“y me fue dada una caña semejante
a una vara, diciendo: Levántate y mide el santuario de Dios, y el altar, y a
los que adoran en él; pero el atrio del santuario déjalo fuera y no lo midas,
porque ha sido entregado a los gentiles, y ellos hollarán la ciudad santa
durante cuarenta y dos meses.
Y daré mis dos testigos, y profetizarán durante mil doscientos sesenta
días vestidos de saco.
Estos son los dos olivos, y los dos candelabros que están en pie delante
del Señor de toda la tierra.
Si alguno procura dañarlos, un fuego procede de sus bocas que devora a
sus enemigos: si alguno procura dañarlos, debe morir de la misma manera.
Estos tienen la potestad de cerrar el cielo, para que no caiga lluvia
durante los días de su profecía; también tienen potestad sobre las aguas para
convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces
quieran.
Cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra
contra ellos, y los vencerá, y los matará. Y sus cadáveres yacerán en la plaza de
la gran ciudad, que espiritualmente se llama Sodoma, y Egipto, donde también
fue crucificado el Señor de ellos.
Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas y naciones, contemplan sus
cadáveres durante tres días y medio, y no permiten que sus cadáveres sean
puestos en un sepulcro.
Y los que habitan en la tierra se regocijan sobre ellos y lo celebran, y
se enviarán regalos unos a otros, porque ellos atormentaron a los que habitan
sobre la tierra.
Pero después de los tres días y medio, entró en ellos un aliento de vida
procedente de Dios, y se pusieron sobre sus pies, y un gran temor cayó sobre
quienes los contemplaban.
Y oyeron una gran voz procedente del cielo, que les decía: ¡Subid acá! Y
subieron al cielo en la nube, y los contemplaron sus enemigos”. BTX.
A continuación veamos la interpretación que
autores de diferentes corrientes teológicas dan a este pasaje:
Herbert Lockyer, Sr.
“En cuanto al número e identidad de los dos testigos,
muchas explicaciones han sido propuestas. Algunos expositores son de la opinión
de que debemos interpretar a estos dos testigos como un número competente de
siervos fieles de Cristo. El número dos, se dice, representa testimonio: “solo
por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación” (Deuteronomio
17:6; 19:15). Por lo tanto, con el numero de testigos lo que se pretendería es
que hubiera un testimonio completo y adecuado. Sin embargo, nosotros rechazamos
esta suposición. El lenguaje usado aquí señala a dos personajes bien conocidos
por lo menos por Juan. Además de esto, las palabras “testigos” y “profetizar”
se aplican de ordinario a individuos, no a abstracciones.
Los dos inspirados testigos, quienes han de ser
resucitados para administrar consolación a los afligidos, han sido
identificados de varias maneras: como Moisés y Elías, Enoc y Elías, el Antiguo
y el Nuevo Testamento, la Ley y el Evangelio, judíos y gentiles, etc. Si los
dos testigos son Enoc y Elías, esto les haría evadir la dificultad de morir por
segunda vez, porque estos dos santos del Antiguo Testamento nunca han muerto y
por tanto pudieran ser los testigos muertos por la bestia”1.
Evis L. Carballosa
“Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la
boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe
morir él de la misma manera.” Los dos profetas e Dios serán investidos de poderes
sobrenaturales. La frase “si alguno quiere dañarlos” (eí tis autoùs thélei
adikéisai) expresa una condición que asume la realidad de lo que se manifiesta
(obsérvese el uso de la partícula ei seguida del verbo thélei que está en el
modo indicativo). El significado de la frase es que habrá quienes intentarán
hacerles daño mientras no hayan terminado su ministerio que les ha sido
encomendado por Dios. Cualquier deseo manifiesto de agredirles producirá la
muerte a quien lo intente. En el caso del profeta Elías (2 R. 1:10), el fuego
descendió del cielo y consumió a quienes procuraban la vida del profeta. En el
caso de los os testigos, el fuego sale de sus bocas, algo que seguramente causará
asombro a muchos. El verbo “devora” (katesthíei), es el presente indicativo,
voz activa de katestío, que significa “consumir por completo”. El efecto del
fuego que sale de la boca de los dos testigos será instantáneo y asombroso.”2
Samuel Pérez Miillos
[…] “Cualquier esfuerzo por destruir a los
dos testigos lleva a la autodestrucción. Juan utiliza una oración de condición,
compuesta con el presente de indicativo del verbo querer, en el sentido de
desear hacer algo, y el aoristo de infinitivo del verbo dañar, que expresa la
idea de una acción consumada plenamente, como si dijese si alguno tuviese la intención o el deseo de
dañarles totalmente, en tal caso saldría auton kai katestiei tous extrous
auton, “fuego de la boca de ellos”. Se trata aquí de un leguaje figurado que
enfatiza, no solo los poderes sobrenaturales de que los dos testigos estarán
dotados, sino también la protección absoluta que Dios ha establecido para ellos
mientras dure el tiempo determinado para su ministerio. No quiere, por tanto, decir
que de la boca de ellos sale literalmente fuego, pero sí que tienen poder para
demandar la intervención divina sobre sus enemigos que serán irremediablemente
destruidos sin lograr hacerles daño, como sería su propósito. La figura de
salir fuego de su boca, indica el poder que tienen sus palabras, que en alguna
medida puede ser comparado con la acción poderosa que se produjo en el
ministerio de Elías cuando mandó que el fuego de Dios descendiera sobre el
capitán de cincuenta, enviado por Ocozías, que lo consumió (1 R. 1:10)*. De
igual manera que el caso de Elías las
palabras de los dos testigos tendrán el poder de actuar contra quienes
pretendan su mal. Si duda, muchos procurarán acallar el ministerio de los dos testigos,
que molestará las conciencias de muchos impíos, pero mientras dure el
tiempo de su misión, nadie podrá
hacerles daño.3”
Estos tres autores, apelando a argumentos
distintos coinciden en atribuir significado literal al número de testigos. En
otras palabras, ellos no están de acuerdo en que la mención “mis dos testigos”
pueda hacer referencia a otra cosa que no sea dos personas específicas; dos
hombres, lo que para ellos implicaría una alegorización del pasaje. Ni
Carballosa, ni Millos están muy deseosos de definir cuáles serían esos dos
testigos, ambos se limitan a repetir las conjeturas de otros, pero ellos mismos
no se aventuran a hacer una identificación positiva, lo cual es sano. En cambio
Lockyer acepta como válida, la posible identificación de los testigos con Enoc
y Elías, bajo el argumento de que ninguno de ellos ha muerto y por tanto su
aparición no tendría la aparente objeción que plantea el autor de Hebreos (9:27). Extrañamente Lockyer dice que
los dos testigos serán resucitados; en otras palabras, esta es la forma en como
ellos aparecerán en la escena. Pero, si ese fuera el caso, ni Enoc ni Elías
pueden resucitar, porque ellos no han muerto. (Gn 5:23-24), (II R. 2:11).
