Prof. Juan Alberto Galva Fundador Instituto Teológico de Santo Domingo |
LIBRO
DE DANIEL
ANALISIS DEL TEXTO DE MUESTRA III
Explicación
de la visión de Daniel 9.
LA ULTIMA PARTE DE LA PROFECÍA, el príncipe
venidero.
vr. 26 Después de
las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí. Y el
pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el Santuario, pero
su fin será como una inundación, y hasta el fin de la guerra han sido
decretados asolamientos.
27 Y por otra
semana confirmará el pacto con muchos. A la mitad de la semana hará cesar el
sacrificio y la ofrenda. Después, con la muchedumbre de las abominaciones,
vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado
se derrame sobre el desolador.
Pero se dice a
partir de este texto que Jesús, designado por el ángel Mesías príncipe, no es
sin embargo el mismo príncipe del vr. (26), quien hace cesar el sacrificio.
Pero siendo francos hay que admitir que en este texto no dice Jesús, ni dice,
Renuevo, ni ungido ni ningún título que nos haga afirmar categóricamente que
este que hace cesar el sacrificio y la ofrenda es Jesús. Es cierto. Ahora bien,
lo que es cierto para Jesús, es también cierto para el Anticristo, allí no dice
hombre de pecado, ni dice el hijo de Satán ni nada por el estilo. Es más, el
pasaje daría la impresión de que aquí se habla de cuatro personas:
(Vr. 26)
Después
de las sesenta y dos semanas se quitará la vida
I al Mesías, (a)
mas no por
sí. Y el pueblo de
II un príncipe (b)
que ha de venir
destruirá la ciudad y el
Santuario, pero su fin será como una inundación, y hasta el fin de la guerra
han sido decretados asolamientos.
(Vr.
27)
Y por otra semana
III confirmará
(c) el
pacto con muchos.
A
la mitad de la semana
III hará cesar (d) el
sacrificio y la ofrenda.
Después,
con la muchedumbre de las abominaciones,
vendrá
IV el desolador, (e)
hasta
que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre
IV el desolador. (e)
I-
Casi universalmente se ha identificado al
Mesías de vr. 26, marcado (a) como Jesús de Nazaret. No ha faltado quien lo
haya asociado con el sumo sacerdote Onías III 171 a.C. pero esta identificación
no toma en cuenta muchos factores que trataremos más adelante.
II-
Sobre el personaje marcado (b) en la
profecía, e identificado únicamente como “un príncipe” ha sido identificado
como Tito, quien destruyó a Jerusalén en 70 d.C. igualmente han habido otras
identificaciones pero Tito parece ser quien mejor encaja en la secuencia de los
eventos descritos. Hasta aquí tenemos a dos personajes bien diferenciados que
por ningún motivo pueden ser el mismo dada la sencilla razón de que al primero
se le quita la vida, y el segundo viene después del primero a destruir la ciudad.
Ambos cosas son ciertas de dos personajes distintos, Jesús, el Mesías designado
por Dios (Jn. 1:29; Mt. 16:16;) y Tito históricamente probado, después de la
muerte y resurrección del Mesías sitió a Jerusalén y la destruyó. Véase: (Flavio Josefo) Las Guerras de Los Judíos,
Tomo. II. Cap.VII. Págs. 80. 183.
III-
Siguiendo pues la secuencia del relato del
ángel mediante una clara elipsis el
ángel omite el nombre de un personaje de la escena. Aquí una vez más empiezan
los problemas. Daría la impresión de que esta omisión no tendría que ser algo
tan problemático de dilucidar simplemente atendiendo a las reglas más básicas
de la gramática y a la regla de las posibilidades internas del texto. Pero
resulta que por norma general muchos creen que cuando hay un silencio ese
espacio debe ser muchas veces suplido con una teoría o suposición ajenas al
texto. Veamos: hasta ahora hemos manejado solo dos sujetos (el Mesías que
muere) y (el principie que destruye); ahora el ángel añade que por otra semana,
es decir, como el viene estableciendo periodos de siete; siete semanas (7), y
sesenta y dos semanas (62) son (69) o sea, falta una, el ángel retoma la
explicación, cuando ocurren estas cosas a este proceder se le llama digresión,
y no es inusual en ángeles Cf. (Zac.
