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jueves, 7 de agosto de 2014

PAUTAS PARA LA INTERPRETACION PROFETICA ESCATOLOGICA



Prof. Juan Alberto Galva



CAPITULO IV
SEGUNDA SECCION: ANALSIS DEL LIBRO DE APOCALIPSIS

EL GÉNERO DE LA APOCALIPTICA

“Miré y, a los cuatro lados
(alrededor) del Señor de los espíritus,
vi cuatro rostros…
Y oí las voces de aquellos cuatro rostros
que pronunciaban alabanzas ante el Señor de la gloria.
(I Hen 40:2-3).




E
l género apocalíptico es un estilo narrativo  bien definido y vinculado primordialmente a la tradición judeo-cristiana. Surge como respuesta al desánimo y la deserción del pueblo de Dios en épocas difíciles1 donde la persecución y los sufrimientos de toda índole amenazan la integridad de las costumbres y la identidad de la nación judía. Es evidente que los periodos comprendidos entre la persecución desatada por Antíoco IV Epífanes, la conquista de Palestina por medio de Pompeyo a favor de Roma, y la destrucción del templo de Jerusalén en el 70 D.C. figuran como momentos en los que se registró una producción significativa de literatura de este tipo:

[…] “(1)[los libros del género apocalíptico] fueron escritos en tiempos de grandes crisis (época de los Macabeos y de la destrucción del templo por Tito). (2) El mensaje pretende haber sido escrito por algún profeta o patriarca del pasado (por lo que reciben el nombre de pseudoepigráficos). (3) Pretenden formar parte de un grupo de libros redactados en un pasado remoto, y limitados a un grupo escogido de iniciados, que solamente podrían difundirlos al llegar al fin de los tiempos. Por lo general centran su mensaje en los temas de los profetas acerca de los últimos tiempos, por lo que presentan grandes dosis de verdad mezcladas con interpretación, devoción, y también una gran cantidad de fantasía. Ejemplos de esta literatura lo tenemos en el libro de Enoc, libro de los jubileos, Testamento de Job, Apocalipsis de Baruc, IV de Esdras,2 etc.”

A continuación un pequeño fragmento del libro de Enoc, en donde podremos apreciar muchas de las características antes mencionadas.

CAPITULO 71

“1 Y ocurrió entonces que mi espíritu fue trasladado y ascendió a los cielos y vi a los hijos de Dios. Ellos caminaban sobre llamas de fuego, sus ropas eran blancas y su cara resplandecía como el cristal.
2 Vi dos ríos de fuego, la luz de este fuego brillaba como el jacinto y caí sobre mi rostro ante el Señor de los espíritus.
3 El ángel Miguel me tomó de la mano derecha, me levantó y me condujo dentro de todos los misterios y me reveló los secretos de los justos;
(Dn. 12:1)
4 me reveló los secretos de los límites del cielo y todos los depósitos de las estrellas, de las luminarias, por donde nacen en presencia de los santos.
5 El trasladó mi espíritu dentro del cielo de los cielos y vi que allí había una edificación de cristal y entre esos cristales, lenguas de fuego vivo.
(Ac 2:34)
6 Mi espíritu vio un círculo que rodeaba de fuego esta edificación y en sus cuatro esquinas había fuentes de fuego vivo.
(Ap. 21:11)
7 Al rededor de ella había Serafines, Querubines y Ofanines, estos son los que no duermen y vigilan el trono de su gloria.
8 Vi innumerables ángeles, miles y miles, miríadas y miríadas rodeando esa edificación
9 y a Miguel, Rafael, Gabriel y Sariel y a una multitud de santos incontable.
10 Con ellos estaba la cabeza de los Días, su cabeza era blanca y pura como la lana y sus vestidos eran indescriptibles.
11 Caí sobre mi rostro, todo mi cuerpo desmayó, mi espíritu fue trasfigurado, grité con voz fuerte, con espíritu de poder y bendije, alabé y exalté.
12 Estas bendiciones que salieron de mi boca fueron  consideradas agradables ante esta Cabeza de los Días.
13 Y esta Cabeza de los Días vino con Miguel, Gabriel, Rafael y Sariel y una multitud innumerable de ángeles.
14 Vino a mí, me saludó con su voz y me dijo: "Este es el Hijo del Hombre que ha sido engendrado por la justicia, la justicia reside sobre él y la Cabeza de los Días no le abandonará".
(Dn 7:13; Za 6:12)
15 Me dijo: "Él proclamará sobre ti la paz, en nombre del mundo por venir, porque desde allí ha provenido la paz desde la creación del mundo y así la paz estará sobre ti para siempre y por toda la eternidad.
(Is 9:5)
16 Todo andará por su camino y mientras, la justicia no lo abandonará jamás, con Él vivirá, con Él su herencia y de Él no será separada nunca ni por toda la eternidad.
(Sal 85:11-14)”
                                                                 
Para la tarea que nos ocupa, un conocimiento de este género literario y sus características más señeras es de suma importancia porque una parte importante de la información al respecto se nos ha presentado en este estilo. Todo judío mínimamente instruido de los tiempos de Jesús de seguro estuvo en contacto con uno o más de los libros apocalípticos.  De hecho, parece muy obvio que Pedro o Judas o ambos están citando como Escritura fragmentos del libro pseudoepigráfico de Enoc, lo cual da cuenta del auge y la influencia que había ganado este género para la época de los apóstoles, lo cual también explicaría, en parte, la maestría que muestra Juan de Patmos al escribir su Apocalipsis, pues el estilo no es una creación suya, sino que está simplemente andando, en cuanto al estilo, en los pasos de otros.

El hecho de que el estilo tenga un trasfondo histórico es una pista importante, porque nos provee información valiosa que cuidadosamente podemos utilizar a fin de entender muchas de las imágenes que utiliza Juan y el posible significado de frases que pueden parecer oscuras para el lector moderno. Al mismo tiempo vale destacar que, el hecho de que Juan siguiera un estilo ya establecido, para nada desmerita el carácter inspirado de su libro, sino que, al contrario, esto hace que sus escritos se enmarquen en la dinámica divino-humana habitual mediante la cual Dios genera su revelación. Consideremos el interesante comentario que sobre esto hace David Lozano Medina:

“miré y, a los cuatro lados (alrededor) del Señor de los espíritus. Vi cuatro rostros… Y oí las voces de aquellos cuatro rostros que pronunciaban alabanzas ante el Señor de la gloria3” I Hen 40:2-3:

El parecido entre la visión de Juan y la descrita en 1 Hen (Henoc) es sorprendentemente igual: el trono, los santos, o justos con los veinticuatro ancianos, el número siete o las miríadas, los espíritus, cuatro rostros o cuatro seres vivientes, el trisagio, etc., no dejan duda de que Juan conocía muy bien la literatura apocalíptica y que esta fue la base para su redacción.”

El hecho de que el estilo tenga un trasfondo histórico es una pista importante, porque nos provee información valiosa que cuidadosamente podemos utilizar a fin de entender muchas de las imágenes que utiliza y el posible significado de frases que pueden parecer oscuras para el lector moderno; al mismo tiempo vale destacar que, el hecho de que Juan siguiera un estilo ya establecido, para nada desmerita el carácter inspirado de su libro, sino que, al contrario, esto hace que sus escritos se enmarquen en la dinámica divino-humana habitual mediante la cual Dios genera su revelación. Consideremos el interesante comentario que sobre esto hace David Lozano Medina:

“miré y, a los cuatro lados (alrededor) del Señor de los espíritus. Vi cuatro rostros… Y oí las voces de aquellos cuatro rostros que pronunciaban alabanzas ante el Señor de la gloria3” I Hen 40:2-3:

El parecido entre la visión de Juan y la descrita en 1 Hen (Henoc) es sorprendentemente igual: el trono, los santos, o justos con los veinticuatro ancianos, el número siete o las miríadas, los espíritus, cuatro rostros o cuatro seres vivientes, el trisagio, etc., no dejan duda de que Juan conocía muy bien la literatura apocalíptica y que esta fue la base para su redacción.”

