La IGLESIA
IGLESIA
Vs
LA
IGLESIA NO IGLESIA
Por. Prof. Juan Alberto Galvá
Director Académico del Instituto
Teológico De Santo Domingo (INTESAND)
PARAMETROS CLAROS
PARA DECIDIR BIBLICAMENTE
DÓNDE CONGREGARSE
Y DONDE NO CONGREGARSE
Para quienes asisten a una iglesia, pero
albergan serios cuestionamientos contra ella.
Este libro se escribió pensando en
ustedes.
Juan Alberto Galvá
Ministerio de Orientación
& Difusión Cristiana (O&DC)
(Iglesia Cristiana
Ejemplar (ICE))
En asociación con
Unidad de Recursos
Didácticos del (INVITI-INTESAND)
Santo Domingo Rep.
Dominicana.
Año 2014
Prof. Juan Alberto Galvá
Clasifíquese:
Eclesiología/Evangelismo Personal/Misiones.
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obra podrá ser reproducida para fines comerciales sin la debida autorización de
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libro del cual fue desprendido este articulo hágalo escribiendo a una de las
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CONSIDERANDO LA BUSQUEDA DE UNA NUEVA IGLESIA IGLESIA
La
maduración hasta el concepto real de IGLESIA
IGLESIA no surge de la noche a la mañana. Sino que entraña un proceso que
toma tiempo. Podemos comparar este asunto, en parte, solo en parte, al tiempo
que le habría tomado al Jesús hombre madurar hasta aceptar en sí mismo, que él
no era un ser humano común y corriente. Claro Jesús ya habría recibido oportuna
instrucción por parte de sus padres acerca de su origen y de su misión, pero
una cosa es que te digan que eres el
elegido, y otra muy distinta es que tú, llegada la edad de la conciencia te lo creas y lo asumas.
Para
tratar de clarificar mejor esta idea de IGLESIA
IGLESIA vamos a examinar algunos términos que puedan arrojar luz sobre el
concepto que deseamos dejar plasmado y así sepa usted claramente detrás de qué
andamos y qué cosa hallaremos al final de este viaje.
UN CONCEPTO LLAMADO “IDEAL”
El
concepto IGLESIA IGLESIA, halla cierta similitud en la noción generalmente
aceptada de
“lo
ideal”
Pero,
a su vez, el problema con este otro concepto es que, “lo ideal”, es a menudo confundido con lo
“lo
idealizado2,
Un
extravío parecido resulta haber también entre las palabras:
“plan”,
“sueño e ilusión”.
Me
explico. Alguien de forma muy entusiasta nos dice que tiene un plan y basta sentarse cinco minutos y
hacerle las preguntas que alguien que sabe realmente lo que es un plan haría, para darse cuenta que esta
persona está confundiendo la palabra plan
con la palabra que popularmente usamos para expresar los deseos que querríamos
llevar a realidad, es decir, sueños o
ilusiones.
PLANIFICACION VS
ILUSIONES
Pero
Un v e r d a d e r o plan
es algo muy concreto; detallista,
enfocado y con proyecciones que toman en cuenta todos los factores posibles
para que lo planeado tenga realización. Pero aún la misma palabra plan, es susceptible de adquirir la
connotación de “intención o deseo”
por tanto, para obtener un contenido semántico
más específico tendríamos que declinar la palabra y hablar de
“planificación”
Solo
al recurrir a una terminología clarificadora como ésta, es cuando llegamos al quid del asunto. He aquí una idea de planificación
según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:
“Plan general, metódicamente organizado y frecuentemente de
gran amplitud, para obtener un objetivo determinado, tal como el
desarrollo armónico de una ciudad, el desarrollo económico, la investigación
científica, el funcionamiento de una industria, etc.”3 El énfasis es nuestro.
Así que,
solo cuando el concepto detrás del término queda clarificado, uno está
preparado para tener alguna expectativa, demanda o juicio correcto sobre el
asunto en cuestión. Por tanto, tener los conceptos debidamente aclarados viene
a ser de vital importancia en ciertas áreas de la vida, porque por fuerza de
necesidad, como es el pensamiento del hombre, así es su proceder (Cf. Pr. 26:6-7).
