EL PODER VISIBLE-ASOMBROSO
Ojalá el maestro pueda decir como dijera hace años:
"No lloréis sólo duerme no está muerta".
¿Qué te pasa iglesia amada, que no reaccionas,
sólo a veces te emocionas, y no acabas de cambiar?
Jesús se levantó de la muerte,
¿Y acaso a ti no habrá quién te despierte?
"No lloréis sólo duerme no está muerta".
¿Qué te pasa iglesia amada, que no reaccionas,
sólo a veces te emocionas, y no acabas de cambiar?
Jesús se levantó de la muerte,
¿Y acaso a ti no habrá quién te despierte?
Marcos Vidal.
(Cantautor cristiano)
JESÚS Y EL PODER
Debo empezar diciendo que, en lo
personal, he sido beneficiario del poder sanador en mi cuerpo, he recibido anticipaciones,
o premoniciones o visiones 1, 1
o como se le quiera llamar, sobre cosas no acontecidas aún; Dios me ha otorgado
en su misericordia a pesar de mi indignidad estas experiencias y se han
cumplido al pie de la letra y ante la palabra dicha con convicción y confianza
en Cristo los demonios han sido expulsados a través de nuestro ministerio. No
soy un místico, ni gurú, ni un iluminado, ni nada que se le parezca, pero
tampoco voy a negar lo que en mí ha sido cierto. Por tanto, siendo un hombre
amante y respetuoso de las Sagradas Escrituras y no hallando contradicción
entre la enseñanza Escritural y las experiencias que he vivido, de ninguna
manera puedo negar o atribuir a mi imaginación o a la obra de Satanás las cosas
que en mi experiencia personal, han
sido ciertisimas (Cf. Lc. 1:1), pues
Dios es, y ha sido real en mí, el testimonio de vidas transformadas de una vida
pecaminosa a una vida que glorifica a Dios a través de nuestro ministerio es
nuestra carta de recomendación (Cf. II
Co. 3:3) ante todo aquel que demande de nosotros pruebas de nuestra
filiación con Dios, pues Satanás no puede echar fuera a Satanás (Cf. Mr. 3:23). Con todo, y esto es muy
importante aclararlo, no pretendo que mis experiencias personales sean guía o artículo de fe para otros, pues, mis
experiencias personales no pasan de ser solo eso, experiencias personales, y
para todo fin de doctrina y conducta, como antes proclamó Martín Lutero, mi
mente, y la mente e todo creyente bien informado debe estar cautiva de la
palabra de Dios.
Dicho esto, quiero poner en contexto lo
que queremos decir cuando hablamos del “Poder
Visible”.
Como sabemos, Satanás sonsacó y
consiguió como aliados a la clase gobernante religiosa corrupta de los días de
nuestro Señor Jesucristo. Esa clase gobernante, ante los innegables milagros de
Jesús, no pudiendo imitarlos, ni detenerlos, procuraron desacreditarlo; primero,
desautorizándolo, alegando que no tenía derecho ni autoridad para perdonar
pecados:
Marcos 2:7: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo
Dios?
Lucas 5:21: Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar,
diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?
A lo cual él respondió a su vez,
haciendo una de esas preguntas que no descuellan por su profundidad intrínseca,
sino por el respaldo y el destello de luz del poder que las acompañaban:
Marcos 2:9: ¿Que es más fácil, decir al
paralitico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho
y anda?
Obviamente, que el dilema en que Jesús puso a sus oponentes
no tenía otra respuesta que: “Señor, ninguna de las dos cosas son fáciles de
asimilar”
La primera: (Tus pecados te son perdonados) era peligrosa y potencialmente
mortal. Era peligrosa porque asociaba a un hombre “mortal” con la deidad (Jn. 10:33). Y si quien lo decía no era
Dios, se exponía a ser muerto por blasfemo. La otra (Levántate, toma tu lecho y anda) no era menos peligrosa, porque a
ninguno que deseara apuntalar su ministerio le convenía quedar mal parado y así
desacreditado haciendo alarde de un poder que no podía sustentar en los hechos (Cf. Hc. 19:14 y ss).
La cuestión es que Jesús podía hacer
ambas cosas y salir airoso. Y de hecho, así lo hizo, levantando al enfermó (el acto físico) reclamó su derecho de
perdonar pecados (el acto-divino-verbal-espiritual).
Mateo: 9:6 Pues para que sepáis que el Hijo
del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces
al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
9:7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.
9:8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
9:7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.
9:8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
Pero ante tan contundente manifestación
de poder y autoridad recurrieron a la difamación, —el recurso de los
desesperados y mezquinos— decían que lo que Jesús lograba, lo hacía en
contubernio con Satanás (Mt. 12:24).
Es muy obvio que a Jesús no le gustó semejante asociación (Cf. Lc. 11:20 y ss). Pero, lo que quiero destacar en este punto, es
que, no es lo mismo defender una tesis desde la perspectiva de uno que no ha
experimentado un evento, que desde la acera de uno que si lo ha experimentado.
Jesús no podía negarse a sí mismo, en el sentido de dejar de manifestar, por el
prejuicio de los hombres aquello que le era inherente, él ciertamente era Dios
hombre y las obras de Dios llevaba a cabo con toda autoridad y poder. Jesús dio bastantes demostraciones de poder
irrefutable y ahora veremos que sus discípulos igualmente fueron coherentes en
manifestar un poder que no pudo ser ni detenido ni igualado por los adversarios
(Hch. 8:1 y ss.), estamos hablando de
un poder ostensible y manifiesto (Hch.
19:11; II Co. 12:12; Jn. 12:37; I Co. 4:19), esa es la clara y consistente
enseñanza de la Escritura.