Millos y Carballosa, en cambio, no teorizan
sobre cómo creen ellos que estos dos testigos habrían de aparecer en la escena
sino que guardan silencio. Nuestros autores creen que literalmente, estos dos
testigos harán milagros como los que realizaron Moisés y Elías, es decir, tal
como el texto lo plantea, atribuyendo con ello un significado literal a dichas
referencias, aunque Pérez Millios, en este punto, se muestra mucho más
reservado y de una u otra forma dice que esos poderes o su manifestación son
también simbólicos de la contundencia del mensaje de los testigos. Sin embargo,
Carballosa, en su apreciable y singular compromiso con la literalidad del
texto, afirma que la expresión:
[…] “Si
alguno procura dañarlos, un fuego procede de sus bocas que devora a sus
enemigos: si alguno procura dañarlos, debe morir de la misma manera”.
Ha de entenderse literalmente, de esta manera
continua su argumentación:
[…]“En
el caso de los os testigos, el fuego sale de sus bocas, algo que seguramente
causará asombro a muchos. El verbo “devora” (katesthíei), es el presente
indicativo, voz activa de katestío, que significa “consumir por completo”. El
efecto del fuego que sale de la boca de los dos testigos será instantáneo y
asombroso.”
Este manejo de las reglas de interpretación
en cuanto a la profecía es lo que me lleva a pensar, que en cuanto a la
identificación de símbolos aislados hay más o menos un acuerdo general:
Ahora bien, cuando esos símbolos se
entremezclan en una trama, por demás simbólica, como es el caso de Daniel,
Zacarías y Apocalipsis y comienzan a ser utilizados aquí y allá; en la mayoría
de los casos, los lectores actuales quedan casi completamente desorientados,
porque por un lado, no funciona procurar atribuirles significado literal, ya
que no hay una regla segura para ello, el ejemplo anterior es ilustrativo de
esta ambivalencia; ni se obtiene una imagen coherente de esa práctica, ni
tampoco se puede confiar demasiado en las identificaciones que hacen los
comentaristas porque, como se ve, cada autor dependiendo de lo que entiende del
texto asigna valor literal o no a los pasajes en cuestión. ¿Cómo entonces se
puede calificar de yerro a quienes alegorizan moderadamente el pasaje, cuando
los “literalistas” ven simbolismo convenientemente y armonizan los pasajes en
atención sus claras preferencias
doctrinales?
Un buen ejemplo del uso de esta literalidad,
solo a conveniencia, es la reseña de Gleason L. Archer cuando considera los problemáticos pasajes de
Ezequiel caps. 40-48, el argumenta:
“Estos capítulos contienen una larga y detallada serie de
predicciones sobre lo que será el futuro de Palestina, con su ciudad y el
templo. Para un lector de mentalidad amplia, no hay peligro alguno al afirmar
que las predicciones de estos nueve capítulos dan la apariencia de haberse dado
tan literalmente como las que figuran en la primera parte del libro (p. ej: los
juicios contra Tiro y Sidón en 26-28, que hallaron literal cumplimiento en la
historia subsiguiente). El asunto que se plantea es el de saber si los planes
anunciados en los capítulos 40-48 se habrán de realizar alguna vez. Si nunca
habrá de erigirse un templo de acuerdo con estas especificaciones, y si nunca
habrá una ciudad santa tal como la que describe el profeta, y si no habrá de
repartirse la tierra entre las doce tribus como se indica, estamos enfrentados
a una porción de las Sagradas Escrituras que contiene falsa profecía.
La única manera para no arribara a esta conclusión, según
numerosos intérpretes consiste en entender que todas las disposiciones tuvieron
una intención puramente figurada. Estos capítulos deben entenderse, entonces,
como referencia a la iglesia del Nuevo Testamento la Jerusalén espiritual. Esta
línea interpretativa es sostenida aún por eruditos de indiscutible ortodoxia.
En el New Bible Comentary (Nuevo Comentario Bíblico), leemos:
La conclusión de la profecía de Ezequiel, por lo tanto,
ha de ser considerada como una verdadera predicción del reino de Dios dada en
formas con las cuales el profeta estaba familiarizado, a saber, las de su
propia dispensación, (judía). Su verdad esencial tomará cuerpo en la nueva era
en formas adecuadas a la nueva dispensación (cristiana). La manera como esto
habrá de hacerse, la tenemos delineada en el libro de Apocalipsis
(21:1-22:5)”.
