Porque? Quién te distingue? Y ?Qué tienes que no recibiste? Y si es cierto
que lo recibiste, ¿de qué te jactas como si no lo hubieras recibido?
La cita anterior es de la primera carta del apóstol Pablo a los Corintios,
sus palabras son sencillas pero agudas y penetrantes: Tú que ministras,
ministras porque tienes algún don o habilidad especial, la habilidad especial o
don que tienes ¿lo recibiste de Dios? o ¿crees que se trata de algo que surge
de ti mismo? Bien, si la respuesta es que es algo de ti mismo, es importante
que sepas que lo que haces, sea cual sea la cosa que hagas, en la iglesia o
fuera de ella, no lo queremos, no lo necesitamos. Ahora bien, si la respuesta
por el contrario, es que ese don te viene de Dios, entonces debes estar bajo la
supervisión de la iglesia en el proceso de ministración de ese don o habilidad
especial.
Pero antes de continuar, es imperativo clarificar ciertos términos para que
los lectores entiendan, cómo son asumidos en esta obra.
En primer lugar debe saberse que por IGLESIA entendemos la reunión de los
santos no importa el lugar en que ella se encuentre, siempre que el propósito
de dicha reunión sea en primer lugar, exaltar a Cristo, proclamar su nombre, y
exponer el mensaje de las Escrituras de tal manera que, los oyentes se sientan
estimulados y comprometidos a obedecer, a exaltarle y seguir las ordenanzas de la Biblia. Por
tanto, toda actividad en la que haya creyentes reunidos cuya finalidad no sea
la antes expuesta, no es LA IGLESIA.
La iglesia adopta además la forma de una institución que, por lo general
posee un domicilio conocido, un nombre y muchas veces un apellido, algo así
como: IGLESIA asamblea de Dios, IGLESIA Bautista, IGLESIA Jesucristo es el
Señor, etc., que la identifica y distingue de otras, y que según la
organización civil, dependiendo del país en que se veía, son necesarias para
fines legales, y realiza una serie de
actividades frecuentes destinadas a darles cuidado y vigilancia a las ovejas
que el Señor añade a su redil.
En otras palabras la iglesia es, una comunidad universal unida por la fe en
su Señor, y al mismo tiempo es una entidad definida e identificable que junto a
los demás componentes de las otras comunidades de fe, forma parte de una unidad
mayor.
Si aceptamos la anterior definición de iglesia (a la cual, yo me suscribo)
grandes e importantes implicaciones aceptamos con ella. Tengámoslo presente
porque volveremos sobre este punto más adelante.
Según lo que popularmente se acepta las actividades y/o responsabilidades
que se reconocen como dones son:
a-
El pastorado (pastor-anciano-obispo-supervisor-ángel
de la iglesia, etc..),
b-
El maestro.
c-
El profeta.
d-
El evangelista*
EN OTRA CATEGORIA ESTAN:
a-
Los que tienen dones de sanidades
b-
Dones de fe
c-
Dones de milagros
d-
Los que hablan lenguas
e-
Los que tienen don de discernimiento e interpretación
de estas lenguas
f-
Los que tienen discernimiento de espíritus
g-
Y otras actividades más o menos similares.
AL FINAL DE LA LISTA TENDRIAMOS:
a-
Los que
componen canciones
b-
Los que
cantan las canciones
c-
Los
cantautores
d-
Los músicos
e-
Los músicos y
cantantes
f-
Los músicos y
cantautores
g-
Los que
escriben obras teatrales
h-
Los que
dirigen obras y producciones cinematográficas
i-
Los
sonidistas
j-
Los que
escriben libros
k-
Los que dan
conferencias
l-
Y la lista
podría seguir hasta el infinito, solo excluyendo aquellas actividades que no
tienen ninguna utilidad o que están claramente prohibidas por la palabra de
Dios.
