jueves, 11 de julio de 2013

HOLOGRAMAS QUE SE PUEDEN TOCAR






Microsoft tiene una división que se dedica a la experimentación con nuevos sistemas que nos permitan mejorar la interacción entre la gente y sistemas de información, Microsoft Research.

Esta división tan especial está a cargo de proyectos tan fantásticos como las lentillas que miden la glucosa de nuestra sangre y que, en un futuro, podrían servir de pantallas que muestren información sobre nuestro ojo o una mesa holográfica que muchos quisiéramos tener. Precisamente, siguiendo la senda de Holodesk, un equipo de Microsoft Research está trabajando en otro proyecto llamado Vermeer que consiste en un sistema holográfico que, por increíble que parezca, se puede "tocar".


Vermeer es un novedoso display que proyecta, desde una base que se coloca encima de una mesa, una imagen tridimensional que puede ser vista desde cualquier punto situado alrededor del dispositivo sin necesidad de llevar unas gafas 3D o utilizar cualquier otro dispositivo. Salvando las distancias, Vermeer ofrece una imagen tridimensional muy parecida a los hologramas que podemos ver en cualquiera de las míticas películas de la saga Star Wars.

Este dispositivo se basa en la combinación de una ilusión óptica, el mirascope, con una pantalla de luz con los que logran el efecto de un movimiento 3D en el aire a 15 fotogramas por segundo y en el que emulan 192 puntos de vista a la vez, por tanto, lanzan casi 3.000 imágenes por segundo para poder ofrecer 15 fps. Por cada punto de vista. Además, esta imagen 3D puede tocarse gracias al uso de una cámara de profundidad, como la que utiliza Kinect, que es capaz de captar el movimiento realizado por nuestra mano y trasladarlo a la imagen como si provocásemos una perturbación en ésta.

Y aunque la primera versión de Vermeer utilizaba las cámaras de Kinect (se dispersaban varios Kinect en la habitación para captar el movimiento de los espectadores), la versión actual implementa las cámaras de profundidad en el interior del mirascope para detectar los dedos y, así, perturbar la imagen sin necesidad de tener que desplegar dispositivos adicionales al Vermeer que se tengan que ubicar de manera externa a éste.

Vale la pena verlo en funcionamiento porque, de verdad, es fascinante. Aunque aún estamos muy lejos de los sistemas holográficos de la ciencia-ficción, los chicos de Microsoft Research parece que van por la senda de construir, a este paso, un sistema muy similar.

Científicos nipones están un paso más cerca de convertir en realidad escenas que hasta la fecha eran propias de películas de ciencia ficción tras crear un holograma que también se puede sentir. Imaginad, pues, a no mucho tardar, un libro o un interruptor de la luz que aparezcan tan solo cuando de verdad los necesitemos.

Hasta ahora, la holografía era sólo para los ojos, y si intentabas tocarla, la mano la atravesaba, pero ahora tenemos una tecnología que también añade la sensación de tocar los hologramas.

Los hologramas aparecen normalmente en tarjetas de crédito, DVDs y CDs para evitar la falsificación. Los de mayor tamaño han sido utilizados también en la industria del entretenimiento. Pero al utilizar ondas ultrasónicas, los científicos han desarrollado un software que crea presión cuando la mano de un usuario "toca" un holograma proyectado. (Para rastrear la mano de un usuario, los investigadores utilizan los mandos de la popular consola Wii de Nintendo, que cubren la zona de proyección del holograma.)

Hasta ahora la tecnología se ha probado con objetos relativamente simples, aunque los investigadores tienen planes más prácticos, como interruptores virtuales en hospitales, por ejemplo, y otros lugares donde la contaminación por contacto es un problema. También, dicha tecnología podría utilizarse para sustituir otros objetos físicos, haciéndola económica y ecológica.

Hasta ahora los hologramas eran imágenes tridimensionales que sólo se podían percibir con el sentido de la vista. Pero ya se ha dado un paso más y se añade un segundo sentido: el tacto. Para conseguirlo, los científicos han utilizado ondas ultrasónicas, creado un software que crea presión cuando la mano toca el holograma.

Aunque todavía falta desarrollar y perfeccionar este invento, los investigadores japoneses creen que podría utilizarse para crear, por ejemplo, interruptores virtuales en hospitales y en otros lugares donde la contaminación por contacto es un problema. Ya veremos si estas imágenes llegan a formar parte de nuestra vida cuotidiana algún día.

El holograma bien podría ser la mejor metáfora para describir este universo en el cual la información total está en cada parte. Además de tener una versión de desdoblamiento o avatar espectral bastante cool: especie de proyección astral tecnológica. En un futuro las personas se proyectaran a través de la distancia como máximas ilusiones, podremos estar en todas partes.

Por ahora científicos japoneses (al parecer el país del Sol Naciente lleva la vanguardia en tecnología de frontera) han desarrollado un display holográfico palpable en 3d usando ultrasonidos que proveen resistencia para crear una ilusión táctil. La simulación crea la sensación de gotas de lluvia o una pequeña pelota sin interferir con la proyección de una imagen en 3d. Podemos tocar ya fantasmas virtuales.

Imagina, pues, a no mucho tardar, un libro o un interruptor de la luz que aparezcan tan solo cuando de verdad los necesitemos. Hasta ahora, la holografía era sólo para los ojos, y si intentabas tocarla, la mano la atravesaba, pero ahora tenemos una tecnología que también añade la sensación de tocar los hologramas.

Se trata de un sistema de hologramas que puede hacer que aparezcan figuras en el aire usando espejos cóncavos. Sin embargo, esto no es suficiente, ya que aún así estos objetos no se pueden tocar (son intangibles) y tampoco responden a los movimientos  de las personas.
Los investigadores han usado dos controles de Wii para seguir los movimientos de la mano y que las figuras holográficas puedan interactuar con la persona, pero aún así continúa faltando la sensación de tacto, pues aunque una pelotita rebote en la palma de la mano, la persona no tiene la retroalimentación necesaria.
Y para resolver el problema de la intangibilidad, los investigadores han creado un panel generador de ultrasonido, que lanza una corriente sonora palpable hacia uno o varios puntos. Esto, aunado con todo lo anterior, hace que la persona pueda ver el holograma, interactuar con él y sentirlo. Puede ser una pequeña pelota, un poco de lluvia o un diminuto animal caminando por la palma de la mano, mientras el sujeto siente los movimientos de éste.

EDITOR: Albert Shamir Galvá de Jesús

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