El lenguaje de símbolos parece ser una constante en la literatura apocalíptica; el uso de figuras rupestres, híbridos de animales salvajes que dan como resultado figuras de ciencia ficción; la atribución de actividad sobrenatural a figuras terrenales; y el uso caprichoso de nombres de ciudades atribuidas a personas o lugares que geográficamente no tienen que ver con la alusión original son muy comunes. La apelación a esta forma de comunicación y la forma de interpretarla es el dolor de cabeza más grande para los lectores comunes y los exegetas de todas las corrientes. Por un lado están los que apelan al llamado método: “normal, natural, contextual, que sigue las normas de una hermenéutica histórico-gramatical”5   que, aparentemente no es otra cosa que atribuir siempre sentido literal al cumplimiento de lo que está detrás de los símbolos, (premilenialistas), y la llamada escuela alegórica o (amilenialistas) la cual, según los premilenialistas, ve los símbolos solo como una referencia velada a eventos diferentes de los que sugieren esos símbolos, o sea se trata de la escuela alegórica de interpretación.

Pero, en el fondo, da la impresión de que cada corriente usa ambos métodos, pero simplemente los aplica arbitrariamente guiados por sus preferencias teológicas. La cuestión es que, cuando se aplica esta regla inflexiblemente, muchas veces nos lleva a conclusiones que a veces favorecen nuestra doctrina y otras veces favorecen a quienes sostienen una posición diferente a la nuestra y se precisa mucha madurez cristiana y  gran valor y humildad para admitir que nuestras investigaciones, en sana exégesis nos han llevado por un sendero diferente del cual habíamos sostenido con tanto ahínco. También a veces tratar de seguir esta regla tozudamente puede llevarnos a a tener que inventar una interpetación que encaje con una regla, que está bien, para los hombres, pero en la que no podemos pretender encajonar a Dios. En otras palabras, la hermenéutica no es palabra de Dios, ni las reglas de gramática, en cambio el Espiritu Santo que es Dios nos ha sido provisto a fin de que hallemos la interpretación correcta en aquellas areas en que el referido método no nos conduzca a una interpretación armoniosa.

José Grau, citando a Wickenhauser, L. Morris, M. Boissmard y A. Feuillet, nos dice acerca del lenguaje de símbolos del Apocalipsis:

     “Hay que estudiar los símbolos del Apocalipsis desde un punto de vista intelectual, sin detenerse en estas figuras como si su literalidad o sus contornos reales fuesen lo verdaderamente importante. Se trata de un lenguaje ideológico, transmitido por medios simbólicos. El numero 7 indica plenitud; los siete cuernos y los siete ojos significan que el Cordero posee la plenitud del poder (cuerno) y de la inteligencia (ojo). Así mismo, hay que examinar desde el punto de vista ideológico cuanto atañe a colores: blanco, rojo, escarlata, etc. Todo tiene su particular significación simbólica (en algunos casos no) solo interpretando así la relación entre la visión y la configuración literaria se comprende también la disposición del libro, en el que desempeñan un papel importante las hebdómadas o series de sietes (subdivididas a menudo en 4 más 3).
     Este simbolismo es lo que perturba a muchos lectores modernos, y, en particular, la dificultad de representarse las complicadas piezas de la imaginería del vidente. Además, se tiene la impresión de que, plásticamente, unas piezas no encajan con otras. Es importante recordar que Juan es aquí un artista que emplea las palabras y que se sirve de un género literario específico; Juan no es un pintor, ni se sirve de materiales plásticos. Tenemos, pues, que buscar el significado literario de cada símbolo, no al tratar de representárnoslo en un espectáculo visual. El propósito del libro es comunicar ideas.4  […]” (las negritas dentro de la cita son mías).

En palabras llanas. El premilenialismo insiste en no alegorizar los pasajes de la Escritura, (estamos de acuerdo en no hacer de la alegoría una práctica, es cierto el método “normal, natural, contextual, que sigue las normas de una hermenéutica histórico-gramatical debe ser la norma) pero tampoco hay que satanizar la alegorización o espiritualización de algunos pasajes. ¿O no es cierto que en un sentido amplio todo el libro de Levítico, sea, en esencia, una especie de alegoría de la muerte vicaria de Cristo? Hay varios pasajes bíblicos en los que la alegoría es usada lejitimamente dentro de un cierto marco de prudencia (Ga. 4:21-31; Jn. 15: 1 y ss, Apoc. 12). La alegoría no es la tendencia predominante en los autores sagrados, pero espiritualizar eventos ocurridos en la antigüedad y atribuirles un significado distinto al original, es una práctica, si bien, infrecuente,  aceptada (I Co. 10:4). Referencias tales como, los capítulos (40-46) de Ezequiel suelen citarse como un ejemplo de pasajes que no pueden tener otra función que una alegoría estructurada, que no puede hacer alusión directa al objeto original señalado (Israel) sino que debe tener su cumplimiento en la iglesia, dados los terribles trastornos doctrinales que provocaría una interpretación literal de los mismos. 6   

Por ultimo, en este trabajo procuraremos diferenciar  entre símbolo y simbología o imagen simbólica, porque por ejemplo,  sabemos que la cruz es símbolo de redención. Pero, el letrero en la cruz, ¿simbolizaba algo?, ¿los clavos que atravesaron las manos de Jesús y horadaron la cruz, simbolizaban alguna cosa?, ¿la cruz colocada en un lugar alto, simbolizaba alguna otra cosa?, ¿tres cruces en la crucifixión, tal vez simbolizarían que el Padre el Hijo y el Espíritu Santo participan del evento de una manera mística?, como usted ve, el asunto puede seguir y seguir, y se pueden desenterrar cosas sorprendentes, algunas tan sorprendentes que estremecen por lo absurdo. Por lo mismo en las demás secciones explicaremos como distinguir entre la imagen general extraída de la simbología que a su vez se forma a partir de los símbolos individuales.


1-       (D. Brent Sandy. Traducido por Raimundo J. Ericsson. Editores: Cevallos Carlos Juan, Cevallos Luisa María, Zorzoli Alicia. Profecía Bíblica y literatura apocalíptica, cómo entender las profecías y la literatura apocalíptica. Pág. 126-130.  El Paso Texas, EE.UU. Editorial Mundo Hispano. 2004).
2-       (Escuain Vila, Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, pág. 66, APOCALIPTICA, (LITERATURA). Editorial Clie, 1985.)
3-       (Medina Lozano David, Rabinismo y exégesis judía, un acercamiento al pensamiento de los escritores del N.T. Págs. 98, 99. Editorial Clie, 1999).
4-       (Grau José, Curso de formación teológica evangélica. Tomo VII. Escatología Final de los tiempos. Terrasa (Barcelona) España. Págs. 278, 279. Editorial Clie,  1977).  
5-       (Carballosa, Evis L, Apocalipsis, la consumación del plan eterno de Dios. Pág. 410.  Grand Rapids, Michigan. EE.UU. Editorial Portavoz, 1997).
6-       (Archer L. Gleason . Reseña critica de una introducción al Antiguo Testamento (Ezequiel) Págs. 410, 411, 412. Traducido por: A. Edwin Sipowicz  y M. Francisco Liévano R. Editorial Portavoz, Grand Rapids, Michigan EE.UU. 1987).


