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viernes, 3 de abril de 2015

Los orígenes de la Semana Santa





Los orígenes de la Semana Santa

    Cristo con la Cruz - El GrecoCristo con la Cruz - El Greco

    ¿Cómo vivían los primeros cristianos la Semana Santa?

    Durante el santo Triduo Pascual de la Pasión y  Resurrección del Señor,  la Iglesia conmemora los grandes acontecimientos que jalonaron los  últimos días del Señor.

     

    Es el punto culminante de todo el año litúrgico

    El Triduo Pascual

    La expresión Triduo pascual, aplicada a las fiestas anuales de la Pasión y Resurrección, es relativamente reciente, pues no se remonta más allá de los años treinta de nuestro siglo; pero ya a finales del siglo IV San Ambrosio hablaba de un Triduum Sacrum para referirse a las etapas del misterio pascual de Cristo que, durante tres díaset passus est, et quievit et resurrexit.
    Deslumbrada por la realidad histórica de la muerte de Cristo, la primitiva Iglesia advirtió la necesidad de celebrar litúrgicamente este hecho salvífico, por medio de un rito memorial, donde, en obediencia al mandato expreso del Señor, se renovara sacramentalmente su sacrificio.
    De este modo, durante los primeros compases de la vida de la Iglesia, la Pascua del Señor se conmemoraba cíclicamente, a partir de la asamblea eucarística convocada el primer día de la semana, día de la resurrección del Señor (dominicus dies) o domingo.
    CORONA_ESPINASY, muy pronto, apenas en el  siglo II , comenzó a reservarse un domingo particular del año para celebrar este misterio salvífico de Cristo.
    Llegados a este punto, el nacimiento del Triduo Pascual era sólo cuestión de tiempo, cuando la Iglesia comenzase a revivir los misterios de Cristo de modo histórico, hecho que acaeció, por primera vez en Jerusalén, donde aún se conservaba la memoria del marco topográfico de los sucesos de la pasión y glorificación de Cristo.
    De todos modos, en el origen de la celebración pascual, tampoco puede subestimarse la benéfica influencia de la respuesta dogmática y litúrgica de la ortodoxia frente a la herejía arriana; reacción que supuso una atracción de la piedad de los fieles hacia la persona de Jesús (Hijo de Dios e Hijo de María), y hacia sus hechos históricos.
    Cada celebración del Triduo presenta su fisonomía particular: la tarde del Jueves Santo conmemora la institución de la Eucaristía; el Viernes se dedica entero a la evocación de la Pasión y Muerte de Jesús en la cruz; durante el sábado la Iglesia medita el descanso de Jesús en el sepulcro. Por último, en la Vigilia Pascual, los fieles reviven la alegría de la Resurrección.

    Jueves Santo

    ultima_cenaLa Misa vespertina in Cena Domini abre el Triduo Pascual. La iglesia de Jerusalén conocía ya, en el siglo IV, una celebración eucarística conmemorativa de la Última Cena, y la institución del sacramento del sacrificio de la Cruz:
    Al principio, esta celebración se desarrollaba sobre el Gólgota, en la basílica del Martyrion, al pie de la Cruz, y no en el Cenáculo; hecho que confirma la íntima relación entre la celebración eucarística y el sacrificio de la Cruz.
    finales del siglo IV, esta tradición se vivía también en numerosas iglesias de occidente, pero habrá que esperar hasta el siglo VII para encontrar los primeros testimonios romanos.

    Viernes Santo: Celebración de la Pasión del Señor

    Cristo_crucificadoEl Viernes Santo conmemora la Pasión y Muerte del Señor. Dos documentos de venerable antigüedad (la Traditio Apostolica de San Hipólito y la Didaskalia Apostolorum, ambas del siglo III) testimonian como práctica común entre los cristianos el gran ayuno del Viernes y Sábado previos a la Vigilia Pascual.
    Sin embargo, habrá que esperar hasta finales del siglo IV d.C. para encontrar, en Jerusalén, las primeras celebraciones litúrgicas de la Pasión del Señor: se trataba de una jornada dedicada íntegramente a la oración itinerante; los fieles acudían del Cenáculo (donde se veneraba la columna de la flagelación) al Gólgota, donde el obispo presentaba el madero de la Cruz. Durante las estaciones se leían profecías y evangelios de la Pasión, se cantaban salmos y se recitaban oraciones.
    Los testimonios más antiguos de una liturgia de Viernes Santo en Roma proceden del siglo VII.
    Manifiestan dos tradiciones distintas, y nos han llegado a través del Sacramentario Gelasiano (oficio presbiteral con adoración de la cruz, liturgia de la palabra y comunión con los presantificados) y el Sacramentario Gregoriano (liturgia papal, limitada a lecturas bíblicas y plegaria universal).

