miércoles, 3 de julio de 2013

NUEVO DICCIONARIO BÍBLICO ILUSTRADO


PERSPECTIVA®
c  r   i   s   t   i   a   n   a
Prof.J.A.Galvá
Pasajes escogidos, difíciles y especialmente controversiales.
Editorial Perspectiva Cristiana ® 2013.
Ninguna parte de esta obra puede reproducida total o parcialmente sin permiso de los editores exceptuando citas breves.

POESÍA HEBREA
La poesía hebrea posee una estructura lingüística definida y fácilmente identificable. Diferente del español y otros idiomas el énfasis en la expresión poética hebrea se halla en la repetición y en el énfasis de los conceptos expresados. En español e incluso en inglés el arreglo sonoro de las ideas muchas veces sobrepuja por encima incluso del mensaje. […] En general, se suelen distinguir tres formas de paralelismo: el sinónimo, el antitético, y el sintético.

(A) El paralelismo sinónimo consiste en expresar dos veces la misma idea, con palabras distintas, como en el Salmo 15:1:

“Señor, ¿quién puede residir en tu santuario?,
¿Quién puede habitar en tu santo monte?”

O bien:

Sal. :148:1.
“¡Alaben a Señor desde el cielo!
¡Alaben al Señor desde lo alto!”

Sal. 150:3
“¡Alábenlo con toques de trompeta!
¡Alábenlo con arpa y salterio!”     

(B) El paralelismo antitético se establece por la oposición o el contraste de dos ideas o de dos imágenes poéticas; por ejemplo,

el Salmo “los que el Señor bendice heredarán la tierra, pero los que él maldice serán destruidos”.

En esta forma el paralelismo, los contrastes son a veces bien marcados (como en el ejemplo precedente); otras veces, el segundo hemistiquio,  (o línea de pensamiento), no expresa exactamente  la idea contraria, sino que invierte con cierta libertad la idea propuesta. En tales casos la antítesis expresa una posibilidad de oposición entre luchas otras, dando así lugar a innumerables posibilidades de variación, como en Proverbios 14:15.

“El imprudente cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por donde anda”. […].

(C) El llamado paralelismo sintético abarca una extensa gama de relaciones entre el primer hemistiquio, (o línea de pensamiento), y el segundo. El segundo miembro, no repite, aunque sea modulando, lo expresado en el primero, ni tampoco dice lo contrario, lo característico s que continua la idea enunciada, las más de las veces con una gradación que da lugar a una idea nueva. Así el segundo miembro completa, explica o termina de expresar el pensamiento enunciado en el primero, avanzando en la misma dirección; obviamente esta prolongación puede hacerse en varias direcciones posibles. Por ejemplo: “Oh Dios, tú eres santo en tus acciones; ¿Qué Dios hay tan grande como tú?” Sal. 77:13.

“El Señor es mi pastor; nada me falta”  Sal. 2:3-1.
“Tenía hambre y sed, ¡estaban a punto de morir![1]” Sal. 107:5 Págs. 44 y 46.

Para más información sobre este tema consúltese: (Descubre la Biblia. Manual de ciencias bíblicas. Tomo I. Sociedades Bíblicas Unidas. 1998).
















NUEVO DICCIONARIO BÍBLICO ILUSTRADO PERSPECTIVA CRISTIANA





NUEVO DICCIONARIO BÍBLICO ILUSTRADO
PERSPECTIVA®
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Prof.J.A.Galvá

Pasajes escogidos, difíciles y especialmente controversiales.
Editorial Perspectiva Cristiana ® 2013.
Ninguna parte de esta obra puede reproducida total o parcialmente sin permiso de los editores exceptuando citas breves.