Así que
andamos tras una definición apropiada de lo que es y debe ser la iglesia,
porque es crucial un entendimiento claro de su significado y misión, para poder
decir cuándo una iglesia es una legítima iglesia, y cuándo no lo es.
Para
ilustrar los problemas que surgen cuando las definiciones son difusas o cuando
simplemente no hay definiciones, relataré que hace unos años participaba en una
reunión de pastores donde varias delegaciones de creyentes de distintas
comunidades protestaban contra algunos de los obispos4 porque según los hermanos de esas delegaciones estos nunca
hacían acto de presencia en sus comunidades. La discusión parecía hallarse en
un punto muerto porque los obispos se justificaban diciendo que ellos estaban
muy ocupados con las iglesias que pastoreaban como para dedicarse también a
visitar otras iglesias que, de hecho, tenían sus pastores. Recuerdo haber
pedido la palabra y haberles sugerido que tal vez el problema podría resolverse
si, simplemente definían cuáles eran las funciones de los obispos y que, si
después de definirlas se acordaba que una de ellas era visitar a las demás
iglesias o no, los obispos actuales podían entonces decidir si estaban en
capacidad o no de cumplir su rol a cabalidad o ceder el paso a personas idóneas
que pudieran ejercer la función de obispo a plena capacidad. Según recuerdo
dicha propuesta puso punto final a la discusión.
La
anterior resultó ser una cuestión relativamente simple, pero existen otras
controversias más sutiles y potencialmente destructivas por las cuales tenemos
la responsabilidad de llegar a una definición de consenso de lo que es y debe
ser bíblicamente una IGLESIA, su rol
en la tierra, y el de sus representantes autorizados; para que, a partir de un
entendimiento de lo que debe ser tal institución nos hallemos en capacidad de
hacer en muchas IGLESIAS NO IGLESIAS
de hoy día los ajustes necesarios para devolverle a la asamblea de los santos el
cauce apropiado por donde deba fluir su rio de gracia.
Esto
es también necesario dado el hecho de que por mucho tiempo hemos militado en IGLESIAS IGLESIAS e IGLESIAS NO IGLESIAS y al no tener un criterio de consenso podemos
fallar en identificar una IGLESIA IGLESIA
calificándola de IGLESIA NO IGLESIA esto
por haber hecho juicios de valor errados y a su vez por carecer de un
nítido marco conceptual.
¿Mareado?
¡No es para menos! Pensaría lo mismo
en su lugar. Pero no se desanime. Respire despacio y cuente hasta diez:
1-2-3-4-5-6-7-8-9-10 ¡Ya! Ok. Seguimos….
CUIDADO CON LOS FALSOS
POSITIVOS
Cualquier
iglesia ideal (IGLESIA IGLESIA) en algún momento puede, por diversas razones hacer
algo impropio de una iglesia ideal, si desafortunadamente usted llega a esa
iglesia ese justo día, quizá se marche decepcionado de esa congregación pero no
porque esa iglesia no cumpla las demandas de Cristo, sino porque usted hizo un juicio a la ligera, partiendo de una
situación aislada y coyuntural. Voy incluso un poco más lejos; una iglesia
ideal puede pasar por un periodo breve marchando como una iglesia NO IGLESIA.
Si usted llega durante este periodo descalificará las credenciales de esta
iglesia injustificadamente, todo debido a un criterio de análisis o de juicio
defectuosos. Pero, si, en cambio, ciertamente ese momento o ese período no eran
una situación coyuntural, ¿cómo diferenciar lo uno y lo otro? Obviamente por
eso necesitamos un claro concepto de lo que debe ser una IGLESIA IGLESIA, una iglesia
bíblica, una iglesia ideal, no
una iglesia idealizada.
