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lunes, 16 de julio de 2012

Haciendo el bien detenemos el mal


“LO UNICO QUE SE NECESITA PARA QUE EL MAL TRIUNFE
 ES QUE LOS HOMBRES DE BIEN NO HAGAN NADA PARA DETENERLO”.
Edmund Burke.


por: Juan Alberto Galvá

La frase de más arriba expresa magníficamente la actitud que Dios anhela que sus hijos adopten frente al problema del mal, pues dicha expresión apunta a que, dentro de lo humanamente posible, el mal puede avanzar, y avanzará sin contemplaciones, a menos que se haga algo para pararlo.


En el caso que nos ocupa, Nehemías, y la obra de reconstrucción; desde el mismo momento en que, los enemigos ‘escucharon’  (2:19) que, siquiera alguien ‘procuraba’ el bien de Jerusalén manifestaron su inconformidad. Es realmente notable, el hecho de que los enemigos demuestran sorprendente solicitud, presteza, y una vigilancia extrema cuando advierten que sus intereses pueden siquiera ser amenazados.

Pienso que en este punto, los hijos de Dios deberíamos mostrar el mismo celo, la misma solicitud, pues, aunque, sutil, la oposición de los adversarios no se hizo esperar —Si los creyentes estuviéramos menos a la defensiva, y fuéramos más agresivos en la exposición de la palabra y la defensa del evangelio, otro gallo cantaría— desde el momento en que, con intenciones claramente torcidas, los enemigos ofrecen “ayudar” ( en la reconstrucción de los muros y son elegante, pero firmemente rechazados, urden un plan tendente a desprestigiar a Nehemías y a desanimar al pueblo.

Esdras 4

Vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí.
3. Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.
4. Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara.

Pero ahora la cuestión ha cambiado porque obviamente lo que parecía en principio una mera declaración de intenciones ha demostrado ser un plan: FIRME, DEFINIDO, ORGANIZADO, VIABLE, Y DINAMICO obrando en dos direcciones:
1-    Ha conseguido iniciar la obra, concitado en primer lugar, el apoyo del liderazgo, tanto político, como espiritual del Israel, no se trata sólo de una obra de corte popular o populista, más bien se trata de una misión integradora, él no dice que hará el trabajo caiga quien caiga, sino que hizo lo posible para integrar a todos los sectores a fin de que su proyecto de reconstrucción concitara el mayor apoyo posible, y que, de ese modo, ya no fuera simplemente su proyecto de reconstrucción personal, sino que el pueblo lo hiciera suyo.
2-    Nehemías ha logrado establecer un liderazgo basado, no en su autoridad emanada del rey Artajerjes, desde la gran Metrópoli, sino, fundamentado en una identificación genuina con la obra de reconstrucción, con los problemas de su pueblo, —no del pueblo, o de ese pueblo, o de este pueblo—. Y lo ha logrado con un carácter espiritual y moral intachables, con un liderazgo moderado, lleno de sabiduría divina y una empatía digna de emular.

El fruto de todo esto ha sido que todos los engranajes se pusieran en movimiento y la obra se inició y continuó desarrollándose con tal celeridad y ostensible progreso; que despertó profundamente, una vez más, el interés, aparentemente dormido de los adversarios. De tal suerte, que estos, tuvieron que arremeter con una táctica menos sutil que la anterior, ahora no solamente intentarían detener la obra apelando a la crítica, sino que, ahora, a la murmuración solapada añadirían mordaz sorna y serias amenazas; todo con el firme objetivo de debilitar la confianza y socavar el liderazgo de Nehemías y de los hombres que encabezaban la obra de reconstrucción, lo que a su vez, traería como consecuencia, la paralización de la obra de reconstrucción.



Pero para ser francos, el capitulo 4 vrs del 1-3, tiene un sabor tan hebreo en su construcción sintáctica, que dificulta, en parte, al lector moderno, interpretar todo lo que se cuece debajo de la superficie atiborrada de frases inusuales.

