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miércoles, 3 de julio de 2013

NUEVO DICCIONARIO BÍBLICO ILUSTRADO


PERSPECTIVA®
c  r   i   s   t   i   a   n   a
Prof.J.A.Galvá
Incluye una selección de pasajes difíciles y especialmente controversiales.
Editorial Perspectiva Cristiana ® 2013.
Ninguna parte de esta obra puede reproducida total o parcialmente sin permiso de los editores exceptuando citas breves.

TESTIMONIO: I heb. edút. Testimonio, testigo, testimonio. gr. marturéo. Ser testigo, testificar. (Strong James, LL.D., S.T.D., Nueva Concordancia Strong Exhaustiva. Concordancia Exhaustiva de la Biblia. Editorial Caribe. Inc. Nashville, T.N. —Miami, FL, EE.UU.). El testimonio es un tema de primer orden en la Sagrada Escritura. La primera mención del término (testimonio, testigo) aparece tan temprano como en (Gn. 21:30) donde Abraham hace un pacto con Abimelec y Ficol, apartando siete corderas entregadas a Abimelec como prenda u objeto tangible que fungiera como elemento testimonial para sellar un acuerdo de no agresión mutua y la devolución de un pozo propiedad de Abraham que los siervos de Abimelec le habían disputado. Igualmente es usado por Jacob (Gn. 31:48), en ocasión de la tensa reunión sostenida por Jacob y Labán a raíz de que este último se había marchado del trabajo sin avisarle que lo haría, llevando consigo a sus mujeres, hijas de Labán y a sus nietos, los hijos de Jacob. El objetivo en aquella ocasión era simbólico. Este uso de la palabra testimonio en referencia a actos y monumentos conmemorativos es sumamente frecuente en el A.T. (Cf. Jos. 22:27; Dt. 4:26; Jos. 24:27; Rt. 4:9 etc.).
II En la legislación mosaica igualmente el tema del testimonio ocupaba un lugar muy importante. La ley establecía que, para los casos criminales en los que debía aplicarse la pena de muerte, era imperativa la presentación de al menos dos testigos, y ningún caso de pena de muerte debía decidirse sin el testimonio honesto y concordante de testigos facultados legalmente para tal evento. (Nm. 35:30; Dt. 17:6). Como forma de asegurarse que los testigos fueran testigos confiables y para que entendieran el peso de responsabilidad que caía sobre sus hombros si acaso osaban testificar en falso, era la mano de los testigos la primera que debía alzarse para ejecutar la pena de muerte (Dt. 17:7) lo cual, a una persona maliciosa, pero no perversa hasta el punto del asesinato, disuadiría de no dar su testimonio en un hecho del que realmente no tuviera constancia. Cuando un testigo tenía la osadía de poner en peligro la reputación de su prójimo y por consiguiente su vida, la sentencia para el tal era la muerte (Dt. 19:15-20). Esto explicaría la razón de porque los espías que fueron enviados a reconocer a Jericó fueron sentenciados a muerte por Dios, pues se confabularon para difamar la tierra con intenciones rebeldes y maliciosas (Nm. 13:27 y ss 13:31 y ss y esp. 14:36-38). En el N.T. Pablo establece como principio de juicio este mismo procedimiento (II Co. 13:1), exceptuando el aspecto punitivo y pena capital, que queda reservado solo a Dios (Hch. 5:1 y ss.).
III Después de rescatar a Israel de la tierra de Egipto, Dios comisiona oficialmente a Israel para que sea el portaestandarte de su nombre y de su mensaje:
[…] “Miren, yo les he enseñado los preceptos y las normas que me ordenó el Señor mi Dios, para que ustedes los pongan en práctica en la tierra que ahora van a tomar en posesión.
Obedézcanlos y pónganlos en práctica; así demostrarán su sabiduría e inteligencia ante las naciones. Ellas oirán todos estos preceptos, y dirán: “En verdad, este es un pueblo sabio e inteligente; ¡Esta es una gran nación!”. (Dt. 4:5-6). NVI.