La aplicación de Ezequiel 40-48 a la iglesia del Nuevo Testamento
elude algunas de las dificultades que acompañan a una interpretación más
literal. Esto es especialmente cierto con respecto a las disposiciones que
regulan el sacrificio cruento, que figuran en estos capítulos y que difícilmente
pudieran encajar en una plan de salvación post calvario, si los propios
sacrificios retienen su significación expiatoria (con lo cual, por supuesto,
fueron investidos en la ley de Moisés). En la epístola a los Hebreos pasajes
como (10:4) afirman claramente que ya no son necesarios ni eficaces los
sacrificios de animales para la expiación de los pecados. La epístola a los
Hebreos anuncia que el único y solo acto expiatorio del Señor Jesús es de una eficacia
aparentemente que anula el sacerdocio Aarónico del Antiguo Testamento y los
sacrificios del código levítico como lo expresa H.L. Ellison en Ezekiel,
The Man And His Message (Ezequiel, el
hombre y su mensaje), “aparte de esto, ellos (los opositores de la
interpretación literal no pueden ver por qué, cuando el agua, el pan y el vino
han satisfecho las necesidades simbólicas de casi mil generaciones de
cristianos, el milenio necesitará más. El rey ha vuelto y se ha levantado la
maldición de sobre la naturaleza; ¿por qué tiene que poner aún su vida la
creación animal?” No puede negarse que es un argumento persuasivo y no es
sorprendente que una abrumadora mayoría de los eruditos conservadores se
conformen con despachar el templo de Ezequiel como una mera alegoría de la
iglesia cristiana.”12
Aunque ya ha dicho Wickenhauser que los
profetas no tenían pinceles ni colores para expresar sus mensajes, sino que se
valieron de palabras para comunicar ideas, intentemos “pintar” el cuadro
gráfico que surge en la mente a partir de los colores, los pinceles y el
bastidor que nos provee Juan de Patmos en Apocalipsis 11:1-12. Mirando los
ejemplos anteriores tenemos una idea más o menos clara sobre lo que nos quieren
comunicar nuestros autores. Siguiendo pues su misma línea interpretativa a
partir de la estricta perspectiva literal y gramático histórico veamos cuál
imagen se termina formando:
DEL TEMPLO JUDIO, SU RECONSTRUCCION Y SU
REACTIVACION
Empecemos por entender que Juan en su
revelación, como ya hemos señalado antes, no está viendo a le gente del futuro,
con la vestimenta del futuro. Es muy obvio por todas las expresiones
contextuales que usa: espada, rollo de libro, silicio, la imagen de la ciudad
que es obviamente la de la Jerusalén que él conoció con el tamaño y los
elementos culturales y sociales de ese entonces. En otras palabras, Juan no
está viendo tanques de guerra, ni celulares, ni aviones ni helicópteros ni
baterías antiaéreas ni nada parecido. El medio de transporte más usado es el
caballo (Apox 9:16), y el arma letal
sigue siendo la espada (Apoc. 19:21).
En su perspectiva profética no parece haber trenes de alta velocidad, Internet,
microchips, ni armas atómicas, y todo intento por deducirlas a partir del texto
resulta en absurdas asociaciones que no llevan a ninguna parte. Es pues, una
perspectiva desde su perspectiva. Por
lo mismo, para poder plasmar lo que él
vio tendremos necesariamente que contextualizar las visiones a las que él hace
alusión con las realidades de hoy. Esto es, porque necesariamente las visiones
apuntan a una realidad que se ha de cumplir en una época diferente. Vale decir,
que aún haciendo la contextualización, esta será solo una modesta aproximación,
ya que no sabemos cuántas décadas o quizá siglos han de transcurrir, antes de que
se cumplan las profecías del fin de los tiempos y por tanto, las cifras y la
configuración de las ciudades y la sociedad pueden cambiar significativamente,
como de hecho sucede hoy día. Esta visualización es pues lo que requiere un
modelo literal de la profecía…
El texto inicia diciendo:
“y me fue dada una caña semejante a una vara, diciendo: Levántate y mide
el santuario de Dios, y el altar, y a los que adoran en él; pero el atrio del
santuario déjalo fuera y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles,
y ellos hollarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.
A Juan le dieron una vara real en su visión, pero inexistente en el
mundo real. La vara era simbólica, a veces la palabra vara representa cetro o
autoridad, Cf. (Sal. 2:9), hebr. Shébet. Azotar, herir,
gobernar et. Pero, la palabra aquí es gr. `rábdos. Y aunque según Strong las acepciones de la
palabra son entre otras: garrote, palo, bordón y cetro, aquí parece apuntar más
bien a selección, identificación y protección, posesión. Así que Juan recibe
una vara simbólica y su propósito era realizar también un acto simbólico. El
acto de medir, está asociado también con el acto de “fiscalizar”. (Dn. 5:27). El objetivo es corroborar
el estado o la medida de algo, su condición de verdadero, legitimidad, su
calidad, su cantidad, pero en el ámbito espiritual fundamentalmente busca
establecer si:
El mal alcanzó su tope (Dn. 5:27).
El corazón es recto delante de Dios (Pr. 16:2)
Si los adoradores adoran acorde a la voluntad
de Dios (Ez. 43:6-11).
LA VARA
Esta última cita de Ezequiel en particular,
es digna de ser tenida muy en cuenta. El contexto de la cita es precisamente el
acto largo, meticuloso, y delicado de medir el templo en detalle. Hay que
recordar que el pueblo de Israel, aun antes de que Antíoco IV Epífanes
profanara el santuario del Señor (169 a.C.), ellos mismos en varias ocasiones
habían puesto ídolos abominables dentro del templo, e inclusive habían
institucionalizado la adoración a otros dioses a la par con la adoración a
Jehová en la casa de Dios (Ez. 8:1-18).
Es por esto, que la gloria del Señor termina abandonando el templo, (Ez. 10:1 y ss) esa gloria, nunca
regresa como en los días del tabernáculo en el desierto (Ex. 40:34), ni como en los días de Salomón (I R. 8:11), no regresó ni siquiera cuando, con la bendición de
Dios, el templo fue reconstruido en los días de Zorobabel, y ni hablar del
templo de Herodes el Grande. Ahora bien.
En este caso en particular, Dios le declara al profeta, que esa casa (el
templo) era el estrado de sus pies (43:7),
él afirma que tomará posesión de la casa, y la muestra de ello es el acto de
medir el lugar, esquina por esquina. Eso lo podemos interpretar como toma de
posesión; La relación de la renovación de la casa espiritual, de la vuelta de
la Kabód (la gloria), y el
empoderamiento del Señor de su casa, está íntimamente ligada a la actitud de
los adoradores (43:6:11), las
escrupulosas reglas que son establecidas a continuación del versículo once,
solamente nos retrotraen al libro de Levítico y sus meticulosas leyes
ceremoniales, que no tenían otro propósito en su conjunto que mostrar la
perfecta santidad de Dios; la necesidad de acercarse a ese Dios en las
condiciones apropiadas; para que así el pudiera habitar en medio de su pueblo,
y ellos fueran su pueblo y él fuera su Dios. (43:9). Y por supuesto el sacrifio vicario de Cristo. Por tanto, es
dable pensar que esta imagen introducida por Juan tiene su origen en Ezequiel,
el atalaya de Dios, a quien le tocó ser testigo de Dios en medio de un periodo
de apostasía en los días finales de Jerusalén. Pero Juan toma la imagen y la
enmarca dentro de la idea que desea comunicar, que no es del todo diferente de
la imagen de origen.