Reina Valera 1995. Vierte de la siguiente manera:
“Cuando oyó Sambalat que nosotros edificábamos el muro, se enojo y enfureció mucho, y burlándose de los judíos, dijo delante de sus hermanos, y del ejercito de Samaria:
— ¿Qué hacen estos débiles judíos?
¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios?
¿Acabarán en un día?
¿Resucitarán de los montones del polvo  las piedras que fueron quemadas?

“Si los creyentes estuviéramos

menos a la defensiva, y fuéramos más

agresivos en la exposición de la

 palabra y la defensa del

 evangelio, otro gallo cantaría”


Hasta aquí, la lectura parece solo hacer referencia a una reacción de ira y disgusto, por parte de los enemigos, pero si tomamos en cuenta algunos factores veremos que se trató de algo más que un simple exabrupto:

A-    Sambalat, por una parte, Tobías y Gesem (el árabe) por otro lado, no eran simples ciudadanos preocupados, se trataba más bien de líderes políticos y militares, de los gobernadores de las provincias circunvecinas a Jerusalén, quienes veían a los israelitas como rivales potenciales a quienes no se podía dejar levantar la cabeza.
B-    La declaración que hace Sambalat, no la hace en una privada reunión familiar o de amigos, se trata más bien de una arenga militar en frente de otros líderes políticos y nada más y nada menos que en frente del ejercito de Samaria, lo que indica que se preparaban para llevar el asunto al siguiente nivel.
C-    Resulta obvio, por demás, que sus maliciosos comentarios e intenciones hallan eco en los demás opositores; a raíz de esta convocatoria, organizan un plan (vrs 8-11) de intimidación y de asalto militar que, de inmediato tiene repercusiones en el ánimo del pueblo que está reconstruyendo.

LA REACCION DE NEHEMIAS

El versículo cuatro (Neh 4:4-5) muestra como siempre a Nehemías en una práctica habitual en él, y por demás, digna de imitar, estas memorias que aparentemente escribió mientras se desarrollaban los acontecimientos, lo cual nos permite, casi que percibir la atmosfera que se respiraba en aquellos días aciagos para Jerusalén, pues él intercala entre relato y relato breves oraciones, en este caso, una fuerte oración imprecatoria, vengativa, vindicadora, lo cual no es ajeno a las Escrituras Sagradas, sobre todo en la literatura Poética, existen varios salmos de este tipo (Sal 137:9    ), y están ahí, para que veamos, que, si bien, la Biblia es palabra de Dios, está escrita en el lenguaje de los hombres, con los sentimientos que reflejan la humanidad de cada escritor.

Pero la razón principal que suscita esta dura oración, lo constituye el hecho de que
Estos impíos se han airado contra los que edificaban  (vr 5).

¡Gloria a Dios! Cuán hermosa oración, aquí vemos a un hombre que está harto de ver la maldad, se trata de la expresión de un corazón sediento de justicia y vindicación, es el tipo de hombre que goza de la felicidad de las obras positivas, pero que, más allá de sólo desearlo, se involucra en lo que al bien contribuye, motiva a otros para que se sumen, y se da por entero a las buenas causas; así que este tipo de corazón cuando ve que el mal intenta triunfar sobre él; bien, se indigna, y clama por justicia, jamás su arma de consuelo es la indiferencia o la resignación, esas palabras no existen en su vocabulario, así que cuando ve el mal no lo puede sufrir, se levanta y actúa, este, es precisamente el tipo de siervos valerosos que Dios usa para frenar el avance del mal, para que el mal, no pueda triunfar.
Hasta la próxima entrega.