PERFECCION/PERFECTO/PERFECCIONAR. heb. tamím, entero, integridad, perfecto. gr. teleióo. completar, consumar, perfecto. (Strong) (Strong James, LL.D., S.T.D., Nueva Concordancia Strong Exhaustiva. Concordancia Exhaustiva de la Biblia. Editorial Caribe. Inc. Nashville, T.N. —Miami, FL, EE.UU.).   Tanto en hebreo como en griego existen múltiples términos que denotan perfección y lo perfecto. Todo concepto de perfección en el sentido estricto de la palabra ha de ser atribuido solo a Dios. “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mt. 5:48). La perfección de Dios es absoluta en todos sus atributos y manifestaciones pues en él no habita ni mudanza ni sombra de variación (St. 1:17). Por tanto no hay cosa respecto de Dios que sea susceptible de fallo, inconsistencia, mácula precipitación o tardanza, ni su gracia, ni su castigo, ni su longanimidad ni su paciencia pueden ser catalogados de livianos o excesivos puesto que como la más perfectas de las formulas matemáticas simple y limpia, todas las acciones de la deidad armonizan artísticamente con el concierto de sus actos y manifestaciones y no hay notas discordantes en su elaborada sinfonía creacional.

II Partiendo de la premisa de la absoluta perfección de Dios se desprende que todas sus obras también han de serlo (Gn. 1:31). Sin embargo, no hay que extrapolar por ello, que, el grado de perfección aludido a sus obras es el mismo grado de perfección con que se califica su persona dado que Dios en todo sentido es único, por tanto, sus obras vienen a ser perfectas en cuanto al propósito para el que fueron creadas y no como si estas compartieran la cualidad divina única de la perfección, de no ser así entonces Dios no sería único, pues, algo fuera de él, emanado de él, pudiera llegar a compartir con la deidad una de sus distintivas cualidades, de ahí que, Dios, que lo puede todo, no puede sin embargo hacer otro Dios igual que él. Por tanto es dable pensar que la perfección que Dios exige de sus criaturas nuca va más allá de la órbita alcanzable para ellas. Por supuesto que la caída vino a ser una estocada fatal y catastrófica para la creación debido a que en tal condición las criaturas jamás pueden alcanzar lo que antes de la caída podían lograr como aspiración de santidad y perfección.

III Pero este estricto concepto de perfección puede que también haga suscitar la pregunta: ¿Cómo un Dios perfecto articular un plan imperfecto o susceptible de fallo y todavía considerase que su plan revela la perfección de su persona y todas sus obras? Hay muchas formas de tratar de responder a esta interrogante. Por un lado está la cuestión del libre albedrío, que plantea que, si bien Dios hizo todas sus obras perfectas él no las creó autómatas sino pensantes y con libertad y determinación, y por tanto la posibilidad del fallo o el error eran inevitables. El problema es que es posición no responde la objeción que levanta el tema de la omnisciencia de Dios, que de antemano sabe a ciencia cierta todo cuanto sus criaturas han de hacer, pero además, le permite saber, aun antes de crear, cuál ha de ser el resultado final de todas y cada una de las acciones de sus criaturas. La única respuesta satisfactoria a este aparente dilema es admitir que de alguna forma el fallo estaba planificado, no simplemente previsto, sino calculado a fin de que produjera resultados igualmente planificados que al final de la trama redundan para la gloria del Dios sabio y el goce y deleite de sus criaturas. Puede que esta postura genere muchas más preguntas, pero, al final del día hay que admitir que es sencillamente imposible que el Dios perfecto ideara un plan que pueda ser considerado perfecto y que este plan se perciba e la actualidad como algo ampliamente fallido, si que a su vez este resultado aparente no estuviera debidamente previsto y arreglado para su ocurrencia.
  
IV Siendo Dios perfecto demanda a sus criaturas que también lo sean. De la misma manera que no se puede tener comunión con Dios sino no se le tiene confianza (fe) (Heb. 11:6), tampoco se puede tener un acercamiento aceptable con Dios si no se vive en armonía con su perfección; “Y este es el mensaje que oímos de él, y os anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas” (I Jn. 1:7).  Pero como se ha acotado antes, la caída ha impedido a las criaturas lograr la perfección bajo las condiciones inherentes a su condición, por tanto, al igual que la santidad (Lv. 20:8; 22:32; Ex. 31:13; 20:7), a la que no se puede llegar simplemente queriendo, la perfección igualmente requiere ser primero imputada por Dios para que luego las criaturas energizadas por su poder vivificante puedan transitar tanto la senda de la santidad como la de la perfección.