EL TEMPLO
En honor a la literalidad, obviamente, de lo
que Juan está hablando es del templo de Jerusalén, toda la imaginería de
palabras que usa hacen que de inmediato el lector familiarizado con la Biblia
evoque ese lugar. La interpretación más habitual es que se trata del templo
literal, reconstruido en el futuro escatológico, (porque en tiempos de Juan
había sido destruido y en la actualidad no existe) entonces el templo sería
literal, aunque vale decir, en honor a la literalidad, que la palabra griega
que se usa aquí para templo es naos:
Apocalipsis 11:1
Kaì èdóthe
moi kálamos omoios
rábdo,
Y fue
dada me una caña semejante a una vara (de medir)
légon egeire
kaí métreson tòn
naón tou theou
diciendo: levántate y mide el santuario de Dios4
Hay dos palabras griegas para templo, una es jieron, y la otra es naos, según W.E. Vine5, jieron
nunca se emplea en sentido
figurado. En cambio naos es utilizado
tanto por Cristo como por los apóstoles en sentido figurado. (Jn. 2:19-21), (Ef. 2:21), (I Co. 6:19) etc. Así mismo, dice que esta palabra se usa
tanto para hacer referencia a un templo espiritual, como a un templo físico*.
Resulta interesante, que, tratándose de un evento tan importante
escatológicamente hablando, y que habiendo dos palabras, una de las cuales
apunta a un edificio literal, sin sombra de dudas, Juan haya escogido usar otra
que puede ser interpretada en sentido figurado. Pero, asumiendo que se trata de
un templo físico debemos tener al menos una idea somera de cómo llegará ese
templo a ser erigido en Jerusalén nuevamente. Es decir, vamos a proyectar en
cuál o cuáles posibles escenarios esto podría hacerse realidad.
CONTEXTO HISTORICO
Jesús profetizó que Jerusalén estaría en
manos de los gentiles. (Cf. Lc. 21:24).
Los gentiles son aquellos que étnicamente no son judíos, pero en realidad, en
este pasaje, gentil no significa no judío, sino pagano, incrédulo, las naciones
ignorantes de Dios y sus planes, pues debemos recordar que muchos gentiles
habían abrazado la fe judía (Cf. Hch
8:27).
Igualmente, tenemos que dar crédito a la
realidad de que Jesús, en esta declaración, parece circunscribir el drama
principal a Jerusalén. El templo de Herodes fue destruido en el 70 D.C. por el
general Tito, hijo de Vespasiano, y hasta el sol de hoy no ha sido
reconstruido, aunque siempre ha habido planes, algunos aparentemente muy serios
para su reconstrucción; incluso planes terroristas para hacer volar la Cúpula
de la Roca, y dar paso a la construcción del Templo de Salomón. Hace poco, veía a través de CNN una muy
interesante entrevista que realizó la veterana periodista Cristiane Amampour, a
un grupo de excombatientes israelitas, hombres de gran valor y heroísmo
relatando algunos de los planes que pretendían llevar a cabo un grupo de sionistas
extremistas del ejercito israelí quienes intentarían colorar un cinturón de
explosivos a la Cúpula de la Roca para hacerla estallar. Los entrevistados
daban a entender que de haber realizado este propósito, muy probablemente habrían
dado inicio a una guerra, total contra Israel.
Lo cierto es que, desde el instante en
que a los judíos les fue quitada su
nación, Israel, su territorio y su santuario han estado permanentemente en una
situación de “abominación desoladora” y pisoteada por los gentiles. Debe
saberse que judíos y palestinos vivían en Palestina antes del año 1948. Los
palestinos son árabes, por tanto sus prácticas y creencias no se ajustan a la
religión judía aún cuando haya similitudes entre ambas.
Pero un hecho milagroso sucedió cuando
después de la tribulación sufrida por los judíos en la II Guerra Mundial bajo la dictadura de Adolf Hitler, las recién
creadas Naciones Unidas, fueron apoderadas por Gran Bretaña, que, a la sazón
ostentaba el llamado “mandato británico” sobre Palestina, para que decidiera la
suerte de los judíos. En 1947 las Naciones Unidas aprobaron la partición de
Palestina en dos estados, uno para Israel y el otro para los palestinos, lo
cual no fue saludado ni por los palestinos
ni por las naciones árabes de entonces, declarándole la guerra a Israel, pero
saliendo Israel victorioso5; obviamente con el apoyo de las naciones
europeas6.
Israel conservó una parte importante de su
territorio histórico, pero los palestinos se convirtieron hasta el sol de hoy,
en una verdadera piedra en el zapato y viceversa, ya que ciertamente el mandato
de las Naciones Unidas es la coexistencia de dos naciones en ese pequeño
territorio, cosa que, en el fondo, realmente no quieren ni judíos ni
palestinos. Pero los árabes, ya habían dado un golpe de gracia a los anhelos de
plena integridad territorial y religiosa a los israelitas, cuando iniciaron la edificación de la Cúpula de la Roca entre los años
(687 y 691 d.C.) por el noveno califa, Abd
al-Malik. Para que fungiera como santuario en conmemoración de la ascensión
a los cielos del profeta Mahoma.
Este monumento
permanece intacto hasta hoy, reconocido como uno de los tres lugares más
sagrados del Islam, misma razón por la que la autoridades judías nunca han
osado destruirlo, a pesar de ser el único o más importante escollo para la
erección del templo de Jerusalén, que, según los mejores estudiosos, debe ser levantado
o en ese mismo sitio, o muy cerca de ahí. Entonces, como en la trama de una
película, lo que se necesita para poder remover La Cúpula de la Roca, mejor y
erróneamente conocida como Mezquita de Omar, es realmente o un acuerdo político
histórico que incluya a los palestinos, los países árabes y las naciones
musulmanas hostiles a Israel, y las grandes naciones, pero eso, hasta ahora, ha
sido imposible.
La otra alternativa, es una guerra imposible
humanamente de ganar por el estado de Israel, ya que sus adversarios son
muchos, poderosos y están muy cerca, y por otro lado, ninguna nación por amiga
que sea de Israel o por intereses que desee defender estaría dispuesta a
echarse encima un conflicto a gran escala, máxime cuando en los últimos años,
peligrosamente, Israel ha dejado de ser el aliado exclusivo de Europa y Estados
Unidos en la región. Y particularmente el gobierno del presidente Barack Obama
ha dejado ver que su estrategia para manejar los conflictos internacionales es
fundamentalmente no darles demasiada importancia, recurrir lo menos posible al
gasto militar y apoyar más la diplomacia y atender con más eficacia la
agonizante economía de su país.