    Sábado Santo

    DescendimientoEn los primeros siglos de historia de la Iglesia, el Sábado Santo se caracterizaba por ser un día de ayuno absoluto, previo a la celebración de las fiestas pascuales.
    Pero a partir del siglo XVI, con la anticipación de la Vigilia a la mañana del sábado, el significado litúrgico del día quedó completamente oscurecido, hasta que las sucesivas reformas de nuestro siglo le han devuelto su originaria significación.
    El Sábado Santo debe ser para los fieles un día de intensa oración, acompañando a Jesús en el silencio del Sepulcro.

    Vigilia Pascual

    La celebración litúrgica de la Pascua del Señor se encuentra en los orígenes mismos del culto cristiano. Desde la generación apostólica, los cristianos conmemoraron semanalmente la Resurrección de Cristo, por medio de la asamblea eucarística dominical.
    ResurreccionAdemás, ya en el siglo II, la Iglesia celebra una fiesta específica como memoria actual de la Pascua de Cristo, aunque las distintas tradiciones subrayen uno u otro contenido pascual: Pascua-Pasión (se celebraba el 14 de Nisán, según el calendario lunar judío, y acentuaba el hecho histórico de la Cruz) y Pascua-Glorificación, que, privilegiando la resurrección del Señor, se celebraba el domingo posterior al 14 de Nisán, día de la Resurrección de Cristo. Esta última práctica se impuso en la Iglesia desde comienzos del siglo III. La Noche Santa (San Agustín la llama la “madre de todas las vigilias”) culmina el Santo Triduo e inicia el tiempo pascual, celebrando la Gloria de la Resurrección del Señor. De aquí que su contenido teológico encierre el misterio de Cristo Salvador y del cristiano salvado. Ello explica que, desde los primeros siglos, se celebrase el bautismo de los catecúmenos en la Vigilia Pascual. Como ya indica San Agustín en sus Sermones (220-221), toda la celebración de esta Vigilia Sagrada debe hacerse en la noche, de tal modo que o bien comience después de iniciada la noche, o acabe antes del alba del domingo. La Vigilia Pascual se convierte en el punto central donde confluyen las celebraciones anuales de los misterios de la vida de Cristo.
    Más en esta categoría: « Los orígenes

    Semana Santa


    La Semana Santa cristiana comienza con la celebración el domingo anterior al Viernes Santo de la Entrada triunfal de Jesucristo enJerusalén o Domingo de Ramos.
    La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la PasiónMuerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior (Viernes de Dolores) y se considera parte de la misma el Domingo de Resurrección. La fecha de la celebración es variable (entre marzo y abril según el año) ya que depende del calendario lunar. La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza en la Semana de Pasión donde se celebra laeucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo alDomingo de Resurrección. Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión.

    Triduo pascual

    Los días más importantes de la Semana Santa son los formados por el llamado Triduo Pascual: La introducción al Triduo (el Jueves Santo y el Viernes Santo), en el que se conmemora la muerte de Cristo; Sábado Santo, en el que se conmemora a Cristo en el sepulcro, y el Domingo de Pascua de la Resurrección.