V Cuando Cristo viene al corazón de los hombres, una nueva naturaleza conforme a la perfección de Dios viene a ser parte de sus vidas, pero esta naturaleza es operada por el Espíritu Santo en una forma “sutil”;  podría decirse que está diseñada para ser percibida por quienes comparten esta misma naturaleza, pero es solo una chispa inicial que potencialmente pude hacer maravillas. De esta forma, prácticamente nada distingue a un creyente en Cristo de uno que no le ha recibido. La persona regenerada sigue siendo de carne y hueso y sigue sujeta a las mismas limitaciones, precariedades y tentaciones que los no creyentes. La posición en la que es colocado el nuevo creyente es en la posición que estuvo Adán antes de pecar. Antes de esta situación Adán solo tenía decisión para no pecar (Agustín) y después de pecar, su voluntad quedó cautiva en el pecado y la culpa de modo que ninguna decisión que tomara en lo sucesivo entraba dentro del agrado de Dios debido a que había caído de su estado de perfección y por consiguiente ni su mente ni su espíritu estaban unánimes con Dios. El punto de vista de Agustín es interesante, aunque no carente de controversia, porque ¿En qué sentido Adán solo tendría voluntad para pecar, toda vez que, ejerciendo su voluntad, finalmente pecó? Siguiendo con el argumento de Agustín, cuando una persona es regenerada entonces es puesta en una condición en la que puede elegir o lo bueno o lo malo, en otras palabras, antes de la caída, la voluntad humana estaba cautiva en el bien. Después de la caída estuvo cautiva en desear solo el mal (Gn. 6:5; Ro. 8:7). Pero una vez venimos a Cristo somos por así decirlo, promovidos a la condición de verdadera libre escogencia. Por tanto, la verdadera perfección en este estado se halla en la obediencia y en el conocimiento de la diferencia fundamental entre el bien, es decir lo correcto, lo que conduce al bienestar y a la verdadera libertad, y el mal, esto es, el error, que por definición no puede traer otra cosa que calamidad, atraso y dolor.


VI La perfección final de los creyentes les viene de una de dos formas; (Heb. 11:40) en la muerte, el creyentes está, por así decirlo, en la antesala de ese proceso, (no lo ha alcanzado cabalmente aún) pero, siendo que lo único que le falta es la recepción de un cuerpo glorificado y transformado para que pueda entrar en la regeneración de forma integral tal como está prometido a todos los justos, bien se puede empezar a hablar de una cuasi perfección. Igualmente les ha de llegar a los creyentes vivos que no han de atravesar el trance de la muerte (I Co. 15:51-52), sino que, en vida, en la II Venida de Cristo han de ser transformados y hechos perfectos en un abrir y cerrar de ojos para siempre.Prof.J.A.Galvá.  

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Contienen además todos los pasajes escogidos, difíciles y especialmente controversiales.
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TRADICION: I gr. parádosis, transmisión, precepto, esp. ley judía tradicional. (Strong James, LL.D., S.T.D., Nueva Concordancia Strong Exhaustiva. Concordancia Exhaustiva de la Biblia. Editorial Caribe. Inc. Nashville, T.N. —Miami, FL, EE.UU.). El legado preciado legado transmitido por los ancestros a las generaciones subsecuentes. Todas las civilizaciones antiguas han dado siempre gran valor al conocimiento y a las costumbres porque son por así decirlo la garantía del progreso de las generaciones venideras ya que a través de la preservación del conocimiento antiguo las generaciones siguientes tienen un punto de partida, un parámetro para dar continuidad a sus vidas. Igualmente la tradición constituye el necesario nexo entre el pasado y el presente, y brinda a las generaciones actuantes un sentido de arraigo, enlace y pertenencia.

