Por: Pastor Juan Alberto Galvá
Orientación & Difusión Cristiana (O&DC)
1- PROPOSITO DE LA
ADORACION
2- LA FALSA
ADORACION
3- LA ADORACION
VERDADERA
4- LA VIDA DEL
ADORADOR
5- LA ACTITUD DEL
ADORADOR
6- EL LUGAR DE
ADORACION
7- EL CULTO
8- LOS QUE OFICIAN
EN EL CULTO
9- LA CONCIENCIA DE
A QUIEN SE HACE CULTO
10- LA CONCIENCIA DE LA PRESENCIA DE LA PERSONA OBJETO
DE CULTO
Propósito de la adoración:
La adoración es la razón primordial de la existencia del ser humano. Como
se puede observar en el decreto de la creación, Dios creó seres vivos a
diferentes niveles, desde las formas de vida unicelular, pluricelular, la vida animal y vegetal, pero al único ser
al cual dotó de consciencia fue al hombre a quien dice la Escritura que hizo a
su imagen y semejanza.
El hombre fue creado con gloria y capaz de realizar tareas dignas de
alabanza. Dios creó al hombre y a la
mujer y los colocó dentro de un esquema familiar y social de mutuo
reconocimiento, en el cual ambos son conscientes el uno del otro y se elogian
uno al otro recibiendo por ello gratificación y sentido de logro y realización.
En el caso de Dios, por su puesto, no es así, en el sentido de que, como sabemos, Dios no es más ni menos,
si el hombre lo alaba o no, pero el hombre sí halla sentido en su existencia
cuando, como acto de sabiduría y demostración suprema de humildad ve su tamaño
y realidad frente a la estatura y trascendencia del Ser Supremo. Pues no podría
el hombre ser mínimamente feliz, si no reconociera la infinitud de Dios, si no
se extasía en el pensamiento y meditación de sus obras y de su amor. Si el
hombre no adora a Dios, queda vacío en un mundo sin sentido ni dirección.
El apóstol Pablo expresa claramente
este pensamiento cuando dice que,
“fuimos creados para alabanza de la gloria de su gracia” Efesios 1:6
Este pues, es el propósito de nuestra creación, la exaltación de la majestad
de Dios, es nuestra más importante misión, por lo mismo Pedro añade:
“Mas vosotros sois, linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, Pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” 1 Pedro
2:9.
Vista pues de esta manera la adoración abarca todas las facetas de la
actividad humana.
LA FALSA ADORACION
Por su puesto que la caída arruino
la relación del hombre con Dios trayendo toda clase de distorsiones en los
actos dirigidos a glorificar a Dios. El hombre, dice la Biblia se hizo imagen
de la criaturas de la tierra, de los animales, de los astros y de si mismo, se
postro ante ellas y les rindió homenaje. Este tipo de acciones revela el nivel
tan bajo al que cayo la humanidad, la terrible ignorancia en la que yacía y en
la que yace aun, de tal suerte, que, por temor y desconocimiento llega a
arrodillarse ante objetos inanimados y consciente o inconscientemente rinde
culto a Satanás y a sus demonios.
Estas podría decirse, constituyen
las mas bajas manifestaciones de degradación humana, porque si adorar al Dios verdadero, da al hombre
razón de ser, a la inversa, si el hombre rinde una falsa adoración tiene
necesariamente que caer en el punto opuesto.
Pero hay formas, mas sutiles de idolatría,
la de aquellos que se postran ante una imagen, pero que están aferrados a un
templo, a un lugar, santuario o
religión, o a un negocio o a si mismos. Para que la adoración sea aceptada de
parte de Dios debe reunir los siguientes requisitos.
El adorador debe tener consciencia
de lo que esta adorando, la adoración verdadera es una adoración tanto del
espíritu como de la razón.
Postrarse ante los elementos de la
naturaleza y las criaturas inferiores y semejantes resulta en algo
completamente irracional.
El adorador debe sujetarse al
homenaje que exige Dios. No es el adorador quien establece la forma en que Dios
ha de ser adorado, sino que es Dios mismo, quien dice que clase de adoración
aceptará. El A.T. nos da un buen ejemplo de la adoración que Dios acepta y de
la que no acepta, y este caso lo vemos ilustrado en los hijos de Aarón Nadab y Abiu relatado en;
Levítico 10
1. Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su
incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y
ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.
2. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y
murieron delante de Jehová.
3. Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló
Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de
todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.
4. Y llamó Moisés a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel tío
de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a vuestros hermanos de delante del
santuario, fuera del campamento.
5. Y ellos se acercaron y los sacaron con sus túnicas fuera
del campamento, como dijo Moisés.
6. Entonces Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar e Itamar sus
hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestros vestidos en señal
de duelo, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación;
pero vuestros hermanos, toda la casa de Israel, sí lamentarán por el incendio
que Jehová ha hecho.
7. Ni saldréis de la puerta del tabernáculo de reunión,
porque moriréis; por cuanto el aceite de la unción de Jehová está sobre
vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de Moisés.
8. Y Jehová habló a Aarón, diciendo:
9. Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra
cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto
perpetuo será para vuestras generaciones,
10. para poder discernir entre lo santo y lo profano, y
entre lo inmundo y lo limpio,
11. y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos
que Jehová les ha dicho por medio de Moisés.
Como se ve en el
pasado episodio dos hombres consagrados al servicio de Dios se disponen a
ofrecer a Dios un sacrificio que falló básicamente en una sola cosa, se trataba
de una forma de adoración que Dios no había autorizado, y como vimos las
consecuencias fueron funestas.
Si uno lee con
más detenimiento el libro de levítico, descubrirá las estrictas normas que Dios
ordenó a los sacerdotes que debían observar para oficiar delante de su
presencia.