La idea de las listas anteriores es que tengamos una idea cabal de la
esencia de las cosas, para así poder llamar a cada cosa por su nombre, no es
correcto estar viendo demonios por todos lados, tampoco es sabio dejarlos de
ver donde ellos manifiestamente se encuentran.
Según lo explica el apóstol Pablo en su carta a los efesios los principales
bloques de construcción sobre los que se sostiene la iglesia de Cristo son: apóstoles,
profetas, evangelistas, pastores y maestros.
“El que descendió es el mismo que
también ascendió por encima de todos los cielos para llenar todas las cosas.
Y el mismo dio: unos apóstoles; otros,
profetas, otros, evangelistas, otros, pastores y maestros;
A fin de adiestrar a los santos para
la obra del ministerio para la edificación del cuerpo de Cristo”
Efesios 4:9-12. Biblia Textual
Según se ve, los ministerios antes citados apóstoles, profetas,
evangelistas, pastores y maestros, son por así decirlo los principales.
El ministerio apostólico es fruto hoy día de mucha discusión y controversia.
Personalmente me sumo a los que piensan que la Escritura no deja margen para
pensar que existan hoy apóstoles en la misma forma en que los doce fueron apóstoles
del Señor, obviamente no hay espacio para esta discusión en este breve escrito,
tampoco es materia de este libro. Aun así hay buenos hermanos cristianos que
han sido llamados y que se llaman así mismos apóstoles, cuyas funciones son
simplemente equivalentes a las que hace un director o superintendente de
concilios y/o asociaciones evangelísticas, tratándose en ese caso mas de un
asunto de forma que de fondo.
Así pues, tanto aquellas habilidades que están claramente nomenclaturizadas
en la Biblia, como aquellas que a pesar de no estarlo, se valen de la palabra
de Dios como fuente de inspiración para ser llevadas a cabo, como ya hemos
estableció mas arriba, deben tener como objetivo fundamental exaltar a
Jesucristo y deben además estar sometidas al escrutinio de las autoridades de
la IGLESIA y a la IGLESIA como un todo.
EL DON DE DIOS ES GRATUITO
Dios, como sabemos ciertamente es rico, pero ¨rico es solo una expresión antropomórfica
para expresar una idea que no tiene la misma repercusión en la esfera de los
cielos como en la esfera terrenal. Aquí en la tierra, no solo tenemos ¨rico¨
también tenemos ¨pobre¨ pero, resulta que en el cielo, esa palabra jamás se
usa, por una razón muy simple, el concepto material de pobreza es completamente
ajeno a la esfera celestial. El cielo es lugar de perfección, por tanto, no hay
tal cosa como pobreza en el cielo ni hay contraste en el cielo entre más y
menos desde esa perspectiva. El termino ¨rico¨ es pues simplemente una
expresión con la que Dios simplemente nos quiere expresar su abundancia y no
darnos a entender que el es una especie de magnate, con propiedades y tesoros
literales con los cuales ha de premiarnos o que quiere exhibir.
Siendo pues Dios, abundante, en todo sentido posible, de nada tiene
necesidad, así que todo o que da, jamás lo da a cambio de nada, aun cuando nos
pide hacer algo, a cambio de bendiciones, recordemos, que el objetivo, es
simplemente disciplinarnos para que nos vaya bien, pues el no necesita de nada
que nosotros podamos darle, de hecho, la pregunta seria, qué cosa podríamos
darle a Dios que le añada felicidad su felicidad, o abundancia a su abundancia. Los que han
profundizado en los ¨atributos de Dios¨ ya sabrán que Dios está completo en sí
mismo y por lo mismo no hay nada en el que falte ni que sobre, Dios pues, aunque
la requiere, no necesita, en el sentido humano de la palabra ¨necesidad¨
nuestra alabanza, ni nuestra obediencia, ni nuestra devoción, ni nuestro dinero
ni ninguna cosa tangible o espiritual que nosotros podamos aportarle. De ahí,
que cuando Dios nos da algo, lo hace de pura gracia.