II En la antigüedad no habían escuelas como las conocemos hoy, los templos y los sacerdotes y sirvientes de los mismos solían de alguna manera constituir la institución encargada de la custodia del conocimiento, así como de los documentos valiosos que preservaban las tradiciones ancestrales. Por la misma razón los templos eran patrocinados y protegidos por los estados ya que aparte de las funciones religiosas eran los guardianes del conocimiento de aquellas épocas. Por esto mismo, la función de astrólogo, mago y otras actividades eran típicamente ejercidas por sacerdotes o personas afines a las actividades del templo, en esta forma de alguna manera los sacerdotes eran constituidos en los científicos y sabios de aquellas épocas. Pero los efectos de la caída en Edén, así como el bajo desarrollo técnico de aquellas épocas determinaban que, mucho de los tesoros guardados como conocimientos valiosos no fueran otra cosa que teorizaciones vanas, tímidas aproximaciones a lo cierto y prácticas aberrantes humanas y demoníacas de todo tipo. Solo cuando Dios es su misericordia decidió revelarse a la humanidad, el hombre comenzó a andar por el sendero de una tradición verdaderamente ajustada a los preceptos éticos que elevaban su dignidad y colocaban todas las cosas de la vida en la correcta perspectiva. Por lo tanto, la característica más señera de las tradiciones antiguas fue la oscura ignorancia de hombres y naciones sumidos en las más densas tinieblas.

III En cuanto al pueblo de Israel, la tradición judía se inicia documentalmente con Moisés, pero históricamente se remonta a hasta Adán:

Periodos históricos de la tradición judía©
TRADICIONES
PERIODO

TENDENCIAS

HITOS

TRANSMISION
CULMINACION
TRAD. EDENICA
De Adán a Noé 0-3000? a.C

Nomadismo-sedentarismo, existencia básica. Los hombres se alejaban de Dios.

Primeros inventos y erección de peq. ciudades (Gn. 4:17-21)

Oral. (Gn. 4:23).
Dios estimuló el espíritu del hombre para que volviera a buscarle (Gn. 4:25-26).
TRAD. PRE-DILUVIANA
De Noé a Taré 3000-2000? a.C

Rápido crecimiento poblacional Gn. 6:1. Y ss. Y con ello el egoísmo y toda clase de males.

Los hombres comenzaron a organizarse en ciudades, continuaron haciendo inventos y grandes conquistas. Gn. 6:4. Los hombres tenían capacidad de realizar grandes obras de ingeniería. Gn. 6:14 y ss.
Indicios de sedentarismo y cultivos de ciclo largo Gn. 9:18 y ss.

Oral. Gn. 6:18; 9:8 y ss.
Los hombres vuelven a multiplicarse, pero el problema del mal persiste, el orgullo los lleva a construir la Torre de Babel, desde donde son dispersados por todo el globo. Gn. 11:1 y ss.
TRAD. PATRIARCAL
De taré a Moisés 2000/1825 – 1350/1230? a.C

Comunidades patriarcales, familias extensas, edificación de ciudades estados, consolidación de los grupos étnicos más poderosos, conquista de territorios aun no explorados.

Los hombres han desarrollado casi todas las destrezas para la construcción de sociedades viables, aunque aún de forma muy primitiva, igualmente dominaban elementos como el fuego y el asfalto, Gn. 11:3.  y habilidades como la, escritura,  la agricultura y la construcción de casas, torres y murallas elaboradas.
La salida de Taré de Ur, el llamamiento de Abraham y la génesis del pueblo de Israel. Gn. 11:27-32

Oral. Gn. 11:31-32.
Aparición de Moisés como libertador del pueblo hebreo Ex. 3.
TRAD. MOSAICA
De Moisés a los jueces. 1350/1230/ - 1300/1190? A.C.

Egipto consolidado como imperio, gran auge de migraciones, Israel crece enormemente como pueblo, posee identidad como nación bajo la tradición de los patriarcas Ex. 2:23-25.  y reconocido como tal por sus opresores Ex. 1:9.

