LECCIÓN 2 DE 12
(INVITI-INTESAND)
Asignatura
CCF-AD
Curso de confirmación de fe y afianzamiento doctrinal
Curso de confirmación de fe y afianzamiento doctrinal
PROF: JUAN
ALBERTO GALVÁ
Los pormenores de esta asignatura son
publicados por el Departamento de Planificación Académica del (INVITI-INTESAND)
la información vertida en esta serie de artículos forma parte de la asignatura
denominada:
CCF-AD
Curso de confirmación de fe y afianzamiento doctrinal
Curso de confirmación de fe y afianzamiento doctrinal
Esta información se publica para
provecho de todo público como es parte de las políticas educativas de nuestro
centro docente. Si a usted le interesa tener toda la información que forma
parte de este curso y que le sean reconocidos créditos por la misma a los fines
de obtener el grado de bachiller en teología, Certificado en Estudio Teológicos,
le invitamos a ponerse en contacto con nosotros y gustosamente le guiaremos
para que pueda matricularse y seguir sus lecciones regularmente vía internet.
LAS SAGRADAS ESCRITURAS
LA ESCRITURA
LA PALABRA DE DIOS
Los anteriores
son algunos de los títulos con los que a menudo nos referiremos al libro
llamado La Biblia. Siendo que has albergado la fe cristiana en tu corazón es de
vital importancia que conozcas en qué se basa tu fe de tal modo que ésta sea
fortalecida y afianzada.
¿POR QUÉ LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS?
Decimos
que la Biblia es La Palabra de Dios, porque esta es una afirmación que se halla
en ella reiterada vez y de diversas maneras (II T 3:16, II P 1:21. Por
supuesto, si eres acucioso/a rápidamente podría asaltarte la idea de que
afirmar que la Biblia es la Palabra de Dios, solo porque ella misma lo dice, es
algo absurdo y anti científico ya que dicha afirmación se fundamente en un
argumento circular:
¿Qué es la Biblia?
LA
BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS
¿Cómo sabemos que la
Biblia es la Palabra de Dios?
PORQUE
LA BIBLIA LO DICE
A
simple vista ese parece ser el caso, pero no es así.
¿POR QUÉ ES SEGURO CREER EN LA BIBLIA?
Apelemos
en este caso, no a la Biblia, apelemos al razonamiento lógico para defender
nuestro punto de que el fundamento de la Biblia como Palabra de Dios no está
basado en un argumento circular.
De entre
por lo menos siete mil millones de personas que hay en la tierra, al menos seis
mil quinientos millones creen que existe un ser supremo, de estos seis mil quinientos
millones, al menos tres mil millones o más creen que hay un Dios personal, esto
es judíos, cristianos y musulmanes. Tomando en cuenta el momento que vive a la
humanidad, en esta era de la muerte de todas las ideologías, con lo avanzada
que está la ciencia hoy día, y que aún con tanta ciencia tal cantidad de
personas sigan aferradas a la idea de un Dios personal, podemos avanzar dando
por un hecho con un grado razonable de duda que existe tal ser superior
Todopoderoso y además creador de todo cuanto existe, es de suponerse que ese
ser superior ha de querer tener contacto o relación con sus criaturas. Desde
luego, los niveles de relación con dichas criaturas estarían determinados por
las capacidades y medios previamente otorgados a dichas criaturas. En otras
palabras, Dios jamás intentaría comunicarse con los peces por medio de
palabras, pues no les dotó de habla ni cuerdas vocales para este fin.
Solo
se comunicaría a través de lenguaje articulado con aquellas criaturas a las que
dotara de tales capacidades, que sepamos, los seres celestiales, esto es, los
ángeles, seres sobrenaturales en quienes cree millones de personas de todas las
religiones y creencias y los hombres. Estos, hasta dónde tenemos conocimiento,
son los únicos dotados de tales capacidades.
¿Pero, si los ángeles no
mueren, viven para siempre, y siempre están al alcance de Dios qué necesidad
tendrían de que Dios le diera un libro como la Biblia? La respuesta es, ¡ninguna!
Por esto mismo, los ángeles, hasta prueba en contrario, no tienen ni necesitan
una Biblia o un libro similar. En cambio el hombre, que sí muere, que no vive para siempre y no
está en comunión con Dios, ¿Qué necesidad tendría de un libro como la Biblia?
Respuesta obvia, ¡Toda necesidad!
De
no ser así, el Dios sabio y santo, el Dios en quien no hay ni absurdo, ni
banalidad, estaría repitiendo una y otra vez las
mismas cosas a los hombres en una misma generación y en cada generación ya que lo
efímero de la vida humana haría imposible que el conocimiento de Dios sea
preservado por mucho tiempo, dada su tendencia a lo mutable fruto de su
imperfecta y caída naturaleza.
Los
hombres, que se saben limitados, han entendido esto desde los albores de los
tiempos y han hecho todo lo humanamente a su
alcance para preservar y perpetuar su recuerdo y la transmisión de los
conocimientos que han considerado vitales para la supervivencia de las
generaciones venideras, por tanto, si el hombre poseyera algún mecanismo
inherente que le permitiera llevar consigo el conocimiento de siglos pasados y
pasarlo a las generaciones futuras, a pesar de su desaparición física algo así
como el código genético, entonces un libro como la Biblia no sería necesario.
Pero tal mecanismo no existe, por tanto queda más que justificada la necesidad
de que el conocimiento de Dios fuera preservado por escrito y Dios se encargó
de que así fuera para su propia gloria.
Por
tanto apelando incluso a la lógica, era obvio y necesario que Dios se valiera de los hombres a quienes dotó de capacidad tanto
para leer y escribir, como para preservar el legado antiguo y guiara a sus
escogidos a poner su voluntad por
escrito.
LA
CONFORMACION DE LA BIBLIA.
Pudieran
parecer superficiales las informaciones que proveeremos a continuación de no
ser por el hecho cierto que apunta a que, a menos que este conocimiento sea
comunicado en forma dosificada es muy difícil que los estudiantes puedan
asimilar siquiera la punta del iceberg que en su conjunto representan.
Los
hombres que nos antecedieron, expertos eruditos, filólogos, lingüistas, poliglotas, arqueólogos, antropólogos y muchos
estudiosos de muchas otras disciplinas, hombres piadosos dedicados a conceder a
la Biblia para que ostente dignamente el lugar que reclama como Palabra de
Dios, o que caiga por el plomo de la evidencia en su contra si es que la
hubiera; ellos sin embargo nos han legado millares de páginas de sabiduría y
vez tras vez mediante una metodología seria confirman que las afirmaciones de
la Biblia son ciertas y que por tanto es la regla mediante la cual Dios ha de
juzgar al mundo en el día final.
Siendo
que este vasto apoyo a favor de la Biblia no puede ser expuesto en breve tiempo
ni en tan reducido espacio, proporcionaremos a los estudiantes el conocimiento
básico que les permitirá a medida que avancen en la investigación del texto
sagrado conseguir los conocimientos que complementen la presente obra.
Cargas
de investigación
SEGUNDA LECCIÓN
1-
Utilizando el libro de
Josh MacDowell, Evidencia Que Exige Un Veredicto, en su capítulo sobre la
veracidad y singularidad de la Biblia, aporte todos los argumentos que apoyen
la veracidad y necesidad de un libro como la Biblia.
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