Si esta política es sostenida por sus futuros
predecesores, estaría marcando el principio del fin de la histórica alianza del
mayor protector humano de Israel y de la autosuficiencia y exceso de confianza
mostrados por el estado de Israel en las últimos décadas. Sería en una
coyuntura de crisis mundial en la que el estado de Israel ya no parezca tener
dolientes, como ha pasado ya muchas veces, en la que los premilenialistas ven
entrar a un tal, “Moisés Stalhitlussein”,
(el Anticristo) -¡algún nombre habrá de tener!- Esta figura dictatorial, quien,
por el poder omnímodo que ostentará podrá hacer a su antojo lo que decida hacer
máxime bajo la inspiración de Satanás.
Entonces en una movida muy extraña y que por
demás no tiene apoyo bíblico explícito, este personaje enemigo acérrimo del
pueblo de Dios, inspirado y revestido de poder por el mismo Satanás, (que se
conoce la Biblia de tapa a tapa) va a arriesgar innumerables recursos
políticos, económicos y militares para construirles a los judíos un templo,
donde ellos plácidamente van a adorar a Jehová su Dios por espacio de unos tres
años y medio, mientras Satanás espera pacientemente, para entonces un día
aparecerse en el templo de Dios, donde no hay tronos literales, ni sillas de
ningún tipo para sentarse, y proclamar que es a él a quien en lo sucesivo se le
debe tributar adoración.
¿Qué interesante? El mundo tiene siete mil
millones de personas y Satanás está interesado en la adoración de únicamente
los pocos judíos devotos, que vivan en Palestina en ese entonces. Desde este
punto de vista esta trama no parece razonable, no al menos para los intereses
de Satanás. La articulación de un plan tan burdo está más cerca de la ficción
que de la realidad de la coherencia de los planes históricos de Dios.
¿CON QUE TIEMPO CONSTRUIRIAN EL TEMPLO?:
Recuerde que este análisis tiene como objeto
visualizar ese mundo que pinta el premilenialismo, mantenga la perspectiva para
que pueda asimilar hacia donde se dirige nuestro argumento. El majestuoso
templo de Salomón tardó más de siete años en ser construido (1 R. 6:1 y 6:37-38). El templo que
construyó Herodes el Grande llevaba ya más de cuarenta años en construcción y
todas sus dependencias no habían sido terminadas en tiempo de Jesús. Quizá el
templo que haya de reconstruir el Anticristo no sea tan fastuoso como el que
construyó el rey Herodes el Grande, quizá sea solo una réplica como el de
Salomón. Aunque hoy día hay muchos equipos modernos que antes no existían los
cuales facilitan las tareas de construcción, también hay muchas cosas que antes
no eran parte de una construcción moderna. Pero este proyecto de edificación
deberá ser terminado en probablemente menos de dos años. Una tarea nada
sencilla.
DIFICULTADES INTRINSECAS PARA LA
CONSTRUCCION DE UN TEMPLO EN JERUSALEN
¡Para Dios todo es posible!
Estamos de acuerdo. Si él quiere algo, él mismo empuja para que se logre con su
poder infinito. Pero, aparentemente, este templo no es Dios quien lo quiere,
sino el Anticristo y los judíos según parece. El templo, si por algún motivo se
inicia su construcción, vendrá a ser un proyecto objeto constante de atentados
terroristas, desde el primer picazo, hasta el día de su inauguración y mientras
esté en pie; a menos que todos los musulmanes se conviertan al unísono al
judaísmo, o sean hipnotizados por el Anticristo (no pocos comentaristas coligen
en que, de hecho, el Anticristo junto al Falso Profeta, ejercerán poderes de
esta naturaleza, para que todos adoren a la bestia) ya que su erección habrá
significado la destrucción y el desplazamiento de uno de los centros de
adoración más icónicos de la cultura islámica, un templo que va a rivalizar en
popularidad con la Meca y con el Vaticano.
Esta construcción se verá entonces afectada
por la deserción de trabajadores por la misma causa, por la oposición interna
de aquellos que consideren que no es buena idea buscarse un problema gratuito
para satisfacer a una minoría; detenciones de la construcción por la misa
razón, boicoteada en el suministro de materiales por lo opositores no sionistas.
Y a pesar de todo lo planteado, tal construcción deberá levantarse en tiempo
record porque el periodo de la tribulación antes de la II Venida, según este
esquema, es de solo siete años. Así que después de ese titánico esfuerzo el uso
de ese edificio será muy puntual y efímero: tiene como único objetivo que el Anticristo
convoque a una rueda de prensa, aparezca en su santuario y reclame adoración,
una adoración que sabe, de ante mano, que no recibirá. Hay que preguntarse si
un objetivo tan exiguo merecerá semejante inversión de esfuerzo y recursos.
REFERENCIAS
MÁS RELEVANTES ACERCA DEL TEMPLO
DIAGRAMA3.
FUENTE
|
LUGAR DEL TEMPLO
|
DECLARACIÓN
|
QUIEN LO DECLARA
|
Ez 43:1 y ss
Entonces oí a alguien que me hablaba desde
la casa, y un hombre estaba junto a mí. La voz me dijo: “Hijo de hombre, este
es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el
cual habitaré para siempre entre los hijos de Israel.”
|
JERUSALEN
EN EL FUTURO
|
EL SEÑOR DECLARA QUE TOMARA POSESIÓN DE SU
PUEBLO, SU CASA Y QUE SE ASEGURARA DE QUE TODAS LAS COSAS SE CUMPLAN COMO
FUERON PLANIFICADAS AL PRINCIPIO PERO EN UNA DIMENCIÓN Y ALCANCE MUCHO MAYOR.
EZEQUIEL VA A UN TEMPLO QUE APARECE DE LA NADA. NO HAY REGISTRO DE UNA SOLA
PALABRA SUGIRIEONDO SU CONSTRUCCION U ORDENANDOLA.
|
JEHOVÁ
|
Jn. 4:19-21.
“Le dijo la mujer: Señor me parce que tú
eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, pero vosotros decís que
en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme
que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorareis al Padre
[…]
|
NO RESTRINGIDO A UN LUGAR
ESPECIFICO
|
JERUSALEN ES DESPOJADA DE SU SIMBOLOGIA COMO UNICO
SITIO DE ADORACION APROBADA POR DIOS.
|
JESUS
|
I Co. 6:19; I Co 3:16; II Co 6:14-18. […]
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual habéis recibido e Dios y que no sois vuestros?