 […] “Vosotros sois mis pruebas, dice Yavé; mi siervo, a quien yo elegí, para que aprendáis y me creáis y comprendáis que soy yo. Antes de mi no fue formado dios alguno, ninguno habrá después de mí. Yo, yo soy Yavé, y fuera de mí no hay salvador. Soy yo el que he anunciado, he salvado y he hecho oír; vosotros sois mis testigos4, dice Yavé”. (Is. 43:9-11).  BNC.
Israel desafortunadamente no cumplió cabalmente con su papel de testigo pues brindó a las naciones un testimonio marcado por la desobediencia, la idolatría y la maldad de tal forma que en la mayor parte del tiempo ninguna diferencia había entre Israel y las naciones que le rodeaban. Con todo, el testimonio de Jonás a Nínive, a Naamán el sirio, la viuda de Sarepta, la reina de Sabá, y sobre todo la diáspora judía después del exilio babilónico, son ejemplos notables del trabajo testimonial de Israel.

El Nuevo Testamento ve en la iglesia la cristalización de los planes salvíficos de Dios para con su pueblo. De este modo la iglesia, compuesta por judíos y gentiles pasa a ocupar el papel de testigo de Dios para las naciones, esta vez mejor equipada, dada la naturaleza regenerada que ostentan sus miembros, lo cual les capacita para dar un testimonio poderoso y eficaz. (Hch. 1:8; Mt. 24:11).

IV Vale destacar, como en los juicios perpetrados contra nuestro Señor Jesucristo las autoridades judías intentando cumplir las formalidades legales, en un juicio que estaba viciado de origen, procuran presentar testigos, sin embargo el testimonio de los testigos era contradictorio, por lo que tuvieron que ser descartados (Mt. 26:57-63; Mr. 14:53-60). Después de la ascensión de Cristo, la principal tarea de los discípulos fue ser testigos de su resurrección, enarbolando así la victoria de Cristo sobre la muerte como punta de lanza de su mensaje, dicho mensaje constituía por un lado, un gran desafío para los discípulos, pues, si bien eran testigos del hecho, Jesús decidió no presentarse en público al pueblo de Jerusalén ni a las autoridades judías que habían instigado para su ejecución, por lo mismo debían correr el riesgo de ser considerados fanáticos, insanos, y provocadores; al mismo tiempo, este testimonio implicaba una acusación punzante y directa que inculpaba a las autoridades judías y al mismo tiempo los ponía en ridículo al tratar fallidamente de acabar con su Maestro a quien ahora anunciaban nada más y nada menos que como Señor y Cristo (Hch. 2:36). Así la resurrección de Cristo ha pasado a ser la proclamación más importante del Cristianismo y su mensaje distintivo, se ha dicho con acierto que en la resurrección el cristianismo se mantiene o cae, y no han sido pocos los intentos de Satanás en alianza con los hombres para intentar desmeritar este testimonio proponiendo toda clase de teorías sin fundamento pero ninguna ha prevalecido contra el testimonio persistente de los discípulos de Cristo quienes mediante la ayuda sobrenatural del Espíritu Santo han mantenido humanamente inexplicablemente este testimonio, aun a riesgo de la pérdida de sus bienes e incluso de sus propias vidas.

V Finalmente el libro de Apocalípsis vaticina la aparición de dos testigos en la escena de la Gran Tribulación. Las opiniones sobre la identidad de estos testigos, la localidad en la cual tendrán que ejercer su testimonio y la duración del mismo han generado no poco debate, el espacio reducido de este artículo jamás podría agotar todas las aristas que toca este tema.Prof.J.A.Galvá.
Para más información acerca de este asunto consúltese:
(Carballosa, Evis L, Apocalipsis, la consumación del plan eterno de Dios. Págs. 107-110. Grand Rapids, Michigan. EE.UU. Editorial Portavoz, 1997).
(Millos Samuel Pérez. Th.M.  Apocalipsis, Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento. Págs. 352-357. Villadecavalls (Barcelona) España. Editorial Clie. 2010).

(Galvá Juan Alberto. Manual de Escatología de las Imágenes Generales. Grand Rapids Michigan. EE.UU.  Editorial Portavoz, 2013).

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