Preguntas y proyectos de investigación


1-       Acuda al internet e investigue acerca de los siguientes libros apocalípticos: Enoc, Baruc, el apocalipsis de Pedro, los oráculos sibilinos, jubileos. Y haga un cuadro estableciendo todas las coincidencias de lenguaje e imágenes entre estos libros y el apocalipsis de Juan.



sábado, 19 de octubre de 2013

RSF.COMENTARIO EXEGÉTICO AL LIBRO DE APOCALIPSIS






 “y me fue dada una caña semejante a una vara, diciendo: Levántate y mide el santuario de Dios, y el altar, y a los que adoran en él; pero el atrio del santuario déjalo fuera y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, y ellos hollarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.
Y daré mis dos testigos, y profetizarán durante mil doscientos sesenta días vestidos de saco.
Estos son los dos olivos, y los dos candelabros que están en pie delante del Señor de toda la tierra.
Si alguno procura dañarlos, un fuego procede de sus bocas que devora a sus enemigos: si alguno procura dañarlos, debe morir de la misma manera.
Estos tienen la potestad de cerrar el cielo, para que no caiga lluvia durante los días de su profecía; también tienen potestad sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.
Cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará. Y sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran ciudad, que espiritualmente se llama Sodoma, y Egipto, donde también fue crucificado el Señor de ellos.
Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas y naciones, contemplan sus cadáveres durante tres días y medio, y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro.
Y los que habitan en la tierra se regocijan sobre ellos y lo celebran, y se enviarán regalos unos a otros, porque ellos atormentaron a los que habitan sobre la tierra.
Pero después de los tres días y medio, entró en ellos un aliento de vida procedente de Dios, y se pusieron sobre sus pies, y un gran temor cayó sobre quienes los contemplaban.
Y oyeron una gran voz procedente del cielo, que les decía: ¡Subid acá! Y subieron al cielo en la nube, y los contemplaron sus enemigos”.  BTX.



A continuación veamos la interpretación que autores de diferentes corrientes teológicas dan a este pasaje:

Herbert Lockyer, Sr.

“En cuanto al número e identidad de los dos testigos, muchas explicaciones han sido propuestas. Algunos expositores son de la opinión de que debemos interpretar a estos dos testigos como un número competente de siervos fieles de Cristo. El número dos, se dice, representa testimonio: “solo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación” (Deuteronomio 17:6; 19:15). Por lo tanto, con el numero de testigos lo que se pretendería es que hubiera un testimonio completo y adecuado. Sin embargo, nosotros rechazamos esta suposición. El lenguaje usado aquí señala a dos personajes bien conocidos por lo menos por Juan. Además de esto, las palabras “testigos” y “profetizar” se aplican de ordinario a individuos, no a abstracciones.
Los dos inspirados testigos, quienes han de ser resucitados para administrar consolación a los afligidos, han sido identificados de varias maneras: como Moisés y Elías, Enoc y Elías, el Antiguo y el Nuevo Testamento, la Ley y el Evangelio, judíos y gentiles, etc. Si los dos testigos son Enoc y Elías, esto les haría evadir la dificultad de morir por segunda vez, porque estos dos santos del Antiguo Testamento nunca han muerto y por tanto pudieran ser los testigos muertos por la bestia”1.

Evis L. Carballosa

Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.” Los dos profetas e Dios serán investidos de poderes sobrenaturales. La frase “si alguno quiere dañarlos” (eí tis autoùs thélei adikéisai) expresa una condición que asume la realidad de lo que se manifiesta (obsérvese el uso de la partícula ei seguida del verbo thélei que está en el modo indicativo). El significado de la frase es que habrá quienes intentarán hacerles daño mientras no hayan terminado su ministerio que les ha sido encomendado por Dios. Cualquier deseo manifiesto de agredirles producirá la muerte a quien lo intente. En el caso del profeta Elías (2 R. 1:10), el fuego descendió del cielo y consumió a quienes procuraban la vida del profeta. En el caso de los os testigos, el fuego sale de sus bocas, algo que seguramente causará asombro a muchos. El verbo “devora” (katesthíei), es el presente indicativo, voz activa de katestío, que significa “consumir por completo”. El efecto del fuego que sale de la boca de los dos testigos será instantáneo y asombroso.”2

Samuel Pérez Miillos

[…] “Cualquier esfuerzo por destruir a los dos testigos lleva a la autodestrucción. Juan utiliza una oración de condición, compuesta con el presente de indicativo del verbo querer, en el sentido de desear hacer algo, y el aoristo de infinitivo del verbo dañar, que expresa la idea de una acción consumada plenamente, como si dijese  si alguno tuviese la intención o el deseo de dañarles totalmente, en tal caso saldría auton kai katestiei tous extrous auton, “fuego de la boca de ellos”. Se trata aquí de un leguaje figurado que enfatiza, no solo los poderes sobrenaturales de que los dos testigos estarán dotados, sino también la protección absoluta que Dios ha establecido para ellos mientras dure el tiempo determinado para su ministerio. No quiere, por tanto, decir que de la boca de ellos sale literalmente fuego, pero sí que tienen poder para demandar la intervención divina sobre sus enemigos que serán irremediablemente destruidos sin lograr hacerles daño, como sería su propósito. La figura de salir fuego de su boca, indica el poder que tienen sus palabras, que en alguna medida puede ser comparado con la acción poderosa que se produjo en el ministerio de Elías cuando mandó que el fuego de Dios descendiera sobre el capitán de cincuenta, enviado por Ocozías, que lo consumió (1 R. 1:10)*. De igual manera que el caso de Elías  las palabras de los dos testigos tendrán el poder de actuar contra quienes pretendan su mal. Si duda, muchos procurarán acallar el ministerio de los dos testigos, que molestará las conciencias de muchos impíos, pero mientras dure el tiempo  de su misión, nadie podrá hacerles daño.3
 
Estos tres autores, apelando a argumentos distintos coinciden en atribuir significado literal al número de testigos. En otras palabras, ellos no están de acuerdo en que la mención “mis dos testigos” pueda hacer referencia a otra cosa que no sea dos personas específicas; dos hombres, lo que para ellos implicaría una alegorización del pasaje. Ni Carballosa, ni Millos están muy deseosos de definir cuáles serían esos dos testigos, ambos se limitan a repetir las conjeturas de otros, pero ellos mismos no se aventuran a hacer una identificación positiva, lo cual es sano. En cambio Lockyer acepta como válida, la posible identificación de los testigos con Enoc y Elías, bajo el argumento de que ninguno de ellos ha muerto y por tanto su aparición no tendría la aparente objeción que plantea el autor de Hebreos (9:27). Extrañamente Lockyer dice que los dos testigos serán resucitados; en otras palabras, esta es la forma en como ellos aparecerán en la escena. Pero, si ese fuera el caso, ni Enoc ni Elías pueden resucitar, porque ellos no han muerto. (Gn 5:23-24), (II R. 2:11).

Millos y Carballosa, en cambio, no teorizan sobre cómo creen ellos que estos dos testigos habrían de aparecer en la escena sino que guardan silencio. Nuestros autores creen que literalmente, estos dos testigos harán milagros como los que realizaron Moisés y Elías, es decir, tal como el texto lo plantea, atribuyendo con ello un significado literal a dichas referencias, aunque Pérez Millios, en este punto, se muestra mucho más reservado y de una u otra forma dice que esos poderes o su manifestación son también simbólicos de la contundencia del mensaje de los testigos. Sin embargo, Carballosa, en su apreciable y singular compromiso con la literalidad del texto, afirma que la expresión:

[…] “Si alguno procura dañarlos, un fuego procede de sus bocas que devora a sus enemigos: si alguno procura dañarlos, debe morir de la misma manera”.

Ha de entenderse literalmente, de esta manera continua su argumentación:

[…]“En el caso de los os testigos, el fuego sale de sus bocas, algo que seguramente causará asombro a muchos. El verbo “devora” (katesthíei), es el presente indicativo, voz activa de katestío, que significa “consumir por completo”. El efecto del fuego que sale de la boca de los dos testigos será instantáneo y asombroso.”

Este manejo de las reglas de interpretación en cuanto a la profecía es lo que me lleva a pensar, que en cuanto a la identificación de símbolos aislados hay más o menos un acuerdo general:


Ahora bien, cuando esos símbolos se entremezclan en una trama, por demás simbólica, como es el caso de Daniel, Zacarías y Apocalipsis y comienzan a ser utilizados aquí y allá; en la mayoría de los casos, los lectores actuales quedan casi completamente desorientados, porque por un lado, no funciona procurar atribuirles significado literal, ya que no hay una regla segura para ello, el ejemplo anterior es ilustrativo de esta ambivalencia; ni se obtiene una imagen coherente de esa práctica, ni tampoco se puede confiar demasiado en las identificaciones que hacen los comentaristas porque, como se ve, cada autor dependiendo de lo que entiende del texto asigna valor literal o no a los pasajes en cuestión. ¿Cómo entonces se puede calificar de yerro a quienes alegorizan moderadamente el pasaje, cuando los “literalistas” ven simbolismo convenientemente y armonizan los pasajes en atención  sus claras preferencias doctrinales?

