I-
NO
COBRES por cantar, antes PAGA por el privilegio de alabar a Dios
II-
NO
PIDAS PAGA por predicar, ni jamás pongas condiciones económicas para hacer lo
que te corresponde. Siempre que la distancia no sea enorme, PAGA TÚ tu pasaje y
da de gracia lo que por gracia has recibido.
III-
NO
AVERGÜENCES A TU SEÑOR reclamando derechos “Ah porque soy un siervo de Dios”
hermano, un siervo es precisamente un esclavo, dónde has visto tú que a los
esclavos se les paga o tienen derecho de reclamar cosa alguna? En el evangelio
no hay derechos, solo hay deberes y privilegios.
IV-
SI
TERMINAS DE HACER TU SERVICIO, tu deber, para qué te quedas ahí pululando o
simulando que saludas, vete de ahí tan pronto tengas oportunidad, porque, si
hiciste bien tu servicio para Dios y no para los hombres, y tu Señor se sintió
agradado, alguien te llamará para bendecirte, ese mismo día o después, deja que
sea Dios quien te premie, no actúes como los mercenarios de la fe, muéstrate en
todo humilde y desinteresado.
V-
NO
VENDAS LOS TALENTOS, no son tuyos, y Dios te pedirá cuentas por ese pecado tan
grave, no importa si gente famosa y “exitosa” lo hace, aquel día, recuérdelo muy
bien, muchos se acercarán al Señor y le dirán:
Señor, Señor, en tu
nombre organizamos conciertos, en tu nombre cantamos y organizamos
conferencias, en tú nombre escribimos libros y tocamos instrumentos de música,
y él les responderá “Pero Yo nunca os conocí, apartaos de mí malditos,
hacedores de maldad, fuera de mi presencia al fuego eterno.
Y si tienes dudas
acerca de cómo entonces podrás sobrevivir en tu ministerio sin cobrar por los
talentos del Señor, gratuitamente te envío mi libro escrito para ayudar a los
siervos de Dios que aunque han caído en esta practica grave, escandalosa y
pecaminosa en verdad aman a su Señor y quieren hacer lo correcto. Solo escríbeme
a albertogalvac@hotmail.com y
con gusto te lo enviaré.