente, este no es
el caso, pues se encargaban de corromper a los siervos de Dios seduciéndolos
para que cometieran adulterio físico y espiritual. Esta iglesia, con semejante
problema, no es amenazada de ser desarraigada, Jesús amenaza más bien con
juzgar a los culpables, si no se arrepienten. Su estado no es ideal, pero si
está en estado crítico.
TIATIRA
[…]
“Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio y tu paciencia y que tus obras
postreras son más que las primeras. Pero tengo contra ti: que toleras que esa
mujer Jezabel, que se dice profetiza, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar
y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. […] Pero a vosotros y a los demás
que están en Tiatira, a cuantos no tienen esta doctrina, y no han conocido lo
que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra
carga; […] (Apoc. 2:18-29).
La iglesia de Tiatira es un modelo de
virtud, tiene amor, el amor que le hacía falta a Éfeso, es militante en su
trabajo y no se ha mantenido estática, sino que el reporte de su progreso
indicaba que sus obras iban en franco aumento (2:19b) pero, al igual que Pérgamo, sufría del mal de la tolerancia
sin entendimiento. Esta tolerancia puede estar generada al menos por dos
factores:
Uno lo constituye un amor inmaduro que
lleva a depositar una fe tan grande en los demás que obnubila la conciencia y
desencadena una peligrosa relativización de todas las cosas, una relajación de
los estándares y una fe ingenua, que impide actuar aún cuando se están
presentando evidencias contundentes de que algo no anda bien, tal vez esto fue
lo que le pasó a gente como David, Elí, Samuel y Jacob.
La segunda razón por la que se da este
fenómeno, es por el deseo carnal de estar bien con todos, de ser popular, de no
disgustar a nadie, o por el miedo irracional a los conflictos, es decir, falta
de carácter, cobardía para enfrentarse a los que claramente pervierten la fe.
Con todo, una vez más, Tiatira no
parece estar en la lista de iglesias en estado grave, pues el reproche cae
sobre la autoridad pastoral, y el castigo solo sobre los pecadores, preservando
la congregación.
SARDIS
[…]
“Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives y estás muerto. Sé
vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado
tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y
oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón,
y no sabrás a qué hora vendré sobe ti.” […] (Apoc. 3:1-6).
Tanto la iglesia de Sardis, como la
iglesia de Laodicea son las iglesias más severamente reprendidas por el Señor
durante todo el periplo. Esta iglesia es calificada de farsante, hipócrita,
vacía, carente de espíritu. Todo esto porque se mostraba a todos como viva,
pero en realidad estaba muerta, (esta es una expresión bastante fuerte) o sea
que, aparte de todo lo dicho, se engañaba a sí misma, pues los muertos pueden
ser pintados y arreglados espléndidamente, pero, más temprano que tarde, se
hace latente su estado, pues su hedor los delata. Con todo, hay que notar, que,
si bien existe la culpa corporativa, esta no era la condición total de la
iglesia, ya que el Señor reconoce a aquellos de entre la iglesia que no han
sido cómplices con el liderazgo en su defección (Cf. 3:4).
En cambio la amenaza para el liderazgo
es muy seria. Jesús crípticamente le advierte que vendrá sobre él como ladrón.
Pero esta frase está dirigida una y otra vez tanto en los evangelios como en
las epístolas a aquellos que no son creyentes y por tanto no están esperando
que el Señor regrese. Siendo que no se puede perder la salvación (Ro. 8:33 y ss), es de suponerse que
Jesús le da oportunidad al liderazgo de que validen mediante su arrepentimiento
su verdadera conversión (3:3ª) pues
si sucediera que el castigo terminara derramándose sobre los impenitentes
quedaría claramente establecido que ellos nunca fueron verdaderos creyentes, ya
que los elegidos permanecerán hasta el final (Heb. 6:9).