4:4-13 y ss). Así Gabriel continua diciendo que alguien (obviamente uno de
los dos príncipes de las escena) esto es así porque no se ha introducido otra
figura en el discurso, si introducimos a alguien más nos lo estamos imaginando
lo estamos creando, el contexto de la narración exige que lo que se dije del
sujeto caiga sobre uno de los dos personajes. Bien, ahora vemos con cuál de los
dos personajes podría encajar lo que el ángel declara:
Y
por otra semana
confirmará
(c) el
pacto con muchos.
A
la mitad de la semana
hará cesar (d) el
sacrificio y la ofrenda.
Después,
con la muchedumbre de las abominaciones,
vendrá
Cuando
Tito fue dejado por su padre Vespasiano para terminar la tarea de conquista de
Jerusalén, procuró negociar con los dirigentes de Jerusalén una rendición
pacífica, pero estos se negaron y exacerbaron la profunda animadversión que
sentían por los romanos. Tito envió varios embajadores entre ellos al mismo
Flavio Josefo, pero en cada ocasión fueron rechazados inclusive violentamente.
Josefo cuenta que cuando arreciaron el mal y el hambre en Jerusalén muchas
personas tomaron entonces la decisión de rendirse ante el emperador, pero ya
era tarde. Josefo relata que quizá por hacerlo esperar tanto tiempo e invertir
tantos recursos Tito trató sin misericordia tanto a los que se rendían como a
los que estaban atrincherados. Tito tomó la ciudad por la fuerza y no hizo
tratos, ni acuerdos ni pactos con nadie, él detuvo los sacrificios, no porque
esa fuera su intención sino porque el templo, en contra de su voluntad, fue
incendiado y desmembrado. Por tanto Tito no puede encajar en la descripción del
ángel sobre la persona que confirma el pacto y hace cesar el sacrificio y la
ofrenda.
Hagamos
algo de memoria, recordemos que los ejes centrales de la profecía son dos:
poner fin al pecado, y traer la justicia perdurable, (el reino). Por tanto,
cuando Jesús se ofreció a Dios como cordero sin mancha en la tarde del viernes
de pascua y como ofrenda por el pecado, y esta fue aceptada, en ese mismo
instante se puso fin definitivo a la causa que generaba la enemistad y la aguda
ira del Padre contra la humanidad, una vez recibida esta ofrenda y este
sacrificio, no quedaba ya más sacrificio que ofrecer, en el ámbito celestial,
es decir, el ámbito que importa, nunca después de ese evento ha habido
sacrificio al estilo de las ordenanzas del A.T. que Dios haya recibido ni
recibirá jamás, Jesús por tanto puso fin a la ofrenda y al continuo sacrificio,
aun antes de que el templo fuera destruido. Igualmente, es sumamente significativo
el hecho de que el mismo lenguaje que usa Gabriel para describir el pacto de la
alianza sea el que usa Jesús:
GABRIEL
Confirmará el pacto con
muchos.
A la mitad
de la semana Dn. 9:27.
JESUS
“Porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada a favor de muchos, para perdón de
pecados” Mt. 26:28
Es absolutamente posible que
Jesús tuviera en mente las palabras de Daniel al hacer esta declaración. Como
se ve, Jesús cumple satisfactoriamente las dos acciones designadas en el
espacio de la elipsis. Aunque me veo tentado a decir que esta es la única solución
posible a esta cuestión, simplemente diré que si el método para determinar el
significado realmente es el gramático, yo no veo forma de evadir esta
conclusión gramatical. Por supuesto, hay una última posibilidad, esa
posibilidad atribuye al Anticristo escatológico realizar estas acciones al fin
de los días y…. Podría ser, pero, como hemos visto, no basados en este texto.