Levantando Muros Espirituales





ORACION Y ACCION LA ZAPATA DE LOS CONSTRUCTORES
Por: Juan Alberto Galvá



Durante mucho tiempo se ha difundido una falsa imagen de los cristianos, queriéndoles representar como que son personas pasivas, pusilánimes, poco o nada progresistas, y pacifistas a ultranza, quienes deben soportar toda clase de vejámenes por la causa que sea o en caso contrario no serían cristianos genuinos, y muchos cristianos, muchas veces se enfrentan al dilema de si deberían emprender una batalla verbal o inclusive cuerpo a cuerpo contra otra persona; así que, ante tan importantes cuestiones, vamos a conocer el consejo de las Sagradas Escrituras, a fin de que, debidamente edificados sobre el tema, podamos asumir una actitud correcta frente a dichas circunstancias, basados en Nehemías 4:6-23.


Lo  primero que debemos decir es que, hasta el momento amenazas y provocaciones no han faltado al proyecto de reconstrucción. Véase (Neh 2:10, 2:19, 4:1) Cada vez que se hacía un intento por mejorar la situación de la casa de Israel, los enemigos sacaban la cabeza. La última vez que lo hicieron, según vimos anteriormente el tipo de acciones que realizaban los enemigos había cambiando de la simple burla y amenaza, a un plan con el objetivo de matar a Nehemías y así paralizar la obra.

“Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo animo para trabajar”.
Pero aconteció que oyeron Sanbalat, Tobías y los árabes, los amonitas y los de Asdot, que los muros eran reparados, pues ya las brechas comenzaban a ser cerradas, y se encolerizaron mucho.
Conspiraron luego y todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios, y por culpa de ellos montamos guardia contra ellos de día y de noche.
Y decía Judá: “las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho; no podremos reconstruir el muro”.  
Nehemías 4: 6-10.

Observemos en primer lugar que, el momento que desencadena ahora la hostilidad de los enemigos, lo constituye el hecho de que la obra de reconstrucción va en serio:

“Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar”.

Lo que al principio parecía una fugaz osadía fue lentamente tomando forma hasta convertirse en una realidad urticante para los enemigos. El muro ya iba por la mitad de su altura, lo que indica, que construían en plano horizontal, prácticamente al unísono, esto tiene mucho significado:
La obra marchaba armoniosa, a buen ritmo, no había ni adelantos “busca gloria” ni retrasos desestimulantes.
Pero, advirtiendo los enemigos que ya las señales de la consolidación de la obra empezaban a manifestarse, “las brechas comenzaban a ser cerradas, se había iniciado la colocación de las puertas y los cerrojos de ellas” Lit. “eran vendadas y sanadas”. Aquí el lenguaje del texto hebreo es bastante interesante, como acotan Keil y Delitzsch: se trata de una expresión plástica del hebreo, tomada del lenguaje médico.
(Véase Comentario al Texto Hebreo del Antiguo Testamento, Keil & Delitzsch, Clie, Terrassa 2008. Págs. 1334-1335). 
Fue entonces cuando determinaron pasar a los hechos, el plan consistía en hacer una incursión militar en el territorio de Judá, matar a cuantos pudieran y no dejar con vida a Nehemías. (4:11, 6:1-10)

La reacción de Nehemías ante tal situación es un ejemplo excelente sobre la actitud que debemos asumir antes tales circunstancias; en primer lugar, sucintamente Nehemías declara:

“Oramos a nuestros Dios”

Y a renglón seguido, añade:

“y por culpa de ellos, montamos guardia contra ellos de día y de noche”


a-     En primer lugar Nehemías reunió rápidamente al liderazgo y les hizo conscientes de la situación —no actuó solo, no hizo el papel del héroe—

b-    la segunda cosa que hicieron fue presentar la situación a Dios. Esta breve pero eficaz oración, era una afirmación de la dependencia de ellos a su creador y de su confianza en que El les apoyaría en medio de la persecución desatada por la procura del bien de Jerusalén.
Y sin duda, un importante detalle a destacar es el hecho de que inmediatamente  se pasa de la oración a la acción; se toman medidas prácticas para contrarrestar las maquinaciones de los enemigos.