LAODICEA
[…]
“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueses frío o
caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi
boca. Porque tú dice: Yo soy rico, y me he enriquecido, y e ninguna cosa tengo
necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y
desnudo.” […]
El mensaje a Laodicea es un mensaje al
estilo Juan el Bautista, mensajes sin componendas ni miramientos. Este líder y
su iglesia representa en mucho, lo más granado de los grandes y famosos
ministerios evangélicos de hoy día. Sus instituciones son lujosas y sus modales
son refinados, hablan de la fe y su eficacia, pero sus cuentas bancarias
siempre están llenas y creciendo. Y de nada bueno que la vida y el mundo puedan
ofrecer se privan. Como dice el salmista conciben una idea, y no duermen hasta
verla realizada y lo consiguen porque el dinero les sobra. (Sal. 73:7) Y cuando esto ocurre, sabemos que hay un peligro, es el
peligro que podríamos identificar como “el síndrome o el mal de Laodicea”.
El problema con esta iglesia no es el
dinero per se, sino en lo que el
dinero se ha convertido para esta iglesia. Esta iglesia ha sustituido la
dirección de Dios, por la “omnipotencia” y autosuficiencia que el dinero podía
proveer. Por tanto, no había para qué esperar en la dirección del Espíritu
Santo, lo único que había que consultar era la aprobación del líder y la disponibilidad financiera. Y como el
dinero era abundante, la palabra del líder se terminó convirtiendo en la
Palabra de Dios. Craso error. En ese punto la iglesia inició una carreara
acelerada hacia el precipicio que solo podía ser detenida con la oportuna
intervención de la disciplina del Señor y el humilde arrepentimiento de los
pecadores.
Finalmente tenemos las iglesias de
Esmirna y de Filadelfia. Habrán notado que he saltado el orden en que aparecen
en el Apocalipsis, esto es porque son las únicas dos iglesias en donde no
parece haber nada que reprochar y palabras de elogio y estímulo para su liderazgo.
De Esmirna leemos: “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu
pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y
no lo son.” Nótese que Laodicea se consideraba a sí misma rica,
pero a los ojos de Señor era pobre y miserable, en cambio, Esmirna se veía
pobre en cuanto a limitaciones materiales, pero el Señor la consideraba
verdaderamente rica, porque no era rica según los estándares humanos, sino
según el estándar del Señor Jesucristo. (Cf.
2:9ª). Igualmente de Filadelfia
leemos: […] “Yo conozco tus obras; he
aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar;
porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi
nombre.” […] (3:8).
Hemos visto pues que excepto Esmirna y Filadelfia,
todas las iglesias tenían problemas de mayor y menor magnitud, todas son
amonestadas, sin embargo solo en Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Filadelfia y
Sardis Jesús elogia aspectos buenos y reconoce a algunas personas que andan en
rectitud. Sin embargo en la iglesia de Laodicea Jesús no haya nada bueno que
elogiar, así que todo en ella parece ser reprochable. Sardis y Laodicea reciben
aparentemente las reprimendas más graves: una es acusada de estar muerta, y la otra de ser ciega, pobre y desventurada. (3:1;
3:17). Con todo, ninguna de estas iglesias es amenazada con ser
desarraigada para dejar de ser iglesia. Extrañamente la única iglesia que
recibe tal amenaza es la iglesia de Éfeso:
“Recuerda,
por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues
si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te
hubieres arrepentido”. (Apoc. 2:5).
Fue muy revelador para mí el descubrir
que las causas que Jesús toma en cuenta para que una iglesia deje de ser iglesia,
no son, al menos en principio, las que posiblemente la mayoría de nosotros
consideraría en primer lugar. Si me tocara juzgar a partir de la evidencia
externa, posiblemente Laodicea recibiría la amenaza de Éfeso y no al revés.
Pero es claro que para el Señor el amor, y todo lo que este trae
consigo, debe ser el elemento distintivo de una IGLESIA IGLESIA, esto es, de una iglesia ideal. Y marca la
diferencia entre una iglesia ideal y una falsa.