    La fecha de la Semana Santa

    Historia

    Es en el Concilio de Nicea I (en el año 325) donde se llega finalmente a una solución para este asunto. En él se estableció que la Pascua de Resurrección había de ser celebrada cumpliendo unas determinadas normas:
    - Que la Pascua se celebrase en domingo.
    - Que no coincidiese nunca con la Pascua judía, que se celebraba independientemente del día de la semana. (De esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones).
    - Que los cristianos no celebrasen nunca la Pascua dos veces en el mismo año. Esto tiene su explicación porque el año nuevo empezaba en el equinoccio primaveral, por lo que se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio real (antes de la entrada del Sol en Aries).
    No obstante, siguió habiendo diferencias entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría, si bien el Concilio de Nicea dio la razón a los alejandrinos, estableciéndose la costumbre de que la fecha de la Pascua se calculaba en Alejandría, que lo comunicaba a Roma, la cual difundía el cálculo al resto de la cristiandad.
    Finalmente, Dionisio el Exiguo (en el año 525), desde Roma convenció de las bondades del cálculo alejandrino, unificándose al fin el cálculo de la pascua cristiana.
    La Pascua de Resurrección es el domingo inmediatamente posterior a la primera Luna llena tras el equinoccio de marzo y se debe calcular empleando la Luna llena astronómica. Por ello puede ocurrir no antes del22 de marzo y el 25 de abril como muy tarde.
    El ciclo vacacional que corresponde a la Semana Santa es conocido como "Semana de Turismo" en Uruguay, por una ley de 1919, de secularización de las fiestas religiosas.

    Semana Santa

    Estos son todos los días de Semana Santa:

    Origen de la Semana Santa

    Origen de la Semana Santa

     - Cordero de Pascua
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    Origen de la Semana Santa - Un Evento Único
    El origen de la Semana Santa, como una fiesta cristiana, puede ser encontrado en las páginas de las Escrituras mismas. Mateo, Marcos, Lucas y Juan, todos seguidores de Jesús, ofrecen sus propios y únicos relatos como testigos oculares de la crucifixión y resurrección de Jesucristo. Es este evento culminante del cristianismo lo que se celebra el Domingo de Resurrección cada año.

    Origen de la Semana Santa - La Resurrección de Jesucristo
    El origen de la Semana Santa comienza realmente como parte de la Pascua Judía, ya que Cristo fue crucificado y resucitó durante la semana de la Pascua judía. Los cristianos realmente creen que Cristo es el Cordero de Pascua del que se habla en Éxodo, porque Él mismo se convirtió en el sacrificio perfecto, sin pecado, por los pecados de todo el mundo. Los judíos que decidieron seguir a Cristo, entonces honraron este día en los años sucesivos durante el tiempo de la Pascua judía, pero mientras el cristianismo se extendía por las naciones no cristianas, la celebración de la Semana Santa fue combinada gradualmente con "los ritos de primavera" paganos. Las celebraciones modernas son el resultado de este compromiso. Al mismo tiempo, el Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua, es a menudo el único día en que muchas personas asisten a la iglesia y se les presentan las "Buenas Nuevas" de Jesucristo.
    Origen de la Semana Santa - Cristo Revelado en la Pascua Judía
    El origen de la Semana Santa se remonta a la ceremonia misma de la Pascua judía. Los eruditos cristianos creen que el Antiguo Testamento es Cristo oculto, mientras que el Nuevo Testamento es Cristo revelado. Examinemos los elementos de la Pascua a la luz de la vida de Cristo. Por tradición, el cordero a ser sacrificado durante la Pascua era seleccionado cuatro días antes de que se hiciera el sacrificio. Jesús entró en Jerusalén cuatro días antes de que fuera crucificado. Tradicionalmente, el cordero se mataba a las 3 p.m. en la Pascua. Jesús pronunció las palabras "consumado es" y murió en la cruz a las 3 p.m. (esto es tradicionalmente conocido como Viernes Santo, pero muchos eruditos de la Biblia han determinado que la crucifixión tuvo lugar un miércoles o jueves). El festival de los panes sin levadura comenzaba a la puesta del sol. Uno de los rituales involucraba el sacrificio de una ofrenda de granos, representando los primeros frutos de la cosecha. Jesús, de acuerdo con el apóstol Pablo, se convirtió en los primeros frutos de aquellos resucitados de entre los muertos (1ra de Corintios 15:20). Durante la cena de Pascua, se juntan tres matzá. Los cristianos ven esos matzá como representativos del Padre, Hijo y Espíritu Santo. El matzá del centro se parte, como Cristo dijo en la Última Cena, "Este es Mi cuerpo, que por vosotros es dado." El matzá del centro también es azotado y horadado, como Jesús lo fue durante Su crucifixión, y como fue profetizado en Isaías 53:5, Salmo 22:16 y Zacarías 12:10. Este matzá luego es envuelto en un paño blanco y escondido, así como Cristo fue envuelto en linos y puesto en la tumba.
    Origen de la Semana Santa - Los Relatos Bíblicos
    La Pascua (también conocida como Domingo de Resurrección), es el evento del cual depende toda la fe cristiana. Pablo, quien fuera anteriormente un líder judío hostil a los cristianos, se convirtió cuando tuvo un encuentro con Jesús en el Camino a Damasco (Hechos 9). Como testigo ocular de Cristo, Pablo dejó muy claro que sin la resurrección no existe ninguna base para la fe en Cristo. Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos de vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó vana es entonces nuestra predicación, y vana es también vuestra fe. (1ra de Corintios 15:12-29)

