Por, Lic Alberto Galvá
Director Académico de INTESAND.
Los profetas bíblicos, no se nombraban profeta, es mas, ni siquiera lo deseaban, era una carga pesada, porque, en la mayoría de los casos, no estaban para decirle a la gente cosas bonitas o predecir el futuro sino para declarar ante las autoridades y ante el pueblo su pecado, mas del 80% de la profecía que aparece en el Antiguo Testamento era profecía social, contra la injusticia, era profecía de confrontación.
La mayor parte, casi la totalidad (no todos y cada uno) de los profetas al estilo evangélico desean ser profetas (al estilo evangélico) que es un estilo profético no bíblico de lisonjear a la gente, de hacer espectáculos y de hacer actos de adivinación (no en cada caso) pero si en la mayoría de los casos. En un tiempo en que la maldad esta tan generalizada, es muy extraño que los profetas al estilo evangélico no estén siendo constantemente perseguidos y hostigados, pero eso no sucede porque no son profetas de Dios sino lobos rapaces que dicen al oído de los lideres y del pueblo lo que la gente que quiere oír, pero ojo: Anuncian PAZ PAZ y no hay PAZ, pero, como el pueblo así lo quiere, Jehová, no solo no los elimina, sino permite la proliferación de estos falsos profetas para que el pueblo que los sigue quede judicialmente condenado, pues tienen lo que desean.
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