Israel se consolida como nación en Sinaí al recibir mediante un pacto una constitución legal, los diez mandamientos, y un código de leyes de diversa índole, que habrían de convertirse en el referente contextual y unificador del pueblo para siempre Ex. 20:1 y ss. Lib de Lv.

Oral y escrita. Ex. 17:14; 20:1 y ss; 34:27. Dt. 40:4; 6:2-6.
Josué y sus sucesores suceden a Moisés, pero la ley es abandonada y el pueblo cae en la anarquía.
TRAD.  DE LOS CAUDILLOS
De Josué a Samuel 1300/1190 – 1075/1035? A.C.

Sincretismo religioso,  rivalidades tribales, desintegración del ideal de nación unificada. Jue. 6:25; 12:1; 18:1 y ss. 17:10 y ss.

Las tribus logran establecerse en Canaán durante una etapa de decadencia y baja influencia del imperio egipcio.

Dada la inestabilidad política mayormente oral y en muy baja intensidad. Jue.  10:13,
La judicatura de Samuel devuelve a Israel nuevamente el sentido de unidad, y se retoma lentamente la instrucción en la ley de Jehová y el fortalecimiento de las instituciones. I S. 3:20, 19:20. I Sm. 1:23. I Sm. 10:25.
TRAD. MONARQUICA
De Saúl a Sedequías. 1050/1010 – 587 a.C.

Laxitud en la aplicación de la ley, sobre todo en el caso de los reyes I R. 11:1; consolidación del hebreo o judaico como lengua del vulgo Is. 30:12.  Prácticas culturales no bíblicas se popularizaban II Cr. 16:14; 21:19. I R. 12, y los pocos  profetas verdaderos y no los sacerdotes y levitas pasaron a ser los maestros del pueblo Is. 9:15.

Israel se convierte en dos naciones, Israel al norte y Judá al sur. I R. 11:31. Israel desaparece a manos de Salmanasar III. En 722-721. Y Judá a manos de Nabucodonosor II en 587.

Aunque la escritura estaba muy difundida Jue. 5:14. II Sm. 11:14; II R 10:1. I Cr. 24:6. Esta estaba mayormente restringida a las clases dominantes, esto es, los militares, políticos y el clero, por lo que la oralidad seguía siendo la norma.
Con la toma de Jerusalén en 587 a manos de Nabucodonosor II.
TRAD. EXILICA
De Ezequiel a Daniel 605- 538 a.C.

Desconfianza en las instituciones oficiales, pesimismo e indiferencia, acomodamiento absorción y asimilación a la cultura receptora. Est. 2:1 y  ss.

El cautiverio pone fin al problema de la idolatría, el remanente de Israel se refugia en las Escrituras  y sus profetas como fuentes de ánimo y esperanza.  Se inicia el largo proceso de consolidación de la Biblia hebrea.

Con el cautiverio en Babilonia se cree que surgieron las primeras sinagogas o asambleas, la  transmisión seguiría siendo mayormente oral, pero, ahora, en cada sinagoga habría al menos una copia de la Tora y los profetas o alguna parte de ella.
Con el regreso del remanente de Israel a su tierra guiados por Esdras y Zorobabel en 538.
TRAD. POST EXILICA
De Esdras a Matatías 538 – 460 a.C.

Hay un avivamiento espiritual  Esd, 3:1-4; 8-13. El pueblo se muestra receptivo a la voz de los profetas Hag. 1:1-15. Los enemigos de Israel no cesan en su intención de hacer daño. Neh. 4:1 y ss; Esd. 4:1 y ss.  

El templo es reconstruido (Esd. 5:1-17 y 6:1-22). Las murallas y la vida de la ciudad son restauradas (Neh. 12:27-43), una pequeña comunidad judía florece en tierra de Judá.

Aparte del templo la práctica de reunirse los sábados en las sinagogas continuó y se consolidó afortunadamente, ya que vendrían tiempos de más inestabilidad política que minarían y pondrían en peligro las reformas de Esdras y Nehemías.
Gobierno de  Antíoco IV Epífanes. 175-163 a.C.
TRAD. MACABEA
De Matatías a Jesús 167-1 d.C.