Después,
con la muchedumbre de las abominaciones,
vendrá
IV el
desolador, (e)
hasta
que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre
IV el
desolador. (e)
La última parte de
la profecía también parece tener su tono de misterio. ¡Cuánto parece que nos
gusta eso! Eso es lo que parece dar emoción a la profecía; pero resulta que la
profecía no fue diseñada con esos fines cinematográficos, probablemente los
creadores de los apocalipsis pseudoepigráficos si crearon sus obras para
entretener y fantasear, pero no el sabio Dios. El análisis para el enigmático
“desolador” debe ser el mismo, estos dos versículos están estructurados
haciendo un cadencioso salto de un personaje al otro, no hay tres ni cuatro
personajes en la escena, únicamente tenemos dos actores, el príncipe que muere
y el príncipe que destruye. El príncipe que muere va primero en el discurso y
en los eventos, el príncipe que muere, luego pasa al príncipe que destruye y
así, veamos:
DIAGRAMA
6
# El
primer príncipe: muere y………. [ruptura del
discurso se pasa al otro protagonista]
@ El
segundo príncipe: destruye la ciudad el santuario
y trae muchas calamidades
y……[ruptura del discurso]
# El
primer príncipe: [se retoma el discurso]
confirma el pacto y hace cesar el continuo sacrificio (punto).
@ El
segundo príncipe: [se retoma el discurso] provoca
muchas abominaciones y recibe o se le asigna (algo) que el texto no
especifica.
|
Esta construcción es de hecho muy parecida a la forma en cómo Jesús
responde la pregunta sobre el templo y la destrucción de Jerusalén a sus
discípulos en los evangelios. (Mt. 24:3 y
ss).
Así que, alternativamente, (arbitrariamente) bien podemos arreglar las
palabras del ángel de la siguiente forma:
Después
de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí. Y por
otra semana confirmará el pacto con muchos. A la mitad de la semana hará cesar
el sacrificio y la ofrenda.
Y
el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el Santuario,
pero su fin será como una inundación, y hasta el fin de la guerra han sido
decretados asolamientos.
Después, con la muchedumbre de las
abominaciones, vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que
está determinado se derrame sobre el desolador.
Da la impresión que el desolador, hace su desolación después de la
destrucción, como es lógico, primero destruye, anarquiza y después vienen los
sacrilegios, solo hay que leer el II libro de las Guerras de los judíos de
Flavio Josefo para saber si hubo de todo esto y mucho más en el asedio de
Jerusalén por Tito del 66 al 70 de nuestra era. Veamos el interesante
comentario que hace James G. Chastain sobre este período:
“Parece que en toda la historia del mundo
no hay otro periodo que haya sufrido tantas convulsiones en la
naturaleza como el intervalo entre la crucifixión y la destrucción de Jerusalén.”-
Plumptre. El gran historiador Séneca también ha notado este evento. Entre la
profecía y la destrucción de Jerusalén hubo (1) un terremoto en Creta, D.C. 46
ó 47, (2) otro en Roma, D.C. 51, (3) Otro en Apamia de Frigia, D.C. 53; (4) uno
en Laodicea, de Frigia, D.C. 60; (5) otro en Campamia; (6) otro en Jerusalén,
D.C. 67. Pompeya fue completamente destruida por un temblor de la tierra en
agosto de 79 D.C. Los cristianos habían de sufrir amargas persecuciones, y
porque la iniquidad abundaba muchos discípulos quedarían resfriados. Estas
varias profecías fueron cumplidas literalmente.”1
“En una de las horas más oscuras de su
historia, cuando la continua persecución en contra de los judíos amenazaba a la
raza con una completa extinción. Bar Cochbá se proclamó así mismo Mesías, y les
acaudilló en una revuelta en contra de los romanos, que terminó en una
carnicería del malhadado pueblo, más horrible que ninguna que le hubiera
precedido (130-132 d.C.). Aquel hombre parece haber sido un impostor
despreciable que engañó al pueblo con trucos de malabarista, tales como echar
fuego por la boca; y a pesar de ello consiguió una eminencia tan grande, y
atrajo desastres tan terribles, que algunos han tratado de hallar en su curso
el cumplimiento de las profecías del Anticristo.”2
1-
(Chastain G. James. Comentario Sobre el
Evangelio de Lucas, Pág. 197. Terrassa (Barcelona) España. Vladecavalls 1986)
2-
(Anderson. Sir Robert. El Príncipe que ha de
venir. La maravillosa profecía de las setenta semanas de Daniel con respecto al
Anticristo. Pág. 204. Nota al margen.
Grand Rapids Michigan. EE.UU. Editorial
Portavoz, 1984).
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