CAPITULO
V
APOCALIPSIS
ANLISIS
DEL TEXTO DE MUESTRA I
Apocalipsis
11:1-12.
“y me fue dada una
caña semejante a una vara, diciendo: Levántate y mide el santuario de Dios, y
el altar, y a los que adoran en él; pero el atrio del santuario déjalo fuera y
no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, y ellos hollarán la ciudad
santa durante cuarenta y dos meses.
Y daré mis dos testigos, y profetizarán durante mil
doscientos sesenta días vestidos de saco.
Estos son los dos olivos, y los dos candelabros que están
en pie delante del Señor de toda la tierra.
Si alguno procura dañarlos, un fuego procede de sus bocas
que devora a sus enemigos: si alguno procura dañarlos, debe morir de la misma
manera.
Estos tienen la potestad de cerrar el cielo, para que no
caiga lluvia durante los días de su profecía; también tienen potestad sobre las
aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga,
cuantas veces quieran.
Cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del
abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará. Y sus cadáveres
yacerán en la plaza de la gran ciudad, que espiritualmente se llama Sodoma, y
Egipto, donde también fue crucificado el Señor de ellos.
Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas y naciones,
contemplan sus cadáveres durante tres días y medio, y no permiten que sus
cadáveres sean puestos en un sepulcro.
Y los que habitan en la tierra se regocijan sobre ellos y
lo celebran, y se enviarán regalos unos a otros, porque ellos atormentaron a
los que habitan sobre la tierra.
Pero después de los tres días y medio, entró en ellos un
aliento de vida procedente de Dios, y se pusieron sobre sus pies, y un gran
temor cayó sobre quienes los contemplaban.
Y oyeron una gran voz procedente del cielo, que les
decía: ¡Subid acá! Y subieron al cielo en la nube, y los contemplaron sus
enemigos”. BTX.
A continuación
veamos la interpretación que autores de diferentes corrientes teológicas dan a
este pasaje:
Herbert Lockyer,
Sr.