Surge el movimiento nacionalista judío. Se desnaturaliza la lucha religiosa y pasa a ser una lucha política, surgen los partidos de los fariseos y los saduceos y con ellos el escepticismo y pragmatismo religioso.

Jerusalén es liberada después de la violenta persecución desatada por Antíoco IV Epífanes, se logra purificar el templo, pero la intervención del pujante imperio romano, frente al azogue de las lágidas y tolomeos hacen que los macabeos pacten con los romanos, surgen los asmoneos como reyes de Judá, se producen los Rollos del Mar Muerto en Qumram.

La lectura y escritura se vuelven mucho más asequibles, y casi todos los ciudadanos reciben al menos capacitación para leer y escribir. La sinagoga y los rabinos y escribas juegan un papel muy importante, pero igualmente los padres contribuyen a la educación temprana de sus hijos.
Del 40 al 4 d.C. Herodes el Grande es nombrado rey de Judea por los romanos.
TRAD. JUDEO CRISTIANA
De Jesús a la época actual.

Gran exacerbación política nacionalista, gran expectación por la llegada de algún libertador del yugo  romano (Mesías).
Caldo de cultivo para el surgimiento de muchos falsos Mesías, radicalización de los partidos religiosos a fin de mantener su cuota de poder.

Jesús el Hijo de Dios, el Salvador del mundo nace en Belén de Judea. Bajo Herodes el grande mejora sustancialmente la estructura administrativa de Israel, se despliega una amplia gama de obras públicas, se amplia y se hermosea el templo como nunca antes. Surge el cristianismo y se escribe el Nuevo Testamento, la historia de la humanidad queda marcada en antes y después de Cristo.

La trasmisión de la tradición judía, hasta la era presente ha sido llevada a cabo desde sus inicios y hasta la fecha presente fundamentalmente mediante el persistente compromiso de los hombres y mujeres devotos, quienes desde el seno e sus hogares han mantenido viva la llama de su fe.


Como sabemos, de alguna forma, Taré es el primero en recibir el llamado para salir de Ur (Gn. 11:31) (aunque esto es solo una inferencia ya que el texto no lo dice de forma explícita). Abraham entonces recibe el llamado por parte de Dios para salir de su tierra, la inferencia inmediata es que en este punto Dios estaría hablando de Harán que es la tierra hasta donde pudo llegar Taré y donde en efecto murió.  Sin embargo en otras partes Dios afirma la fe de Abraham haciendo alusión no a que él le sacó de Harán, sino de Ur de los caldeos, (Gn. 15:7; Cf. Neh. 9:7). Dios mismo afirma que Abraham será el encargado de trasmitir su plan a su descendencia cuando afirma:
  “Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Porque Yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado de él.” (Gn. 18:16-19) Rv. 95.
Por tanto muy tempranamente queda claramente establecida la esperanza, expectativa y responsabilidad en Abraham y en sus sucesores en mantener viva la trasmisión de la promesa de Dios. Es muy de tomar en cuenta la conexión sinalagmática a que se alude en este pasaje, pues, si bien la promesa hecha a Abraham es ciertamente incondicional (Gn. 15:1-20), no s menos cierto que las obras son la demostración de nuestra fe, por lo cual la simiente santa debe portarse a la altura de su llamado produciendo los frutos de justicia (II Co. 9:10) de tal manera que las promesas aquí claramente conectadas con esas evidencias externas de la obra interna del Espíritu desencadenen la inauguración del reino de justicia.


IV Una evaluación aún somera del relato de Génesis mostrará que desafortunadamente Isaac si bien no se apartó de la senda de su padre, obviamente no tenía su estatura espiritual. Pues se muestra muy humano, carnal en el trato con sus hijos (Gn. 25:28), y no parece haber hecho las providencias de lugar a fin en evitar que Esaú su primogénito se encaminara por la senda de la rectitud y la promesa (Gn. 24:3. Cf. Gn. 26:34-35), afortunadamente Dios en su soberanía eligió a Jacob, que, tampoco era un dechado de virtudes, pero, al menos demostró cuando fue acrisolado, que era maleable y podía ser conducido por la senda de la simiente santa aunque a regañadientes. 

