Prof. Juan Alberto Galva Fundador Instituto Teológico de Santo Domingo |
APOCALIPSIS
ANALISIS
DEL TEXTO DE MUESTRA III
CONTEXTO
VETEROTESTAMENTARIO DEL TEXTO
DOS
INSTITUCIONES
Bien, ya hemos
examinado de forma exhaustiva la posibilidad de que el texto esté haciendo
referencia a literalmente dos personas, realmente el nivel de complicación que
plantea este escenario debería, al menos, permitirnos considerar con cabeza
fría la posibilidad de un escenario que alcance el propósito que deben
conseguir los dos testigos, sin que implique que solo dos hombres en medio de
la Gran Tribulación se dedicarían a hostigar al mundo con su mensaje de
barricada.
LOS DOS OLIVOS DE ZACARIAS
El olivo es una árbol emblemático (Sal. 52:1-8) en Palestina, su madera se usaba para la
construcción. En la región del mediterráneo eran abundantes y en Israel, de
hecho, había un monte que tenía un jardín muy famoso, el jardín de los olivos o
del olivar (II Sm. 15:30). Durante la
construcción del templo de Salomón, éste ordenó la fabricación de dos querubines de gran tamaño que fueron
puestos en el santuario (I R. 6:23 y ss)
(el arca del pacto tenía también dos querubines de oro) estos dos grandes querubines fueron hechos de
madera de olivo, igualmente las dos
puertas del santuario estaban hechas de la madera de este árbol. El olivo es
además un árbol frondoso, (I R. 6:3-34)
y su aceite se usaba para sanar heridas, para la unción religiosa, para la
cocina y fundamentalmente para mantener iluminadas todas las casas de
Palestina.
Por todo esto es muy comprensible que, en la
imaginería judía este árbol y su fruto estuvieran siempre muy presentes: (Gn. 8:11, Dt. 8:8, 28:40, Is. 17:6, Jer.
11:6) etc. De ahí que este árbol y su fruto son simbólicos, representativos
de bendición, permanencia, provisión, iluminación y partiendo de este último
símbolo (la iluminación) se convierte en un símbolo perfecto de testimonio.
Pero, de todos los usos figurados que la Biblia hace de esta palabra tenemos al
menos dos pasajes que son dignos de tomar en cuenta:
Zacarías 4
El pasaje tiene una estructura simbólica opaca.
Zacarías ve una visión, pero es guiado a obtener interpretación de lo que ve,
un ángel que él no identifica1 le anima a preguntar
lo obvio para suscitar la acción:
--¿Qué ves? –Le pregunta el
ángel. El profeta responde que vio:
Ì UN CANDELABRO HECHO
DE ORO
(hebr. Menoráh). Con siete extensiones o brazos
donde colocar una luz y con un tazón de aceite que le servía de alimentación a
cada extensión.
El profeta vio además:
Ì DOS RAMAS DE OLIVO.
Una a la derecha y otra a la
izquierda.
El profeta pregunta que cuál es la interpretación, de
la visión, pero el ángel no da una respuesta directa, sino que responde:
Esto es la palabra de YHVH a Zorobabel:
“No con ejercito, ni
con fuerza,
Sino con mi Espíritu,
dice YHVH Sebaot”. BTX.
Luego el ángel identifica lo que se interpreta como un
obstáculo o adversario que tiene Zorobabel:
“¿Quién eres tú gran
monte?
¡Ante Zorobabel serás
aplanado!
A renglón seguido el ángel parece identificar la
fragosa misión que enfrenta Zorobabel:
“Él sacará la piedra
principal
Con aclamaciones de:
¡Gracia, gracia a
ella!”
El versículo 8, es la continuación de la conversación,
el profeta parece sugerir que la segunda parte de la revelación se hizo tiempo
después, o que el ángel se fue y regresó, o simplemente que hizo una breve
pausa y continuó su plan didáctico. Da la impresión de que el ángel asume que
Zorobabel entendió la identificación en base a sus palabras y continua
explicándole bajo esa premisa, en otras palabras; el obstáculo para Zorobabel es
la edificación del palacio, la casa el templo del Señor, eso es lo que lo
atemoriza o lo que lo agobia, es aquello para lo cual él parece cree necesitar
abundantes recursos y para lo cual Dios le ha advertido a través del profeta
que no se preocupe porque él está presente velando y vigilando por su obra y
que él mismo será su fuerza. Así que si esta percepción es atinada tenemos al
ángel continuando su enseñanza, su mensaje de aliento partiendo de este
entendimiento:
“Las manos de
Zorobabel
Han puesto los
cimientos de esta casa,
Y sus manos la
concluirán.
Entonces conocerás
Que YHVH Sebaot me
envió a vosotros. BTX.
Aquí el ángel revela claramente que el candelabro
representa la presencia del Señor vigilante sobre su pueblo al declarar (vr. 10b), éstas, (las siete lámparas o
brazos) son los siete ojos de YHVH que recorren toda la tierra, como sabemos el
número siete simboliza plenitud, lo perfecto y acabado, mientras que los ojos
representan la sabiduría, el conocimiento y la vigilancia de Dios.
