Gustave Dore
UN PRODIGIO DEL ARTE DE LA ILUSTRACION
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| Por: Juan Alberto Galvá |
Gustave Dore, nació en Estrasburgo, Francia, el 6 de enero de 1832. A muy temprana edad mostro gran talento para la ilustración y ya a los quince años había producido su primera obra. Poco tiempo después fue contratado para ilustrar las obras de afamados escritores de la talla de Dante Alighieri, Milton, Balzac entre otros.
La obra de Dore está arraigada fundamentalmente en la técnica del grabado y la litografía. En el aspecto comunicacional de su amplísimo repertorio, vemos a un artista bastante influido por el romanticismo.
Se destaca además en su trabajo una tonada acentuada en lo trágico, con muchos escenarios fantasmagóricos, figuras bien proporcionadas, que siempre transmiten ya sea una adustez extrema o una tristeza profunda.
No hay prácticamente en la obra de Dore un elemento dinámico, sino que mucho de su obra refleja el tiempo detenido en sí mismo. El artista también recurre con frecuencia a lo grotesco y hasta lo mórbido.
Algunas escenas, tales como la obra acerca del patriarca Jacob, no logran transmitir toda la fuerza de la narración ya que en este caso da la impresión de que el ángel “baila” con Jacob, en vez de luchar con El.
Pero al margen de estas consideraciones, Dore es por mucho uno de los mejores, sino el mejor ilustrador de su época.
Sin duda el trabajo que lo catapultó a la fama, lo constituyó la edición de una Biblia ilustrada en cuyas ilustraciones el artista mostró su gran capacidad creativa e interpretativa.
A dicho trabajo le siguieron varios proyectos de envergadura, por lo que su fama creció considerablemente.
En 1853, a Dore se le solicito ilustrar el trabajo de Lord Byron. Dicho encargo fue seguido por otras publicaciones adicionales por la British Publisher. Una década más tarde, Dore ilustró la versión francesa de Cervantes, Don Quijote De La Mancha y así como de su caballero Sancho Panza, la cual llegó a influir decisivamente en los lectores de la obra, así como artistas, y directores de cine ya que Dore dio “vida física” a dichos personajes.
Dore también ilustro una obra de gran tamaño de Edgar Allan Poe, La Ravena, por la cual cobró la suma de 30.000 francos, y que fue publicada por la editorial Harper & Brothers en 1883.
Sus últimos trabajos incluyen ilustraciones para una nueva edición de Coleridge's Rime of the Ancient Mariner, el paraíso perdido de Milton, las obras de Thomas Hood y la divina comedia.
Dore continuó trabajando en la ilustración de libros hasta su fallecimiento en Paris, la cual le sobrevino después de una corta enfermedad.