LA
BUSQUEDA
A
veces, por circunstancias de la vida, se ve uno en la obligación de visitar una
nueva iglesia. Extrañamente esa “aventura” espiritual se puede volver una
experiencia tristemente desconcertante. Como todo buen cristiano al buscar una
iglesia lo ideal es que la misma quede cerca de nuestro domicilio, de tal
manera que eventualmente podamos llegar a ella caminando, si hubiera necesidad
para que la distancia no se convierta en un obstáculo para una asistencia
regular, sobre todo en países y comunidades donde se vive o se sobrevive
paupérrimamente, porque muchas veces el costo de traslado puede tornarse en un
serio obstáculo.
Otra
razón para tener una iglesia cerca es que además podemos hacer parte del trabajo
que la iglesia desarrolla en la comunidad en la que está asentada. Pero como ya
he dicho antes, hallar una iglesia en la misma comunidad donde uno habita,
extrañamente, no siempre es cosa fácil, y no precisamente porque en los
alrededores falten templos rotulados “IGLESIA”; en realidad lo shay de sobra,
por lo mismo, muchas veces nos vemos en la imperiosa necesidad de iniciar una
búsqueda.
LA TRAVESIA
Así
“después de haber orado” comenzamos el difícil y extenuante recorrido para
poner en práctica nuestra capacidad de “catadores” espirituales. ¡Y pensar que
la razón por la que salimos en búsqueda de esa iglesia fue solo para adorar al
Señor, para serles útiles en su obra, para tener comunión con Dios y propiciar
que él nos responda! ¡Vaya, para hacer las cosas, como Dios manda!
También
iniciamos el recorrido porque teníamos sed de su palabra debido a la aguda
desnutrición a la que posiblemente estuvimos sometidos en iglesias anteriores.
Pero no en pocas ocasiones al llegar a las puertas de las primeras
congregaciones visitadas solo hallamos ruido y más de lo mismo. ¡Y pensar que
andábamos en busca de una enseñanza sólida y consistente, pero en cambio no fue
eso lo que encontramos; lo que nos esperaba era una cátedra universitaria, anecdótica,
pedante, humanista, larga y aburrida!
Así
que seguimos nuestro emocionante viaje y al domingo siguiente llegamos a
aquella congregación que se veía, al menos desde afuera, tan idónea que nos
inspiró visitarla, pero, esta vez, al menos por un breve tiempo, queriendo pasar
desapercibidos para tener tiempo de explorar el ambiente. Pero, no bien
llegamos querían exhibirnos a todos y darnos cargos, títulos, responsabilidades
y cargas que ellos no querían tocar ni con un dedo. ¡Qué difícil!
Así
pasaron los meses, buscando esa iglesia ideal, probando todos los sazones religiosos, —algunos muy picantes por cierto—,
otros bastante desabridos y algunos completamente insípidos. Así que cuando ya
nos fuimos acostumbrando a casi cualquier iglesia; entonces, sin darnos cuenta,
caímos en aquella otra iglesia que ya no sabíamos ni cómo encasillarla: allí no
cantaban mucho, ni oraban en voz alta, ni nos preguntaban nada, ni hablaban de
dinero, y los cultos no eran muy largos ni muy cortos, era una comunidad de
gente viviente, pero, como que no tenían vida. Estaban vivos pero, ¡qué decir!,
pareciera que no tenían alma, ellos no sentían ni padecían. Llegamos y
estuvimos allí un tiempito y nos fuimos durante otro tiempito, pero, nadie se
enteró que estuvimos allí, y si se enteraron, al menos nosotros no nos dimos
cuenta.
Nos
quedamos algo perplejos con lo que estábamos observando, así que, ya para
probar o para comprobar, nos retiramos nuevamente otro tiempito y volvimos a
esta misma congregación y el ciclo se repetía inexorablemente. En el mismo
lugar donde vimos la basura la última vez que estuvimos allí, en ese mismo
sitio se encontraba cuando volvimos, y absolutamente todo el programa era
predecible, los saludos, los anuncios y así cada cosa. Para mucha gente, una
iglesia así es perfecta, para otros es insufrible, para muchos las
anteriormente relatadas están fuera de la gracia y viceversa, ¿dónde está y cómo
debería ser la IGLESIA IGLESIA? La
iglesia ideal, ¿existe?, y si existe ¿cómo identificarla?