Un buen ejemplo del uso de esta literalidad, solo a conveniencia, es la reseña de Gleason L. Archer  cuando considera los problemáticos pasajes de Ezequiel caps. 40-48, el argumenta:
“Estos capítulos contienen una larga y detallada serie de predicciones sobre lo que será el futuro de Palestina, con su ciudad y el templo. Para un lector de mentalidad amplia, no hay peligro alguno al afirmar que las predicciones de estos nueve capítulos dan la apariencia de haberse dado tan literalmente como las que figuran en la primera parte del libro (p. ej: los juicios contra Tiro y Sidón en 26-28, que hallaron literal cumplimiento en la historia subsiguiente). El asunto que se plantea es el de saber si los planes anunciados en los capítulos 40-48 se habrán de realizar alguna vez. Si nunca habrá de erigirse un templo de acuerdo con estas especificaciones, y si nunca habrá una ciudad santa tal como la que describe el profeta, y si no habrá de repartirse la tierra entre las doce tribus como se indica, estamos enfrentados a una porción de las Sagradas Escrituras que contiene falsa profecía.
La única manera para no arribara a esta conclusión, según numerosos intérpretes consiste en entender que todas las disposiciones tuvieron una intención puramente figurada. Estos capítulos deben entenderse, entonces, como referencia a la iglesia del Nuevo Testamento la Jerusalén espiritual. Esta línea interpretativa es sostenida aún por eruditos de indiscutible ortodoxia. En el New Bible Comentary (Nuevo Comentario Bíblico), leemos:

La conclusión de la profecía de Ezequiel, por lo tanto, ha de ser considerada como una verdadera predicción del reino de Dios dada en formas con las cuales el profeta estaba familiarizado, a saber, las de su propia dispensación, (judía). Su verdad esencial tomará cuerpo en la nueva era en formas adecuadas a la nueva dispensación (cristiana). La manera como esto habrá de hacerse, la tenemos delineada en el libro de Apocalipsis (21:1-22:5)”. 
La aplicación de Ezequiel 40-48 a la iglesia del Nuevo Testamento elude algunas de las dificultades que acompañan a una interpretación más literal. Esto es especialmente cierto con respecto a las disposiciones que regulan el sacrificio cruento, que figuran en estos capítulos y que difícilmente pudieran encajar en una plan de salvación post calvario, si los propios sacrificios retienen su significación expiatoria (con lo cual, por supuesto, fueron investidos en la ley de Moisés). En la epístola a los Hebreos pasajes como (10:4) afirman claramente que ya no son necesarios ni eficaces los sacrificios de animales para la expiación de los pecados. La epístola a los Hebreos anuncia que el único y solo acto expiatorio del Señor Jesús es de una eficacia aparentemente que anula el sacerdocio Aarónico del Antiguo Testamento y los sacrificios del código levítico como lo expresa H.L. Ellison en Ezekiel, The  Man And His Message (Ezequiel, el hombre y su mensaje), “aparte de esto, ellos (los opositores de la interpretación literal no pueden ver por qué, cuando el agua, el pan y el vino han satisfecho las necesidades simbólicas de casi mil generaciones de cristianos, el milenio necesitará más. El rey ha vuelto y se ha levantado la maldición de sobre la naturaleza; ¿por qué tiene que poner aún su vida la creación animal?” No puede negarse que es un argumento persuasivo y no es sorprendente que una abrumadora mayoría de los eruditos conservadores se conformen con despachar el templo de Ezequiel como una mera alegoría de la iglesia cristiana.”12

Aunque ya ha dicho Wickenhauser que los profetas no tenían pinceles ni colores para expresar sus mensajes, sino que se valieron de palabras para comunicar ideas, intentemos “pintar” el cuadro gráfico que surge en la mente a partir de los colores, los pinceles y el bastidor que nos provee Juan de Patmos en Apocalipsis 11:1-12. Mirando los ejemplos anteriores tenemos una idea más o menos clara sobre lo que nos quieren comunicar nuestros autores. Siguiendo pues su misma línea interpretativa a partir de la estricta perspectiva literal y gramático histórico veamos cuál imagen se termina formando:

DEL TEMPLO JUDIO, SU RECONSTRUCCION Y SU REACTIVACION
Empecemos por entender que Juan en su revelación, como ya hemos señalado antes, no está viendo a le gente del futuro, con la vestimenta del futuro. Es muy obvio por todas las expresiones contextuales que usa: espada, rollo de libro, silicio, la imagen de la ciudad que es obviamente la de la Jerusalén que él conoció con el tamaño y los elementos culturales y sociales de ese entonces. En otras palabras, Juan no está viendo tanques de guerra, ni celulares, ni aviones ni helicópteros ni baterías antiaéreas ni nada parecido. El medio de transporte más usado es el caballo (Apox 9:16), y el arma letal sigue siendo la espada (Apoc. 19:21). En su perspectiva profética no parece haber trenes de alta velocidad, Internet, microchips, ni armas atómicas, y todo intento por deducirlas a partir del texto resulta en absurdas asociaciones que no llevan a ninguna parte. Es pues, una perspectiva desde su perspectiva. Por lo mismo, para poder  plasmar lo que él vio tendremos necesariamente que contextualizar las visiones a las que él hace alusión con las realidades de hoy. Esto es, porque necesariamente las visiones apuntan a una realidad que se ha de cumplir en una época diferente. Vale decir, que aún haciendo la contextualización, esta será solo una modesta aproximación, ya que no sabemos cuántas décadas o quizá siglos han de transcurrir, antes de que se cumplan las profecías del fin de los tiempos y por tanto, las cifras y la configuración de las ciudades y la sociedad pueden cambiar significativamente, como de hecho sucede hoy día. Esta visualización es pues lo que requiere un modelo literal de la profecía…

El texto inicia diciendo:
“y me fue dada una caña semejante a una vara, diciendo: Levántate y mide el santuario de Dios, y el altar, y a los que adoran en él; pero el atrio del santuario déjalo fuera y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, y ellos hollarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.

A Juan le dieron una vara real en su visión, pero inexistente en el mundo real. La vara era simbólica, a veces la palabra vara representa cetro o autoridad, Cf. (Sal. 2:9), hebr. Shébet. Azotar, herir, gobernar et.  Pero, la palabra aquí es gr. `rábdos. Y aunque según Strong las acepciones de la palabra son entre otras: garrote, palo, bordón y cetro, aquí parece apuntar más bien a selección, identificación y protección, posesión. Así que Juan recibe una vara simbólica y su propósito era realizar también un acto simbólico. El acto de medir, está asociado también con el acto de “fiscalizar”. (Dn. 5:27). El objetivo es corroborar el estado o la medida de algo, su condición de verdadero, legitimidad, su calidad, su cantidad, pero en el ámbito espiritual fundamentalmente busca establecer si:

El mal alcanzó su tope (Dn. 5:27).
El corazón es recto delante de Dios (Pr. 16:2)
Si los adoradores adoran acorde a la voluntad de Dios (Ez. 43:6-11).

