DECLARACION DE PROPOSITO
Presta mucha atención a este texto.
Viene un huracán batatero y nos vamos a joder todos, si de una vez y por todas, tú y yo, no nos decididos a hacer algo:
No creas que por el hecho de iniciar esta declaración de propósito de la manera que lo he hecho más
arriba, todo lo que sigue a continuación llevará el mismo tono
“cantinflesco”. No, te prometo que no será así. Nosotros no confundimos
lo coloquial y llano con lo vulgar y soez, pero lo hemos hecho así, para
llamar tu atención, y parece que lo hemos conseguido, estas leyendo la
declaración.
Todos
tenemos quejas amargas acerca de la situación lastimera en que se
encuentra nuestra nación. Nuestros dirigentes son como la nobleza de la
corte de Luis XVI, ellos no se dan cuenta de que el país se está cayendo
a pedazos, porque de hecho ellos ven la nación como una gran piñata de
la cual todos, desesperadamente quieren su parte. Pero la realidad es
que los que no “cojen” dejan “coger” en otras palabras nos hemos vueltos
co-culpables, cómplices del estado de deterioro en el que yace nuestra
nación, nuestros malos dirigentes nos han convertido en un pueblo de
indigentes mentales, de parias ideológicos, en un pueblo rastrero, una
nación adormilada y anesteciada, que acepta toda clase de atropellos y
tropelias pero... ¿Hasta cuándo?
Sentirnos
inspirados por el ideario de Juan Pablo Duarte, fundador de nuestra
nación, y atrevernos a declararlo públicamente es toda una osadía,
aunque no debería serlo, pero en una nación en donde el pragmatismo
salvaje a sustituido a las ideologías, —a todas las ideologías—, y el
afán de lucro a pervertido todos los estamentos no solo del estado, sino
de la nación completa, tal declaración solo se ve como una de tantas componendas políticas, como otro movimiento constituido ad hoc, para sumar adherentes con el objetivo de negociar con algún candidato potable y con ello, venderle el alma al Diablo.
Pero
en mi caso no es así. Porque en primer lugar, mi alma pertenece a Dios,
estoy escondido en su mano de misericordia y de allí nadie me puede
arrebatar. Así mismo, es muy posible que, cualquiera que lea esta
declaración de propósito, y mis planes de gobierno, según los vaya
exponiendo en otras entregas a través de este mismo medio y de la
internet, tal vez llegue a considerar, que está frente la más
disparatada de las propuestas políticas que jamás se hallan manifestado,
y otros, la mayoría, estarán
de acuerdo conmigo, que solo un plan “tipo bisturí” puede reencauzar el
decurso de nuestra nación. Conscientes, pues de nuestra responsabilidad
histórica, con nosotros mismos y con nuestros hijos es que hemos
decidido afrontar este reto titánico, de llamar a nuestra nación a
despertar de su largo sueño.
Dominicanos, estamos mal, no hagan caso a las voces mentirosas que dicen que vamos “p’alante”, porque todos sabemos muy bien, “que la guagua va en reversa”,
estamos tan mal como podemos estar. Y aquellos que no están el en
poder, pero que ya han estado, no nos darán ninguna cosa diferente a lo
que ya hemos vivido las ultimas tres décadas.
Si
sondeamos a personas de todos los niveles sociales, y lo hemos hecho,
hallaremos en sentido general, una especie de azarosa resignación ante
la fallida acción de nuestros políticos en los últimos treinta años, de
tal suerte, que hoy día, el mejor de los gobiernos que nos hemos dado,
es tan malo, que los males sociales sempiternos de los que hemos
padecido, no solo no han sido erradicados, sino que se han agudizado de
tal forma que, en la percepción de la población es que nuestra amada
República Dominicana ha entrado en una innegable etapa de perdida de los
valores y en un inminente proceso de disolución.
Por
tanto, antes de que nos terminemos de ir por el despeñadero en el que
vamos, tú, junto a mi, mi familia y la tuya, mi negocio y el tuyo, el
futuro de mis hijos y de los tuyos, puedes hacer lo necesario para que
nos salgamos, de esta potente droga alucinógena que es la política
vernácula.
Porque, cómo puede hablarse de progreso en un país en donde todavía en pleno siglo XXI los principales temas de campaña siguen siendo: “quien te subió…. El plátano, la yuca y la batata” ¡por el amor de Dios!
a- Mientras los dueños de las ARS,
se embolsillan millones y millones sin dar adecuada cobertura de salud a
sus afiliados presas de la ignorancia y la desinformación.
b- Mientras la Superintendencia de Pensiones
afirma cándidamente que hay más de 8 mil millones de pesos ociosos,
que, irónicamente contribuyen a que el fondo individual no gane los
beneficios que debiera.
c- Mientras se gastan millones de pesos del bolsillo de los contribuyentes para alentar a la gente a que se anime a montarse en el metro.
d- Mientras los dineros del pueblo se gastan mayormente en sostener a “la nobleza del estado”
léase, diputados, senadores, gobernadores, subsecretarios,
multiplicidad de embajadas ociosas e inoperantes, y toda clase de
distorsiones y duplicidad de funciones.
e- Mientras el estado promueve, alienta y consiente una política fiscal,
de pura hipocresía, donde ¡coño! Casi todo el mundo roba, y casi que
tiene que robar para poder competir, porque como es posible competir,
cuando hay dos negocios, uno paga sus impuestos y el otro no, donde la
diferencia entre los dos es nada más y nada menos que un 16 por ciento
de mentira y falsedad.
El
diablo ya nos tiene el tridente bien metido, casi que nos ha llevado,
antes que nos lleve, tú que eres hombre y mujer de fe al igual que yo,
pongamos todas nuestra fuerzas orando y actuando a fin de que veamos por
fin, el amanecer de un día de verdadera esperanza. Antes que el
tridente hostigador del diablo nos llegue a los órganos vitales y nos
terminemos de fuñir, pueblo dominicano, te invito: recapacita, y únete a
este movimiento, que jamás, se unirá a ninguna de las fuerzas políticas
existentes para alcanzar la redención del pueblo, no eso no sucederá,
sino que ellos se unirán a nosotros.
Atte: Juan Alberto Galvá C.
“ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo, indolente y servil”
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