¡ABRA CADABRA!, ¡CHAZAN!,
¡EN EL NOMBRE DE JESÚS!
porque verá a sus
hijos, obra de mis manos
en medio de ellos, que santificarán mi nombre;
y santificarán al Santo de Jacob, y temerán al Dios de
Israel.
:Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre,
y mi honra no la daré a otro.
:Y ahora ¿qué hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente?
Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi
nombre todo el día.
Las citas anteriores, son solo para que
si alguien lo duda, sepan todos, que Dios cuida y vigila celosamente el
tratamiento que se da a su nombre. Dicho de otro modo, Dios es muy celoso de su
honra y desafortunadamente la iglesia
actual da un uso muy peligroso al nombre de Dios poniendo en entredicho su persona y su glorioso reino, antes que exaltarlo ante
los hombres. Cuando la iglesia hace promesas que Dios no ha hecho, o que Dios
ha hecho pero que se deben cumplir en ciertas circunstancias, o que Dios ha
hecho, pero por no vivir en una comunión sincera en el Espíritu Santo no pueden
manifestarse, sencillamente desvirtúa la esencia del poder de Dios y se muestra
insensata ante los hombres no regenerados y digna de conmiseración y convicta
de ignorancia ante los redimidos.
En palabras sencillas: El nombre de
Jesús es usado a menudo como una fórmula mágica, o en su operatividad, como el
acto de lanzar los dados. El resultado habitual de invocar a Jesús en la
actualidad es completamente inconsecuente con el uso que la iglesia ideal del
Nuevo Testamento hizo de dicha práctica. Veamos el siguiente cuadro y
examinemos cómo usaron los apóstoles el nombre de Jesús, o la autoridad de
Jesús y sus resultados:
CUADRO II. USO DEL NOMBRE DE JESUS Y
SUS RESULTADOS
DISCIPULOS
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ESCRITURA
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ESCRITURA
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ESCRITURA
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PEDRO
Y JUAN
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Hechos 3:16: Y por la fe EN SU NOMBRE, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha
confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste está completa sanidad en presencia
de todos vosotros.
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PEDRO
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Hechos 9:34: Y le dijo Pedro: Eneas, JESUCRISTO TE sana; levántate, y haz
tu cama. Y en seguida se
levantó.
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PABLO
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Hechos
19:13: Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes,
intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus
malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo.
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Hechos. 19:5 Cuando oyeron esto, fueron
bautizados en el nombre del Señor Jesús.
19:6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. |
Hechos. 13:10 dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de
toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de
trastornar los caminos rectos del Señor?
13:11 Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano. 13:12 Entonces el procónsul, |
Ante esta realidad, ante el peso de
esta poderosa evidencia, el cristianismo consciente debe decidir cómo proceder:
algunos, en efecto, ya lo han hecho.
Un grupo, no demasiado grande, los así
llamados “cesacionistas” aducen que la Biblia misma predecía la llegada de esta
época (I Co. 13:8) y por lo tanto
desalientan cualquier intento o práctica que procure la manifestación de los
dones milagrosos. Resultado:
En muchas de sus congregaciones no se
ora por sanidad, (y si lo hacen no tiene mucho sentido porque no creen en la
vigencia de los dones) cuando alguien está enfermo simplemente, al igual que
todos los mortales, van al médico.
RESULTADO DE ESTE ENFOQUE:
Nivel de frustración para los hermanos
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Cero
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Nivel de presión para los ministros de esas iglesias
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Cero
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Frecuencia en la mal utilización del nombre de Dios
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Muy
mínimo
|
Nivel de complacencia de Dios con ese modelo
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Cero
|
Este mismo proceder aplica también para
la oración para recibir el bautismo del Espíritu Santo y otros dones o favores
divinos e carácter sobrenatural.
Otros han tomado un camino
completamente opuesto y creen que los dones están todos activos hoy día. A su
vez esta corriente tiene varias vertientes, pero, en esencia, convergen más de
lo que difieren. Entre ellos están los que con Pat Robertson1 a la cabeza,
sostienen una vigencia total de esos dones. Usualmente se enseña de forma sutil
que algo no anda bien si cada creyente no está manifestando sanidades,
profecías, expulsión de demonios y acciones por el estilo. Otros, más
moderados, algunos segmentos de las iglesias bautistas, creen que los dones
siguen vigentes pero ostensiblemente atenuados exceptuando el don de la
exhortación con base en la palabra profética (La Biblia) igualmente creen que
tampoco están activos con los mismos propósitos que durante el ministerio de Jesús
y sus apóstoles.
En el caso de los que interpretan los
dones como plenamente activos, primeramente, no hay aparentemente un manual en
la mayoría de esas iglesias para el ejercicio sabio y supervisado de esos
dones. Aunque la Biblia si provee ese manual. Por tanto, todo el mundo, en todo
momento ora por cualquiera para declarar que Dios le habló a éste o aquel, y
para que ocurran señales y milagros. El
resultado más ostensible, por experiencia
personal, es decir, esto no nos lo ha contado nadie, sino que es el
resultado de la experiencia vivida, habiendo visitado muchas iglesias para
predicar y enseñar. Lo que sigue a continuación es lo que casi invariablemente he
encontrado en mi experiencia:
RESULTADO DE ESTE ENFOQUE:
Nivel de frustración para los que sufren
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Muy
alto
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Nivel
de presión para los que ministran
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Casi
inmanejable
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Frecuencia
de mal uso de nombre de Dios
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Constante
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Nivel
de complacencia de Dios con este modelo
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Cero
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Y alguien se preguntará: ¿cómo puede
ser que en el primer modelo, (cesacionistas) los niveles de insatisfacción son
altos, pero Dios lo desaprueba, y en el segundo modelo (Continuistas) los
niveles de insatisfacción son bajos, y Dios también lo desaprueba? La respuesta
es que, en el primer modelo Dios no puede dar su aprobación por el simple hecho
de que este modelo no sigue un enfoque bíblico. En el segundo caso queda
desaprobado porque aunque en teoría se sigue un modelo bíblico, los resultados
demuestran fallas de origen que deshonran el nombre de Dios y por lo mismo, si
Dios reprueba a los que no honran su
nombre, cuanto más reprobará Dios a los
que deshonren su nombre.
En mi opinión la cuestión de los dones,
que no son otra cosa que la variada manifestación del poder dado a la IGLESIA IGLESIA para la gloria de Dios y
la edificación de los santos (Ef. 4:1 y
ss), que es el verdadero tema aquí, son, no solo necesarios, sino
imprescindibles.