LA VARA
Esta última cita de Ezequiel en particular, es digna de ser tenida muy en cuenta. El contexto de la cita es precisamente el acto largo, meticuloso, y delicado de medir el templo en detalle. Hay que recordar que el pueblo de Israel, aun antes de que Antíoco IV Epífanes profanara el santuario del Señor (169 a.C.), ellos mismos en varias ocasiones habían puesto ídolos abominables dentro del templo, e inclusive habían institucionalizado la adoración a otros dioses a la par con la adoración a Jehová en la casa de Dios (Ez. 8:1-18). Es por esto, que la gloria del Señor termina abandonando el templo, (Ez. 10:1 y ss) esa gloria, nunca regresa como en los días del tabernáculo en el desierto (Ex. 40:34), ni como en los días de Salomón (I R. 8:11), no regresó ni siquiera cuando, con la bendición de Dios, el templo fue reconstruido en los días de Zorobabel, y ni hablar del templo de Herodes  el Grande. Ahora bien. En este caso en particular, Dios le declara al profeta, que esa casa (el templo) era el estrado de sus pies (43:7), él afirma que tomará posesión de la casa, y la muestra de ello es el acto de medir el lugar, esquina por esquina. Eso lo podemos interpretar como toma de posesión; La relación de la renovación de la casa espiritual, de la vuelta de la Kabód (la gloria), y el empoderamiento del Señor de su casa, está íntimamente ligada a la actitud de los adoradores (43:6:11), las escrupulosas reglas que son establecidas a continuación del versículo once, solamente nos retrotraen al libro de Levítico y sus meticulosas leyes ceremoniales, que no tenían otro propósito en su conjunto que mostrar la perfecta santidad de Dios; la necesidad de acercarse a ese Dios en las condiciones apropiadas; para que así el pudiera habitar en medio de su pueblo, y ellos fueran su pueblo y él fuera su Dios. (43:9). Y por supuesto el sacrifio vicario de Cristo. Por tanto, es dable pensar que esta imagen introducida por Juan tiene su origen en Ezequiel, el atalaya de Dios, a quien le tocó ser testigo de Dios en medio de un periodo de apostasía en los días finales de Jerusalén. Pero Juan toma la imagen y la enmarca dentro de la idea que desea comunicar, que no es del todo diferente de la imagen de origen.

EL TEMPLO
En honor a la literalidad, obviamente, de lo que Juan está hablando es del templo de Jerusalén, toda la imaginería de palabras que usa hacen que de inmediato el lector familiarizado con la Biblia evoque ese lugar. La interpretación más habitual es que se trata del templo literal, reconstruido en el futuro escatológico, (porque en tiempos de Juan había sido destruido y en la actualidad no existe) entonces el templo sería literal, aunque vale decir, en honor a la literalidad, que la palabra griega que se usa aquí para templo es naos:

Apocalipsis 11:1
Kaì      èdóthe                         moi      kálamos          omoios                        rábdo,
Y         fue dada          me       una caña          semejante        a una vara (de medir)
légon               egeire              kaí       métreson         tòn naón          tou theou
diciendo:         levántate          y          mide                el santuario      de Dios4   

Hay dos palabras griegas para templo, una es jieron, y la otra es naos, según W.E. Vine5, jieron nunca se emplea en sentido figurado. En cambio naos es utilizado tanto por Cristo como por los apóstoles en sentido figurado. (Jn. 2:19-21), (Ef. 2:21), (I Co. 6:19) etc.   Así mismo, dice que esta palabra se usa tanto para hacer referencia a un templo espiritual, como a un templo físico*. Resulta interesante, que, tratándose de un evento tan importante escatológicamente hablando, y que habiendo dos palabras, una de las cuales apunta a un edificio literal, sin sombra de dudas, Juan haya escogido usar otra que puede ser interpretada en sentido figurado. Pero, asumiendo que se trata de un templo físico debemos tener al menos una idea somera de cómo llegará ese templo a ser erigido en Jerusalén nuevamente. Es decir, vamos a proyectar en cuál o cuáles posibles escenarios esto podría hacerse realidad.

CONTEXTO HISTORICO
Jesús profetizó que Jerusalén estaría en manos de los gentiles. (Cf. Lc. 21:24). Los gentiles son aquellos que étnicamente no son judíos, pero en realidad, en este pasaje, gentil no significa no judío, sino pagano, incrédulo, las naciones ignorantes de Dios y sus planes, pues debemos recordar que muchos gentiles habían abrazado la fe judía (Cf. Hch 8:27). 

Igualmente, tenemos que dar crédito a la realidad de que Jesús, en esta declaración, parece circunscribir el drama principal a Jerusalén. El templo de Herodes fue destruido en el 70 D.C. por el general Tito, hijo de Vespasiano, y hasta el sol de hoy no ha sido reconstruido, aunque siempre ha habido planes, algunos aparentemente muy serios para su reconstrucción; incluso planes terroristas para hacer volar la Cúpula de la Roca, y dar paso a la construcción del Templo de Salomón.  Hace poco, veía a través de CNN una muy interesante entrevista que realizó la veterana periodista Cristiane Amampour, a un grupo de excombatientes israelitas, hombres de gran valor y heroísmo relatando algunos de los planes que pretendían llevar a cabo un grupo de sionistas extremistas del ejercito israelí quienes intentarían colorar un cinturón de explosivos a la Cúpula de la Roca para hacerla estallar. Los entrevistados daban a entender que de haber realizado este propósito, muy probablemente habrían dado inicio a una guerra, total contra Israel.

Lo cierto es que, desde el instante en que  a los judíos les fue quitada su nación, Israel, su territorio y su santuario han estado permanentemente en una situación de “abominación desoladora” y pisoteada por los gentiles. Debe saberse que judíos y palestinos vivían en Palestina antes del año 1948. Los palestinos son árabes, por tanto sus prácticas y creencias no se ajustan a la religión judía aún cuando haya similitudes entre ambas.

Pero un hecho milagroso sucedió cuando después de la tribulación sufrida por los judíos en la II Guerra Mundial  bajo la dictadura de Adolf Hitler, las recién creadas Naciones Unidas, fueron apoderadas por Gran Bretaña, que, a la sazón ostentaba el llamado “mandato británico” sobre Palestina, para que decidiera la suerte de los judíos. En 1947 las Naciones Unidas aprobaron la partición de Palestina en dos estados, uno para Israel y el otro para los palestinos, lo cual no fue saludado ni por  los palestinos ni por las naciones árabes de entonces, declarándole la guerra a Israel, pero saliendo Israel victorioso5; obviamente con el apoyo de las naciones europeas6.

Israel conservó una parte importante de su territorio histórico, pero los palestinos se convirtieron hasta el sol de hoy, en una verdadera piedra en el zapato y viceversa, ya que ciertamente el mandato de las Naciones Unidas es la coexistencia de dos naciones en ese pequeño territorio, cosa que, en el fondo, realmente no quieren ni judíos ni palestinos. Pero los árabes, ya habían dado un golpe de gracia a los anhelos de plena integridad territorial y religiosa a los israelitas, cuando iniciaron la edificación de la Cúpula de la Roca entre los años (687 y 691 d.C.) por el noveno califa, Abd al-Malik. Para que fungiera como santuario en conmemoración de la ascensión a los cielos del profeta Mahoma.

Este monumento permanece intacto hasta hoy, reconocido como uno de los tres lugares más sagrados del Islam, misma razón por la que la autoridades judías nunca han osado destruirlo, a pesar de ser el único o más importante escollo para la erección del templo de Jerusalén, que, según los mejores estudiosos, debe ser levantado o en ese mismo sitio, o muy cerca de ahí. Entonces, como en la trama de una película, lo que se necesita para poder remover La Cúpula de la Roca, mejor y erróneamente conocida como Mezquita de Omar, es realmente o un acuerdo político histórico que incluya a los palestinos, los países árabes y las naciones musulmanas hostiles a Israel, y las grandes naciones, pero eso, hasta ahora, ha sido imposible.

La otra alternativa, es una guerra imposible humanamente de ganar por el estado de Israel, ya que sus adversarios son muchos, poderosos y están muy cerca, y por otro lado, ninguna nación por amiga que sea de Israel o por intereses que desee defender estaría dispuesta a echarse encima un conflicto a gran escala, máxime cuando en los últimos años, peligrosamente, Israel ha dejado de ser el aliado exclusivo de Europa y Estados Unidos en la región. Y particularmente el gobierno del presidente Barack Obama ha dejado ver que su estrategia para manejar los conflictos internacionales es fundamentalmente no darles demasiada importancia, recurrir lo menos posible al gasto militar y apoyar más la diplomacia y atender con más eficacia la agonizante economía de su país.

