CAPITULO II
RAZONES PARA NO RESIGNARNOS
A CONVIVIR EN UNA IGLESIA NO IDEAL, UNA IGLESIA
NO IGLESIA
“La
resignación es un suicidio cotidiano”.
Honoré de Balzac
Escritor francés.
Recuerde lo que ya hemos acordado. La
iglesia idealizada no existe. No hay
iglesia perfecta, sino una iglesia que anda en armonía con Dios en medio de un
mundo imperfecto y cuyos integrantes, también imperfectos, andan no obstante en el camino de la perfección.
Ahora bien, una iglesia no ideal, es una aberración ofensiva al plan de Dios y
una mala propaganda acerca de su persona. Si la iglesia es obra de Jesucristo (Mt. 16:18), si la iglesia es su esposa (19:7), si la iglesia es su cuerpo (I Co. 12:7), mal hacemos en mostrar al
mundo cualquier cosa que sea menor a su estándar divino. Debemos recordar que
es mediante la iglesia que Dios se da a conocer, toda vez que a ella le ha sido
conferida la responsabilidad de anunciar nada más y nada menos que “las virtudes de aquel que nos llamó
de las tinieblas a su luz admirable”. (I P. 2:9). Veamos entonces a
continuación las cosas que necesariamente deben ser parte de una IGLESIA IGLESIA,
ANUNCIAR.
Anunciar en este caso implica vocería,
es decir, la iglesia es designada en su conjunto la portadora de la voz
profética de Dios para este último tramo de la historia humana. Semejante
privilegio y tal encomienda constituyen un honor que a la vez entraña una
delicada responsabilidad, ya que Dios no dará por inocente a aquellos que le
representen mal, pues es celoso de su nombre. (Ex. 20:7; Job. 42:7).
Este pregón que se nos ha encomendado a
su vez conlleva en sí mismo una responsabilidad moral, pues, si lo pensamos
bien, la vida de millones de personas ha sido puesta bajo la esperanza de que
la iglesia cumpla su deber de anunciar el evangelio (Ro. 10:14). Pero esa es
precisamente la causa por la que la iglesia debe ser muy cuidadosa en cuanto al
testimonio que exhibe, dado que, cualquier mensaje que, por su contenido, o mala
presentación, muestre inconsistencias que den como resultado un rechazo basado
en un testimonio defectuoso o cuestionable, o por otro lado, conversiones
falsas fruto de un mensaje inconsecuente con las Escrituras, será severamente desaprobado
por Dios:
Mateo 25:41: Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos,
al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Sé que no existe un espiritualometro; para determinar la
veracidad de la experiencia cristiana en las personas. — ¡Ojala lo hubiera!— Sé
que a veces es muy difícil determinar si una persona ha nacido de nuevo o no,
pero, también sé, que hay ciertos parámetros que, si bien, tampoco son
infalibles, están muy cerca de serlos. La predicación del evangelio es el tipo
de cosas que no hacen, ni pueden hacer dos clases de personas: los que no son
creyentes, y los que están espiritualmente neutralizados.
LO SOBRENATURAL
Pero si el mensaje está bien presentado
en términos de las acciones de sus agentes portadores, y además es consistente
con la Escritura, pero viene desprovisto de poder del Espíritu Santo, no hay
garantía ninguna de que aún en aquellas circunstancias habrá una respuesta que
produzca frutos agradables a Dios (Hch.
19:13). Por tanto, para que una iglesia sea ideal, debe ser una iglesia verdaderamente
controlada por el Espíritu Santo.