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Incluye una selección de pasajes difíciles y especialmente controversiales.
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Ninguna parte de esta obra puede reproducida total o parcialmente sin permiso de los editores exceptuando citas breves.

TESTIMONIO: I heb. edút. Testimonio, testigo, testimonio. gr. marturéo. Ser testigo, testificar. (Strong James, LL.D., S.T.D., Nueva Concordancia Strong Exhaustiva. Concordancia Exhaustiva de la Biblia. Editorial Caribe. Inc. Nashville, T.N. —Miami, FL, EE.UU.). El testimonio es un tema de primer orden en la Sagrada Escritura. La primera mención del término (testimonio, testigo) aparece tan temprano como en (Gn. 21:30) donde Abraham hace un pacto con Abimelec y Ficol, apartando siete corderas entregadas a Abimelec como prenda u objeto tangible que fungiera como elemento testimonial para sellar un acuerdo de no agresión mutua y la devolución de un pozo propiedad de Abraham que los siervos de Abimelec le habían disputado. Igualmente es usado por Jacob (Gn. 31:48), en ocasión de la tensa reunión sostenida por Jacob y Labán a raíz de que este último se había marchado del trabajo sin avisarle que lo haría, llevando consigo a sus mujeres, hijas de Labán y a sus nietos, los hijos de Jacob. El objetivo en aquella ocasión era simbólico. Este uso de la palabra testimonio en referencia a actos y monumentos conmemorativos es sumamente frecuente en el A.T. (Cf. Jos. 22:27; Dt. 4:26; Jos. 24:27; Rt. 4:9 etc.).
II En la legislación mosaica igualmente el tema del testimonio ocupaba un lugar muy importante. La ley establecía que, para los casos criminales en los que debía aplicarse la pena de muerte, era imperativa la presentación de al menos dos testigos, y ningún caso de pena de muerte debía decidirse sin el testimonio honesto y concordante de testigos facultados legalmente para tal evento. (Nm. 35:30; Dt. 17:6). Como forma de asegurarse que los testigos fueran testigos confiables y para que entendieran el peso de responsabilidad que caía sobre sus hombros si acaso osaban testificar en falso, era la mano de los testigos la primera que debía alzarse para ejecutar la pena de muerte (Dt. 17:7) lo cual, a una persona maliciosa, pero no perversa hasta el punto del asesinato, disuadiría de no dar su testimonio en un hecho del que realmente no tuviera constancia. Cuando un testigo tenía la osadía de poner en peligro la reputación de su prójimo y por consiguiente su vida, la sentencia para el tal era la muerte (Dt. 19:15-20). Esto explicaría la razón de porque los espías que fueron enviados a reconocer a Jericó fueron sentenciados a muerte por Dios, pues se confabularon para difamar la tierra con intenciones rebeldes y maliciosas (Nm. 13:27 y ss 13:31 y ss y esp. 14:36-38). En el N.T. Pablo establece como principio de juicio este mismo procedimiento (II Co. 13:1), exceptuando el aspecto punitivo y pena capital, que queda reservado solo a Dios (Hch. 5:1 y ss.).
III Después de rescatar a Israel de la tierra de Egipto, Dios comisiona oficialmente a Israel para que sea el portaestandarte de su nombre y de su mensaje:
[…] “Miren, yo les he enseñado los preceptos y las normas que me ordenó el Señor mi Dios, para que ustedes los pongan en práctica en la tierra que ahora van a tomar en posesión.
Obedézcanlos y pónganlos en práctica; así demostrarán su sabiduría e inteligencia ante las naciones. Ellas oirán todos estos preceptos, y dirán: “En verdad, este es un pueblo sabio e inteligente; ¡Esta es una gran nación!”. (Dt. 4:5-6). NVI.

