¡Batalla No Es Batalla!....
Por: Juan Alberto Galvá
 |
| Añadir leyenda |
Comúnmente ante escenarios que crean cierto nivel de tensión, la gente tiene la tendencia natural a claudicar, a abandonar la lucha porque instintivamente buscamos las situaciones de bajo riesgo o de riesgo controlado, toda situación que amenaza con nuestra paz o estabilidad tiende a ser rechazada por nosotros, sin embargo, con mucha frecuencia son estas situaciones de tensión las que, tras atravesarlas, dan como resultado la promoción de nuestras vidas de un estado de debilidad a otro de adultez y crecimiento y la obtención de nuestros más codiciados ideales; así que, endentrémonos en este fascinante estudio sobre Nehemías 4: 1 y ss, y entonces veremos el punto de equilibrio en la ecuación Tensión vs Perseverancia Enfocada, para apreciar la riqueza de experiencias estresantes que dejan fruto apacible.
Si usted al menos, leyó lo que he dicho en la introducción y si usted mínimamente entendió lo que quise decir con todo ese lenguaraje, podemos seguir hacia adelante, pero, si no fue así, le ruego que dé una relectura a la introducción, pues allí hacemos uso de ciertos términos que deben ser bien entendidos, hablamos de:
TENSION: estado de alteración significativa de la paz con manifestaciones físicas y mentales ostensibles, que provocan una sensación de incomodidad, nerviosismo, incertidumbre o miedo en la persona que la padece.
PERSEVERANCIA ENFOCADA, es el enfrentamiento consciente de situaciones tensas o potencialmente tensas y peligrosas, con un objetivo claro en mente y sin temor a consecuencias destructivas o de resultados fallidos, porque de antemano se tiene asegurado el resultado esencial. Y dicho resultado esencial es, ¡agradar a Dios!
ENTREMOS EN MATERIA
No es lo mismo subirse a un avión con un paracaídas principal y uno pequeño de emergencia, y lanzarse desde 6 ó 7 mil pies de altura, y someterse a un intenso y potencial encuentro con la muerte solo con el propósito de “saborear” la adrenalina, solo para “saber” lo que se siente.
O quién sabe, si usted es ciudadano americano, tal vez sueña con… ¡Enrolarse en el ejército norteamericano!, porque usted siempre soñó con la aventura de ser un marine, vestir su quepis y traje impecable; con el único agravante de que, si hay un ejército en la tierra que siempre tiene el potencial para ir a la guerra, y si hay un soldado sobre el mundo que, con mucha probabilidad participará y quizá morirá en una contienda bélica, ese, definitivamente lo es el ejército y el soldado estadounidense.
Tampoco sería lo mismo amarrarse de un pie con una cuerda “especial” y lanzarse de un puente alto como el Puente Juan Bosch, el Golden Gate o el puente de Brooklyn por ejemplo. O escalar una montaña nevada o meterse a nadar con cocodrilos. En las experiencias que he mencionado hay una exposición difícilmente no calificable de estúpida a realizar una acción que no tiene otro propósito que la satisfacción de, el ego personal, la curiosidad morbosa, y probablemente algún vacio existencial.
Pero, si en vez de todo lo anterior, nos sometemos a un examen para ser aprobados, por ejemplo, como, piloto de avión; habrá ciertamente una situación de tensión temporal pero que persigue un fin bueno. O si alguien se está ahogando, y decidimos lanzarnos a su rescate, también será una situación tensa, pero el resultado podría ser muy bueno, lo mismo es el caso de quien decide confrontar a un ser querido, ante una situación que usted ha sopesado y comprendido que es peligrosa o perjudicial para él o ella, se someterá a un momento de mucha tensión, pero al igual que en los ejemplos anteriores sacará beneficio de ello.
Lo que obviamente vengo tratando de ilustrar es que nuestra participación en situaciones potencialmente tensas no debe ser “alegre” sino que cada caso de tensión-peligro, debe responder a un riesgo calculado y sopesado de antemano como un esfuerzo y transe necesarios para alcanzar un fin bueno. Y aunque la Biblia está llena de buenos ejemplos, entre los que deslumbra el de nuestro Señor Jesucristo; tomaremos sin embargo el caso de Nehemías Cap 4 vrs 10 y ss.
Aquí vemos a Nehemías, el líder escogido por Dios para llevar a cabo una reforma integral en el pueblo de Israel, que tiene que confrontar una serie de obstáculos para poder alcanzar el propósito propuesto: LA RECONSTRUCCION DE LOS MUROS DE JERUSALEN. Para este fin se ha tenido que enfrentar a diversas situaciones tensas y potencialmente peligrosas: ha tenido que comparecer ante el Rey Artajerjes, ha debido presentarse ante gobernadores de provincias bajo ocupación persa, a requerir de ellos materiales de construcción y provisiones, ha procurado convencer al liderazgo de Jerusalén (aparentemente fácil, pero hasta ayudar al necesitado, a veces es difícil, sino, mire el caso de Haití, o del Israel actual y de La Autoridad Nacional Palestina), ha tenido que enfrentarse a los enemigos de la obra de reconstrucción hasta el punto de arriesgar su vida y su reputación; y ahora, se ve en la necesidad de enfrentarse a los obreros y acarreadores que declaran enfáticamente, casi amotinados:
“las fuerzas de los acarreadores, se han debilitado, y el escombro es mucho: “no podremos reconstruir el muro”.
