c r
i s t
i a n a
Prof.J.A.Galvá
Incluye una selección de pasajes difíciles y especialmente
controversiales.
Editorial Perspectiva Cristiana ® 2013.
Ninguna parte de esta obra puede reproducida total o parcialmente sin
permiso de los editores exceptuando citas breves.
TESTIMONIO: I heb.
edút. Testimonio, testigo, testimonio. gr. marturéo. Ser testigo, testificar. (Strong
James, LL.D., S.T.D., Nueva Concordancia Strong Exhaustiva. Concordancia
Exhaustiva de la Biblia. Editorial Caribe. Inc. Nashville, T.N. —Miami, FL,
EE.UU.). El
testimonio es un tema de primer orden en la Sagrada Escritura. La primera
mención del término (testimonio, testigo)
aparece tan temprano como en (Gn. 21:30)
donde Abraham hace un pacto con Abimelec y Ficol, apartando siete corderas
entregadas a Abimelec como prenda u objeto tangible que fungiera como elemento
testimonial para sellar un acuerdo de no agresión mutua y la devolución de un
pozo propiedad de Abraham que los siervos de Abimelec le habían disputado.
Igualmente es usado por Jacob (Gn. 31:48),
en ocasión de la tensa reunión sostenida por Jacob y Labán a raíz de que este
último se había marchado del trabajo sin avisarle que lo haría, llevando
consigo a sus mujeres, hijas de Labán y a sus nietos, los hijos de Jacob. El
objetivo en aquella ocasión era simbólico. Este uso de la palabra testimonio en
referencia a actos y monumentos conmemorativos es sumamente frecuente en el
A.T. (Cf. Jos. 22:27; Dt. 4:26; Jos.
24:27; Rt. 4:9 etc.).
II
En la legislación mosaica igualmente el tema del testimonio ocupaba un lugar muy
importante. La ley establecía que, para los casos criminales en los que debía
aplicarse la pena de muerte, era imperativa la presentación de al menos dos
testigos, y ningún caso de pena de muerte debía decidirse sin el testimonio honesto
y concordante de testigos facultados legalmente para tal evento. (Nm. 35:30; Dt. 17:6). Como forma de
asegurarse que los testigos fueran testigos confiables y para que entendieran
el peso de responsabilidad que caía sobre sus hombros si acaso osaban testificar
en falso, era la mano de los testigos la primera que debía alzarse para
ejecutar la pena de muerte (Dt. 17:7) lo
cual, a una persona maliciosa, pero no perversa hasta el punto del asesinato,
disuadiría de no dar su testimonio en un hecho del que realmente no tuviera
constancia. Cuando un testigo tenía la osadía de poner en peligro la reputación
de su prójimo y por consiguiente su vida, la sentencia para el tal era la
muerte (Dt. 19:15-20). Esto
explicaría la razón de porque los espías que fueron enviados a reconocer a
Jericó fueron sentenciados a muerte por Dios, pues se confabularon para difamar
la tierra con intenciones rebeldes y maliciosas (Nm. 13:27 y ss 13:31 y ss y esp. 14:36-38). En el N.T. Pablo
establece como principio de juicio este mismo procedimiento (II Co. 13:1), exceptuando el aspecto
punitivo y pena capital, que queda reservado solo a Dios (Hch. 5:1 y ss.).
III
Después de rescatar a Israel de la tierra de Egipto, Dios comisiona oficialmente a
Israel para que sea el portaestandarte de su nombre y de su mensaje:
[…]
“Miren, yo les he enseñado los preceptos y las normas que me ordenó el Señor mi
Dios, para que ustedes los pongan en práctica en la tierra que ahora van a tomar
en posesión.
Obedézcanlos
y pónganlos en práctica; así demostrarán su sabiduría e inteligencia ante
las naciones. Ellas oirán todos estos preceptos, y dirán: “En verdad, este
es un pueblo sabio e inteligente; ¡Esta es una gran nación!”. (Dt. 4:5-6). NVI.