Si esta política es sostenida por sus futuros predecesores, estaría marcando el principio del fin de la histórica alianza del mayor protector humano de Israel y de la autosuficiencia y exceso de confianza mostrados por el estado de Israel en las últimos décadas. Sería en una coyuntura de crisis mundial en la que el estado de Israel ya no parezca tener dolientes, como ha pasado ya muchas veces, en la que los premilenialistas ven entrar a un tal, “Moisés Stalhitlussein”, (el Anticristo) -¡algún nombre habrá de tener!- Esta figura dictatorial, quien, por el poder omnímodo que ostentará podrá hacer a su antojo lo que decida hacer máxime bajo la inspiración de Satanás. 

Entonces en una movida muy extraña y que por demás no tiene apoyo bíblico explícito, este personaje enemigo acérrimo del pueblo de Dios, inspirado y revestido de poder por el mismo Satanás, (que se conoce la Biblia de tapa a tapa) va a arriesgar innumerables recursos políticos, económicos y militares para construirles a los judíos un templo, donde ellos plácidamente van a adorar a Jehová su Dios por espacio de unos tres años y medio, mientras Satanás espera pacientemente, para entonces un día aparecerse en el templo de Dios, donde no hay tronos literales, ni sillas de ningún tipo para sentarse, y proclamar que es a él a quien en lo sucesivo se le debe tributar adoración.

¿Qué interesante? El mundo tiene siete mil millones de personas y Satanás está interesado en la adoración de únicamente los pocos judíos devotos, que vivan en Palestina en ese entonces. Desde este punto de vista esta trama no parece razonable, no al menos para los intereses de Satanás. La articulación de un plan tan burdo está más cerca de la ficción que de la realidad de la coherencia de los planes históricos de Dios.

¿CON QUE TIEMPO CONSTRUIRIAN EL TEMPLO?:
Recuerde que este análisis tiene como objeto visualizar ese mundo que pinta el premilenialismo, mantenga la perspectiva para que pueda asimilar hacia donde se dirige nuestro argumento. El majestuoso templo de Salomón tardó más de siete años en ser construido (1 R. 6:1 y 6:37-38). El templo que construyó Herodes el Grande llevaba ya más de cuarenta años en construcción y todas sus dependencias no habían sido terminadas en tiempo de Jesús. Quizá el templo que haya de reconstruir el Anticristo no sea tan fastuoso como el que construyó el rey Herodes el Grande, quizá sea solo una réplica como el de Salomón. Aunque hoy día hay muchos equipos modernos que antes no existían los cuales facilitan las tareas de construcción, también hay muchas cosas que antes no eran parte de una construcción moderna. Pero este proyecto de edificación deberá ser terminado en probablemente menos de dos años. Una tarea nada sencilla.

DIFICULTADES INTRINSECAS PARA LA CONSTRUCCION DE UN TEMPLO EN JERUSALEN
¡Para Dios todo es posible! Estamos de acuerdo. Si él quiere algo, él mismo empuja para que se logre con su poder infinito. Pero, aparentemente, este templo no es Dios quien lo quiere, sino el Anticristo y los judíos según parece. El templo, si por algún motivo se inicia su construcción, vendrá a ser un proyecto objeto constante de atentados terroristas, desde el primer picazo, hasta el día de su inauguración y mientras esté en pie; a menos que todos los musulmanes se conviertan al unísono al judaísmo, o sean hipnotizados por el Anticristo (no pocos comentaristas coligen en que, de hecho, el Anticristo junto al Falso Profeta, ejercerán poderes de esta naturaleza, para que todos adoren a la bestia) ya que su erección habrá significado la destrucción y el desplazamiento de uno de los centros de adoración más icónicos de la cultura islámica, un templo que va a rivalizar en popularidad con la Meca y con el Vaticano.

Esta construcción se verá entonces afectada por la deserción de trabajadores por la misma causa, por la oposición interna de aquellos que consideren que no es buena idea buscarse un problema gratuito para satisfacer a una minoría; detenciones de la construcción por la misa razón, boicoteada en el suministro de materiales por lo opositores no sionistas. Y a pesar de todo lo planteado, tal construcción deberá levantarse en tiempo record porque el periodo de la tribulación antes de la II Venida, según este esquema, es de solo siete años. Así que después de ese titánico esfuerzo el uso de ese edificio será muy puntual y efímero: tiene como único objetivo que el Anticristo convoque a una rueda de prensa, aparezca en su santuario y reclame adoración, una adoración que sabe, de ante mano, que no recibirá. Hay que preguntarse si un objetivo tan exiguo merecerá semejante inversión de esfuerzo y recursos.











REFERENCIAS MÁS RELEVANTES ACERCA DEL TEMPLO
DIAGRAMA3.
FUENTE
LUGAR DEL TEMPLO
DECLARACIÓN
QUIEN LO DECLARA
Ez 43:1 y ss
Entonces oí a alguien que me hablaba desde la casa, y un hombre estaba junto a mí. La voz me dijo: “Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el cual habitaré para siempre entre los hijos de Israel.”

JERUSALEN EN EL FUTURO
EL SEÑOR DECLARA QUE TOMARA POSESIÓN DE SU PUEBLO, SU CASA Y QUE SE ASEGURARA DE QUE TODAS LAS COSAS SE CUMPLAN COMO FUERON PLANIFICADAS AL PRINCIPIO PERO EN UNA DIMENCIÓN Y ALCANCE MUCHO MAYOR. EZEQUIEL VA A UN TEMPLO QUE APARECE DE LA NADA. NO HAY REGISTRO DE UNA SOLA PALABRA SUGIRIEONDO SU CONSTRUCCION U ORDENANDOLA.
JEHOVÁ
Jn. 4:19-21.
“Le dijo la mujer: Señor me parce que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, pero vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorareis al Padre […]
NO RESTRINGIDO A UN LUGAR ESPECIFICO
JERUSALEN ES DESPOJADA DE SU SIMBOLOGIA COMO UNICO SITIO DE ADORACION APROBADA POR DIOS.
JESUS
I Co. 6:19; I Co 3:16; II Co 6:14-18. […] “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido e Dios y que no sois vuestros?
CADA CREYENTE
PABLO DA UN USO DESCONOCIDO A LA PALABRA TEMPLO ASOCIANDOLO CO LOS CREYENTES, PARA PABLO AHORA LOS CREYENTES SON EL TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO.
PABLO
Dn. 9:26.
[…] “El pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario, su final llegará como una inundación y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.”
JERUSALEN
DIOS DECRETA LA TERCERA DESTRUCION DEL TEMPLO Y JAMAS SE HABLA DE SU RECONSTRUCCION
GABRIEL / DANIEL
II Ts. 2:3b y 4.
[…] “El hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto, que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. 
INDEFINIDO
¿JERUSALEN?
PABLO DICE QUE EL HIJO DE PERDICION (ANTICRISTO) TOMARA POSESIÓN EN EL TEMPLO DE DIOS HACIENDOSE PASAR POR DIOS. PERO HAY QUE CONSIDERAR EL USO QUE PABLO ACOSTUMBRA DAR A LA PALABRA TEMPLO Y QUE LA PALABRA AQUÍ USADA POR PABLO PUEDE HACER REFERENCIA TANTO A UN TEMPLO FISICO COMO A UN TEMPLO ESPIRITUAL.
PABLO




Lc. 21:5-6.
“A unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas , dijo:
-En cuando a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida.”
JERUSALEN
JESUS ANUNCIA LA  DESTRUCCION DEL TERCER TEMPLO Y JAMAS SE HABLA DE SU RECONSTRUCCION
JESUS
Apoc. 21:22. […]
“En ella no vi templo, porque el Señor Dios Todopoderoso es su templo, y el Cordero” 
JERUSALEN
JUAN VE LA NUEVA JERUSALEN Y ATESTIGUA QUE EN ESA CIUDAD NO VIO TEMPLO NI HABIA NECESIDAD DE EL.
JUAN