“Entonces oramos a nuestro Dios, y por culpa de ellos montamos guardia contra ellos de día y de noche”. Neh 4:9
Algunos pensarían que, en este punto, los dirigentes debieron esperar la respuesta de Dios, o quizá alguna intervención sobrenatural, al estilo Elías. Pero la realidad es que había una tarea que realizar:
LA RECONSTRUCCION DEL MURO


Por ejemplo un chico o muchacha cristianos, no deberían investigar en oración si es correcto que tengan un novio o esposa no cristianos, porque la Palabra de Dios es suficientemente clara sobre este punto: 2 Co 6:14-16.

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque, ¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?, ¿Qué armonía puede haber entre Cristo y Belial?, ¿O que parte el creyente con el incrédulo, ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Y vosotros soy el templo del Dios viviente [….]”


Al mismo tiempo vale la pena preguntarnos si sería correcto pedirle al Señor que nos confirme si El quiere que prediquemos su palabra, cuando también hay claros mandatos en las Escrituras acerca de este y muchos otros tópicos.

Pienso que a este respecto el libro de los Hechos 16:1 y ss… nos trae uno de los ejemplos más útiles:


El apóstol Pablo, Timoteo y Silas habían sido comisionados por el Espíritu Santo para emprender una obra de expansión misionera, así que, después de haber sido “liberados por la congregación antioqueña, a la que pertenecían, se hicieron a la mar, pero resultó que, en cada puerto al que llegaron, el Espíritu Santo les impedía entrar. Pero nótese que ellos nunca se detuvieron, ellos continuaron navegando, porque ya habían recibido un mandato claro:

 “Id por todo el mundo y predicad el evangelio”.

El Espíritu Santo pudo haberles dicho desde un principio a qué lugar deseaba que fueran, pero es precisamente aquí en donde se pone a prueba nuestra obediencia y nuestra dependencia de Dios.

¿Qué pues, debían ellos hacer?:
1-    ¿Debían orar para pedir dirección, a pesar de que ya había una voluntad expresada por Dios?
2-    ¿O debían hacer lo que estaba claro, y lo que no estaba tan claro, debían confiar que Dios les daría más luces?

La respuesta parece muy obvia. Así que ellos navegaron hasta que recibieron una revelación en la que Dios les aprobaba entrar a una ciudad Macedonia.

Esto es exactamente lo que hace Nehemías, él no les dice a los hijos de Judá: “bueno Houston tenemos problemas” debemos detener la obra ante las amenazas de los enemigos y declararnos en ayuno y oración permanente hasta que Dios nos revele cuál es su voluntad.

No. La respuesta fue: consolidar la confianza en el Dios que ya había revelado cuál era su voluntad, Neh 2:8, esto mediante la oración.  Y en segundo lugar establecer un plan de defensa, hacer responsable a cada miembro de la comunidad del cuidado de la obra, del cuidado del patrimonio espiritual, cultural y social de Israel, hacer copartícipes a los cientos y cientos de albañiles, acarreadores, decoradores, carpinteros, armadores, y líderes de todas la índoles; del cuidado y protección física de sus familias y de ellos mismos.
Lo que el evangelio plantea es que, dentro de lo que cabe, debemos estar en paz, con todos los hombres, (Romanos 12:16-18) pero si, la paz no es posible; no estaremos tampoco a la ofensiva en cuanto a agresiones se refiere, pero, si se presenta la necesidad, sí que defenderemos con uñas y dientes nuestra herencia y posesión. Sobre este punto desarrollaremos más ampliamente en la próxima entrega. ¡Dios les bendiga!



sábado, 14 de julio de 2012

Alivio para los afligidos

UN ESFUERZO EXTRA
SITUACIONES EXTREMAs REQUIEREN MEDIDAS EXTREMAS

por: Juan Alberto Galvá


Los enemigos han intentado todo para impedir que la obra de reconstrucción, inclusive ya han logrado que el pueblo declare una palabra de derrota “no podremos edificar el muro” pero Dios ha suscitado un liderazgo fuerte y responsable en su pueblo, Nehemías no ha sido indiferente antes las demandas del pueblo, pero tampoco ha sucumbido ante la tentación de claudicar y declarar la palabra de Satanás de que “no se puede terminar la obra” antes bien ha tomado medidas audaces.