[…] “Vosotros sois mis pruebas, dice Yavé; mi
siervo, a quien yo elegí, para que aprendáis y me creáis y comprendáis que soy
yo. Antes de mi no fue formado dios alguno, ninguno habrá después de mí. Yo, yo
soy Yavé, y fuera de mí no hay salvador. Soy yo el que he anunciado, he salvado
y he hecho oír; vosotros sois mis testigos4, dice Yavé”. (Is. 43:9-11). BNC.
Israel desafortunadamente no cumplió
cabalmente con su papel de testigo pues brindó a las naciones un testimonio
marcado por la desobediencia, la idolatría y la maldad de tal forma que en la
mayor parte del tiempo ninguna diferencia había entre Israel y las naciones que
le rodeaban. Con todo, el testimonio de Jonás a Nínive, a Naamán el sirio, la
viuda de Sarepta, la reina de Sabá, y sobre todo la diáspora judía después del
exilio babilónico, son ejemplos notables del trabajo testimonial de Israel.
El Nuevo Testamento ve en la iglesia la
cristalización de los planes salvíficos de Dios para con su pueblo. De este
modo la iglesia, compuesta por judíos y gentiles pasa a ocupar el papel de
testigo de Dios para las naciones, esta vez mejor equipada, dada la naturaleza
regenerada que ostentan sus miembros, lo cual les capacita para dar un
testimonio poderoso y eficaz. (Hch. 1:8;
Mt. 24:11).
IV Vale
destacar, como en los juicios perpetrados contra nuestro
Señor Jesucristo las autoridades judías intentando cumplir las formalidades
legales, en un juicio que estaba viciado de origen, procuran presentar
testigos, sin embargo el testimonio de los testigos era contradictorio, por lo
que tuvieron que ser descartados (Mt.
26:57-63; Mr. 14:53-60). Después de la ascensión de Cristo, la principal
tarea de los discípulos fue ser testigos de su resurrección, enarbolando así la
victoria de Cristo sobre la muerte como punta de lanza de su mensaje, dicho
mensaje constituía por un lado, un gran desafío para los discípulos, pues, si
bien eran testigos del hecho, Jesús decidió no presentarse en público al pueblo
de Jerusalén ni a las autoridades judías que habían instigado para su
ejecución, por lo mismo debían correr el riesgo de ser considerados fanáticos,
insanos, y provocadores; al mismo tiempo, este testimonio implicaba una
acusación punzante y directa que inculpaba a las autoridades judías y al mismo
tiempo los ponía en ridículo al tratar fallidamente de acabar con su Maestro a
quien ahora anunciaban nada más y nada menos que como Señor y Cristo (Hch. 2:36). Así la resurrección de
Cristo ha pasado a ser la proclamación más importante del Cristianismo y su
mensaje distintivo, se ha dicho con acierto que en la resurrección el
cristianismo se mantiene o cae, y no
han sido pocos los intentos de Satanás en alianza con los hombres para intentar
desmeritar este testimonio proponiendo toda clase de teorías sin fundamento
pero ninguna ha prevalecido contra el testimonio persistente de los discípulos
de Cristo quienes mediante la ayuda sobrenatural del Espíritu Santo han
mantenido humanamente inexplicablemente este testimonio, aun a riesgo de la
pérdida de sus bienes e incluso de sus propias vidas.
V
Finalmente el libro de Apocalípsis vaticina la aparición de dos testigos en la
escena de la Gran Tribulación. Las opiniones sobre la identidad
de estos testigos, la localidad en la cual tendrán que ejercer su testimonio y
la duración del mismo han generado no poco debate, el espacio reducido de este artículo
jamás podría agotar todas las aristas que toca este tema.Prof.J.A.Galvá.
Para más información acerca de este asunto consúltese:
(Carballosa,
Evis L, Apocalipsis, la consumación del plan eterno de Dios. Págs. 107-110.
Grand Rapids, Michigan. EE.UU. Editorial Portavoz, 1997).
(Millos Samuel
Pérez. Th.M. Apocalipsis, Comentario
exegético al texto griego del Nuevo Testamento. Págs. 352-357. Villadecavalls
(Barcelona) España. Editorial Clie. 2010).
(Galvá Juan
Alberto. Manual de Escatología de las Imágenes Generales. Grand Rapids
Michigan. EE.UU. Editorial Portavoz,
2013).
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