BREVE RESUMEN DE LA CONFIGURACIÓN TEOLÓGICO-FILOSÓFICA DEL
CRISTIANISMO
I-
Satanás
era bueno, pero se rebeló contra la autoridad celestial; a sabiendas de Dios.
II-
Dios
lo expulsó del cielo, pero no lo aniquiló, conociendo plenamente lo que éste
haría más adelante.
III-
Dios creó
al hombre perfecto (dentro de los límites de la perfección de las criaturas) y
lo colocó en la tierra para que fuera feliz, pero, a sabiendas de que no podría
ser feliz, porque lo hizo capaz de fallar, es decir, Adán no era impecable.
Dios no puede mentir, y hay muchas cosas que el omnipotente Dios no puede hacer
porque van en contra de su naturaleza, una de las cosas que Dios no puede es,
por ejemplo, hacer otro ser absolutamente perfecto, como él es perfecto, porque
esto implicaría que Dios está creando otro Dios. Por lo mismo, todas sus
criaturas tienen “una falla” de origen, son solo perfectas según el propósito
para el que fueron creadas, pero ninguna lo es intrínsecamente.
IV-
En el
huerto del edén, había un árbol de la vida, que nunca se dice estuviera prohibido
comer. Pero el hombre nunca come del árbol de la vida, y por tanto, no puede vivir para siempre. Vivir
para siempre en este contexto no es claro su significado, ya que, en un
sentido, aparente, todas las criaturas de Dios son inextinguibles, pues, los
ángeles viven para siempre (incluso los demonios) y el hombre caído no se
extingue sino que aun en el lugar de tormento sigue “vivo”.
Génesis 2:16: Y
mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer;
Génesis 2:17: más
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que
de él comieres, ciertamente morirás.
V-
El
hombre y la mujer desde el principio están autorizados a tener hijos, pero no
los tienen sino hasta después de la caída. Si los hubieran tenido antes, sus
hijos no hubieran sido parte de las acciones de sus padres antes de la caída, a
su vez esto hubiera provocado una maraña
teológica de repercusiones incalculables para la redención.
Génesis 1:22: Y
Dios los bendijo, diciendo: fructificad
y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en
la tierra.
Génesis 1:28: Y los
bendijo Dios, y les dijo: fructificad
y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del
mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra.
VI-
Satanás,
con el permiso de Dios, engaña a la humanidad a través de Eva.
VII-
Adán
no rehúsa comer del árbol (entonces los dos terminan involucrados en el asunto
del pecado, y la procreación de una descendencia emanada de unos padres bajo
desobediencia, es garantizada).
Así que el hombre
junto con su esposa y por extensión toda su progenie cae en desgracia
frente Dios. Porque, si únicamente Eva
hubiera pecado, ¿cuál tratamiento suponemos que Dios habría dado al hombre que,
al margen de estar en un lugar diferente del que se hallaba su esposa, sería
completamente inocente del asunto?, a menos que supongamos que Adán y Eva
debían pasarse cada hora y segundo de su existencia juntos, cosa en extremo
dudosa.
VIII-
Dios
decreta que el hombre es representante, en
sus actos de todos sus
descendientes, así que, toda la descendencia de Adán tiene que, sufrir las
consecuencias del pecado de sus antepasados, algo completamente impuesto por
Dios según su justicia que no alcanzamos a comprender y que no podemos rebatir
por razones obvias; sino solo aceptar confiados en la santidad de Dios, puesto
que, los regímenes humanos, aun los más imperfectos, no inculpan a
descendientes por los delitos individuales.
IX-
Dios,
soberanamente, esquematiza un sistema de redención. La redención en su lado
operativo no es lo que tiene que ser por fuerza de necesidad, ya que Dios puede
hacer cualquier cosa, y una misma cosa la puede hacer de mil maneras distintas y obtener resultados satisfactorios.
Por tanto, el plan de salvación mediante un sacrificio cruento fue, desde un
principio, el escenario que Dios escogió, aun desde antes de poner al hombre en
la tierra, para redimir al universo mediante su propia irrupción en la escena
de sus criaturas como el claro, evidente, e indiscutido héroe de la historia,
ya que desde un principio era plan de Dios, no solo conocer íntimamente su
creación sino también experimentarla (Heb.
5.8).
X-
En
conclusión, no es solo que Cristo no
tenía que morir por la humanidad por el hecho de ser sin pecado, (Heb. 47. 15). Pues la paga del pecado
es muerte y el jamás pecó, es además que él no tenía que morir en la cruz como única-cerrada-e-ineludible alternativa divina
de redención, esto fue un arreglo divino, a Dios le plugo que fuera así, entre
millones de formas para resolver el tema del pecado, y las Escrituras son muy consistentes
en este punto Ef. 1:9 (todo el
capitulo 1) Is. 53.10.
