Juan Alberto Galvá Director de Instituto Teológico De Santo Domingo |
LA MECÁNICA DE LA TENTACIÓN
13 Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no
puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie.
El tema del poder es esencial para entender apropiadamente el tema de
la tentación. La tentación dentro de la doctrina judeo cristiana puede parecer
uno de muchos temas, pero, la realidad es que no, la tentación es un tema nodal
de la creencia cristiana y como tal su entendimiento o ignorancia puede
llevarnos a vivir amargas consecuencias.
Así pues, con la tentación hay al
menos tres elementos que debemos tener siempre en cuenta que entran en juego:
·
El poder
·
El orgullo
·
La tentación
misma
Notemos que iniciamos citando a Santiago
quien afirma que Dios No puede, en manera alguna ser tentado. Si quisiéramos
analizar la razón, una respuesta simplista vendría a ser, “porque él es
Todopoderoso”, lo cual es cierto, pero si a eso vamos no discutamos nada acerca
de Dios y despachémoslo todo con esa frase y todas las dificultades de la
doctrina cristiana quedarán resueltas en un abrir y cerrar de ojos aunque dejándonos
carentes de una explicación de “proceso”, esto es, una explicación que contenga
una enseñanza que podamos asimilar desde nuestra humana cosmovisión y llevarla
a la vida práctica con resultados favorables para nuestra vida espiritual.
Así que ahondemos un poco en como
Dios es Todopoderoso y por qué razón esto obra impidiendo que cosa alguna pueda
serle de tentación. Estando Dios completo y no faltándole absolutamente nada
igualmente no hay nada en lo que él pudiera fijarse para tratar de lograr
porque de nada tiene necesidad. El Dios de la Biblia es un Dios infinitamente
feliz, por tanto no anhela tener más de lo que tiene ni hay cosa que desee
hacer que no pueda conseguir, en consecuencia, nada le inquieta y nada le
provoca a moverse por necesidad, porque, como ya hemos dicho, de nada tiene
necesidad. ¿Muchas vueltas? Esto es el tema del poder, y la tentación es lo
opuesto al poder.
LA TENTACIÓN ES SINÓNIMO DE CARENCIA REAL Y MENTAL
Fuera de Dios todas las criaturas
son dependientes por fuerza de necesidad ya que emanaron de Dios que es la
fuente, por tanto el tema de la tentación es imposible de sacar de la ecuación,
desde que Dios hizo criaturas pensantes, justo en ese momento surgió la
tentación pues sus criaturas de forma natural u obligada dependen de Dios para
todo, pues él es la fuente de ellas, así siendo distintas de Dios no pueden
tener la satisfacción de tener todo a pedir de boca, porque ni tiene el poder
para ello, ni la inteligencia para manejarlo en caso de que lo tuvieran, pues
no se trata solo del poder, sino también de infinita sabiduría para tener poder
y no ser esclavos o víctimas de semejante poder.
EL RECONOCIMEINTO DE LA INFERIORIDAD
La parte mental del asunto. Así que
lo sabio en la criatura es actuar con nobleza conocer sus limitaciones y alabar
a Dios por la forma en cómo éste la ha hecho, por lo que ha puesto a su alcance
hacer y por aquellas cosas en las que le ha limitado. Pero, ni los hombres ni
los ángeles son peces, que por mucho que se afanen no pueden vivir fuera del agua
por mucho tiempo, las criaturas que Dios dotó de pensamiento y voluntad pueden
elegir aceptar su subordinación gozosamente o rebelarse contra su creador desdeñando
su condición máxime si creen tener la forma de alcanzar aquello que está más
allá de sus limitaciones así sea por medios poco ortodoxos.
AQUÍ IRRUMPE EL ORGULLO
Es entonces cuando la criatura
para alcanzar un mango que está en la punta de una mata de palma, sin ser él un
mono, decide trepar hasta el cogollito de la mata a pesar de que lo correcto
era que, por ser ella una criatura esperara hasta que la fruta, como lo dispuso
el creador, cayera sola, madura, completamente formada, en su mejor punto de
mezcla de azúcares y sin ningún otro riesgo para sí que el tener que
compartirla con alguien más si el creador hubiera dispuesto que la fruta cayera
justo cuando alguien más pasara por el camino.
Pero sin ser escalador de
montanas, el hombre o el ángel decide intentar alcanzar con atajos aquellas
cosas que, o Dios no ha determinado para él o ha dispuesto que ocurran en
tiempos distintos a los que el deseo humano concibe.
Por tanto la tentación en las criaturas,
muy particularmente en nosotros los seres humanos, surge porque queremos cosas
que, o no son para nosotros, o no pueden ser para nosotros ni en el tiempo, ni
a la velocidad, ni en la forma en cómo las deseamos. Así que, cada vez que te
veas intentando conseguir algo tomando un atajo sabe que estás bajo tentación y
que el resultado de tal acción se debe a tres factores:
1- No solo que no
tienes poder para alcanzar esas cosas por medios naturales, sino que
no reconoces tus limitaciones y las aceptas gozosamente y por lo mismo has
entablado una demanda de insatisfacción contra Dios, una queja (creo que todos
sabemos cómo reacciona Dios frente a las quejas).
2- Que se ha apoderado
de ti el orgullo del Diablo y actúas guiado temerariamente por una
voz interior que te dice que si te esfuerzas lo suficiente, aun cuando sabes
que estás usando medios reprobables podrás alcanzar esa fruta que tanto deseas,
aunque la fruta no sea tuya, aunque la fruta este verde, aun cuando la fruta sea
venenosa, porque supuestamente las consecuencias tú las puedes evadir, o
mitigar, o evitar, o vendrán cuando en realidad no tendrán importancia ninguna
para ti y los tuyos.
3- Que al dar el paso
y entrar en la tentación has iniciado un camino que la mayoría de
las veces no tiene retorno, la tentación es como una eyaculación a punto de
suceder, una vez llegado a ese umbral, solo queda descargar lo que tus manos y
tus ojos y tus pies golosearon y esperar las consecuencias en medio de un gran vacío,
una gran soledad y un lastimero sentido de desamparo. Porque el pecado se
disfruta acompañado, pero se paga en dolor y soledad.
POR TANTO
No desees obtener las cosas a
cualquier precio sino a su justo precio, no seas como los perros realengos que
mueven la cola por comida al mejor postor, sé ecuánime, sé equilibrado, aprende
a decir que no, aprende a esperar en Dios, deja que el sabio Dios en su
sabiduría elija para ti lo bueno, y ¿Cómo
saber lo que Dios ha elegido para ti?
¿No lo has leído?: “La
bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” Si
oras a Dios pidiendo por algo espera que de forma indubitable él te confirme su
voluntad, y si ese plan o negocio o decisión tiene plazo, y tú sabes en tu corazón
que Dios no te ha respondido en forma clara a la oración que le has hecho, aun
no teniendo tú objeción alguna por parte de la palabra de Dios… ¿Qué harás?... Si me preguntas a mí, la
respuesta es NADA, porque si le
pediste dirección y él no te ha hablado claramente, ¿qué garantía tienes de que
él aprueba lo que vas a hacer?, y, si de todas maneras ibas hacer lo que te
viniera en ganas ¿Para qué le pediste su dirección?
Solo ve, dónde Dios te mande,
solo haz, lo que él te diga, no arrebates, espera, David no arrebató, él esperó
y Dios honró el camino de la paciencia. No anheles obtener las cosas por el
medio que sea y aprende a contentarte con lo que él te da, porque si eres fiel
en lo poco, él, y no tu mismo, ampliará tus horizontes y ensanchará tu tienda.