UN ESFUERZO EXTRA
SITUACIONES EXTREMAs REQUIEREN MEDIDAS EXTREMAS
por: Juan Alberto Galvá
Los enemigos han intentado todo para impedir que la obra de reconstrucción, inclusive ya han logrado que el pueblo declare una palabra de derrota “no podremos edificar el muro” pero Dios ha suscitado un liderazgo fuerte y responsable en su pueblo, Nehemías no ha sido indiferente antes las demandas del pueblo, pero tampoco ha sucumbido ante la tentación de claudicar y declarar la palabra de Satanás de que “no se puede terminar la obra” antes bien ha tomado medidas audaces.
En primer lugar se ha encomendado a su Dios, y a renglón seguido a dispuesto una serie de medidas para garantizar la seguridad y la continuidad de la obra Cf 4:13-14-16.
Pero al miso tiempo ha pedido inspirado al pueblo para que reenfoquen el origen de la fuerza de Jerusalén, para que redescubran la razón por la cual están acometiendo esta obra de reconstrucción:
“14. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas”.
A- NO TEMAIS
B- ACORDAOS
C- PELEAD
Nehemías habla directamente al corazón de un pueblo que esta en un estado de mucha tensión, grandemente atemorizados por la posibilidad cierta de que pueden ser victimas de gran violencia y de que sus familiares y posesiones pueden verse gravemente afectadas o en el peor de los casos definitivamente perdidas, por ello les dice una palabra frecuente en los labios de nuestro Señor: NO TEMAS. No temas, dijo el Señor a Abraham cuando creía que quizá ya no vería la promesa cumplirse, No temas, dijo el Señor al pueblo de Israel cuando estaban por entrar a la batalla contra los Egipcios, “vosotros estaréis quietos y Jehová peleara por vosotros”, no temas, dijo el Señor a los discípulos cuando estaban en la barca y las olas amenazaba con abatir la embarcación, no temas dijo el Cristo resucitado a Juan cuando tuvo la revelación del Cristo viviente y glorioso, NO TEMAS. El Señor está contigo, hoy mañana y siempre.
Les dice además, ACORDAOS, en otras palabras, hagan memoria, o dicho de otra forma, no se olviden. En momentos de tensión y dificultad solemos olvidar las herramientas con las que contamos, un conductor puede, en un momento de tensión olvidar que tiene a su disposición el freno y hasta podría pisar el acelerador causándose gran daño, una persona en medio de un temblor puede olvidar la dirección hacia donde abre la puerta y quedar atrapada, un buen nadador puede quedar petrificado por el miedo ante una ola grande y olvidar que sabe nadar. El temor paralizante produce olvido, ese temor es malo, y hay que desecharlo, pero, aquellos que confinan en Dios, no tienen por que temer, sino que son llamados a mantener la ecuanimidad, no a volverse gente sinvergüenza o indiferente, sino, personas centradas, caracterizadas por actuar no reaccionar, dueñas de si mismas, gente con dominio propio como dice la Escritura. Aquellos en cuyo pensamiento esta el Señor siempre no temerán tomaran provecho de la palabra revelada:
Isaías 26
1. En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.
2. Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.
3. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
4. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.
Por ultimo les dice pelead y les recuerda algunas de las razones por las cuales deben esforzarse y pelear:
pelead por vuestros hermanos,
por vuestros hijos
y por vuestras hijas,
por vuestras mujeres
y por vuestras casas”.
Nehemías da 5 razones por las cuales el pueblo debe ser un pueblo aguerrido:
Primeramente de manera solidaria con el prójimo “por vuestros hermanos”
Segundo por los hijos, los cual incluye toda la prole familiar, las raíces ancestrales y tribales, los cabezas de familia y toda la representación moral, el liderazgo y los vínculos de autoridad, pues entre los hijos estaban en primer plano los primogénitos, de los primogénitos se preservaba o se continuaba la línea de autoridad y se mantenía cohesionada la tradición de las familias de Israel.
Por las hijas, que eran el recipiente en el cual Jehová había puesto el gozo de su nación, la esperanza de la posteridad y las representantes las madres y las matronas, las
10. Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.
11. Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.
12. Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros.
13. Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos.
14. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.
15. Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea.
16. Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá.
17. Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.
18. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.
19. Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros.
20. En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.
21. Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.
22. También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra.
23. Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.