El último templo erigido, (el tercero), es de hecho considerado por los judíos como el segundo, quizá debido a que significó una ampliación y embellecimiento de este. Los dos primeros templos, el de Salomón (II Sm. 7:13), y el de Zorobabel (Is. 44:28),  fueron reconstruidos mediante una palabra expresa del Señor como se ha mostrado. Pero después de la destrucción del templo de Herodes, jamás se volvió a proferir palabra mandando su reconstrucción. Ezequiel registra una larga y simbólica visión sobre el templo Caps. 40-48, pero es de notarse que de este templo jamás se dice que fue construido, parece haber estado siempre allí, el lenguaje es simbólico y el símbolo apunta a una realidad ideal del pueblo espiritual y restaurado donde el templo como símbolo de Dios es en sí mismo como una ciudad Cf. 40:2. Dios ha de gobernar desde dicho templo y habrá una corregencia humana. (Ez. 45:7 y ss) El mensaje consistente, según la información extraída del cuadro es dejar pasar al templo como una etapa superada en la dinámica de la adoración, pues ya hay acceso a Dios a través del único y suficiente sumo sacerdote Jesús, (Heb. 4:14-16; 5:1-10) los creyentes pueden adorar en todo lugar en espíritu y en verdad, los creyentes de hecho pasan a ser el templo del Espíritu Santo. No hay una sola mención explícita, como es evidente, ni siquiera implícita de un Anticristo mandando o autorizando a construir un templo. La referencia de Pablo al Anticristo entronizándose como Dios en su templo debe ser analizada a la luz de lo siguiente: no hay una fecha específica para la redacción de II Ts. Pero los eruditos coligen en que debe ser anterior al 64 d.C. fecha aceptada para el martirio de Pablo. Una década antes, el emperador  Calígula 37-41 d.C. había intentado afanosamente colocar una imagen suya en el templo de Jerusalén pero sin éxito ya que el pueblo estuvo a punto de iniciar una revuelta. Cabe la posibilidad de que esta imagen estuviera en la mente del apóstol cuando escribió este pasaje por inspiración divina, aunque no es algo que se pueda asegurar, de ser así, Pablo estaría hablando de un Anticristo presentándose en el templo en un escenario final pero sin entrar en más detalles. Ahora bien. Es preciso señalar que siendo el templo una entidad tan importante, y si es cierto que tiene tal importancia escatológica, uno esperaría que Jesús y los demás apóstoles y el mismo Pablo hubieran dedicado al menos una referencia a tal lugar y a tal acontecimiento, pero el Nuevo Testamento yace yermo de tales referencias, para todos los autores del N.T. el templo prácticamente dejó de existir y cuando se le menciona en términos escatológicos es solo para anunciar su destrucción y para esta enigmática referencia de Pablo, que, sin embargo puede ser interpretada razonablemente como haciendo alusión a los creyentes, el cuerpo de Cristo, por las menciones que Pablo hace sobre los creyentes como templo de Espíritu Santo. Como sabemos,  seis años después de la muerte de Pablo el templo había de ser destruido para no ser reconstruido hasta nuestros días y como ya hemos señalado, no hay palabra que ordene su reconstrucción. Sin embargo, eso no hace a la profecía incumplible, ya que ningún templo es más codiciable para Satanás que aquel que está construido con piedras vivas, esto es, los creyentes.  Acerca de los creyentes el apóstol Pedro señala que en el último tiempo vendrían muchos que harían mercadería de ellos (II P. 2:3) y el  apóstol Pablo anuncia que una rebelión espiritual diabólica (apostasía) tendría lugar en el último tiempo y a la verdad nada es más cierto hoy día. El ministerio cristiano se ha convertido en un verdadero negocio al punto tal que se organizan actividades en los mismos templos exigiendo el pago de una entrada a quienes desean participar  aparte de llenar dichas actividades de toda clase de mercadería y ofertas de temporada. Tal parece que se necesitará que Jesús vuelva a limpiar el templo.  

SE NECESITA QUE SATANÁS CREA QUE LOS JUDIOS, SI EL LOS PRESIONA LO SUFICIENTE, LO VAN A ADORAR.
No hay posibilidad humana de que los judíos devotos, que no han reconocido a Jesús como Mesías, quienes históricamente han soportado literalmente de todo7 para tratar de mantener pura su fe y sus tradiciones, adoren al Anticristo, reitero, han rehusado adorar al galileo, judío de pura cepa, ¿adorarían a uno que se supone será, medio judío, medio gentil? Por tanto, es lógico pensar en semejante desperdicio de energías y ridículos esfuerzos para tratar de conseguir una adoración con una estratagema tan susceptible de fallo.

Al comienzo de la hegemonía seléucida en Palestina, los judíos vivieron una relativa paz religiosa y social. Sin embargo, esta situación no duró mucho tiempo, Antíoco IV Epífanes (175-163 a.C), un fanático helenista, al llegar al poder se distinguió, entre otras cosas, por profanar el templo de Jerusalén. En el año 167 a.C. edificó una imagen de Zeus en el templo; además, sacrificó cerdos en el altar (para los sirios los cerdos no eran animales impuros). Esos actos incitaron una insurrección en la comunidad judía. Los judíos se negaron obstinadamente a seguirlo en su afán y los que lo hicieron lo hicieron a punta de espada.

¿CUALES CREENCIAS SON VITALES PARA QUE ESTE MODELO FUNCIONE?

Un rapto o arrebatamiento secreto antes de la Gran Tribulación, sacando a la iglesia de la escena mundial, con lo cual los únicos adoradores posibles serían los judíos.
Un interés neurótico por parte de Satanás por plantarse en el Templo de Jerusalén para intentar fallidamente que le adoren unos cuantos judíos piadosos, pero bíblicamente ciegos y desorientados.

El planteamiento aquí es la reconstrucción del templo para satisfacción de los judíos, bien, esto es lo que la Biblia dice con relación al templo:

[…] “Jesús le dice: Mujer, créeme que viene una hora cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. […] Jn. 4:21.
 […] Pero viene una hora y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque también el Padre busca a tales que lo adoren” […] Jn. 4:23. BTX.

En otras palabras, pone final a la centralidad de Jerusalén y su templo como imán de la adoración formal universal. Pero el corolario de esta enseñanza se halla en el libro a los Hebreos desde los capítulos 7-10. El extenso y contundente argumento del autor a los hebreos es fundamentalmente mostrar la superioridad y absoluta eficacia del sacrificio vicario de Cristo en el Calvario y la caducidad y nulidad (7:18-19-22), (9:9, 12, 13), (10:2, 7-10) de los sacrificios  de animales que todavía se presentaban en los días del autor en el templo de Jerusalén. Este es un argumento poderoso que solo puede ser desmontado si no se aplica al texto de hebreos el método gramático histórico. Aún estando el templo en pie, la comunidad cristiana tenía consenso (8:3-4) en el hecho de que la simbología del templo de Jerusalén y las actividades que allí se realizaban ya no eran vinculantes, (8:5-13) pues al llegar Cristo y haberse ofrecido como sacrificio excelente y suficiente ante las demandas del Padre consiguió con un solo sacrificio para siempre jamás la salvación del pueblo. Mientras el templo estuvo en pie, los discípulos judíos de Jesús continuaron la benéfica práctica de ir a orar al templo, allí lograron impactar la vida de muchos judíos devotos quienes esperaban el reino de Dios. Pablo mismo, participó después de su conversión en la oración y en las ofrendas al templo; Pero nunca se hace referencia de los discípulos después de la resurrección de Cristo realizando sacrificios para el perdón de pecados ni tampoco recomendándolos u ordenándolos a persona alguna, al contrario, hay mucha enseñanza desalentando esa práctica.  Véanse los libros de Romanos, Gálatas, y Hebreos. A Dios no le interesa ese templo, el templo de su grata satisfacción parece ser su pueblo, cada creyente en particular, pues este pueblo ha sido designado templo del Espíritu Santo. (I Co. 3:16-19; 6:19; II Co. 6:16).

El autor de Hebreos particularmente es incisivo en el hecho de que los modelos representados por el templo y su disposición eran prefiguraciones de lo perfecto, y afirma sin sombra de dudas que eso perfecto que se esperaba se había cumplido en Cristo, por tanto, no tiene fundamento bíblico pretender que sea parte del plan de Dios auspiciar la reconstrucción del templo, cuando el mismo Juan en Apocalipsis registra que en la nueva Jerusalén (Apoc. 21:22), no vio templo sino que el Señor mismo era su templo. Pretender que es parte del plan escatológico de Dios la construcción y permanencia de este templo como claramente lo plantean varios autores, es contravenir innecesariamente la enseñanza de las Escrituras.