 […] “Vosotros sois mis pruebas, dice Yavé; mi siervo, a quien yo elegí, para que aprendáis y me creáis y comprendáis que soy yo. Antes de mi no fue formado dios alguno, ninguno habrá después de mí. Yo, yo soy Yavé, y fuera de mí no hay salvador. Soy yo el que he anunciado, he salvado y he hecho oír; vosotros sois mis testigos4, dice Yavé”. (Is. 43:9-11).  BNC.
Israel desafortunadamente no cumplió cabalmente con su papel de testigo pues brindó a las naciones un testimonio marcado por la desobediencia, la idolatría y la maldad de tal forma que en la mayor parte del tiempo ninguna diferencia había entre Israel y las naciones que le rodeaban. Con todo, el testimonio de Jonás a Nínive, a Naamán el sirio, la viuda de Sarepta, la reina de Sabá, y sobre todo la diáspora judía después del exilio babilónico, son ejemplos notables del trabajo testimonial de Israel.

El Nuevo Testamento ve en la iglesia la cristalización de los planes salvíficos de Dios para con su pueblo. De este modo la iglesia, compuesta por judíos y gentiles pasa a ocupar el papel de testigo de Dios para las naciones, esta vez mejor equipada, dada la naturaleza regenerada que ostentan sus miembros, lo cual les capacita para dar un testimonio poderoso y eficaz. (Hch. 1:8; Mt. 24:11).

IV Vale destacar, como en los juicios perpetrados contra nuestro Señor Jesucristo las autoridades judías intentando cumplir las formalidades legales, en un juicio que estaba viciado de origen, procuran presentar testigos, sin embargo el testimonio de los testigos era contradictorio, por lo que tuvieron que ser descartados (Mt. 26:57-63; Mr. 14:53-60). Después de la ascensión de Cristo, la principal tarea de los discípulos fue ser testigos de su resurrección, enarbolando así la victoria de Cristo sobre la muerte como punta de lanza de su mensaje, dicho mensaje constituía por un lado, un gran desafío para los discípulos, pues, si bien eran testigos del hecho, Jesús decidió no presentarse en público al pueblo de Jerusalén ni a las autoridades judías que habían instigado para su ejecución, por lo mismo debían correr el riesgo de ser considerados fanáticos, insanos, y provocadores; al mismo tiempo, este testimonio implicaba una acusación punzante y directa que inculpaba a las autoridades judías y al mismo tiempo los ponía en ridículo al tratar fallidamente de acabar con su Maestro a quien ahora anunciaban nada más y nada menos que como Señor y Cristo (Hch. 2:36). Así la resurrección de Cristo ha pasado a ser la proclamación más importante del Cristianismo y su mensaje distintivo, se ha dicho con acierto que en la resurrección el cristianismo se mantiene o cae, y no han sido pocos los intentos de Satanás en alianza con los hombres para intentar desmeritar este testimonio proponiendo toda clase de teorías sin fundamento pero ninguna ha prevalecido contra el testimonio persistente de los discípulos de Cristo quienes mediante la ayuda sobrenatural del Espíritu Santo han mantenido humanamente inexplicablemente este testimonio, aun a riesgo de la pérdida de sus bienes e incluso de sus propias vidas.

V Finalmente el libro de Apocalípsis vaticina la aparición de dos testigos en la escena de la Gran Tribulación. Las opiniones sobre la identidad de estos testigos, la localidad en la cual tendrán que ejercer su testimonio y la duración del mismo han generado no poco debate, el espacio reducido de este artículo jamás podría agotar todas las aristas que toca este tema.Prof.J.A.Galvá.
Para más información acerca de este asunto consúltese:
(Carballosa, Evis L, Apocalipsis, la consumación del plan eterno de Dios. Págs. 107-110. Grand Rapids, Michigan. EE.UU. Editorial Portavoz, 1997).
(Millos Samuel Pérez. Th.M.  Apocalipsis, Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento. Págs. 352-357. Villadecavalls (Barcelona) España. Editorial Clie. 2010).

(Galvá Juan Alberto. Manual de Escatología de las Imágenes Generales. Grand Rapids Michigan. EE.UU.  Editorial Portavoz, 2013).

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