Se ve que Zacarías entendió esa parte, por cuanto no
pregunta por el candelabro, pero, los dos olivos aún le inquietan, así que le
insiste al ángel sobre su significado (Vr.
11-12) a lo que el ángel responde (Vr.
14).
Estos son los dos
ungidos
Que están delante del
Señor
De toda la tierra.
Aquí tenemos un trabajo interesante para armonizar los
elementos y obtener una imagen, los elementos son:
CANDELABRO:
Se usaba para alumbrar, representaba la continua
presencia de Dios.
EL OLIVO:
Se usaba para proporcionar aceite para el candelabro,
también como ya hemos visto, como símbolo de prosperidad y firmeza.
DOS:
Aquí el número tiene
importancia simbólica, pues hace referencia a dos personas, que representan la
totalidad del pueblo, de dos instituciones señeras que había conservado la
nación y según la ley el testimonio de dos era cosa firme.
Tenemos pues, que, hacer una interpretación que
armonice con la continuidad de las Escrituras, sin exigirle a los símbolos más
allá del propósito con que fueron usados. Resulta evidente que una
interpretación estricta del pasaje terminaría indicando que los olivos son la
fuente de sustentación del candelabro, pero, el candelabro, en este caso no
representa solo la presencia de Dios, sino que representa Dios mismo, pues el (Vr. 14), dice que, los dos olivos, son los dos ungidos, es decir,
Zorobabel (el gobernador) y Josué (el sumo sacerdote) están delante del Señor
de toda la tierra. Así que es posible, solo posible, que el hecho de que el
ángel haya identificado al candelabro con el mismo Señor, dificultara a
Zacarías identificar a los olivos con cualquier otra cosa.
Aquí pues, el mensaje es; Dios está firme velando a
favor de su pueblo, él anima a los dos líderes emblemáticos del pueblo quienes
ostentan sus ministerios por mandato divino, quienes tienen la unción y la
provisión de Dios para su pueblo a que estén confiados en la vigilancia y el
cuidado de Dios quien garantiza el éxito de la obra.
En el pasado como bien apunta el comentario de la
Biblia Nácar-Colunga2, “el
sacerdocio y la monarquía se habían confabulado para llevar a la ruina al
pueblo, y ahora Josué, el sumo sacerdote y Zorobabel el gobernador, príncipe de
la dinastía davídica se ponían de acuerdo para llevar a cabo la tarea de
restauración”.
Ahora, trayendo
este pasaje al caso que nos ocupa ya que es más que evidente que una de
las referencias principales que hace Juan con relación a los dos testigos tiene
su conexión con este pasaje, tenemos que ver lo que en definitiva comunica el
texto de origen, para llegar a una conclusión aceptable, sobre que comunica el
pasaje acerca de estos dos olivos.
En primer lugar ellos están recibiendo afirmación de
parte de Dios. ¿Por qué esta afirmación era necesaria? Lo era, y mucho, en
primer lugar porque las dos instituciones principales del pueblo habían
fracasado catastróficamente llevando al pueblo a la destrucción. Ahora, unos
pocos exiliados liderados por estos hombre regresan a una patria arruinada, con
una libertad relativa, con obstáculos aparentemente infranqueables, y con mucha
oposición, si a eso le añadimos, algún sentimiento de falta de legitimidad para
el ejercicio de sus funciones, es más que obvio que el mensaje de aliento para
cada uno de esos olivos o testigos ante el pueblo, era a muy necesario. Nótese
que esta necesidad de que los testigos sepan que cuentan con Dios va de la mano
con una exhortación a mantener un corazón dispuesto a servir con integridad (Cf. 3:1-10) resulta sumamente
significativo el hecho de que la afirmación que Dios da a los dos olivos, a los
dos líderes, se da en un contexto de tribulación y de gran apostasía.
Una vez más hay que considerar a los dos en cuanto a
su función y lo que ellos representaban. Recuérdese que Zorobabel debía
edificar la casa de Jehová, pero, cabe preguntar: ¿Zorobabel la edificaría él solo? ¿Sólo él
proporcionaría los recursos? ¿O necesitaría la ayuda de todo el pueblo para
llevar a cabo tan ardua tarea?, y la reforma espiritual, ¿La llevaría a cabo
únicamente Josué? ¿O igualmente tendría que auxiliarse de todos los levitas,
sacerdotes y la gente dispuesta de corazón para llevar a cabo esta misión?
Así que, ciertamente, aquí hay un mensaje que tiene
como protagonistas3 a Josué y a Zorobabel, como representantes,
pero que concita la unión de todo el pueblo, y que de hecho va dirigido a todo
el pueblo, pues, nótese en cuáles términos se dirige Dios a los mismos líderes
en palabras del profeta Hageo4 (520 a .C.), Contemporáneo del
profeta Zacarías: (Hag. 1:2, 1:12-14,
2:2, 4, 14). Zacarías tiene la encomienda de apuntalar el liderazgo de los
dos olivos, mientras que Hageo tiene la misión de arengar al pueblo y
conminarlo a poner manos a la obra.