En primer lugar se ha encomendado a su Dios, y a renglón seguido a dispuesto una serie de medidas para garantizar la seguridad y la continuidad de la obra Cf 4:13-14-16.

Pero al miso tiempo ha pedido inspirado al pueblo para que reenfoquen el origen de la fuerza de Jerusalén, para que redescubran la razón por la cual están acometiendo esta obra de reconstrucción:

“14. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas”.

A-    NO TEMAIS
B-    ACORDAOS
C-    PELEAD


Nehemías habla directamente al corazón de un pueblo que esta en un estado de mucha tensión, grandemente atemorizados por la posibilidad cierta de que pueden ser victimas de gran violencia y de que sus familiares y posesiones pueden verse gravemente afectadas o en el peor de los casos definitivamente perdidas, por ello les dice una palabra frecuente en los labios de nuestro Señor: NO TEMAS. No temas, dijo el Señor a Abraham cuando creía que quizá ya no vería la promesa cumplirse, No temas, dijo el Señor al pueblo de Israel cuando estaban por entrar a la batalla contra los Egipcios, “vosotros estaréis quietos y Jehová peleara por vosotros”, no temas, dijo el Señor a los discípulos cuando estaban en la barca y las olas amenazaba con abatir la embarcación, no temas dijo el Cristo resucitado a Juan cuando tuvo la revelación del Cristo viviente y glorioso, NO TEMAS. El Señor está contigo, hoy mañana y siempre.


Les dice además, ACORDAOS, en otras palabras, hagan memoria, o dicho de otra forma, no se olviden. En momentos de tensión y dificultad solemos olvidar las herramientas con las que contamos, un conductor puede, en un momento de tensión olvidar que tiene a su disposición el freno y hasta podría pisar el acelerador causándose gran daño, una persona en medio de un temblor puede olvidar la dirección hacia donde abre la puerta y quedar atrapada, un buen nadador puede quedar petrificado por el miedo ante una ola grande y olvidar que sabe nadar. El temor paralizante produce olvido, ese temor es malo, y hay que desecharlo, pero, aquellos que confinan en Dios, no tienen por que temer, sino que son llamados a mantener la ecuanimidad, no a volverse gente sinvergüenza o indiferente, sino, personas centradas, caracterizadas por actuar no reaccionar, dueñas de si mismas, gente con dominio propio como dice la Escritura. Aquellos en cuyo pensamiento esta el Señor siempre no temerán tomaran provecho de la palabra revelada:

Isaías 26

1. En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.
2. Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.
3. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
4. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.


Por ultimo les dice pelead y les recuerda algunas de las razones por las cuales deben esforzarse y pelear:

pelead por vuestros hermanos,
por vuestros hijos
y por vuestras hijas,
por vuestras mujeres
y por vuestras casas”.

Nehemías da 5 razones por las cuales el pueblo debe ser un pueblo aguerrido:
Primeramente de manera solidaria con el prójimo “por vuestros hermanos”

Segundo por los hijos, los cual incluye toda la prole familiar, las raíces ancestrales y tribales, los cabezas de familia y toda la representación moral, el liderazgo y los vínculos de autoridad, pues entre los hijos estaban en primer plano los primogénitos, de los primogénitos se preservaba o se continuaba la línea de autoridad y se mantenía cohesionada la tradición de las familias de Israel.

Por las hijas, que eran el recipiente en el cual Jehová había puesto el gozo de su nación, la esperanza de la posteridad y las representantes las madres y las matronas, las

10. Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.
11. Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.
12. Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros.
13. Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos.
14. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.
15. Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea.
16. Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá.
17. Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.
18. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.
19. Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros.
20. En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.
21. Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.
22. También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra.
23. Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.


lunes, 14 de mayo de 2012

UN LIDER A TODA PRUEBA, NEHEMIAS


Orientación & Difusión Cristiana (O&DC)
Iglesia Cristiana De La Gracia   (ICG)
Instituto Teológico de Santo Domingo (INTESAND)
Domingo  11  Octubre  de 2009
P e r s p e c t i v a   C r i s t i a n a
Exaltamos a Cristo, Predicamos, Enseñamos, Apoyamos, Nos oponemos, y Denunciamos
Sola Fe, Sola Gracia, Solo Cristo, Sola Escritura, Solo a Dios la Gloria


Por: Pastor Juan Alberto Galvá.