Por tanto, entendiendo toda la clara trama
que hay detrás de la historia de la salvación, donde nada ocurre al azar, sino
que todo responde al plan del sabio y buen Dios, pero siempre según su
voluntad, sea que usted la acepte como sabia o no, resulta claro que un
análisis de tal esquema de direccionamiento, control y arreglo puede resultar
muy desconcertante por todas las aparentes derivaciones e implicaciones contra
Dios. Desde tal perspectiva la fe cristiana es realmente una locura filosófica
de principio a fin, (I Co. 1:21) no
es absurda, solo es tan franca la implicación de la mano rectora de
Dios controlando el proceso y los resultados, que, el hombre no regenerado,
necesariamente se revelará contra tal realidad.
Con todo, millones de personas de todas
las razas y de todos los niveles de conocimiento, a las que no podemos acusar
de estar imbuidas de una maligna histeria colectiva, han rendido y rinden aún
hoy día sus vidas en obediencia a Cristo, a pesar de esta realidad
incontestable. Así pues, desde todo punto de vista, esta reacción frente al
mensaje del evangelio no puede ser calificado de otra forma que no sea un poderoso milagro, actual, real, presente y continuo.
LEA CON CUIADO
De aquí se desprende que, lo que
suponemos es, o ha sido el poder no poder, el que aparentemente
conviene a nuestra tímida defensa del rasgo distintivo del cristianismo esto
es, “e l p o d e
r asombroso”. No es un poder que no es poder, o sea, no es una falacia
condescendiente. Es más bien, un poder poder.
Un poder poderoso y también un poderoso poder, Esto es, ¡Verdadero poder!
Es igualmente un poder:
·
manifiesto
·
ostensible
·
verificable
Y por tanto, no debe ser tratado como
un conveniente mecanismo de escape para defender nuestra endeble auto
conmiseración debido a nuestra mediocre devoción y deficiente instrucción escritural.
Por
tanto, si como hemos demostrado, el poder invisible, es en un sentido
importante, el más visible de las manifestaciones del poder de Dios, nuestra
actitud frente al tema del poder debería experimentar un cambio dramático. Si
te preguntan que si la iglesia de hoy día, aun tiene poder, grítalo bien
fuerte: ¡Hay poder, poder, poder, sin igual poder!
Ahora
bien, por supuesto, la cosa no termina ahí. Aunque todo lo antes dicho es muy
cierto, para muchos, este tratamiento del tema, no es más que otro escape
condescendiente, pero no es así, créanme que no lo es. Siga prestando atención y
llegáremos a donde su alma desea.
Haciendo
un breve resumen para acometer ese tema que tanta comezón causa, diremos que, en
una iglesia ideal habrá más conciencia y respeto por el nombre de Dios. Dado
que el Mesías es Dios hecho hombre, es pues función de la iglesia reverenciar a
Dios en el nombre del Mesías igualmente.
Una
iglesia sin poder, es una burda caricatura de la voluntad de Dios. El mal uso
de su nombre terminará poniendo en ridículo su reino y a quien este representa,
antes que exaltar a Dios ante los hombres, lo cual es nuestro deber (Ef. 1:6;
IP. 2:9). Cuando la iglesia hace promesas que Dios no ha hecho,
sencillamente desvirtúa la esencia del poder de Dios y se muestra insensata
ante los hombres no regenerados, digna de conmiseración y convicta de
ignorancia ante la nube de testigos.
En
palabras sencillas y como ya lo hemos dicho antes, el nombre de Jesús es usado
a menudo como una fórmula mágica, o en su operatividad, como el acto de lanzar
los dados. El resultado habitual de invocar a Jesús en la actualidad es
completamente inconsecuente con el uso que la iglesia ideal del Nuevo Testamento
hizo de dicha práctica y esto no quedara impune pues la Biblia dice:
Mateo 12:36: Mas yo os digo que de toda palabra ociosa
que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Éxodo 20:7: No
tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová
al que tomare su nombre en vano.
2. Deuteronomio 5:11: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en
vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano.
No sé qué pensará usted, pero, para mí,
son palabras muy serias y persuasivas.
En algunas denominaciones evangélicas, al igual que en la
iglesia católica se entiende y/o se usa el término Obispo como sinónimo de
jerarquía eclesiástica. Sin embargo el Nuevo Testamento no apoya este enfoque,
ya que el termino Obispo o su par, presbítero, hacen referencia en un caso a la
dignidad del cargo (presbítero-anciano) y en otro caso (Obispo-supervisor) a la
función del mismo.
(Véase González L. Justo. Historia Del
Cristianismo, Tomo I, Desde la era de los mártires hasta la era de los sueños
frustrados. Págs. 47-54. Miami Fl. USA. Editorial Unilit. 1994.)
(Carballosa, Evis L, Apocalipsis, la consumación del plan
eterno de Dios. Pág. 70. Grand Rapids,
Michigan. EE.UU. Editorial Portavoz, 1997).