    Cuando Cristo nació, cumplió varias profecías relativas al Mesías del Antiguo Testamento. Para el momento de Su crucifixión, resurrección y ascensión, Él había cumplido más de 300 de ellas. Estos números por sí mismos proporcionan evidencia extraordinaria de que Jesucristo era el Mesías prometido. Entonces, con mucha razón, los cristianos alrededor del mundo entero consideran la Semana Santa como un evento muy especial. Pero en los primeros días de la iglesia, la mayoría de los cristianos eran judíos convertidos. Debido a que Jesús fue crucificado y resucitó durante el tiempo de la Pascua judía, su celebración de la resurrección de Cristo era hecha durante esa observancia anual de la liberación de la esclavitud en Egipto. Cristianos judíos (o judíos mesiánicos) consideran a la Pascua, simbólica del tiempo cuando Cristo liberó a todos los creyentes del castigo del pecado (mediante Su muerte en la cruz) y muerte (mediante Su resurrección de los muertos).
    Origen de la Semana Santa - ¿Qué Significa la Resurrección Para Usted?
    ¿Origen de la Semana Santa? ¿Puede un hombre que alega ser Dios y luego resucita de los muertos realmente ser Dios encarnado? ¿Es alguien a quien usted debe seguir? C.S.Lewis hizo esas mismas preguntas y llegó a la conclusión de que existen sólo tres posibilidades. Jesucristo afirmó ser Dios. Por lo tanto, decir que es sólo un "buen hombre" o un "gran maestro" es llamarlo mentiroso. Cualquier persona sensata que afirme ser Dios, pero de hecho no lo es, entonces debe ser un loco - ¡un lunático! Si Cristo no es un mentiroso, ni un lunático, entonces existe sólo otra conclusión posible - ¡Debe ser el Señor! Si Él es el Señor, ¿qué significa para usted el Domingo de Resurrección?

    sábado, 23 de junio de 2012

    viernes, 1 de junio de 2012

    Medio Guión Para Una Película Cristiana



    El Soñador
    Por: Juan Alberto Galvá

    La siguiente historia la estaremos "rodando" en los próximos días. Les invitamos pues a darle seguimiento a este filme, el cual estaremos publicando en Youtube.
    A Predestination Film
    EL SOÑADOR
    LA REALIDAD ES UN SUEÑO QUE HACE A LOS SUEÑOS UNA REALIDAD

    Se levantó temprano en la mañana como de costumbre y tomo su auto rumbo a la compañía. Para ser un hombre tan joven era claro que Kelvin tenía lo que todo hombre solo podía soñar.

    Al llegar a la compañía esperó hasta que el Vigilante le abriera la puerta exterior del recinto y después de saludarlo parcamente se quedó un rato dentro del vehículo, como disfrutando el instante antes de comenzar la faena.

    Cogió la taza de chocolate caliente que nunca dejaba y se dio un sorbo haciendo una muesca graciosa mientras soportaba el ardor debido a lo caliente que estaba la bebida, pero lo hacía gustosamente; aquellas sorbidas intermitentes eran para él como un ritual catártico.
    EL SUEÑO DENTRO DEL SUEÑO

    Miró el reloj y viendo que aun faltaban algunos minutos para que los empleados llegaran decidió encender la radio y se quedó abstraído de la realidad por un leve momento escuchando un mensaje grabado el cual había recibido de mano de un amigo el día anterior.