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CADA
CREYENTE
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PABLO DA UN USO DESCONOCIDO A LA PALABRA
TEMPLO ASOCIANDOLO CO LOS CREYENTES, PARA PABLO AHORA LOS CREYENTES SON EL
TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO.
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PABLO
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Dn. 9:26.
[…] “El pueblo de un príncipe que ha de
venir destruirá la ciudad y el santuario, su final llegará como una
inundación y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.”
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JERUSALEN
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DIOS DECRETA LA TERCERA DESTRUCION DEL TEMPLO Y JAMAS
SE HABLA DE SU RECONSTRUCCION
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GABRIEL / DANIEL
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II Ts. 2:3b y 4.
[…] “El hijo de perdición, el cual se opone
y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto,
que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
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INDEFINIDO
¿JERUSALEN?
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PABLO DICE QUE EL HIJO DE PERDICION (ANTICRISTO)
TOMARA POSESIÓN EN EL TEMPLO DE DIOS HACIENDOSE PASAR POR DIOS. PERO HAY QUE
CONSIDERAR EL USO QUE PABLO ACOSTUMBRA DAR A LA PALABRA TEMPLO Y QUE LA PALABRA
AQUÍ USADA POR PABLO PUEDE HACER REFERENCIA TANTO A UN TEMPLO FISICO COMO A
UN TEMPLO ESPIRITUAL.
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PABLO
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Lc. 21:5-6.
“A unos que hablaban de que el templo
estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas , dijo:
-En cuando a estas cosas que veis, días
vendrán en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida.”
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JERUSALEN
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JESUS ANUNCIA LA DESTRUCCION DEL TERCER TEMPLO Y JAMAS SE
HABLA DE SU RECONSTRUCCION
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JESUS
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Apoc. 21:22. […]
“En ella no vi templo, porque el Señor Dios
Todopoderoso es su templo, y el Cordero”
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JERUSALEN
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JUAN VE LA NUEVA JERUSALEN Y ATESTIGUA QUE EN ESA
CIUDAD NO VIO TEMPLO NI HABIA NECESIDAD DE EL.
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JUAN
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El último templo erigido, (el tercero), es de
hecho considerado por los judíos como el segundo, quizá debido a que significó
una ampliación y embellecimiento de este. Los dos primeros templos, el de
Salomón (II Sm. 7:13), y el de
Zorobabel (Is. 44:28), fueron reconstruidos mediante una palabra
expresa del Señor como se ha mostrado. Pero después de la destrucción del
templo de Herodes, jamás se volvió a proferir palabra mandando su
reconstrucción. Ezequiel registra una larga y simbólica visión sobre el templo Caps. 40-48, pero es de notarse que de
este templo jamás se dice que fue construido, parece haber estado siempre allí,
el lenguaje es simbólico y el símbolo apunta a una realidad ideal del pueblo
espiritual y restaurado donde el templo como símbolo de Dios es en sí mismo
como una ciudad Cf. 40:2. Dios ha de
gobernar desde dicho templo y habrá una corregencia humana. (Ez. 45:7 y ss) El mensaje consistente, según la información
extraída del cuadro es dejar pasar al templo como una etapa superada en la dinámica
de la adoración, pues ya hay acceso a Dios a través del único y suficiente sumo
sacerdote Jesús, (Heb. 4:14-16; 5:1-10)
los creyentes pueden adorar en todo lugar en espíritu y en verdad, los
creyentes de hecho pasan a ser el templo del Espíritu Santo. No hay una sola
mención explícita, como es evidente, ni siquiera implícita de un Anticristo
mandando o autorizando a construir un templo. La referencia de Pablo al Anticristo
entronizándose como Dios en su templo debe ser analizada a la luz de lo siguiente:
no hay una fecha específica para la redacción de II Ts. Pero los eruditos coligen en que debe ser anterior al 64
d.C. fecha aceptada para el martirio de Pablo. Una década antes, el
emperador Calígula 37-41 d.C. había
intentado afanosamente colocar una imagen suya en el templo de Jerusalén pero
sin éxito ya que el pueblo estuvo a punto de iniciar una revuelta. Cabe la
posibilidad de que esta imagen estuviera en la mente del apóstol cuando
escribió este pasaje por inspiración divina, aunque no es algo que se pueda
asegurar, de ser así, Pablo estaría hablando de un Anticristo presentándose en
el templo en un escenario final pero sin entrar en más detalles. Ahora bien. Es
preciso señalar que siendo el templo una entidad tan importante, y si es cierto
que tiene tal importancia escatológica, uno esperaría que Jesús y los demás
apóstoles y el mismo Pablo hubieran dedicado al menos una referencia a tal
lugar y a tal acontecimiento, pero el Nuevo Testamento yace yermo de tales
referencias, para todos los autores del N.T. el templo prácticamente dejó de
existir y cuando se le menciona en términos escatológicos es solo para anunciar
su destrucción y para esta enigmática referencia de Pablo, que, sin embargo
puede ser interpretada razonablemente como haciendo alusión a los creyentes, el
cuerpo de Cristo, por las menciones que Pablo hace sobre los creyentes como
templo de Espíritu Santo. Como sabemos,
seis años después de la muerte de Pablo el templo había de ser destruido
para no ser reconstruido hasta nuestros días y como ya hemos señalado, no hay
palabra que ordene su reconstrucción. Sin embargo, eso no hace a la profecía
incumplible, ya que ningún templo es más codiciable para Satanás que aquel que
está construido con piedras vivas, esto es, los creyentes. Acerca de los creyentes el apóstol Pedro
señala que en el último tiempo vendrían muchos que harían mercadería de ellos (II P. 2:3) y el apóstol Pablo anuncia que una rebelión
espiritual diabólica (apostasía) tendría lugar en el último tiempo y a la
verdad nada es más cierto hoy día. El ministerio cristiano se ha convertido en
un verdadero negocio al punto tal que se organizan actividades en los mismos
templos exigiendo el pago de una entrada a quienes desean participar aparte de llenar dichas actividades de toda
clase de mercadería y ofertas de temporada. Tal parece que se necesitará que
Jesús vuelva a limpiar el templo.