“LO UNICO QUE SE NECESITA PARA QUE EL MAL TRIUNFE
 ES QUE LOS HOMBRES DE BIEN NO HAGAN NADA PARA DETENERLO”.
Edmund Burke.


La frase de más arriba expresa magníficamente la actitud que Dios anhela que sus hijos adopten frente al problema del mal, 


pues dicha expresión apunta a que, dentro de lo humanamente posible, el mal puede avanzar, y avanzará sin contemplaciones, a menos que se haga algo para pararlo.


En el caso que nos ocupa, Nehemías, y la obra de reconstrucción; desde el mismo momento en que, los enemigos ‘escucharon’  (2:19) que, siquiera alguien ‘procuraba’ el bien de Jerusalén manifestaron su inconformidad. Es realmente notable, el hecho de que los enemigos demuestran sorprendente solicitud, presteza, y una vigilancia extrema cuando advierten que sus intereses pueden siquiera ser amenazados.

Pienso que en este punto, los hijos de Dios deberíamos mostrar el mismo celo, la misma solicitud, pues, aunque, sutil, la oposición de los adversarios no se hizo esperar —Si los creyentes estuviéramos menos a la defensiva, y fuéramos más agresivos en la exposición de la palabra y la defensa del evangelio, otro gallo cantaría— desde el momento en que, con intenciones claramente torcidas, los enemigos ofrecen “ayudar” ( en la reconstrucción de los muros y son elegante, pero firmemente rechazados, urden un plan tendente a desprestigiar a Nehemías y a desanimar al pueblo.

Esdras 4
Vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí.
3. Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.
4. Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara.

Pero ahora la cuestión ha cambiado porque obviamente lo que parecía en principio una mera declaración de intenciones ha demostrado ser un plan: FIRME, DEFINIDO, ORGANIZADO, VIABLE, Y DINAMICO obrando en dos direcciones:

1-      Ha conseguido iniciar la obra, concitado en primer lugar, el apoyo del liderazgo, tanto político, como espiritual del Israel, no se trata sólo de una obra de corte popular o populista, más bien se trata de una misión integradora, él no dice que hará el trabajo caiga quien caiga, sino que hizo lo posible para integrar a todos los sectores a fin de que su proyecto de reconstrucción concitara el mayor apoyo posible, y que, de ese modo, ya no fuera simplemente su proyecto de reconstrucción personal, sino que el pueblo lo hiciera suyo.
2-      Nehemías ha logrado establecer un liderazgo basado, no en su autoridad emanada del rey Artajerjes, desde la gran Metrópoli, sino, fundamentado en una identificación genuina con la obra de reconstrucción, con los problemas de su pueblo, —no del pueblo, o de ese pueblo, o de este pueblo—. Y lo ha logrado con un carácter espiritual y moral intachables, con un liderazgo moderado, lleno de sabiduría divina y una empatía digna de emular.

El fruto de todo esto ha sido que todos los engranajes se pusieran en movimiento y la obra se inició y continuó desarrollándose con tal celeridad y ostensible progreso; que despertó profundamente, una vez más, el interés, aparentemente dormido de los adversarios. De tal suerte, que estos, tuvieron que arremeter con una táctica menos sutil que la anterior, ahora no solamente intentarían detener la obra apelando a la critica, sino que, ahora, a la murmuración solapada añadirían mordaz sorna y serias amenazas; todo con el firme objetivo de debilitar la confianza y socavar el liderazgo de Nehemías y de los hombres que encabezaban la obra de reconstrucción, lo que a su vez, traería como consecuencia, la paralización de la obra de reconstrucción.