    El mensaje giraba en torno a lo que el predicador llamaba “Los Acontecimientos Finales”. Hablaba de la aparición del Anticristo y de la dura persecución que tendrían que padecer los creyentes antes del segundo retorno de Jesucristo.

    Repentinamente, en un parpadeo se vio a sí mismo en una iglesia, varias bancas atrás, contemplando un pequeño puñado de feligreses quienes aparentemente ahogados por la confusión se preguntaban las razones de que a pesar de ser indubitable que Moisés Itzstar, la despiadada figura política que había asumido el mandato mundial, tras la crisis surgida del vacío creado por el derrumbe de los Estados Unidos como potencia dominante, personificaba al Anticristo, Jesús no había arrebatado aun a la iglesia.

    La expresión de su rostro cambiaba lentamente a medida que veía las caras de los congregados, la angustia y la desesperación.

    Entonces, inesperadamente, un alarmante sonido que estremeció su breve estado de transportación le trajo de vuelta a su primer sueño. Se trataba del vigilante quien le despertaba para que se diera cuenta de los demás empleados habían ya llegado, así que, volviendo en sí, se limpió la baba que le corría por barbilla, y tragando en seco se dispuso a darse un segundo sorbo del chocolate caliente, y mientras salía del automóvil y cerraba la puerta se tropezó estragosa e irremediablemente con la perra realenga, la acompañante fiel del vigilante, así que los empleados se le acercaron y trataron de reanimarlo ya que aparentemente se había dado un golpe fatal.

    El vigilante, al principio se mostró algo indiferente, haciendo un muesca con la cara, pero después de un muy breve rato, apoyando la escopeta en el suelo hizo al menos la mímica de que estaba interesado por la situación, así que se unió al grupo de los que lo hamaqueaban para que despertara.
    DE VUELTA A LA REALIDAD IRREAL


    Kelvin solamente sintió aquel incomodo cambio de temperatura, ¡Coño! —dijo, me oriné. Con los ojos vidriosos comenzó a divisar objetos y de repente enfocó el rostro de su madre, quien le urgía para que se bañara y se preparara para ir al trabajo, lo cual hizo lerdamente como le era propio. Después de bañarse y cambiarse, se metió un pedazo de pan en la boca y se bebió un trago de chocolate y sin escuchar la retahíla de cosas que le decía su madre le dio un beso en la frente y se marchó.
    LUCHANDO EN SU CARCEL TEMPORAL

    Ella lo miró con aquella expresión de pena mezclada con optimismo, empezando a aceptar que su amado Kelvin no era ya un niño sino un joven cuyo futuro empezaba a preocuparle seriamente, así que no pudiendo detener el curso de los acontecimientos volvió a sus tareas habituales.

    Cuando Kelvin llegó al trabajo era ya tarde, y sabia que lo tendrían en la mirilla pues llevaba tres días llegando fuera de la hora así que aprovechando una discusión sobre unas mercancías no entregadas intento escabullirse sin ser advertida su presencia, pero no fue posible pues Antonio, su jefe, lo notó al vuelo.

    —¡Kelvin! —le gritó Antonio enérgicamente. O sea que ahora esto ha de ser todos los días…
    Kelvin no le respondió pues sabía que era la mejor táctica para evitar un largo sermón. Pero Antonio lo miró fijamente a los ojos y lo invitó a que lo acompañara a su oficina. Kelvin supo entonces que las cosas no serían tan simples como las veces anteriores.

    —Kelvin, —lo abordó Antonio, tu comportamiento me hace pensar que realmente no te interesa este trabajo.
    —De ninguna manera señor Antonio, este trabajo es muy importante para mí.
    —Y si es tan importante ¿porqué estas llegando tarde todos los días?
    El muchacho no supo que decir, hizo algunas muescas con el rostro y le sobrevino una repentina comezón craneal, que mas adelante fue avanzando hasta llegar inclusive a su ingle. Antonio reaccionó algo molesto ante su inesperada comezón y, no sin cierto enojo le conminó a dejar de rascarse.
    — ¿Podrías dejar de hacer eso? —le dijo resueltamente.
    Kelvin asintió con la cabeza pero sus manos parecían actuar independientes de él, pero con cierto esfuerzo consiguió calmarse.
    —Los otros muchachos del almacén también tienen quejas de ti, dicen que te la pasas en el limbo y que muchas tareas salen mal porque la mayor parte del tiempo estas en Kelvinlandia.