SE NECESITA QUE SATANÁS CREA QUE LOS
JUDIOS, SI EL LOS PRESIONA LO SUFICIENTE, LO VAN A ADORAR.
No hay posibilidad humana de que los judíos
devotos, que no han reconocido a Jesús como Mesías, quienes históricamente han
soportado literalmente de todo7
para tratar de mantener pura su fe y sus tradiciones, adoren al Anticristo,
reitero, han rehusado adorar al galileo, judío de pura cepa, ¿adorarían a uno
que se supone será, medio judío, medio gentil? Por tanto, es lógico pensar en
semejante desperdicio de energías y ridículos esfuerzos para tratar de
conseguir una adoración con una estratagema tan susceptible de fallo.
Al comienzo de la hegemonía seléucida en
Palestina, los judíos vivieron una relativa paz religiosa y social. Sin
embargo, esta situación no duró mucho tiempo, Antíoco IV Epífanes (175-163 a.C), un fanático
helenista, al llegar al poder se distinguió, entre otras cosas, por profanar el
templo de Jerusalén. En el año 167
a.C. edificó una imagen de Zeus en el templo; además,
sacrificó cerdos en el altar (para los sirios los cerdos no eran animales
impuros). Esos actos incitaron una insurrección en la comunidad judía. Los
judíos se negaron obstinadamente a seguirlo en su afán y los que lo hicieron lo
hicieron a punta de espada.
¿CUALES CREENCIAS SON VITALES PARA QUE
ESTE MODELO FUNCIONE?
Un
rapto o arrebatamiento secreto antes de la Gran Tribulación, sacando a la
iglesia de la escena mundial, con lo cual los únicos adoradores posibles serían
los judíos.
Un
interés neurótico por parte de Satanás por plantarse en el Templo de Jerusalén
para intentar fallidamente que le adoren unos cuantos judíos piadosos, pero
bíblicamente ciegos y desorientados.
El planteamiento aquí es la reconstrucción
del templo para satisfacción de los judíos, bien, esto es lo que la Biblia dice
con relación al templo:
[…]
“Jesús le dice: Mujer, créeme que viene una hora cuando ni en este monte ni en
Jerusalén adoraréis al Padre. […] Jn. 4:21.
[…] Pero viene una hora y ahora es,
cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque
también el Padre busca a tales que lo adoren” […] Jn. 4:23. BTX.
En otras palabras, pone final a la
centralidad de Jerusalén y su templo como imán de la adoración formal
universal. Pero el corolario de esta enseñanza se halla en el libro a los
Hebreos desde los capítulos 7-10. El
extenso y contundente argumento del autor a los hebreos es fundamentalmente
mostrar la superioridad y absoluta eficacia del sacrificio vicario de Cristo en
el Calvario y la caducidad y nulidad (7:18-19-22),
(9:9, 12, 13), (10:2, 7-10) de los sacrificios de animales que todavía se presentaban en los
días del autor en el templo de Jerusalén. Este es un argumento poderoso que
solo puede ser desmontado si no se aplica al texto de hebreos el método
gramático histórico. Aún estando el templo en pie, la comunidad cristiana tenía
consenso (8:3-4) en el hecho de que
la simbología del templo de Jerusalén y las actividades que allí se realizaban
ya no eran vinculantes, (8:5-13) pues
al llegar Cristo y haberse ofrecido como sacrificio excelente y suficiente ante
las demandas del Padre consiguió con un solo sacrificio para siempre jamás la
salvación del pueblo. Mientras el templo estuvo en pie, los discípulos judíos
de Jesús continuaron la benéfica práctica de ir a orar al templo, allí lograron
impactar la vida de muchos judíos devotos quienes esperaban el reino de Dios.
Pablo mismo, participó después de su conversión en la oración y en las ofrendas
al templo; Pero nunca se hace referencia de los discípulos después de la
resurrección de Cristo realizando sacrificios para el perdón de pecados ni
tampoco recomendándolos u ordenándolos a persona alguna, al contrario, hay
mucha enseñanza desalentando esa práctica.
Véanse los libros de Romanos, Gálatas, y Hebreos. A Dios no le interesa
ese templo, el templo de su grata satisfacción parece ser su pueblo, cada creyente
en particular, pues este pueblo ha sido designado templo del Espíritu Santo. (I Co. 3:16-19; 6:19; II Co. 6:16).
El autor de Hebreos particularmente es
incisivo en el hecho de que los modelos representados por el templo y su
disposición eran prefiguraciones de lo perfecto, y afirma sin sombra de dudas
que eso perfecto que se esperaba se había cumplido en Cristo, por tanto, no
tiene fundamento bíblico pretender que sea parte del plan de Dios auspiciar la
reconstrucción del templo, cuando el mismo Juan en Apocalipsis registra que en
la nueva Jerusalén (Apoc. 21:22), no
vio templo sino que el Señor mismo era su templo. Pretender que es parte del
plan escatológico de Dios la construcción y permanencia de este templo como
claramente lo plantean varios autores, es contravenir innecesariamente la
enseñanza de las Escrituras.
En resumen, Jesús dice que la adoración que
se producía en Jerusalén perdería total vigencia, lo cual es una realidad
maravillosa hoy, pues millones de creyentes en Cristo, como la samaritana,
adoran al Cordero alrededor del mundo. Cuando el templo estaba en pie, durante
los días de peregrinación Jerusalén era un caos, ese tipo de caos suele
deslucir y desnaturalizar la esencia de las ceremonias religiosas; imaginémonos
por un momento los millones de hijos de Abraham diseminados por todo el mundo
yendo literalmente a Jerusalén a peregrinar para adorar en un templo. La verdad
es que, la literalidad en otros géneros es vital, pero la literalidad a
ultranza en el género apocalíptico puede llegar a ser un peligro latente.
CONCLUSIONES
Sobre el tema de la reconstrucción del templo
en realidad bíblicamente hablando no hay fundamento sólido, no hay declaración
explícita, ni una enseñanza que, claramente o inferencialmente enseñe acerca de
la construcción de un templo por parte del Anticristo para los judíos.
Ni Dios ha revelado sus planes de tal manera
que el hombre los sepa por completo, ni que el Diablo pueda prepararse para
tratar de saboteárselos. ¿Por qué sigue Satanás adelante con sus planes, a
pesar de que la Biblia profetiza su derrota final? (Apoc. 20:10). En parte porque su naturaleza le impulsa al mal,
pero igualmente porque en realidad él desconoce a ciencia cierta las movidas de
Dios. Por ello tiene muchas cartas bajo la manga, y una de las más importantes
que cree tener es al hombre, y su conducta; podría ser que, en lo íntimo del
ser del diablo debido a su inmensa soberbia cree que puede prevalecer confiando
no en sus planes, sino en la debilidad humana.