Pero para ser francos, el capitulo 4 vrs del 1-3, tiene un sabor tan hebreo en su construcción sintáctica, que dificulta, en parte, al lector moderno, interpretar todo lo que se cuece debajo de la superficie atiborrada de frases inusuales.

Reina Valera 1995. Vierte de la siguiente manera:
“Cuando oyó Sambalat que nosotros edificábamos el muro, se enojo y enfureció mucho, y burlándose de los judíos, dijo delante de sus hermanos, y del ejercito de Samaria:
— ¿Qué hacen estos débiles judíos?
¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios?
¿Acabarán en un día?
¿Resucitarán de los montones del polvo  las piedras que fueron quemadas?

“Si los creyentes estuviéramos

menos a la defensiva, y fuéramos más

agresivos en la exposición de la

 palabra y la defensa del

 evangelio, otro gallo cantaría”


Hasta aquí, la lectura parece solo hacer referencia a una reacción de ira y disgusto, por parte de los enemigos, pero si tomamos en cuenta algunos factores veremos que se trató de algo más que un simple exabrupto:

A-     Sambalat, por una parte, Tobías y Gesem (el árabe) por otro lado, no eran simples ciudadanos preocupados, se trataba más bien de líderes políticos y militares, de los gobernadores de las provincias circunvecinas a Jerusalén, quienes veían a los israelitas como rivales potenciales a quienes no se podía dejar levantar la cabeza.
B-      La declaración que hace Sambalat, no la hace en una privada reunión familiar o de amigos, se trata más bien de una arenga militar en frente de otros lideres políticos y nada más y nada menos que en frente del ejercito de Samaria, lo que indica que se preparaban para llevar el asunto al siguiente nivel.
C-      Resulta obvio, por demás, que sus maliciosos comentarios e intenciones hallan eco en los demás opositores; a raíz de esta convocatoria, organizan un plan (vrs 8-11) de intimidación y de asalto militar que, de inmediato tiene repercusiones en el ánimo del pueblo que esta reconstruyendo.

LA REACCION DE NEHEMIAS

El versículo cuatro (Neh 4:4-5) muestra como siempre a Nehemías en una práctica habitual en él, y por demás, digna de imitar, estas memorias que aparentemente escribió mientras se desarrollaban los acontecimientos, lo cual nos permite, casi que percibir la atmosfera que se respiraba en aquellos días aciagos para Jerusalén, pues él intercala entre relato y relato breves oraciones, en este caso, una fuerte oración imprecatoria, vengativa, vindicadora, lo cual no es ajeno a las Escrituras Sagradas, sobre todo en la literatura Poética, existen varios salmos de este tipo (Sal 137:9    ), y están ahí, para que veamos, que, si bien, la Biblia es palabra de Dios, está escrita en el lenguaje de los hombres, con los sentimientos que reflejan la humanidad de cada escritor.

Pero la razón principal que suscita esta dura oración, lo constituye el hecho de que
Estos impíos se han airado contra los que edificaban  (vr 5).

¡Gloria a Dios! Cuán hermosa oración, aquí vemos a un hombre que está harto de ver la maldad, se trata de la expresión de un corazón sediento de justicia y vindicación, es el tipo de hombre que goza de la felicidad de las obras positivas, pero que, más allá de sólo desearlo, se involucra en lo que al bien contribuye, motiva a otros para que se sumen, y se da por entero a las buenas causas; así que este tipo de corazón cuando ve que el mal intenta triunfar sobre el; bien, se indigna, y clama por justicia, jamás su arma de consuelo es la indiferencia o la resignación, esas palabras no existen en su vocabulario, así que cuando ve el mal no lo puede sufrir, se levanta y actúa, este, es precisamente el tipo de siervos valerosos que Dios usa para frenar el avance del mal, para que el mal, no pueda triunfar.
Hasta la próxima entrega.




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Pastor Alberto Galvá: 829-719-0611, albertogalvac@hotmail.com       



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