    Kelvin no hizo esfuerzos por negar lo que Antonio le increpaba, él sabía que todo era cierto y que aunque trataba de controlar aquello le era imposible. Sus sueños eran muy vividos y le impedían mantenerse en la realidad, eran tan vividos y distrayentes que inclusive le estorbaban para realizar su añorada meta de convertirse en escritor.

    Fue entonces cuando Antonio decidió ponerle a Kelvin los puntos sobre las íes.
    — Mira hijo para no alargar inútilmente esta conversación te lo voy a poner tan claro como sea posible, la próxima vez que llegues tarde o te aleles y te quedes en la luna en el almacén, hasta ahí llegas. Así que lo dejo en tus manos.

    A Kelvin no le quedó otra sino aceptar todo lo que le dijo el jefe, pidió permiso para retirarse de la oficina y cuando entro al almacén los demás lo miraban de reojo, con cierta malicia. Mondragón, uno de los hombres del almacén se le acercó para supuestamente solidarizarse con el muchacho, pero Kelvin sabía que su intención no era buena, pues era el mismo quien lo indisponía con el jefe. Corpulento como era, lo abrazo fuertemente dejándolo casi sin aliento.

    Kelvin sabía que sus días estaban contados en aquel lugar. Pero lo que más le preocupaba era el hecho de que si no lograba su aspiración su tiempo estaba contado en cualquier lugar en que estuviera pues no tenia control de sus desvaríos mentales.
    EUSEBIO, EL AMIGO FIEL

    Salió del trabajo muy tarde ese día, y se marchó rumbo al lugar en donde con frecuencia se reunía con un amigo de la infancia. Se trataba de Eusebio. Se sentaron en un restaurante barato y compartieron rico majarete.

    — ¿Escuchaste el casete que te presté? —Dijo Eusebio.
    — Aha, lo escuché en mi vehículo. —Le respondió Kelvin.
    — ¡Cómo, no me digas!, ¿desde cuándo tienes vehículo? —Dijo Eusebio.
    — Te gusta seguirme la corriente, —le dijo Kelvin. Sabes bien que no tengo ni en qué caerme muerto. Cuanto más un vehículo.
    Eusebio solo atinó a sonreírse, ambos estaban muy mal económicamente.
    — Una pregunta, le dijo Kelvin a Eusebio inesperadamente, mientras lo miraba de una forma muy inusual….
    — No se supone —indagó Kevin, que tú deberías ser pobre, los evangélicos andan diciendo por ahí, que un cristiano no puede ser pobre, entonces….
    — Esas son boberías sin ningún fundamento, le respondió Eusebio, no te niego que las cosas no están muy bien conmigo, pero nada tiene eso que ver con que ser creyente en Jesucristo implique tener riqueza material.
    — Ojala fuera cierto, —respondió Kelvin, si así fuera creo que ya me hubiera decido.
    Eusebio reintrodujo el tema del casete aunque sin mucha convicción, lo hizo de hecho solo para evitar que la conversación girara entorno a su persona.

    —No me terminaste de decir sobre el casete, ¿Qué te pareció el mensaje?
    Kelvin se quedó pensativo un rato, hizo algunos ademanes que no parecían tener fin, y al final miró o a Eusebio con cierto misterio, fue entonces cuando, sin pausa le dijo palabra tras palabra: “creo haber tenido una revelación”.