1-
(Lockyer, Sr. Herbert, Apocalipsis el drama de los
siglos. Pág. 127. Editorial Vida 1982).
2-
(Millos Samuel Pérez. Th.M. Apocalipsis, Comentario exegético al texto
griego del Nuevo Testamento. Págs. 696, 697. Editorial Clie. 2010). *(la cita correcta es II R. 1:10).
3-
(Lacueva Francisco, Nuevo Testamento Interlineal
Griego-Español. Pág. 986. Editorial Clie, 1984).
4-
W.E. Vine
5-
Véase Guerra de los
seis Días
6-
(Véase Carlsen Johan. Israel, antiguo y moderno, Los
judios en la Edad Media. Guerra de los seis días (5 a 10 junio 1967). (Págs.
33-34. Terrasa, (Barcelona) España. Editorial Clie 1985).
7-
(Cetina Sánchez Edesio. Descubre la Biblia. Manual de
ciencias bíblicas. Época helenística (333-63 a.C. Págs. 61-62. Sociedades Bíblicas Unidas. 1998).
8-
Sulpicio Severo (363-420), al referirse en su crónica a un escrito anterior de Tácito
(56-117), dijo que Tito atacó Jerusalén con el fin de destruir el templo para favorecer el debilitamiento y
supresión de las sectas judías y cristianas. Algunos estudiosos
sostienen que en realidad la destrucción de Jerusalén liberaba a la iglesia
cristiana para cumplir con su principio de religión universalista destinada a
todo el mundo.
9-
La narración de Flavio Josefo,
generalmente se considera poco fiable en este caso. Josefo había actuado como
mediador para los romanos y, cuando las negociaciones fracasaron, fue testigo
del asedio y de las consecuencias del mismo. Escribió: Ahora, tan pronto como
el ejército no tenía más personas para matar o para el saqueo, ya que se
mantuvo a ninguno de los objetos de su furia (para que no han escatimado, había
permanecido allí cualquier otro trabajo que hacer), Tito César
dio órdenes de que ahora debería demoler toda la ciudad y el templo, sino que
debe salir ya que muchas de las torres en pie, ya que eran de la mayor
prioridad, es decir, Phasaelus, y Hippicus, y Mariamne, y gran parte de la
pared adjunta la ciudad en el lado oeste. Este muro se salvó, con el fin de
garantizar un campamento de como se encuentran en la guarnición de [la ciudad
en el Alto], al igual que las torres de [los tres fuertes] escatimado también,
con el fin de demostrar a la posteridad de qué tipo de ciudad se , y qué tan
bien fortificada, que los romanos habían sometido valor, pero para todo
el resto de la pared [en torno a Jerusalén], se establecen incluso tan a fondo
con el suelo excavado por los que hasta la fundación, que no se dejó nada a los
que allá se cree que [Jerusalén] ha sido habitada. Este fue el final que
llegaron a Jerusalén por la locura de los que fueron para las innovaciones, una
ciudad de otro de gran magnificencia, y la fama entre los poderosos de toda la
humanidad. Y realmente, el propio sentimiento de uno mismo era de melancolía
porque, por aquellos lugares que fueron adornados con árboles y jardines
agradables, ahora se había convertido en una tierra desolada, y todos sus
árboles fueron talados. Tampoco puede ningún extranjero que había visto
anteriormente Judea y los más bellos barrios de la ciudad, y que ahora
lo veían como un desierto, dejar de llorar y lamentarse por un cambio
tan grande. Josefo afirma que 1.110.000 personas murieron durante el asedio, de
los cuales la mayoría eran judíos. Además, 97.000 fueron capturados y
esclavizados, incluidos Simón Bar Giora y Juan de Giscala. Muchos
huyeron a las zonas de todo el Mediterráneo. Tito se negó a aceptar una
corona de la victoria decretada por el Senado de Roma, ya que "no
hay mérito en derrotar un pueblo abandonado por su propio Dios".
10- Wikipedia enciclopedia virtual.
*A
este tipo de casos hago referencia cuando hablo de lo que pesan las corrientes
teológicas: “(Notas) el templo mencionado en 2 Ts 2.4 (naos), como la sede del
hombre de pecado, ha sido considerado de diferentes maneras. El peso de la
evidencia de la Escritura favorece la postura de que se refiere a un templo
literal en Jerusalén, que ha de ser reconstruido en el futuro (Cf. Dn 11.31 y
12:11, con Mt 24:15).” (Vine, E. W. Diccionario Expositivo De Palabras Del
Antiguo Y Del Nuevo Testamento Exhaustivo. Pág. 880. Nashville, T.N. Editorial
Caribe, 1999).
Evidentemente Vine es honesto y por fuerza de
la evidencia reconoce que el texto habla de un templo que puede ser entendido
metafóricamente, pero el tiene su apego doctrinal y saliendo del aspecto
técnico de su disciplina, pasa al área de la interpretación (a lo cual tiene
perfecto derecho) para sugerirnos, que el peso de la evidencia, según su teoría
apoya un templo literal. Desafortunadamente para él, el peso de la evidencia
para mi apoya un templo metafórico (la iglesia, como templo del Espíritu Santo)
y además de me apoya el peso de la evidencia escritural.
11-
(Archer L. Gleason . Reseña critica de una introducción
al Antiguo Testamento (Ezequiel) Págs. 410, 411, 412. Traducido por: A. Edwin
Sipowicz y M. Francisco Liévano R.
Editorial Portavoz, Grand Rapids, Michigan EE.UU. 1987).
Preguntas y proyectos de investigación
1-
Haga un estudio detallado de los pasajes que tratan el
tema del templo e identifique aquellos pasajes que hablen explicita o
implícitamente de la construcción futura del templo de Jerusalén.
2-
Investigue toda la evidencia bíblica explícita o
implícita sobre los planes del Anticristo de hacer un pacto con el pueblo judío
y su promesa de construirles o permitirles reconstruir el templo.
3-
¿Cuál es el fundamento bíblico para un plan del Anticristo
procurando la adoración de la humanidad y en especial los judíos?
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