En resumen, Jesús dice que la adoración que se producía en Jerusalén perdería total vigencia, lo cual es una realidad maravillosa hoy, pues millones de creyentes en Cristo, como la samaritana, adoran al Cordero alrededor del mundo. Cuando el templo estaba en pie, durante los días de peregrinación Jerusalén era un caos, ese tipo de caos suele deslucir y desnaturalizar la esencia de las ceremonias religiosas; imaginémonos por un momento los millones de hijos de Abraham diseminados por todo el mundo yendo literalmente a Jerusalén a peregrinar para adorar en un templo. La verdad es que, la literalidad en otros géneros es vital, pero la literalidad a ultranza en el género apocalíptico puede llegar a ser un peligro latente.

CONCLUSIONES
Sobre el tema de la reconstrucción del templo en realidad bíblicamente hablando no hay fundamento sólido, no hay declaración explícita, ni una enseñanza que, claramente o inferencialmente enseñe acerca de la construcción de un templo por parte del Anticristo para los judíos.

Ni Dios ha revelado sus planes de tal manera que el hombre los sepa por completo, ni que el Diablo pueda prepararse para tratar de saboteárselos. ¿Por qué sigue Satanás adelante con sus planes, a pesar de que la Biblia profetiza su derrota final? (Apoc. 20:10). En parte porque su naturaleza le impulsa al mal, pero igualmente porque en realidad él desconoce a ciencia cierta las movidas de Dios. Por ello tiene muchas cartas bajo la manga, y una de las más importantes que cree tener es al hombre, y su conducta; podría ser que, en lo íntimo del ser del diablo debido a su inmensa soberbia cree que puede prevalecer confiando no en sus planes, sino en la debilidad humana.

1-       (Lockyer, Sr. Herbert, Apocalipsis el drama de los siglos. Pág. 127. Editorial Vida 1982).
2-       (Millos Samuel Pérez. Th.M.  Apocalipsis, Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento. Págs. 696, 697. Editorial Clie. 2010).    *(la cita correcta es II R. 1:10).
3-       (Lacueva Francisco, Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español. Pág. 986. Editorial Clie, 1984).
4-       W.E. Vine
5-       Véase Guerra de los seis Días
6-       (Véase Carlsen Johan. Israel, antiguo y moderno, Los judios en la Edad Media. Guerra de los seis días (5 a 10 junio 1967). (Págs. 33-34. Terrasa, (Barcelona) España. Editorial Clie 1985).
7-       (Cetina Sánchez Edesio. Descubre la Biblia. Manual de ciencias bíblicas. Época helenística (333-63 a.C. Págs. 61-62.  Sociedades Bíblicas Unidas. 1998).
8-       Sulpicio Severo (363-420), al referirse en su crónica a un escrito anterior de Tácito (56-117), dijo que Tito atacó Jerusalén con el fin de destruir el templo para favorecer el debilitamiento y supresión de las sectas judías y cristianas. Algunos estudiosos sostienen que en realidad la destrucción de Jerusalén liberaba a la iglesia cristiana para cumplir con su principio de religión universalista destinada a todo el mundo.
9-       La narración de Flavio Josefo, generalmente se considera poco fiable en este caso. Josefo había actuado como mediador para los romanos y, cuando las negociaciones fracasaron, fue testigo del asedio y de las consecuencias del mismo. Escribió: Ahora, tan pronto como el ejército no tenía más personas para matar o para el saqueo, ya que se mantuvo a ninguno de los objetos de su furia (para que no han escatimado, había permanecido allí cualquier otro trabajo que hacer), Tito César dio órdenes de que ahora debería demoler toda la ciudad y el templo, sino que debe salir ya que muchas de las torres en pie, ya que eran de la mayor prioridad, es decir, Phasaelus, y Hippicus, y Mariamne, y gran parte de la pared adjunta la ciudad en el lado oeste. Este muro se salvó, con el fin de garantizar un campamento de como se encuentran en la guarnición de [la ciudad en el Alto], al igual que las torres de [los tres fuertes] escatimado también, con el fin de demostrar a la posteridad de qué tipo de ciudad se , y qué tan bien fortificada, que los romanos habían sometido valor, pero para todo el resto de la pared [en torno a Jerusalén], se establecen incluso tan a fondo con el suelo excavado por los que hasta la fundación, que no se dejó nada a los que allá se cree que [Jerusalén] ha sido habitada. Este fue el final que llegaron a Jerusalén por la locura de los que fueron para las innovaciones, una ciudad de otro de gran magnificencia, y la fama entre los poderosos de toda la humanidad. Y realmente, el propio sentimiento de uno mismo era de melancolía porque, por aquellos lugares que fueron adornados con árboles y jardines agradables, ahora se había convertido en una tierra desolada, y todos sus árboles fueron talados. Tampoco puede ningún extranjero que había visto anteriormente Judea y los más bellos barrios de la ciudad, y que ahora lo veían como un desierto, dejar de llorar y lamentarse por un cambio tan grande. Josefo afirma que 1.110.000 personas murieron durante el asedio, de los cuales la mayoría eran judíos. Además, 97.000 fueron capturados y esclavizados, incluidos Simón Bar Giora y Juan de Giscala. Muchos huyeron a las zonas de todo el Mediterráneo. Tito se negó a aceptar una corona de la victoria decretada por el Senado de Roma, ya que "no hay mérito en derrotar un pueblo abandonado por su propio Dios".
10-    Wikipedia enciclopedia virtual.
*A este tipo de casos hago referencia cuando hablo de lo que pesan las corrientes teológicas: “(Notas) el templo mencionado en 2 Ts 2.4 (naos), como la sede del hombre de pecado, ha sido considerado de diferentes maneras. El peso de la evidencia de la Escritura favorece la postura de que se refiere a un templo literal en Jerusalén, que ha de ser reconstruido en el futuro (Cf. Dn 11.31 y 12:11, con Mt 24:15).” (Vine, E. W. Diccionario Expositivo De Palabras Del Antiguo Y Del Nuevo Testamento Exhaustivo. Pág. 880. Nashville, T.N. Editorial Caribe, 1999).
 Evidentemente Vine es honesto y por fuerza de la evidencia reconoce que el texto habla de un templo que puede ser entendido metafóricamente, pero el tiene su apego doctrinal y saliendo del aspecto técnico de su disciplina, pasa al área de la interpretación (a lo cual tiene perfecto derecho) para sugerirnos, que el peso de la evidencia, según su teoría apoya un templo literal. Desafortunadamente para él, el peso de la evidencia para mi apoya un templo metafórico (la iglesia, como templo del Espíritu Santo) y además de me apoya el peso de la evidencia escritural.
11-    (Archer L. Gleason . Reseña critica de una introducción al Antiguo Testamento (Ezequiel) Págs. 410, 411, 412. Traducido por: A. Edwin Sipowicz  y M. Francisco Liévano R. Editorial Portavoz, Grand Rapids, Michigan EE.UU. 1987).


Preguntas y proyectos de investigación

1-       Haga un estudio detallado de los pasajes que tratan el tema del templo e identifique aquellos pasajes que hablen explicita o implícitamente de la construcción futura del templo de Jerusalén.
2-       Investigue toda la evidencia bíblica explícita o implícita sobre los planes del Anticristo de hacer un pacto con el pueblo judío y su promesa de construirles o permitirles reconstruir el templo.

3-       ¿Cuál es el fundamento bíblico para un plan del Anticristo procurando la adoración de la humanidad y en especial los judíos?


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·                     Profundo, pero en lenguaje sencillo
·                     Abarcador, todos los temas de interés son tratados
·                     Equilibrado una presentación respetuosa y que evita el sectarismo
·                     Didáctico, muy práctico para Profesores de seminarios bíblicos, Pastores, Maestros de                       escuela dominical o para los siervos de Dios que aman interiorizar en los temas de los                       tiempos finales.

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Escríbanos a: albertogalvac@hotmail.com

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