    Esa frase pareció sacar a Eusebio de su letargo.
    — ¡Cómo dices! ¿Una revelación? ¿Qué revelación?
    Las preguntas de Eusebio llovían una tras la otra casi sin dar tregua a Kelvin para que respondiera. Sin embargo, Kelvin hizo consciente a su buen amigo de una realidad que debía tener presente.
    —Recuérdate, que no es infrecuente en mí, salirme de mi realidad, así a que nada de lo que te diga debes dar total crédito, pues se puede tratar simplemente de otro desvarío de mi cabeza. De hecho, muchas veces estoy tan embebido en mis sueños que no distingo si son sueños o realidad. Ahora mismo estamos reunidos tú y yo, pero quizá algo me haga despertar y descubra que todo esto ha sido un letargo o algo así.
    Un breve silencio pareció ocupar el espacio entre ambos amigos, de repente Kelvin sintió un fuerte dolor en su mano izquierda.

    — ¡Hey! ¿Qué pasó por qué me pellizcas? —le inquirió Kelvin a Eusebio.
    — Para que te des cuenta que esto no es un sueño, ahora vamos, cuéntame tu revelación.
    Entonces Kelvin empezó a contar a su amigo su extraño sueño. Al terminar de contar la historia Eusebio estaba sorprendido y con multitud de palabras procuró hacer entender a Kelvin que de alguna manera Dios le estaba mostrando cosas que muchos creyentes anhelarían haber visto.


    Eran las 9 de la noche, llovía copiosamente, Kelvin llegó a su casa ensopado y completamente cariacontecido, allí lo esperaban su madre Perfecta y su hermana Tranquilina, que por compasión fue apodada Lina, pero cuando había alguna disputa entre ambos no se salvaba, así que la hacía sufrir llamándola por su oprobioso nombre.
    Perfecta preparaba la cena, un chocolate de agua, pan tostado y huevos revueltos. Tranquilina esperaba en la mesa limándose las uñas, mientras Kelvin entraba sigilosamente tratando de no llamar la atención.

    Iba a mitad de camino, casi llegando al pasillo que conducía a las escaleras que daban con las habitaciones cuando escuchó a su madre propinarle una bofetada a Tranquilina. Aquella noche las cosas no irían bien, habría una de tantas rabiacas provocadas por la frustración de la madre, quien no se resignaba a la pérdida del esposo que se había ido a vivir lejos a trabajar por el bien de la familia y del que hacía ya 5 años que no sabía nada.
    — ¡Coño! ¡Porqué me das!
    Estalló Tranquilina en cólera.
    —Te haces, que no sabes, —le gritó la madre mientras se disponía a sermonearla. Cuántas veces tengo que decirte que no te limes las uñas en el comedor, porque es de mal gusto, sino no entiendes con palabras luego tengo que usar lo único que parece funcionar contigo.
    Entre tanto Kelvin seguía subiendo las escaleras lentamente, pues no quería tener que involucrarse en aquel pleito.
    —No soy un animal, no tienes que pegarme.
    Perfecta se acercó a Tranquilina y cuadrándosele de frente le dijo cadenciosamente: “Eres peor que un animal, a los animales los golpeas y jamás repiten los mismos errores, pero a ti no hay forma de corregirte porque siempre vuelves a lo mismo”.
    Perfecta se dio entonces media vuelta e intentó retomar el hilo de los deberes. Fue entonces cuando en un leve susurro Tranquilina dijo: “amargada”.
    Pero Tranquilina había olvidado para desgracia suya, que su madre escuchabas más que un malogrado, así que ya no aguantando más volteó airada y le dio otra bofetada a la joven mientras le gritaba histérica “malagradecida”, “abusadora”.
    La muchacha estaba petrificada y sus ojos ardían de ira, mientras la madre en total desenfreno se desbordaba en improperios, mientras se preparaba para dar su estocada final, la midió con ira sañosa, sus músculos estaban preparados para la descarga, sus piernas firmemente plantadas para lanzar el ataque, y de pronto el misil fue impactado antes que llegara a su destino. Kelvin la tomó por el brazo sujetándola fuertemente, y le dijo en tono enfático un sonoro: “¡Basta!”
    —Suéltame, le ordenó la madre airada. Pero el la apretó más fuerte, entonces en una movida inesperada, Perfecta abofeteó a Kelvin con la otra mano y también abofeteó a Tranquilina con la otra.
    Terminando ese feo capitulo con una frase lapidaria: “¡aquí mando yo!”

    Para entonces la lluvia había arreciado y tronaba profusamente. Perfecta terminó de poner la mesa

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