La IGLESIA
IGLESIA
Vs
LA
IGLESIA NO IGLESIA
Por. Prof. Juan Alberto Galvá
Director Académico del Instituto
Teológico De Santo Domingo (INTESAND)
PARAMETROS CLAROS
PARA DECIDIR BIBLICAMENTE
DÓNDE CONGREGARSE
Y DONDE NO CONGREGARSE
Para quienes asisten a una iglesia, pero
albergan serios cuestionamientos contra ella.
Este libro se escribió pensando en
ustedes.
Juan Alberto Galvá
Ministerio de Orientación
& Difusión Cristiana (O&DC)
(Iglesia Cristiana
Ejemplar (ICE))
En asociación con
Unidad de Recursos
Didácticos del (INVITI-INTESAND)
Santo Domingo Rep.
Dominicana.
Año 2014
Prof. Juan Alberto Galvá
Clasifíquese:
Eclesiología/Evangelismo Personal/Misiones.
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CAPITULO
I
CLARIFICANDO LOS TÉRMINOS
[…] No se trata de un problema que afecte solamente
a los que aman un idioma,
sino de que perdemos
la posibilidad de
escribir realidades, y tenemos que acudir
a formulaciones más
torpes para lograrlo:
Lewis pone el ejemplo de
los adjetivos “real” o “verdadero”.
Una vez que tenemos que
agregar uno de estos adjetivos
a una palabra, es porque
la palabra está muriendo.” […]1
Doy
entero crédito a estas palabras de C.S. Lewis, y por lo mismo es que me veo en
la necesidad de usar esta fraseología de párvulos de la que ya anticipo no
pocos se van a reír. La cuestión aquí es que la iglesia no es la invención de
un hombre, no se trata de una institución meramente humana, sino del Hijo
eterno de Dios, Jesucristo.
Igualmente
hay que entender que esta iglesia, no pasa de moda, ni pierde vigencia, y
durará hasta el final. Su exitoso destino está garantizado (Cf Mt. 16:18). Una iglesia puede ser una Iglesia Ideal, aunque el rotulo de su nombre para el registro legal
no sea “I G L E
S I A”. La Iglesia Ideal también puede estar rotulada: ASAMBLEA, CONGREGACION,
COMUNIDAD, algunos estarían de acuerdo en que incluso podría estar rotulada “SINAGOGA”,
esto, quizá, sea llevar las cosas a los extremos, pero, si los que se reúnen actúan
de conformidad con la palabra de Dios, todos estos términos resultarán
irrelevantes.
Ahora
bien, para los fines didácticos que persigue este libro había que elegir un
término para reafirmar, por una parte, la expresión bíblica del pueblo que
Cristo constituyó, esto es, la extensión y expresión visible de su reino, y
desenmascarar, por la otra, a la manifestación burda y mimética que Satanás le ha
puesto al lado para confundir y entorpecer la obra del evangelio. Después de
haberlo analizado mucho ha resultado que ningún término podría ser más
apropiado para esto que el término que Cristo mismo usó, esto es simplemente,
IGLESIA.
Dicho
de otro modo, tenemos frente a nosotros: la
iglesia verdadera y la iglesia falsa, O, lo que sería lo mismo: La iglesia ideal y la iglesia idealizada. Es
por ello que aquí IGLESIA IGLESIA, es
sinónimo de la única posibilidad de una iglesia bíblica, la continuación
genuina de la institución que el Señor decretó. Mientras que, IGLESIA NO IGLESIA, es aquella
apariencia externa, llámese como se llame, que pretenda aparecer como LA
IGLESIA del Cristo viviente, siendo en realidad falsa.
Por
eso hemos preferido la frase IGLESIA
IGLESIA, en preferencia a expresiones tales como “iglesia genuina” o “iglesia
verdadera”. Esto es porque Jesús prometió que el concepto y la sustancia detrás
del término iglesia, jamás perderían la batalla sino que su asamblea, su
iglesia, sería victoriosa hasta el final y si bien es cierto que al final del
día, en el devenir humano todo termina perdiendo su esencia, de una u otra
manera, no es menos cierto que en cuanto a la iglesia de Cristo, la única forma
bíblica para revalorizar su importancia semántica, es, en vez de añadir
adjetivos que intenten agregarle significado al término, es preferible repetir
la palabra para llamar la atención de que la
iglesia de Cristo es perfectamente viable, insustituible, e
inmejorable.