En este mismo orden de ideas Dios manifiesta el
plan de salvación. La salvación bíblicamente hablando, surge de Dios de
principio a fin, el hombre es simplemente un recipiente de la gracia de Dios,
la salvación, que de todo bien espiritual, es lo que el hombre aprecia mas, es
completamente gratuita no se paga nada por ella, claro, por gratuita no hemos querido
significar barata, No! Tuvo un precio infinitamente alto, tan alto, que tuvo
Dios mismo que encarnarse y pagarlo por nosotros.
Pero, aquí de nuevo, tenemos otra vez dos conceptos
que no tienen relación con nuestra concepción terrenal de lo que tiene precio y
lo que no lo tiene, pues no se trata de cosas materiales si no de eventos y acciones
que trascienden lo terrenal.
Así pues, como imitadores de Dios, debemos entender
que cambiemos lo que claramente esta establecido en las Escrituras como
principio, este principio es la gratuidad de los dones de valor infinito e
incalculable que emanan de Dios y que pervirtamos las cosas espirituales
atribuyéndoles valor pecuniario, enmarañando la sana enseñanza de la escritura,
desvirtuando y derribando las distinciones de las bíblicas asignaciones
ministeriales y estructurando un despreciable mercado de pulgas en torno a la
dignidad de los servicios ministeriales.
No es mi propósito que esto se termine. Esto no se
va a terminar. No se terminara porque esta profetizado (harán mercadería de vosotros) es la punta
del iceberg del avance indetenible de las sobras de la apostasía que
literalmente ya esta entretejida dentro del seno de la iglesia a todos los
niveles. Pero, si pretendo alertar a los que no han ensuciado sus ropas, pero
toleran este mercado, a los que están indiferentes, sin prestar atención a los
tiempos, para que despierten y no vayan a caer en estas redes, a los que ya
están dentro, pero lo han hecho por pura irreflexión. A todos los que puedan oír
y ver para que el día que nos toque dar cuentas, que nadie diga que no fue
debidamente advertido.
COBRAR, PAGAR, OFRENDAR, DAR, DONAR
Es difícil abordar este tema, porque no es un
tema mas complejo de lo que parece a simple vista. Veamos, este libre que usted
lee, de seguro ha tenido usted que pagar algún dinero para poder tenerlo en la
mano, hay razones que hacen que este libre deba ser comprado para poder leerse
y una razón para que este libro también este libremente a la disposición de
quien lo quiera leer sin costo alguno. Como resolver semejante dilema.
En primer lugar todo sabemos que para producir
un libro requiero un largo y costoso proceso. Quienes trabajan en instituciones
sin fines de lucro calculan el costo de producción del libro, la Biblia por
ejemplo, y dentro de dicho costo incluyen lo que cuesta pagar al personal que
hace posible producir dicho libro. Así que, en el precio y la calidad del libro
se ponen en evidencia la intención de sus productores. Cuando la intención es
diferente, el precio revela la intención que siempre será ganar tanto como sea
posible, con el objetivo de acumular ganancias.
En cuanto a la impresión de la Biblia todo
mundo asume que es así como debe hacerse, pues se trata de la palabra de Dios,
en mi opinión, cuando se escribe un libro cuya materia prima es la Biblia
debería primar el mismo concepto, sobre todo en la época actual en que vivimos
esto es posible. Este libro por ejemplo, esta publicado, gratuitamente en
http:liasdhsihdñloiashdloaskhj y cualquiera que desee leer su contenido puede
hacerlo, prácticamente por centavos, ya que en cualquier centro de internet,
por muy poco dinero lo puede hacer.
Juan Alberto Galvá
829-333-3981
albertogalvac@hotmail.com
Juan Alberto Galvá
829-333-3981
albertogalvac@hotmail.com