O como traducen Delitzsch y Keil:
“Desfallecen las fuerzas de los cargadores, y queda mucho escombro, nosotros no podemos edificar la muralla”
Dios Habla Hoy:
“Y la gente de Judá decía: la fuerza del cargador desmaya ante tal cantidad de escombros, y nosotros somos incapaces de reconstruir esta muralla”
Nueva Versión Internacional
“Por su parte la gente de Judá decía: los cargadores desfallecen, pues son muchos los escombros; ¡no vamos a poder reconstruir la muralla!”
LA BIBLIA AL DIA
“Entonces algunos de los dirigentes comenzaron a quejarse de que los obreros se estaban cansando. Había tanto escombro que retirar que jamás podríamos reconstruir solos la muralla”.
NACAR COLUNGA
“Sin embargo, Judá decía: “ya faltan las fuerzas a los acarreadores y el escombro es todavía mucho; no podemos acabar la muralla”.
En primer lugar veamos con más detalle a qué se está enfrentado Nehemías, el vr 10 inicia así:
“y decía Judá” […]
En otras palabras, y como lo confirman las traducciones de las citadas versiones, el pueblo en masa, a través de sus dirigentes le expresó a Nehemías un creciente malestar; incomodidad que la versión RV60 traduce de tal manera que uno pensaría que el asunto está únicamente ligado al problema del escombro, pero no es así. Aquella introducción al descontento era solo eso, una introducción, la punta del iceberg, pero debajo de la masa visible expresada bajo la frase “el escombro”, hay un creciente temor por las vidas de los trabajadores y las de sus familias, pues hasta la saciedad han estado recibiendo amenazas de parte de los enemigos de que serán atacados y muertos durante la construcción; pero al mismo tiempo existe una situación que se viene gestando ante la impertinente acción del liderazgo de Jerusalén al cobrar intereses pesados a sus hermanos judíos, de la cual situación nos ocuparemos más adelante en detalle, y por ultimo, estaba entonces un escenario que no era de la imaginación, ciertamente había muchísimo escombro, la manipulación de aquellas viejas rocas “malditas”1 por la tradición y la costumbre, llenas de hollín, ennegrecidas y deformes, fueron poco a poco siendo más un recordatorio de la situación lastimera que vivía el pueblo, que una luz de esperanza al ver su remoción y reutilización para la gloria de Dios, el pueblo, por un momento empezó a ver las cosas tal como las veía el enemigo. Y sabemos que hay un dicho que dice: “cuando concuerdes con tu enemigo, revísate”
Ciertamente fue la siguiente situación de tensión que Nehemías tuvo que enfrentar. Ahora la gente con quien contaba se le viene encima con un cambio de actitud que contrasta radicalmente con la aceptación inicial del proyecto “Cap 2:18. “¡Levantémonos y edifiquemos!” pero ahora ante la adversidad la actitud del pueblo ha cambiado a: “no podremos edificar el muro” un contraste no pequeño. Quien piense que emprenderá cualquier proyecto sin que hayan obstáculos, está sacando del cálculo general lo que quizás sea la parte más importante, porque los imprevistos, los desánimos, y las traiciones no se harán esperar en casi ningún proyecto, y si el proyecto es para glorificar a Dios, entonces todos los elementos anteriormente mencionados, no solo son posibles, sino que están garantizados.
Entonces Nehemías viendo el momento ni ignora las quejas ni se suma al evento, mas bien mantiene la ecuanimidad, acepta el momento como parte del proyecto, examina las quejas y de inmediato toma acción. Recordemos que Nehemías es un líder de oración y de acción, él presenta el problema a Dios, mientras también toma acciones y confía que Dios en su misericordia le guiará a tomar las mejores decisiones ya que su corazón busca su voluntad, agradable y perfecta. Varias palabras revelan la acción de Nehemías, notemos por ejemplo el Vr 13: “Entonces puse al pueblo” […] vr 14 “Después miré, me levanté, y dije a los nobles […] vr 20 “En el lugar en donde oigáis el sonido de la trompeta reuníos allí […] vr 22 “también dije” […].
Las quejas fueron escuchadas, un plan fue puesto en marcha para solucionar lo que ocasionaba las quejas, el pueblo aceptó el plan y la obra no se detuvo sino que siguió adelante, porque Nehemías aceptó el reto, lo asumió como una situación de tensión con riesgo calculado y con un enfoque preciso dado que para todos los fines, el dueño de aquella obra era el Altísimo y él sabía que Dios no permitiría que su obra fracasara, así que decidió correr el riesgo, no se sumó al desanimo y mantuvo su vocación de líder hasta el final.
